“..Podemos afirmar con toda certeza, que el conocimiento que los hombres pueden adquirir de las mujeres, de lo que son, sin hablar de lo que podrían ser, es lamentablemente limitado y superficial y seguirá siendo así mientras las mujeres no puedan decir todo lo que tienen que decir”
John Stuart Mill
Hoy conmemoramos un año más del Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres, declarado así por la ONU en homenaje a la memoria de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, activistas dominicanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.
La violencia contra la mujer o técnicamente denominada violencia basada en el género (VBG), es una fenómeno tan difícil de erradicar como difícil de comprender, pues aun los imaginarios colectivos y los patrones socioculturales, no permiten que la sociedad comprenda que las mujeres no están obligadas a soportar los maltratos, cual es el concepto de violencia a la que están sometidas, y las manifestaciones violentas a las que diariamente mujeres de todas las condiciones culturales o socioeconómicas, se ven enfrentadas.
Esta violencia que es una problemática mundial arroja cifras escalofriantes en Colombia. Según información del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses entre 2004 y 2008, cada hora cerca de 9 mujeres sufrieron agresiones sexuales en el país, en su mayoría niñas y adolescentes menores de 18 años (84% de los casos). 534 mujeres fueron víctimas de violencia sexual en casos asociados a contextos de violencia sociopolítica y a prácticas tales como secuestro y acciones bélicas; 22.389 mujeres fueron agredidas sexualmente por algún miembro de su familia; y en el 64% del total de casos de violencia sexual registrados, fue la vivienda el escenario del hecho. Muchas de estas víctimas aún esperan la atención integral, que debe brindarles el Estado.
De enero a agosto del 2010 se registraron 81.295 casos de violencia contra la mujer, de los cuales 825 tuvieron un desenlace fatal por presunto homicidio. En este mismo periodo del 2009 se conocieron 86.383 de estos mismos casos, de los cuales 1003 fueron fatales por probable homicidio. Estas cifras corresponden a causas relacionadas con homicidio, informes periciales sexológicos, lesiones interpersonales, violencia de pareja, violencia entre otros familiares, violencia a niños, niñas y adolescentes, y violencia al adulto mayor.
Las mujeres en Colombia han sido víctimas directas de las graves violaciones, especialmente del desplazamiento forzado. De acuerdo al informe de Medicina Legal del 2008, el 80% de la población desplazada en el país está compuesta por mujeres, niños y niñas. Las mujeres y niñas conforman más de dos tercios de la población desplazada en Colombia, y es una de las más grandes en el mundo con más de 2.8 millones de casos registrados. Recordemos que la Corte Constitucional en el Auto 092 de 2008, reconoció que las mujeres enfrentan patrones sociales de discriminación, exclusión y violencia que son potenciados por los actores armados durante el conflicto.
Estas razones que son hechos repetitivos y en muchos casos silenciosos, llevaron a que en una decisión histórica el 2 de julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas haya votado por una unanimidad la creación de una nueva entidad para acelerar los progresos de atención de las necesidades de las mujeres y las niñas del mundo, denominada ONU Mujeres, cuyo objetivo es promover la igual de género, expandir las oportunidades de las mujeres y luchar contra la discriminación en el mundo, presidida hoy por una mujer extraordinaria , la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet.
Aquellos que piensan que el problema de las mujeres no es del interés general, no entienden que en superar las inequidades históricas, y sobre todo previniendo y sancionando la violencia contra las mujeres, está la clave para democratizar nuestras instituciones y progresar en un país donde la pobreza y el atraso es rampante.
El trabajo legislativo no se ha hecho esperar y desde el Congreso de la república, continuamos en la tarea de crear instancias que promuevan y defiendan eficazmente los derechos de las mujeres impulsando la iniciativa que nació en el partido conservador cual es la creación del Ministerio de la Mujer, que permita articular políticas y acciones en su favor.
Así mismo, es un compromiso como Congresista, socializar la ley 1257 de 2008 “Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres”, por supuesto instando al Gobierno Nacional para que reglamente lo que aún necesita ser desarrollado por parte del ejecutivo, aclarando que estas normas son de inmediata aplicación. En esta tarea es pertinente recordar a propósito de la conmemoración que hoy une a millones de mujeres en el mundo, hacer conocer a las colombianas y colombianos, algunos logros de este instrumento legal, que consideramos la normatividad más completa orientada a la defensa de los derechos de las mujeres por una vida libre de violencia.
Algunos logros son:
Por primera vez se introduce en la legislación la noción de violencias contra las mujeres
La ley considera la violencia contra la mujer como una violación a sus derechos humanos
La Ley reconoce la autonomía y la libertad de las mujeres para tomar sus decisiones
Introduce definiciones de violencia patrimonial (por ejemplo con la finalidad que en el divorcio le quite los bienes a su pareja) y económica (desigualdad salarios) además de las concebidas en la Convención de Belem do Pará
Se introduce el derecho a contar con orientación, asesoramiento jurídico y asistencia técnica legal con carácter gratuito, inmediato y especializado con cargo al agresor o a través de la Defensoría del Pueblo
Derecho a que se guarde reserva sobre su identidad y la de su familia.
Derecho a ser informadas sobre todos los procedimientos que pueden iniciar y especialmente sobre sus derechos sexuales y reproductivos.
Derecho a decidir voluntariamente si quiere ser confrontada con el agresor en cualquiera de los espacios de atención y en los procedimientos administrativos, judiciales o de otro tipo. Una de las implicaciones de este nuevo derecho es que las mujeres no pueden ser obligadas a asistir a una conciliación y su no asistencia en ningún caso puede dar lugar a la terminación de los procedimientos iniciados, los cuales deben continuar por iniciativa de la persona que esté realizando la investigación.
Es nuestro deber conocer la historia de la humanidad para resarcir los errores del pasado y no someter a los mismos tratamientos atroces de los cuales las mujeres han sido las víctimas más numerosas en el mundo.
En la violencia de género está la semilla de la discriminación. No podemos permitir que nuestras mujeres repitan historias de maltrato y violencia, que nuestras niñas sean sometidas a vejámenes y humillaciones. Aun estamos a tiempo de recomponer la estructura social y reparar a aquellas que han visto menguados sus derechos.