Dado el alto índice de abandono que padece la infancia y juventud colombiana se torna indispensable la creación del Instituto de la Adopción Alimentaria a través del cual se dotará a los hombres y mujeres de buen corazón de una herramienta válida para practicar de la adopción. Con la adopción alimentaria se podrá incorporar a miles de niños y niñas desplazados por la violencia a programas de protección coordinados por el Instituto de Bienestar Familiar de tal forma que puedan continuar sus estudios, recibir un lecho donde dormir, alimentos necesarios para su edad, y formación escolar que les permita entrar al mercado laboral en igualdad de condiciones frente al resto de los jóvenes colombianos.