La reforma a la salud

 

“Hay que reconocer que esto es un gran avance que venía siendo reclamado por la mayoría de nuestros compatriotas”: senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

 

Con toda razón, desde hace años aflora en el debate público el tema de la prestación de los servicios de salud al pueblo colombiano, es absolutamente legítimo y entendible que este servicio esencial, muchas veces de vida o muerte, sea preocupación capital. Máxime si se tiene en cuenta que el sistema de salud no ha sido ajeno al flagelo de la corrupción, la desidia y el desgreño administrativo de muchos de sus actores. Problema principal ante hechos de corrupción que han salpicado la salud, se volvió la responsabilidad en el manejo de los recursos públicos. Por ello la reforma que hoy cursa en el Congreso de la República, despoja a las Empresas Prestadoras de Salud (EPS), del  manejo de los mismos y concentra esta responsabilidad en cabeza de la nueva entidad estatal que se creará para que asuma dichas funciones, la que se llamará Salud-Mía. Hay que reconocer que esto es un gran avance que venía siendo reclamado por la mayoría de nuestros compatriotas.

Otro de los aspectos relevantes de la reforma es el tema de la integración vertical que han venido teniendo las EPS con sus propias Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) o sea las clínicas y hospitales de su propiedad, esto venia generando problemas de favorabilidad y exclusión en el servicio a los usuarios, sometidos a las remisiones que dispusieran la EPS. Si bien es cierto que el tema de la integración vertical no desaparece del todo, se reduce exclusivamente a la atención de primer nivel que, las nuevas gestoras de salud podrán prestar a través de sus clínicas. Estos servicios básicos son los de medicina general y aquellos no quirúrgicos ni especializados.

Tema que se debe resaltar en el proyecto que hace tránsito a ley de la República en el Congreso es el de la contratación de los recursos de salud, más de 30 billones de pesos que se venían contratando a dedo por parte de las EPS. Al pasar estos recursos al manejo de la nueva institución pública Salud Mía, y a pesar de la propuesta gubernamental de que la misma los siguiera contratando a través del régimen privado, la plenaria del Senado impuso su criterio de que se contraten sometidos a los dictados de la contratación pública, o sea a través de licitaciones públicas y abiertas. Es deseable que en la cámara de representante se mantenga este criterio, que debe ser manejado por Salud Mía, con la mayor celeridad y diligencia para que no se vaya a demorar la atención de los usuarios.

A pesar de la insistencia de muchos senadores en el sentido de que la designación de los gerentes de las clínicas y hospitales públicos sean designados a través de concursos de méritos realizado por la Comisión Nacional del Servicio Civil de la Función Pública, no fue posible que se impusiera este criterio, primando la libre designación de esos gerentes por parte de gobernadores y alcaldes. Es deseable que este tema sea cambiado en la Cámara de Representantes para que prime en dichos nombramientos la calidad profesional de los escogidos.

Las especialidades médicas es otro de los temas en cuestión. Permitir que los hospitales puedan otorgar estos títulos es sustituir y desconocer la formación que siempre ha recaído en las universidades acreditadas para ello. Este tema debe ser revisado por la Cámara de Representante, antes de la expedición de la ley.

La reforma recoge aspectos que el pueblo colombiano venía pidiendo a gritos, se puede y se debe mejorar aún, escuchando entre otros a diferentes actores del sistema. Hay que reconocer que en ella se han introducido cambios que lo mejorarán y contribuirán a erradicar problemas crónicos que el sistema de salud viene padeciendo.

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Una decisión absurda

 

"La coca es la munición que sega la vida de militares, policías y civiles y el combustible que financia la violencia y la extorsión": senador José Darío Salazar (Partido Conservador)

El pasado paro campesino del Catatumbo que paralizó al Norte de Santander por casi dos meses, ha llevado al Presidente Santos a tomar decisiones de extrema gravedad. Para calmar las protestas, Juan Manuel Santos ordenó la suspensión de la erradicación manual obligatoria de la hoja de coca en municipios de dicha región. Esto quiere decir que la fuerza pública por orden de su comandante, no puede, ni está erradicando los cultivos ilícitos en dicha área.

Según el informe sobre censo de cultivos de coca de 2012, publicado en el mes de junio de 2013, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito (UNODC), de las 48.000 hectáreas de coca sembradas en el país, en el Norte de Santander y especialmente en la región del Catatumbo, hay 4.516 hectáreas sembradas para el año 2012, casi el 10% del total nacional, esto es 29% más que en el 2011, periodo en que habían 3.490 hectáreas y 59% más que en el 2010 cuando habían 1.889 hectáreas sembradas con hoja de coca en el Catatumbo.

Según el mismo informe, la región del Catatumbo produce 6.100 kg de hoja de coca por hectárea al año, la mayor producción por hectárea en el país, mientras que en la región pacífica se producen 4.400 kg por hectárea, en el Putumayo y Caquetá 4.000 kg por hectárea y en la Sierra Nevada 3.100 kg.

Según el mismo informe la producción de cocaína pura procesada en el 2012 en nuestro país, fue de 309 toneladas métricas. En el Norte de Santander, con énfasis en el Catatumbo, se estarían produciendo 29 toneladas métricas de cocaína en el 2012, o sea 29.000 kg en un año. Según el informe de la UNODC de junio de este año, el precio de 1kg de cocaína en EEUU es de 27.000 dólares y en Europa es de 53.000 dólares.

Con toda razón el ministro de defensa, Juan Carlos Pinzón, declaró a Caracol, el pasado 25 de Septiembre: "Hemos dicho que el Catatumbo es la billetera del secretariado de las Farc, y no vamos a permitir que se convierta en una guarida de bandidos".
Pero otra cosa piensa el Presidente Santos, quien dio la orden de suspender la erradicación manual obligatoria de la coca en el Catatumbo.

Lo que su gobierno debe hacer es cumplirle a los campesinos de esa región con los proyectos de caña panelera, frijol, cacao, café, ganadería y buscar para ellos y para todos los campesinos de Colombia, seguros de cosecha para garantizarles una rentabilidad. De la misma forma cumplir los compromisos del gobierno de financiar en principio sus propuestas agropecuarias por 210.000 millones de pesos.

Es necesario que en el Catatumbo, como en otras zonas campesinas del país se avance en la construcción de bienes públicos como distritos de riego, acueductos y alcantarillado, arreglo de las vías, puestos de salud y aulas educativas de calidad, crédito pagable y sobretodo seguridad para que puedan trabajar en paz.

La decisión del Presidente Santos, termina financiando la violencia contra los propios campesinos, contra los hombres de nuestra fuerza pública y contra nuestros compatriotas. Dicha decisión que debe tener de fiesta a los subversivos que dominan el Catatumbo, y manipularon el paro campesino a favor de sus intereses nefastos, es un atentado contra la tranquilidad de esa región y de la patria.

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Violencia sin tregua

 

"Lo sucedido en 3 semanas del presente mes, habla por sí solo sobre el destino amargo al que nos dirigimos si no se da un viraje de 180 grados en los diálogos de La Habana": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Tenía razón el presidente Juan Manuel Santos, cuando al inicio de su dialogo de paz en La Habana, nos pidió paciencia, porque como él mismo lo afirmó, seguramente las acciones violentas de la subversión contra nuestros compatriotas y contra el país se iban a incrementar. A sabiendas de lo que iba a suceder, el jefe de estado, se embarcó en un proceso de paz en el que el pueblo no cree y los protagonistas, los señores de las FARC, vienen incendiando el país.

El avance de la subversión de marca mayor y lo que ha sucedido durante las 3 semana del presente mes, habla por sí solo sobre el destino amargo al que nos dirigimos si no se da un viraje de 180 grados en los diálogos de La Habana: El 3 de octubre una escalada terrorista derribó cinco torres de energía en el sur del país, el atentado dejó sin fluido eléctrico durante 8 días a más de 300 mil habitantes en los municipios de Tumaco, Barbacoas, Magui, y Roberto Payan en el departamento de Nariño, simultáneamente, los subversivos detonaron explosiones que volaron el oleoducto trasandino en el municipio de Ricaurte.

El 4 de este mes, guerrilleros de las FARC asesinaron en el área rural del municipio de Solano, Caquetá, a dos soldados e hirieron a otro uniformado y a una civil. El 7 de este mes 3 ataques de la guerrilla dinamitaron el oleoducto Caño Limón Coveñas en Arauca y Norte de Santander, provocando el derrame de crudo y la contaminación de dos ríos. En Barrancabermeja y en Canta Gallo, sur de Bolívar se produjeron atentados contra un gasoducto y un poliducto, lo que generó la suspensión del suministro y el cierre de 30 pozos. También se registraron otras 2 explosiones que afectaron el gasoducto Galán-Sebastopol.

El 9 de este mes los subversivos del frente 59 de las FARC, dinamitaron un tramo del gasoducto Antonio Ricaurte, que transporta gas desde Manaure, en la Guajira, hasta el estado de Zulia en Venezuela.

El 10 de este mes fueron dinamitadas cuatro torres de energía en el departamento de Nariño. Los guerrilleros también destruyeron subestaciones ubicadas en el Cauca. Los atentados dejaron sin energía parte de los municipios de Bolívar, Mercaderes, Florencia, Santa Rosa, San Sebastián, Almaguer y La Vega, Toribio y Caldono.

El 10 de este mes las FARC secuestraron al patrullero John Freddy López en Mercaderes, Cauca.

El pasado 12 de este mes las FARC iniciaron un paro armado en el Chocó, que obligó a suspender el desplazamiento de los habitantes y la mayoría de sus actividades. El mismo día, las FARC atacaron un puesto de policía en Bellavista, Chocó y una base militar en Rio Sucio, matando un soldado, igualmente incendiaron una avioneta en Vigía del Fuerte y un bus en la vía Quibdó - Yuto a 20 minutos de la capital de Chocó.
El 13 de este mes en Uribía, Guajira, el frente 59 de las FARC destruyó 300 metros de línea férrea descarrilando 43 vagones cargados de carbón del Cerrejón, lo que produjo el vertimiento de 4.730 toneladas del mineral.

Ese mismo día las FARC destruyeron 3 torres de energía en Dibuya, Guajira y un artefacto explosivo sembrado por la guerrilla hirió 8 personas en Anorí, Antioquia. El 15 de este mes los subversivos destruyeron un puente sobre el rio Maldivá en Santander de Quilichao, Cauca, cuya explosión destruyó 10 casa y dejo decenas de heridos.
El 16 de este mes en Puerto Valdivia, Antioquia, el frente 18 de las FARC atacó un bus de servicio público, matando a un civil e hiriendo a 4 más.

Mientras los subversivos cobran vidas humanas y destruyen la riqueza nacionales, el presidente Santos mantiene la orden de no erradicar la coca en el Catatumbo, con cuyo producido los violentos financian parte de su plan terrorista.

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Una propuesta indecente

 

"El gobierno del Presidente Santos, va de mal en peor, no aprende y en su propósito de mostrar resultados basados en premisas falsas, insiste en cometer errores": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Con el objeto de mostrar como sea que, el pueblo colombiano apoya la negociación de la paz sin importar el costo que el país deba pagar por los términos en que se negocie, ahora ha resuelto presentar al congreso de la republica un proyecto de ley para unir al día de las elecciones parlamentarias o presidenciales, la votación de un texto de referendo sobre el proceso de paz, cuyas preguntas ha dicho el primer mandatario las acordará con la subversión con la que negocia en La Habana.

El Presidente no ha reparado en que el artículo 378 de la constitución política expresa textualmente en su segundo inciso: "El referendo será presentado de manera que los electores puedan escoger libremente en el temario o articulado, qué votan positivamente y qué votan negativamente".

Posteriormente, la ley estatutaria de mecanismos de participación o ley 134 de 1994 consagra la prohibición, según la cual la votación de un referendo no puede coincidir con ningún otro acto electoral; esto es un desarrollo directo y estrecho del mandato constitucional del artículo 378 de la Constitución Política citado, que ordena proteger la libertad del votante. Su vulneración implica entonces, un vicio de inconstitucionalidad, ha dicho la propia corte constitucional. Dice el artículo 39 de la ley 34/94 en su inciso segundo: "Cuando se trate de un referendo de carácter nacional, departamental, municipal o local, la votación no podrá coincidir con ningún acto electoral".

Lo que protege el mandato del artículo 378 de la Constitución Política y el artículo 39 de la ley 134 de 1994, en un proceso de referendo puesto a consideración del pueblo colombiano, es por encima de todo su libertad en el momento de ofrecer o no, su apoyo a las preguntas puestas a su consideración, esa libertad debe ser el producto de un análisis sereno, reflexivo, sin presiones, para que el elector tome la decisión que le parezca más responsable con la patria y consigo mismo. Ello es lo que quiere la constitución de 1991 y ello fue lo que quiso el congreso de Colombia al expedir la ley 134 de 1994.

¿Qué pretende entonces el gobierno del Presidente Santos con su propuesta de unir la realización de referendo y elecciones en un mismo día? Busca con ello aprovechar el umbral alto de participación del pueblo en unas elecciones parlamentarias o presidenciales para ponerlo al servicio de un referendo sobre la negociación de un proceso de paz, cuyos términos aun no convencen al pueblo colombiano que, voto por la promesa del presidente Santos de no negociar con el terrorismo en medio del secuestro, el asesinato y el crimen.

La paz bien negociada es la que convoca sola, por la fuerza de sus contenidos, por la convicción del pueblo colombiano de que sus términos son tan justos que merece su respaldo decidido. Si los términos de la paz son convincentes y convenientes, los colombianos marcharemos decididos a respaldar. Solo así la paz tendrá la legitimidad necesaria para que sea duradera y justa, que es precisamente lo que la inmensa mayoría de los colombianos queremos y apoyamos. Lo contrario es una trampa al elector, una jugada tramposa contra la democracia, que por su perversidad se revela por si sola.

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Golpe al sector agropecuario

 

"Debe el Congreso de la Republica, hoy más que nunca, salir en la defensa del sector agrario colombiano": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

La semana anterior, en el seno de las comisiones económicas del Congreso de la Republica, se inició la discusión del proyecto de presupuesto general de la nación a ejecutarse en el año 2014. Sorprendió a los legisladores que en este momento, ad-portas del anunciado paro agrario, el proyecto de presupuesto para el Ministerio de Agricultura y de sus entidades adscritas tuviera una reducción promedio de 32,54% con relación a las partidas que fueron asignadas para este año 2013.

Veamos algunos ejemplos que hablan por sí solos: en el Ministerio de Agricultura, mientras que en la partida de inversión, en el año 2013 se presupuestaron $1.428.871.305.470, el proyecto del próximo año contempla $879.074.696.521, o sea una reducción de 37%; en el ICA, que en presente año se ejecuta una partida de inversión de $179.399.000.000, para el próximo año, el proyecto de presupuesto del Gobierno contempla una partida de $131.567.168.288, o sea 27% menos que el presente año; en el INCODER, el presupuesto que se ejecuta este año, contempla una partida de $411.764.000.000, para el año 2014 el proyecto del presupuesto contempla una partida de $184.765.696.901, es decir una reducción del 55% en el rubro de inversión; en el rubro de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca el presupuesto fue para este año en inversión de $11.369.707.320, para el año 2014 lo proyectado por el gobierno nacional es de $8.891.000.000, o sea una reducción del 21% en la inversión de dicho instituto; la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras a Despojados, tiene este año, un presupuesto de 4202.918.632.770, para el próximo año el presupuesto de inversión es de $168.160.000.000, o sea hay una reducción del 17%.

En términos totales el presupuesto del Ministerio de Agricultura y de sus entidades adscritas pasa de $2.131.205.991.560 en el año 2013 a $1.437.583.371.833. Contrasta la propuesta de reducción general y especifica que presentó el Gobierno en todos los rubros de inversión, con el aumento en dichos ministerio y entidades adscritas en todos los rubros de funcionamiento. Esto quiere decir que habrá en el sector agropecuario más gasto en burocracia y 32.54% menos en inversión.

No aparece en el proyecto de presupuesto del año 2014 la ayuda del PIC (Protección de Ingreso al Caficultor) que este año es de $830.000.000.000 y, que debe mantenerse en el año 2014, pues difícilmente las condiciones para dicho sector van a cambiar.

El proyecto de presupuesto para el año 2014 presentado a consideración del Congreso de la República, por el gobierno del presidente Santos es realmente un golpe a los campesinos de la patria, a los agricultores y ganaderos y a los pequeños y medianos empresarios que viven del campo, quienes verán reducidas las partidas en los proyectos que ellos desarrollan, los cuales sin la ayuda de los recursos del presupuesto nacional se verán abocados a una situación de pérdidas económicas que puede llevarlos a abandonar sus programas que, a duras penas permiten su subsistencia.

Debe el Congreso de la Republica, hoy más que nunca, salir en la defensa del sector agrario colombiano, golpeado profundamente por la ausencia del estado en ofrecerle bienes públicos indispensables como la seguridad, tecnología, infraestructura (vías, puestos de salud, educación y capacitación, distritos de riego).

Debe eliminarse por ejemplo, del presupuesto oficial, las partidas innecesarias que se van a destinar a la millonaria propaganda oficial y, que es recurso que cumpliría un papel más noble si se destinara a ayudar a los sectores sociales como es el campesinado colombiano.

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Los baldíos de la altillanura

 

"El fomento de la agroindustria es indispensable para el desarrollo de miles de hectáreas que sin la inversión privada no se desarrollaran": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Álgido debate se viene generando en el país por el tema de aproximadamente 300 mil hectáreas que algunos grupos empresariales adquirieron en los departamentos del Vichada y Meta, con el propósito de destinarlas a la agroindustria, derivada de la siembra de caña de azúcar, palma africana, caucho y otras especies. La discusión radica en que muchas de esas tierras fueron baldías en alguna época y luego pasaron a manos privadas vía colonización. Está demostrado que para poner a producir dichas tierras, de calidad muy deficiente, el predio representa solo un 3% de la inversión.

La historia de Colombia nos muestra cómo desde su independencia existieron inmensas áreas de tierras baldías, muchas de las cuales fueron adjudicadas por diferentes motivos: Como asignaciones a los militares, para promover y fomentar la inmigración de extranjeros, para fomentar la reducción de indígenas a la vida civilizada y la formación de poblaciones e incremento de las existentes, para el pago de la deuda pública y como recurso fiscal inmediato y para los cultivadores y colonos.

Sucesivas legislaciones ya derogadas desde la creación de la Republica fueron aplicadas a los baldíos. En la ley 30 de 1988, ya derogada, se estableció la prohibición de consolidar tierras colindantes que hubieran sido adjudicadas como baldíos. Posteriormente la ley 160 del 94, hoy vigente, prohibió la adquisición de propiedades que superen la extensión máxima permitida para la Unidad Agrícola Familiar(UAF), cuando estas hayan tenido origen en un proceso de titulación de baldíos. De lo anterior se desprende que la prohibición legal para acumular UAF establecida en el inciso 9 del artículo 72 de la ley 160 de 1994, consagra que la limitación es aplicable a las adjudicaciones de predios baldíos que han tenido lugar con posterioridad a la vigencia de esta ley. Los predios de mayor extensión de la UAF que hubieren sido adjudicados antes de esa ley son de libre enajenación con independencia de la extensión del predio.

El inciso final del artículo 72 de la misma ley establece que las resoluciones de adjudicación expedidas deberán incluir las limitaciones y prohibiciones en dicha disposición, expresando claramente, la idea que las mismas aplican a las adjudicaciones que se realicen durante la vigencia de la dicha ley, pues solo las que se hagan a partir de ese momento podrán cumplir con la exigencia de incluir dichas limitaciones y prohibiciones. Lo anterior aclara cualquier duda frente a la legalidad de los predios adquiridos después de la vigencia de la ley 160 del 94 pero, adjudicados a sus vendedores antes de la vigencia de la misma ley.

Debate diferente es la necesidad que por supuesto existe de adjudicar más tierra a la mayoría del campesinado colombiano que hoy vive en condiciones infrahumanas. Dichas adjudicaciones deberán hacerse acompañadas de las herramientas necesarias para que el campesino obtenga la productividad en estas áreas rurales. Bienes públicos como la electrificación, distritos de riego, buenas vías, puestos de salud y educación, son indispensables para la productividad del campesino, lo contrario sería abandonarlo en tierras estériles, alejadas de la civilización, cuyo resultado seguro sería la ruina moral y económica de sus adjudicatarios.

El fomento de la agroindustria es indispensable para el desarrollo de miles de hectáreas que sin la inversión privada no se desarrollaran y cuya productividad nos garantizará seguridad alimentaria y bajos precios al consumidor así como excedentes para la exportación. De la misma forma el desarrollo productivo que ofrezca utilidades al campesinado es absolutamente indispensable para la consecución de la paz social y la justicia, deuda que el estado tiene con el campesinado que trabaja sus parcelas. Lo uno no excluye lo otro.

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Isagen

 

"Bastante derroche ha habido de recursos públicos como para darnos el lujo de malgastar más": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

La venta de ISAGEN ha sido polémica cada vez que el tema se ha hecho público. Los dos gobiernos anteriores a este lo han pretendido; el gobierno anterior logró la venta de una parte de esta cuando, del 77% que controlaba de la empresa, vendió el 20% en 2007.

Durante el gobierno del presidente Pastrana también se pensó en vender ISAGEN, pues era necesario para poder cubrir el déficit fiscal que tenía el gobierno, sin embargo hoy no son claras las razones por las cuales se hace esta propuesta. Mientras en el gobierno del Presidente Pastrana el déficit estaba en el orden del 6%, para el 2012 el déficit quedo en 2.4%, aproximadamente 16 billones pesos.

En este momento la venta de esta importante empresa se piensa como herramienta para lograr contribuciones al Fondo de Infraestructura Nacional. La idea, supuestamente, es contribuir a la infraestructura del país, lo cual se cree, podría generarle muchos más ingresos a la nación que esta empresa.

Nadie niega que la infraestructura de nuestro país presenta serios retrasos que obstaculizan la competitividad de nuestros productos y entorpecen la actividad del Estado, sin embargo, no es claro el objetivo real de esta venta. El director del Departamento Nacional de Planeación, Dr. Mauricio Santa María dijo a este diario el martes 6 de agosto que los recursos para infraestructura están resueltos por el CONPES y ya se encuentran en el marco de gastos de mediano plazo. La gran mayoría de los proyectos de infraestructura que se van a realizar en el país serán por concesión, es decir, que serán las empresas las encargadas de pagar todo; algunos se harán por asociaciones público privadas y estas son las que ya tienen aprobado el gasto por Presupuesto General de la Nación.

Ahora bien, miremos porqué podría no ser procedente la venta de esta empresa. El gobierno ha dicho que si hoy se vende la porción de la empresa que todavía se encuentra bajo su propiedad, se vendería a $4.5 billones de pesos, o $2.850 la acción; en el gobierno anterior, se privatizo el 19.22% a $1.130 la acción, a los 2 meses de la transacción la acción se cotizaba en $2.000.

Según el gobierno la operación de 'Hidrosogamoso' está incluida en este valor propuesto pero la realidad es que esto no parece ser cierto. Algunos han dicho que este valor es muy alto, sin embargo se considera que el gobierno debe prever a futuro los ingresos que dejará de recibir por la venta, y como tal esos ingresos que dejará de recibir deben verse reflejados en el precio de venta. Más aun, ISAGEN ha invertido en nuevas formas de energía como la Eólica que a futuro podría significarle ingresos muy importantes y un crecimiento de buen calibre. ¿Será que todo esto está incluido en el precio de venta? Las experiencias anteriores sirven más bien para no menospreciar el potencial de esta empresa.

Es necesario que el gobierno nacional nos diga claramente qué obras de infraestructura trascendentes para la nación se van a financiar con la venta de ISAGEN pues, no nos puede dar una información genérica sobre el tema, además, cómo se va a cuidar la plata mientras las obras arrancan o se desarrollan.

Bastante derroche ha habido de recursos públicos como para darnos el lujo de malgastar más. El billón seiscientos mil millones de pesos derrochados en propaganda oficial que, bien habían podido invertirse en programas sociales, es un penoso ejemplo de manejo irresponsable del dinero de los colombianos.

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Dificultades para la productividad

 

Durante los últimos años Colombia ha estado en una carrera por firmar tratados comerciales sin reparar mucho en los efectos sobre la industria.

Cuando la producción industrial o agropecuaria es escasa o poco competitiva, el proteccionismo es una de las políticas de estado a las que recurren los gobiernos. Hay diferentes tipos de políticas: aumento de aranceles a las importaciones, imposición de cuotas al comercio, subsidios a los precios, entre otros. Aun cuando la Organización Multilateral del Comercio (OMC) así como los acuerdos comerciales se oponen a muchas de estas prácticas, algunas de las medidas proteccionistas operan de diferentes formas en el país y mucho más en otros.

Durante los últimos años Colombia ha estado en una carrera por firmar tratados comerciales sin reparar mucho en los efectos sobre la industria. Ahora, ponerle freno a la locomotora del comercio ya no es una opción. El país tiene en este momento un gran número de compromisos con otros países que no puede desconocer.
Aun cuando no es pecado intentar proteger la industria, en este punto, es imposible hacerlo mediante restricciones al comercio, más aun cuando estas han mostrado no generar los resultados deseados. La realidad es que la productividad de algunas de las industrias colombianas hoy está en duda, en especial la agroindustria.

En un documento de Juan José Echavarría y Mauricio Villamizar y otros en el que se habla del proceso de desindustrialización que vivió Colombia tras el boom de los años 30, se insinúa que las clases económicamente altas del país no estaban interesadas en invertir en la industria, pues esto implicaba mucho esfuerzo y asumir un considerable riesgo.
Aun así la industria creció más que el PIB hasta 1973, a partir de ese año el crecimiento fue inferior. Para algunos investigadores del Banco de la República (Iregui, Melo, Ramírez; enero de 2003), esos datos podrían estar apoyados en una ausencia de política industrial, agravada en 1990 por el proceso de apertura económica del gobierno Gaviria.

Para otros como el actual ministro de Hacienda (2001: Economic Growth in Colombia...) esto también podría explicarse en parte por el fenómeno de violencia que ha vivido el país y que ha impedido la institucionalidad y estabilidad jurídica en algunas zonas, sin embargo el consenso continúa siendo que sumado a esto, la política económica fue relegada a un tercer plano y no cumplió el rol que debía. Hoy el Gobierno sigue ignorando las necesidades reales de ciertos sectores de la economía para "beneficiar" a otros, olvidando la importancia de los contrapesos y del equilibrio en estos temas.

Los datos de productividad del país de los últimos meses son evidencia de cómo esta no se ha protegido y estimulado de la forma correcta. No es cuestión de cerrar las fronteras, de subir aranceles e imponer límites al comercio, es más bien cuestión de resolver con formas creativas las necesidades que tiene cada industria o sector en particular. Si es cuestión de tecnificación como en el campo, entonces se debería intentar proveer tecnología mediante bienes públicos, aun si hay beneficios tributarios; un pequeño productor del campo difícilmente puede tener acceso a dicha tecnología además los créditos del sector agropecuario son o de difícil acceso o tienen tasas de interés excesivamente altas para el campesinado.

Cabe mencionar aquí el retraso que tiene el país en infraestructura lo que sumado a los altos costos del transporte sigue siendo una fuerte causa de la pérdida de competitividad.

José Darío Salazar
Senador de la República.

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De la autosuficiencia a la dependencia

 

"Hoy importamos casi dos millones de toneladas de alimentos, de enero a mayo de este año, especialmente cereales, frutas y vegetales": senador José Darío Salazar (Conservador).

En el año 1990, Colombia era un país autosuficiente en la producción de alimentos, algunos de ellos en grandes cantidades terminaban industrializándose, como fue el caso del trigo y la cebada que se utilizó para la fabricación de la cerveza. Actualmente, su producción ha desaparecido para dar paso a las importaciones de Estados Unidos y Canadá, países en los que su alta tecnología y los inmensos subsidios al productor agrícola y ganadero, abaratan la producción y los precios al consumidor.

A diferencia de otras épocas, hoy importamos casi dos millones de toneladas de alimentos, de enero a mayo de este año, especialmente cereales, frutas y vegetales.

¿Por qué si somos un país verde, con grandes extensiones de tierra, aproximadamente 50 millones de hectáreas aptas para ser cultivadas, no lo hemos podido hacer? Son varios los factores que inciden en ello. El más grave ha sido la violencia sin cuartel a la que ha estado sometida la población campesina y la que desarrolla labores en el campo, 40 mil secuestros en las últimas cuatro décadas para hablar de un solo delito, la mayoría en las zonas rurales, lo evidencian.

El otro aspecto que se ha convertido en un azote para el campesino es la falta de una política estatal, decidida, clara y sólida de ayuda. La ausencia de infraestructura es el cáncer del campo; sin distritos de riego, sin buenas vías, sin centros de salud aptos, sin financiación con líneas de créditos blandos para el agro, es imposible que el campo sea rentable.

En Colombia existen 21.5 millones de hectáreas aptas para la agricultura de las cuales solo 4.9 millones están dedicadas a la producción agrícola, esto indica el gran potencial que tenemos para convertirnos en una despensa alimenticia autosuficiente y exportadora. Hay zonas del país en que producir es mucho más costoso por las grandes inversiones que se deben hacer para adecuar y mejorar la calidad de la tierra, como por ejemplo la altillanura donde existen 3.5 millones de hectáreas aptas para producir una vez se adecuen. En este momento existen, aproximadamente 300 mil hectáreas dedicadas a la producción a gran escala, que representan el 8.5% de la cifra anterior, adecuadas y dedicadas a la producción de palma, soya, caucho, granos y cereales.

El departamento del Vichada tiene 105 mil km cuadrados, el tamaño de Guatemala, una bajísima densidad poblacional: 0,97 habitantes por km cuadrado. Esto indica que es perfectamente compatible con el desarrollo de proyectos productivos a gran escala para hacer de Colombia un país autosuficiente en alimentos.

Una política así debe producir la reducción de costos de los alimentos al pueblo colombiano por la importante oferta.

Los desarrollos a gran escala no son excluyentes con aquellos de mediana y pequeña escala, primero porque en Colombia hay tierra suficiente, segundo porque las grandes inversiones terminan valorizando las tierras propias y el entorno, y tercero porque se puede y se debe fomentar los diferentes tipos de asociaciones entre unos y otros. Lo grave sería consagrar una política de producción a gran escala que excluya el desarrollo de la producción del pequeño agricultor o viceversa; lo primero traería un grave problema social inaceptable y, lo segundo nos llevaría a mediano plazo a la desaparición del campesinado por cuenta de las importaciones y a una gran inflación en el precio de los alimentos.

Reglas claras necesitamos para que unos y otros puedan trabajar; las reservas campesinas creadas desde 1994 por la Ley 160, también caben en este modelo de desarrollo, siempre y cuando sean para que el estado proteja al campesinado, preserve la tradición familiar de sus predios, garantice su desarrollo integral y el de sus tierras y sobretodo, proteja su libertad que debe incluir el libre ejercicio democrático.

Jamás para dejarlos a merced de quienes han ejercido por décadas sobre ellos una dictadura atroz.

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"No al aborto bajo ninguna circunstancia": senador José Darío Salazar

 

El legislador conservador felicitó a los 330.094 colombianos que firmaron la convocatoria al Referendo y especialmente a quienes promovieron y recogieron las firmas.

El senador conservador José Darío Salazar, refiriéndose al certificado expedido por la Registraduría Nacional del Estado Civil, a través del cual avala las firmas requeridas para impulsar la convocatoria a un Referendo Popular, con el propósito de que el pueblo colombiano prohíba el aborto en todas sus formas, expresó: "Celebro la decisión de la Registraduría, felicito a los 330.094 colombianos que firmaron la convocatoria al Referendo y especialmente a quienes promovieron y recogieron las firmas.

Convoco a los compatriotas para que ahora salgamos a recoger las 1'600.000 firmas que se requieren para pedirle al Congreso de la República que nos convoque a las urnas en las cuales debemos votar "No al aborto bajo ninguna circunstancia".

Prensa senador José Dario Salazar

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Amenazas y oportunidades

 

"La crisis financiera más trascendente, pues afectó a las economías de varios continentes, fue la producida por las hipotecas impagables en Estados Unidos": senador José Dario Salazar (Partido Conservador).

Esto llevó a la quiebra de varios bancos americanos, a la crisis económica de las grandes empresas de automotores, a la quiebra de empresas inmobiliarias y al despido masivo de miles de empleados, que obligó al estado a salir al rescate de la economía a través de estímulos monetarios sin precedentes y a la Reserva Federal a tomar medidas nunca antes vistas. Desde el inicio de la crisis en el año 2007 hasta ahora el gobierno americano destinó 1.2 millones de dólares a la compra de deuda hipotecaria; 200 mil millones de dólares para respaldar los créditos de las empresas y los hogares, 300 mil millones de dólares adicionales para respaldar la deuda pública y paulatinamente fue reduciendo sus tasa de interés desde 5.25% hasta llegar a 0%. Toda esta masa monetaria y la baja drástica de las tasas de interés cumplieron el objetivo de darle liquidez al mercado. Los efectos de estas medidas dieron resultados porque se recuperaron empleos perdidos, se devaluó el dólar permitiendo que aumentaran las exportaciones y se dinamizó la economía que hoy crece al 2.4%.

Las anteriores medidas y la propia crisis llevó a que grandes capitales que estaban en los países industrializados migraran hacia economías como Brasil, México, Colombia, Perú, Chile y otros países en vías de desarrollo con el propósito de hacer inversiones, ganar mayor rentabilidad y conseguir mejores tasas de interés. Este flujo de capitales dinamizó las economías emergentes pero también revaluó sus monedas abaratando las importaciones y encareciendo las exportaciones. Este último efecto acabó con muchos puestos de trabajo y, particularmente en Colombia, los sectores agroindustriales se vieron muy afectados. Lo propio ha venido pasando con la industria de las manufacturas.

A raíz de la recuperación de la economía americana que hoy se evidencia, la creación de 195 mil nuevos puestos de trabajo para junio, adicionales a los creados en meses anteriores, y seguramente la inflación que está causando el exceso de liquidez, el presidente da la Reserva Federal, Ben Bernanke, ha expresado que a corto plazo se empezarán a disminuir los estímulos monetarios; este anuncio ha causado una estampida de capitales que ahora están migrando de países en vías de desarrollo hacia la economía estadounidense con claros síntomas de recuperación. Los efectos no se han hecho esperar: la revaluación del dólar, el encarecimiento de las deudas contraídas en la moneda extranjera, el encarecimiento de las importaciones, el encarecimiento de la deuda pública, la caída de las bolsas de los países latinoamericanos, y el alza de las acciones de las bolsas americanas y europeas y el aumento en los intereses que debe pagar el estado colombiano por sus TES.

Todo indica que el tiempo de las grandes inversiones en América Latina y la llegada de grandes capitales se va a revertir o por lo menos se va a desacelerar, ojala parte de la masa monetaria que llegó a buscar refugió en Colombia cuando las épocas de vacas flacas de la economía americana lo haya hecho para quedarse. Lo que está sucediendo puede volver a dinamizar nuestra industria vía exportaciones pues tendremos un peso devaluado. Sin embargo insistimos, si no hay seguridad y continua la extorción a las empresas, si no se acelera la construcción de una nueva infraestructura para el país y si no ayudamos al campo colombiano con programas de verdadero desarrollo para sacarlo de su postración, habremos dilapidado otra oportunidad para que los diferentes actores de la vida nacional, cada uno desde su medio de acción, armonizados, cumplamos nuestra responsabilidad con la patria.

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El Modelo Económico no está resultando

 

El paro agrario programado para el próximo 19 de agosto, el cierre en el primer trimestre de este año de 26 compañías, entre las que se incluye Icollantas, son muestra que la economía no está bien.

Según un informe de la Superintendencia de Sociedades, en el primer trimestre del año, 26 compañías de los sectores agropecuarios, comercio, construcción, manufacturero, servicios y de transporte, se acogieron a la figura de la liquidación obligatoria. El 34% corresponde al comercio, 23% al sector manufacturero y el 13% al sector agropecuario.

El Gobierno parece no entender que el enfoque internacional que le ha dado a la economía no es suficiente para sacar al país adelante. Esto ha generado que de forma anticipada los sectores productivos sufran un proceso de desindustrialización.

La llegada masiva de bienes agrícolas subsidiados procedentes de otros países que protegen su producción, el inmenso contrabando de manufacturas, especialmente textiles y calzados, los costos excesivos de nuestra energía, la revaluación alimentada por el ingreso de capitales golondrinas en búsqueda de mejores tasas de interés, la ausencia y la lentitud en la construcción de una infraestructura moderna en vías, la inseguridad y la extorsión que se vive en campos y ciudades son factores que sumados, están destruyendo parte importante del aparato productivo y desindustrializado el país.

El modelo económico actual que prioriza la industria del petróleo y la minería y que abre nuestro mercado indiscriminadamente a los TLCs sin las previsiones necesarios para poder competir en igualdad de condiciones está contribuyendo a generar una economía informal sin precedentes hasta tal punto que más del 50% de los trabajadores colombianos viven en condiciones denigrantes. En abril del 2013 se perdieron 250.000 empleos en el sector manufacturero y 170.000 empleos en el agro.

Según el DANE, en el trimestre marzo a mayo los sectores que más han contribuido con el empleo fueron comercio, restaurantes y hoteles con un 5.2%; transporte, almacenamiento y comunicaciones con un 5.2% y actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler con un 10%. Sin embargo algunos sectores tuvieron un variación negativa, contribuyendo al desempleo, como construcción con un decrecimiento del 8.5%; agricultura y ganadería y pesca con un 5.7% de disminución; la industria manufacturera con una caída en 2.7%
En el empleo.

La industria, definitivamente no pinta mejor. Si bien para el mes de abril los resultados fueron positivos, para el primer cuatrimestre del año todavía se observa una caída del 2.7%. En especial han caído sectores como el de confecciones, con el 12.7% de variación, y el de papel, cartón y sus productos
Con una caída del 8.7%

Las importaciones en el mes de abril aumentaron 16.5% frente al mismo mes de 2012 y en 4.7 % en el primer cuatrimestre del año, frente igual periodo de 2012. Las importaciones que mayor variación tuvieron fueron las manufacturas con un crecimiento del 76.8%. Incluso las importaciones de productos agropecuarios, alimentos y bebidas aumentaron 10.9%. Mientras que las exportaciones para el mes de abril cayeron 1.2% frente a 2012. En general las exportaciones del primer cuatrimestre del años cayeron 7.3% frente a 2012.

En muchos de los casos como en el sector cafetero, el arrocero, el papelero entre otros han sentidos que el gobierno les ha ayudado a apagar incendios pero reconocen que la crisis continúa y que no ha sido suficiente. La mayoría de los sectores expresan que están trabajando a perdida. Frente al sector manufacturero la situación es similar.

Velar sobre todo por la productividad nacional, debe ser una prioridad del Gobierno. Si no lo protege es claro que la competencia internacional terminará arrasando con la industria nacional y con el sector agropecuario.

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Senador José Darío Salazar pide al Presidente Santos que exija al ELN liberación de compatriotas

 

El congresista a través de un comunicado hace referencia sobre la condición puesta por el presidente Juan Manuel Santos para iniciar negociaciones con el grupo armado.

Bogotá, julio 4 de 2013, (Prensa senador José Darío Salazar).-El senador conservador José Darío Salazar expresó que el presidente Santos no debe condicionar el inicio de las negociaciones de paz con el ELN a la sola liberación del ciudadano canadiense Jernoc Wobert, vicepresidente de la multinacional minera Braeval Mining Corporation, y quien se encuentra secuestrado desde el pasado mes de enero.

"El presidente Juan Manuel Santos debe también exigirle al ELN, previo a los diálogos de paz, la liberación de todos los militares y civiles colombianos que se encuentran secuestrados en su poder, y no ser discriminatorio contra nuestros compatriotas", manifestó el senador Salazar.

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Soluciones inmediatas a procesadores de cuero

 

"El problema no es de escasez de cueros, es cuestión de recursos, los productores nacionales están teniendo dificultades para pagar sus materias primas": senador José D. Salazar (Partido Conservador)

Este año, entre enero y marzo, se exportaron USD$71.678.203 en productos de la cadena del cuero presentando un crecimiento del 21.8% frente al mismo periodo del año pasado. Sin embargo, en ese mismo periodo se importaron USD$184.298.650 un 29% en el crecimiento a la competencia de los productores nacionales.

Según la encuesta de opinión industrial conjunta de la Asociación Colombiana del Calzado, el Cuero y sus Manufacturas (ACICAM), entre enero y marzo de 2013 la producción de zapatos y sus partes cayó 13.4% y sus ventas totales 2%, las exportaciones disminuyeron 2.8%; mientras que sus importaciones crecieron en un 32%. Los países que mayores participaciones tienen en el mercado de calzado nacional son China con 39% y Vietnam con 19%.

El sector de marroquinería cayó 5.3% en su producción y 12.1% en ventas totales, sin embargo, presentó una variación positiva de 19.9% explicado en ventas internacionales principalmente por el aumento de las exportaciones a Estado Unidos y Guatemala; aunque sus importaciones tuvieron un comportamiento similar, con un crecimiento positivo del 19%.

En el sector de procesamiento de pieles, en el primer trimestre del año la producción cayó 6% y las ventas totales cayeron 2.9%. Según el documento, esto viene explicado por una caída de las ventas internacionales pues el consumo interno permaneció estable.

China es uno de los mayores generadores de productos de la cadena del cuero a precios muy bajos, haciendo dumping o subfacturación sin olvidar el gran problema de contrabando. El gobierno debe ejercer controles mucho más fuertes.

Actualmente se importan más de 60 millones de pares de zapatos al año equivalentes al 55% del mercado nacional, hace unos años la producción nacional lograba abastecer en un 75% el mercado interno. Según la Cámara de Comercio de Cali, la disminución en la participación en el mercado nacional del producto interno ha representado una caída en el empleo solo para el sector de zapatos en 2.3%. Además de eso, el 25% de esos 60 millones de pares entran con precios inferiores a un dólar.

Esta cadena que genera 100 mil empleos de los cuales 60 mil son directos tiene potencial exportador de productos con valor agregado, pues el país se ha esforzado por especializarse en generar productos con diseño de talla internacional; y en ese sentido puede crecer todavía y debería crecer más sin descuidar el mercado interno.

Sin embargo, los productores de esta cadena se encuentran muy divididos. El problema radica en los intereses de cada uno de ellos. En este momento el gobierno se encuentra estudiando una solicitud para prohibir temporalmente la exportación de cueros crudos, la razón de quienes impulsan esto es que consideran que hay desabastecimiento del producto. La realidad es que los datos contradicen esta afirmación, en los últimos años el sacrificio de ganado, a pesar de su comportamiento en el primer trimestre del año, ha aumentado; se han sacrificado dos millones 400 mil reces de las cuales solo 500 mil pieles se han exportado.

El problema no es de escasez de cueros, es cuestión de recursos, los productores nacionales están teniendo dificultades para pagar sus materias primas, problema que debe solucionar el gobierno con créditos baratos y elásticos. El arancel para las importaciones de cuero crudo esta en cero desde el 2011. Los productores nacionales de calzado, marroquinería y de cuero procesado están buscando que los productores nacionales de cuero les vendan a mayores plazos, sin embargo, las empresas vendedores de cueros crudos prefieren exportar porque afuera les pagan más rápido ofreciéndoles mayor estabilidad en sus ingresos.

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Más grave que lo de San Andrés

 

"En ninguna parte de la convención se consignó y no podía hacerse porque los océanos no tienen dueño": senador Jose Darío Salazar (Partido Conservador).

En mayo de 1949 EE.UU. y Costa Rica suscribieron la convención para el establecimiento de una Comisión Internacional de Atún Tropical (CIAT). Sus objetivos fundamentales desde su creación fueron llevar a cabo investigaciones sobre la abundancia de los atunes de las aguas del Océano Pacifico oriental y promover y recomendar medidas para su conservación.

En ninguna parte de la convención se consignó y no podía hacerse porque los océanos no tienen dueño, que la CIAT, tendría la facultad de restringir los volúmenes de pesca de atún, asignar cuotas limitadas a los países o el número de buques que pudieran pescar. Sin embargo, con el correr del tiempo la CIAT se atribuyó estas funciones. Para mostrar la inequidad de esto: a Ecuador que tiene 15.000.000 de habitantes le asignó un derecho a pescar de 70.290 toneladas métricas (TM) de atún trimestralmente, a Panamá, con 3.700.000 habitantes le asigno 16835 TM trimestrales; a Nicaragua con 6.000.000 de personas, 11.176 TM, a Venezuela con 30.000.000 de habitantes y sin costas en el Océano Pacifico le asignó el derecho a pescar 24289 TM; a Colombia, país ribereño del Pacífico le asignó 10.966 TM también trimestralmente.

Todo esto se hace de forma arbitraria y abusiva, como fue la solicitud de la CIAT a nuestro gobierno, de sancionar a 2 buques colombianos, el Marta Lucia y el Dominador, a los que la autoridad de pesca colombiana les negó la licencia para pescar porque están en la lista de ilegales que confecciona la CIAT.

Vale la pena anotar que del 100% de la pesca en Colombia, lo que se ha venido pescando en San Andrés representa tan solo el 1%, el 98% se pesca en el Océano Pacifico y la inmensa mayoría es atún y vale la pena también anotar que lo que se perdió en pesca en San Andrés por el Fallo de la Haya representa tan solo el 6% de lo que están dejando de pescar los dos buques, aproximadamente 7500 TM de atún al año. El no otorgamiento de la licencia para pescar a esos buques, ha representado el despido de sus trabajos de aproximadamente mil mujeres cabezas de familia.

Cuando Colombia hizo adhesión formal a la CIAT en septiembre de 2007, el presidente Uribe al aceptar dicho instrumento internacional dejo consignada la siguiente nota: "El gobierno de la Republica de Colombia declara que ninguna disposición de la Convención ni las decisiones ulteriores adoptadas en relación con ella y no previstas en la misma, entre otras la definición del área del Océano Pacifico Oriental (OPO), la incorporación o exclusión de naves del registro regional de buques y la asignación de capacidades de acarreo, puede ser interpretada como una modificación de la posición de la Republica de Colombia frente a dicha Convención o el Derecho Internacional del Mar, en particular sobre sus áreas marítimas respecto de las cuales tiene soberanía o derechos soberanos o jurisdicción de conformidad con su legislación interna y el Derecho Internacional, incluidos los tratados internacionales aplicables, o como aceptación expresa o tácita de las disposiciones adoptadas en relación con esta Convención que limiten o tengan por efecto limitar el pleno ejercicio de cualquier derecho del cual es titular la Republica de Colombia"

Sin embargo, el decreto 444 del 1 de marzo del 2012, expedido por el presidente Santos modificó declaración interpretativa y suprimió de ella la siguiente frase: "la incorporación o exclusión de naves del registro regional de buques y la asignación de capacidades de acarreo", esto quiere decir que Colombia acepta las limitaciones de pesca que le imponga la CIAT y también el registro regional de buques ilegales en el que aparecen naves de bandera colombiana. Con esta decisión se consuma un acto derogatorio a una reserva que protegía intereses patrios y soberanos, poniéndonos a merced de países como Nicaragua, pues en la CIÁT, un solo voto de cualquiera de sus integrantes tiene poder de veto a nuestras pretensiones.

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Invitación a la OCDE no cambia nuestra realidad

 

"De los 34 países que pertenecen a la OCDE, 31 son calificados por el Banco Mundial como de ingresos altos. Los restantes 3, Chile, México y Turquía son países de ingresos medios altos": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Bogotá D.C., mayo 31 de 2013.-El club de los países ricos parece ser una mejor descripción que el club de las buenas prácticas. Sin embargo, mientras que Colombia tiene un ingreso per cápita de US$6070, el país de la OCDE que menores ingresos tiene es México con US $9420, un poco más de US$3000 de diferencia con el nuestro. El promedio de ingresos per cápita de los países de la OCDE es 6 veces mayor que el nuestro.

Lo cierto es que la OCDE (Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo) según un documento de su secretario general tiene planteado como orientación estratégica para este año 3 objetivos: impacto, inclusión e implementación. Impacto frente a las políticas que promuevan y generen cambios, que logren un crecimiento económico más fuerte, más limpio y más justo. Muy importante para Colombia pues es unos de los países más desiguales del mundo incluso frente a países de Latinoamérica. Estos objetivos son esenciales, en especial teniendo en cuenta el crecimiento económico actual que no ha sido nada satisfactorio, pues la caída en de la producción industrial en 6.1% en el primer trimestre del año es dramática y lamentablemente se puede traducir en recorte de puestos de trabajo.

Un crecimiento inclusivo según dice el documento de la OCDE debe tratar de alcanzar un enfoque que realmente genere crecimiento con equidad, sostenibilidad y por supuesto, bienestar.

Por último, pero no menos importante, implementación. Siempre es necesario que las instituciones de gobierno sean fuertes y eficientes a la hora de llevar a cabo un proyecto, cualquiera que sea este.

Esperemos que esta estrategia de fortalecer las instituciones sea rápidamente implementada en Colombia que, por su alto grado de corrupción, año a año pierde la confianza de la ciudadanía en las mismas y pierde inmensos recursos que, de otra forma, podrían aprovecharse para el bienestar de los colombianos.

Vale la pena recordar y hacer énfasis en que esta es una organización de cooperación para implementar políticas que realmente contribuyan a mejorar los ingresos per cápita de los colombianos y sus condiciones de vida.

Una de las frases que pronunció el secretario general de la OCDE al hacer el anuncio de la invitación a Colombia y Letonia que, no es de adhesión formal a la misma, fue: "enriquecerán nuestra experiencia colectiva y reforzarán la OCDE como fuente de políticas públicas efectivas e innovadoras", es más un cumplido que una realidad.

Cuáles políticas públicas efectivas? Si la producción industrial cae mes a mes, el empleo informal está casi en el 70% y la desigualdad sigue siendo superior al 50%, el desempleo no baja, menos de forma permanente y estable y no hemos logrado reducirlo a un dígito. ¿O llamaran políticas sostenibles a los subsidios crecientes que se entregan mes a mes?.

Ser invitado a formar parte de la OCDE no cambia nuestra realidad de país inequitativo y desigual, así el presidente Santos nos quiera vender la idea contraria.

Para ingresar a la OCDE falta lo obvio, recuperar y mejorar el ritmo económico perdido y, por supuesto, crecer a tasas mayores, derrotar el desempleo y hacer de Colombia un país equitativo sin las diferencias abismales que existen en lo económico y social. Este gobierno no parece estar interesado en políticas que verdaderamente contribuyan a lograr una producción más eficiente, está en una carrera por firmar tratados y acuerdos internacionales y por ser incluidos en este tipo de clubes de buenas prácticas, sin tenerlas. La política light del show y del flash con el objetivo prioritario de la reelección.

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Un drama, la caída de la industria

 

El año no lleva seis meses de corrido y se sienten los efectos de la crisis económica.

Según el DANE, en el último trimestre la producción del país ha caído hasta en 50% para algunos sectores. En un 50.6% cayó la producción de carrocerías para vehículos automotores; partes, piezas y accesorios para vehículos automotores decreció 25.1%; vehículos automotores y sus motores disminuyó en 10.4%. La producción de los ingenios, las refinerías de azúcar y los trapiches paneleros redujeron su producción en 29.6%; la de prendas de vestir y confecciones decreció en 16,4% mientras que los textiles cayeron en 24.6%. Esto solo por mencionar algunos sectores. De hecho el anexo del boletín de la muestra mensual manufacturera del DANE es decepcionante, es ver una fiesta de signos negativos. La mayoría de los sectores presentaron un decrecimiento, fueron 37 de 48 sectores analizados.

Desde abril de 2012 hasta marzo de 2013, la producción ha disminuido 1.6% frente al mismo periodo del año anterior. Solo en el último trimestre decreció 6.1% frente a igual periodo de 2012. En el último trimestre del año pasado la producción cayó 1.9%. El año 2012 empezó con una tasa de variación de la producción positiva de 2.0%, y venía de estar creciendo entre un 3.5% y una tasa de 6.2% en el 2011. En el segundo semestre de 2012 las tasa de crecimiento de la producción fue de 0.4%. Al ver los resultados de los primeros dos trimestres del año 2012 era evidente que algo estaba destruyendo parte de la productividad del país.

El Banco de la República empezó a finales de julio del año pasado a reducir su tasa de intervención. Sin embargo, no solo esas disminuciones no se han reflejado de la forma esperada en las tasas de interés de los bancos comerciales sino que tampoco han contribuido a reactivar la situación de la economía.

Sorprende que un plan de apoyo anti cíclico salga cuando hay ya casi un año de malos resultados. ¿Por qué no se tomaron medidas con anterioridad a que el problema se agravara? Debe alarmarnos que durante todo este tiempo el gobierno entregó datos positivos de empleo, en este sentido vale la pena preguntarse cómo era que estaba creciendo el empleo si la producción estaba decreciendo. ¿Se están sumando, indiscriminadamente, empleos informales con formales?

Entre las medidas que están contempladas hay una que tal vez produzca efectos positivos, es el subsidio a la compra de vivienda nueva en forma de un menor interés en los créditos. Esto debe estimular la construcción que ha tenido un buen desempeño según los datos del primer trimestre del DANE en cuanto a licencias aprobadas, con un 32.1% de aumento en el área aprobada respecto al mismo periodo de 2012, crecimiento que en su mayoría viene explicado por un 75.6% de crecimiento en área aprobada para vivienda de interés social.

En una entrevista concedida al diario La República el primer ministro de Nueva Zelanda, comentó que al eliminar los subsidios en ese país, los campesinos se adaptaron a la economía de mercado y se convirtieron en eficientes. Una medida como esta es imposible en una Colombia sin vías rurales, sin infraestructura de carreteras secundarias, con pocos kilómetros de dobles calzadas, con la producción agrícola concentrada lejos de los puertos y, sin acceso rápido a estos, sin tecnología en el campo, sin distritos de riego.

En este momento y con las cifras como están, lo que es claro es que cualquier apoyo que se dé al campesino es más que justificado y necesario y no debe ser fruto de presiones y protestas legítimas, sino el desarrollo de una política de redención del campo que pague la deuda histórica con este sector.

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Optimismo de Santos difiere de la realidad

 

"Según datos de la Comisión de Estados Unidos de Comercio Internacional, las exportaciones de lácteos a Colombia, enero a marzo de 2013, crecieron en 208.5% frente al 2012": senador José Darío Salazar Cruz (Partido Conservador).

En la Comisión de Estados Unidos de Comercio Internacional, se encuentran datos consolidados de cómo, no solamente las exportaciones de lácteos de EEUU han crecido el doble, sino también las de productos como la soya que han aumentado en más del 400%.

En general las exportaciones de productos agrícolas de EEUU hacia Colombia han aumentado un 62%.
El total de bienes exportados desde Estados Unidos hacia Colombia para el periodo mayo 2012 a marzo 2013 fue de USD $15.9 billones y presentó un crecimiento de 20%. Mientras lo exportado hacia ese país ha decreció en 9.11%.

Estas cifras muestran un evidente desequilibrio, en contra nuestra, en el ritmo de crecimiento actual del intercambio comercial en materia agrícola con EEUU. Cosa distinta es que en materia de exportaciones de productos tradicionales del mismo sector como el café, las flores y el banano, mantengamos superávit debido a que EE.UU no producen estos bienes.

Otro aspecto preocupante es la reciente cifra del sector industrial que informa que entre enero y marzo la producción en el país cayó 3% generando un desestimulo para los empresarios que tenían pensado hacer nuevas inversiones. El panorama sombrío se confirma sobre sectores de la industria como los textiles, cuya producción cayó 23,6%; autopartes que se redujo en 19,2%; vehículos en 9,9%; hierro y acero cayeron en 11,8% y calzado en 13,4%.

Insistimos en que la alianza que se está negociando con México, Perú y Chile merece todo el cuidado del gobierno nacional. México es gran productor agrícola y desde hace casi 20 años tiene un TLC con EEUU, sin embargo, los resultados son evidentes: para poner un solo ejemplo: el del sector lácteo, antes de la entrada en vigencia del TLCAN había en México 180 mil ganaderos en la actualidad quedan solo 32 mil ganaderos, el 82% de los pequeños productores desaparecieron y el hato mexicano se estabilizó en 31 millones de cabezas de ganado.

Frente al agro, en el 2002, el Banco Mundial en un documento referido a México dijo: "Se puede decir que este sector [rural] ha sido objeto de las reformas estructurales más drásticas (la liberalización comercial impulsada por el GATT y el TLCAN, la eliminación de controles de precios, la reforma estructural sobre la tenencia de la tierra), pero los resultados han sido decepcionantes: estancamiento del crecimiento, falta de competitividad externa, aumento de la pobreza en el medio rural [...]. Esto plantea un importante problema de política, debido a que a partir de 2008 el TLCAN pondrá al sector en competencia abierta con Canadá y Estados Unidos".

Con este modelo, lo que queda claro es que el sector agrícola de Colombia tiene un perspectiva gris.

Es necesario la ejecución rápida de proyectos de infraestructura; la construcción masiva de distritos de riego no da espera, los subsidios al campo son una necesidad, el costo de los insumos tiene que controlarse, el acceso a préstamos para la industria y la agricultura tiene que mejorar, las tasas de interés deben bajar, los controles al ingreso de divisas deben hacerse, el combate al contrabando debe ser eficaz.

Lamentablemente, el optimismo del Presidente Santos, al anunciar que nuevos productos frutícolas y exóticos se empiezan a exportar a los EEUU, se opone la realidad de las cifras. Estas no mienten y deben mirarse en conjunto: al aumento del desempleo en el campo en el último año, se suma la caída en 3% del sector industrial y a su anuncio de que cancelaran nuevas inversiones ante el estancamiento de las ventas, la subutilización de su capacidad instalada, la disminución en el consumo y el mal clima para los negocios.

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La Alianza del Pacífico

 

"El agro colombiano tiene 20 años de rezago tecnológico y por eso la producción no es más competitiva, además del evidente problema del retraso en infraestructura": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Esta semana fue aprobado en el Congreso un acuerdo marco para impulsar la integración con Perú, Chile y México, con el propósito de dinamizar el trabajo conjunto hacia la cuenca del pacifico y el continente asiático y, profundizar los tratados de libre comercio vigentes entre los cuatro países latinoamericanos, incluyendo el nuestro.

El problema es que esta negociación, que ratifica los acuerdos comerciales ya establecidos, implica que dichos acuerdos aplicarían para todos los productos, incluso aquellos sensibles para los cuales los países se habían reservado una protección en las negociaciones iniciales.
Con Perú, Colombia ya ha liberalizado casi todos los productos y no hay nada más que negociar; sin embargo, con México y Chile hay algunos productos con los que se debe ir con cuidado.

Nuestra balanza comercial con México es deficitaria, es decir, que es más lo que importamos de ese país que lo que exportamos. Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, para el periodo enero-febrero de este año, el déficit ha sido un poco más de USD$665 millones de dólares, para el mismo periodo de 2012 fue un poco más de USD$806 millones y para el 2012 de USD$596 millones, siempre deficitaria.

Con Chile la balanza todavía es superavitaria; sin embargo, se presenta un problema con este país, pues tiene una clausula en el acuerdo con Brasil que le exige extenderle los beneficios que otorga a otros países, en este caso hay productos como el azúcar y el café que sufrirían considerablemente pues la producción brasileña invadiría el mercado chileno.

México es firme a la hora de esta negociación y siempre trata de proteger su economía, especialmente los productos del agro, sector que fue duramente golpeado después del acuerdo comercial que suscribió con Estados Unidos; de algo debió servirle esa amarga experiencia. De ahí que todavía mantiene un 4% de sus productos protegidos. Chile mantiene el 2% de sus productos protegidos y Colombia el 3%; sin embargo, la intención que ha dejado ver el gobierno colombiano es liberalizar el 100%, mientras que los productores del agro han sido claros en pedir que al menos el 2.75% de sus productos permanezcan fuera de la negociación y se conserve el mecanismo de las franjas andinas que ofrecen un mínimo de protección hacia nuestros productos; si estas se eliminan, tal como lo buscaran los otros países de la cuenca del pacifico, defensa en la que nuestro Ministerio de Industria y Comercio ha sido tibio, traerá la debacle para nuestros agricultores y los millones de empleados y sus familias que viven de las actividades del agro.

Por ejemplo, para el caso de la carne de cerdo, si esta llegara a liberalizarse por completo o limitada mediante contingentes, México sería un gran beneficiado y también Chile. Mientras México y Chile exportan 64 mil y 100 mil toneladas de este producto al año respectivamente, según un documento de la SAC, Colombia produce apenas 241 mil toneladas y no tiene capacidad de exportación. Si por alguna razón nuestro país lograra ser exportador no podría entrar al mercado mexicano pues, este mediante barreras fitosanitarias, exige que la carne que entre sea libre de aftosa sin vacunación, elemento que Colombia no cumple.

El agro colombiano tiene 20 años de rezago tecnológico y por eso la producción no es más competitiva, además del evidente problema del retraso en infraestructura.

La fiebre del Presidente Santos por ser protagonista de la Alianza del Pacifico no debe precipitar las negociaciones y cada cosa debe ser bien estudiada, porque en materias tan delicadas donde está en juego el agro colombiano, ávido de tantas reivindicaciones, los beneficios otorgados deben traducirse en mayores beneficios recibidos.

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La caña de azúcar

 

"Si el café es el producto agrícola que más se cultiva en Colombia y que más empleo genera, el cultivo de caña de azúcar no se queda atrás": senador José Dario Salazar (Partido Conservador).

Mientras que la producción de café está en 20 departamentos la producción de caña está en 26. El solo cultivo de esta para la producción de panela genera 1.75 millones de empleos entre directos e indirectos y 49 millones de jornales al año. Existen 240 mil hectáreas productoras de caña panelera distribuidas en 70 mil fincas para un promedio aproximado de 3.5 hectáreas por finca, sólo el 5% de la producción nacional panelera es desarrollada a través de explotaciones superiores a las 50 hectáreas. Se producen 1.4 millones de toneladas al año. La India, el primer productor de panela en el mundo, produce 7.214.000 toneladas.

Las hectáreas de caña para azúcar y alcohol carburante son 230 mil. Estas producen 2.5 millones de toneladas de azúcar y 400 mil toneladas de alcohol. Apenas el 25% de estas hectáreas pertenecen a los ingenios y el restante 75% pertenecen a proveedores que son 1500 productores independientes. El sector azucarero en el país genera 300 mil empleos directos y 1.5 millones de empleos indirectos.

En los últimos años, las importaciones de azúcar han aumentado de forma descontrolada, afectando la estabilidad de estos empleos y finalmente el desempeño económico de muchas empresas y familias que se dedican a esta producción, algunas de las cuales han decidido dejar de cultivar caña. El año pasado se importaron 320 mil toneladas de azúcar. Lo triste es que estas importaciones solo benefician a un pequeño grupo de empresarios, y un selecto grupo de empresas entre multinacionales y nacionales que no generan mayor empleo, comparado con los que derivan del cultivo de la caña para producción de azúcar y panela.

El gremio de los paneleros han radicado sus peticiones y quejas al gobierno nacional, del que solo obtienen respuestas vacías y, en la mayoría de los casos, evasivas. Hay muchos establecimientos ilegales sin control alguno por parte del gobierno que trabajan con caña robada. Con el azúcar que está ingresando al país, se está haciendo panela adulterada por un precio mucho más bajo que el nacional; mientras el costo de producir un kilo de esta es de $2500 pesos, la que se produce con azúcar importada o de contrabando la están en vendiendo en $1200 el kilo.

Actualmente, se han escuchado voces que pretenden que se quiten las Franjas Andinas de Precios que funcionan de forma que si el precio internacional del azúcar baja, el arancel sube o viceversa. Esta decisión llevaría al cierre de muchos trapiches e ingenios y al despido de miles de trabajadores. Sería un golpe mortal para el sector cañicultor que en total genera aproximadamente 3.55 millones de empleos.

En 2009, el sector panelero tuvo la intención de movilizarse en protesta por la situación que padecen; sin embargo, lograron llegar a un acuerdo con el gobierno. En este acuerdo se habla de $15 mil millones de pesos para la promoción del consumo que, se tradujeron en solo $1200 millones, lo que refleja el incumplimiento de gobierno hacia un sector tan sensible para la economía y la tranquilidad social del país.

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La reforma pensional no da espera

 

"Las cifras son claras; el país y los trabajadores necesitan una reforma pensional inmediata que borre la inequidad existente e incluyente": senador José Darío Salazar Cruz (Partido Conservador).

Las pensiones son uno de los componentes más importantes en una economía y por ello mismo generan grandes preocupaciones. Aquellas permiten que quienes han trabajado aseguren ingresos para su vejez que les ofrecerán modesta pero digna calidad de vida mientras descansan. Estos ingresos también contribuyen a crear un círculo virtuoso en la economía pues, quien tiene capacidad de gasto, consume, deriva ingresos y utilidades para las empresas que, a su vez, pueden mantener y aumentar el número de empleados y producir nuevos ingresos a la economía.

Esta política ha sido un reto para los gobiernos porque ha generado un alto nivel de gasto. Se calcula que el pasivo pensional actualmente está por el orden del 120% del PIB. Sin embargo, en los últimos 20 años alrededor del 40 por ciento de la reducción del PIB, en valor presente neto de las obligaciones por pensiones, se puede atribuir a los efectos de la Ley 100 de 1993 que se centró en la reducción de las tasas de sustitución y del aumento de la edad de jubilación. El restante 60 por ciento de la reducción del PIB se logró con las Leyes 797 y 860 de 2003, al reducir aún más las tasas de reemplazo y, a partir de la reforma constitucional de 2005, se prohibió el uso de regímenes especiales en el futuro. Antes de la reforma de la ley 100 el pasivo pensional estaba en el orden del 200% del PIB.

A través de la Ley 100 de 1993 se instituyó un sistema pensional público-privado en Colombia, con esta reforma se intentaba solucionar tanto cobertura como de sostenibilidad financiera. Con la reforma de la ley 100 y, bajo la ley 797 de 2002, las cotizaciones pensiónales de carácter general se incrementaron en un 1%, llevándolas a 14,5%, encareciendo la nómina de las empresas sin solucionar definitivamente el pasivo ni la cobertura. Después, con el Acto Legislativo 01 de julio de 2005, se buscó incluir elementos que mejorarán la equidad y sostenibilidad financiera del sistema pensional, en esta se tomaron medidas como el tope máximo de 25 salarios mínimos a las pensiones en el Régimen de Prima Media y se redujo el periodo previsto para los regímenes de transición.

Sin embargo, ninguna de estas medidas ha podido resolver definitivamente los problemas y actualmente uno de los graves realidades del sistema pensional colombiano es que, mientras representa el 22% del gasto público anual tienen una cobertura de apenas el 25%. Otros países como Portugal, aun con la crisis que padece y con un gasto del 21.9%, tiene una cobertura del 82%. Otro de los grandes problemas es la iniquidad del sistema, según un informe de Fedasarrollo, las personas que ganan menos de un salario mínimo legal vigente, alrededor del 90%, no están afiliadas al sistema pensional. Mientras que apenas el 50% entre las personas que ganan de uno a dos salarios mínimos y el 70% entre las que ganan más de dos salarios mínimos, están afiliadas.

Otro informe evidencia que los subsidios del sistema de prima media están muy mal distribuidos pues, mientras que el 0.3% de ellos van al primer quintil, es decir el 20% de la población más pobre, el 80% van al último quintil, el 20% más rico de la población.

Según Fedesarrollo, a junio de 2012 los pensionados en Colombia eran tan solo el 30,1% de la población en edad de pensionarse, lo cual equivale a cerca de 1,5 millones de personas. El Ministerio de trabajo, habla de 22 millones de colombianos trabajadores, de los cuales apenas 7.7 millones están inscritos al sistemas general de pensiones, sin embargo, comenta que el 90% de estos 7 millones no se puede pensionar pues, o no cumple con las semanas o con el ahorro suficiente.

Las cifras son claras; el país y los trabajadores necesitan una reforma pensional inmediata que borre la inequidad existente e incluyente.

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Los Trabajadores de las Minas

 

"La Minería en Colombia es el sector que genera los mayores ingresos en el país, tuvo un crecimiento de 5.9%; sin embargo esto no se refleja en las condiciones en que están sus trabajadores": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Mientras Chile exige un mínimo de agua potable por trabajador y por cada integrante de la familia, en Colombia muchos de ellos laboran en condiciones que atentan contra su salud, deben trabajar aspirando los gases tóxicos de las minas, los que deterioran la salud y les acortan su vida dramáticamente. Valdría la pena que el DANE, hiciera un estudio que debe ser sencillo, sobre las condiciones laborales y el promedio de vida de los mineros.

Hay decretos en el país que a lo largo del tiempo se han expedido y que reglamentan condiciones de salud e higiene para la minería. Uno de ellos de 1987, otro de 1993 y el 035 de 1994. Los avances tecnológicos con seguridad obligan ahora hacer una revisión de las normas existentes para ponerlas acordes con la legislación de los países más avanzados sobre estos temas.

El decreto 1335 del 87 aparte de exigir la creación de un Comité de medicina, higiene y seguridad industrial exigió que este proponga las bases de un reglamento, evalúe los programas en aplicación frente al tema, investigue las causas de accidentes y enfermedades, proponga capacitaciones, vigile el suministro de elementos de protección, entre otras funciones. También exige unas condiciones básicas para el aire, en las cuales se mencionan apenas 7 gases de potencial toxico y un mínimo de oxígeno. Menciona, entre otros, valores máximos de concentración de polvos inflamables y de polvos respirables, en especial elementos para evitar accidentes que pongan en riesgo la vida de los mineros.

El decreto 2222 del 93 es mucho más completo. Incluye temas de salud, de niveles aceptables de ruido y temperatura en los campamentos y vuelve a mencionar cosas sobre el aire en el trabajo.

El decreto 035 del 94 fortalece los decretos anteriores en términos de que da herramientas para sancionar el incumplimiento.

Chile no solo se toma la molestia de medir las condiciones mínimas de aire, sino también de sanitarios y de duchas por número de empleados. Exige por 100 trabajadores mínimo 7 sanitarios, por cada 10 trabajadores adicionales uno más. Frente a agua potable, exige que cada empleado tenga al menos 30 litros de agua y lo mismo para cada uno de los miembros de su familia, los trabajadores en Chile, si aumentan la cotización pueden disminuir la edad de jubilación hasta en 10 años.

En Colombia frente a climas cálidos hay exigencia de sanitarios y dispensadores de agua potable cerca de las zonas de trabajo; queda la duda de si los que trabajan en climas más frescos tienen derecho a sanitarios y dispensadores de agua cerca de sus zonas de trabajo, y queda todavía la duda de las duchas, donde estarán y cuantas, pues en algunos casos son necesarias para limpiar los gases o líquidos tóxicos a los que se exponen.

Sin embargo, estas normas se quedan cortas en exigir elementos que realmente beneficien y mejores la calidad de vida de los mineros. El Gobierno debe revisar con suma urgencia las normas sobre el tema, actualizarlas para ofrecer a los trabajadores las mejores condiciones laborales y lo más importante, hacerlas cumplir.

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Tasas de interés

 

 

"En este momento en Colombia se necesita lograr expansión pues ya se están viendo problemas en la economía": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

La tasa de interés es una de las herramientas de política monetaria que tienen los bancos centrales para influir en la economía. Tienen el potencial de lograr expansión mediante una reducción de tasas de interés o contracción mediante aumento de estas.

En este momento en Colombia se necesita lograr expansión pues ya se están viendo problemas en la economía, se está sintiendo la contracción en la demanda y la producción es superior a la necesaria. De hecho desde hace unos meses el Banco de la República ha ido bajando la tasa de interés interbancaria o de referencia, es decir, la tasa a la que el Banco le presta a los bancos comerciales. Empezó en 5.25%, hoy se encuentra en 3.75% y con expectativa a la baja en la próxima reunión de la junta del Banco.

Lastimosamente, poco ha influido esto en el sector financiero. Los bancos comerciales no han bajado sus tasas de interés como esperaría el consumidor financiero. Según el gerente del Banco de la República, el efecto de variaciones en la tasa de interés sobre el gasto toma entre seis meses y un año. El 27 de julio de 2012 el banco central realizó su primera reducción y desde ese momento ha bajado 25 puntos básicos mensualmente, exceptuando los meses de septiembre y octubre de 2012.

Van más de seis meses en este proceso y aun no se sienten las bajas en las tasas de interés comerciales, incluso algunas de las tasas en Colombia son superiores a las de otros países teniendo en cuenta que en este momento la tasa de referencia nuestra es mucho más baja.

El crecimiento económico del año pasado fue de 5.3% para el primer trimestre, 5.0% para el segundo, un depresivo 2.7% para el tercero y finalmente del 3.1% para el ultimo. Para el año completo, según el DANE, la tasa de crecimiento fue de 4%, inferior al esperado al iniciar el año. Es posible, en un grado bajo, que la política anti cíclica que empezó el Banco de la República al iniciar el segundo semestre del año haya empezado a revertir la tendencia del tercer trimestre, sin embargo es claro que en época de diciembre, por las compras y las contrataciones de navidad, las cifras económicas mejoran.

Lo que queda por concluir es que así como van las cosas, al menos hasta ver los efectos de los cambios de la tasa de interés de referencia, es también hacer un buen control y vigilancia de las entidades financieras para que bajen sus tasas.

Haciendo un comparativo de las tasas de interés con otros países, la tasa promedio para crédito hipotecario que maneja Colombia es 11.35%, frente una tasa de 9.22% en Perú, y 9.4% en Brasil, la de Chile está por el orden del 4.5%. Otros países como México tienen tasas superiores a la colombiana con 12.3%. Es de resaltar que las tasas de tarjeta de crédito de Colombia son las más bajas de Latinoamérica; sin embargo, la tasa continúa siendo alta y es el consumidor el más afectado. La tasa de interés para este medio es de 30.22% en el país, frente a 44.45% en Perú, por el orden de 300% en Brasil, 35% en México y 54.24% en Chile.

En tasas como la de créditos corporativos, mientras en Perú la tasa es del 6.01%, la de Colombia es de 8.21%. En cuanto a microcrédito, las tasa entre Perú, Chile y Colombia son aproximadamente las mismas, 30.99% para el vecino país, entre 30 y 35% para Chile y 30.85% para Colombia.

Y es que cabe resaltar esto pues, la tasa de Colombia es más baja frente a estos países. La peruana es de 4.25%, la mexicana es de 4%, la brasilera de 7.25 y la chilena del 5%.

 

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¿Qué piensa el presidente Santos?

 

"Entre las muchas y variadas propuestas que hacen las FARC, llaman la atención algunas partes que ellos proponen para "el desarrollo rural y agrario de Colombia": senador José Darío Salazar (Conservador).

Una de estas propuestas es la que se refiere a cultivos legales de marihuana, amapola y hoja de coca y, sustitución de cultivos de uso ilícito para transitar hacia producciones alternativas o de sustitución o para su legalización, atendiendo fines medicinales y terapéuticos o razones culturales.

La sustitución de cultivos ilícitos por producción de alimentos como cacao, café, banano no es tema nuevo ni tiene origen en las propuestas de las FARC. Desde hace años se viene desarrollando en el país esta estrategia que debe profundizarse con mayores recursos para ofrecer al campesino cocalero una verdadera alternativa de producción que dignifique a su vida familiar. Frente a esta política es mucho lo que falta por hacer, sin duda porque el estado ha sido mezquino en destinar suficientes recursos para sustituir la vida de penurias en que viven muchos de nuestros campesinos, por una vida con dignidad.

Después de la erradicación de los cultivos ilegales no se puede abandonar al campesino sin alternativas viables de producción pues, más temprano que tarde volverán a su antigua producción cocalera para proveerse los recursos de su supervivencia.

La propuesta de las FARC, de legalizar los cultivos de marihuana, amapola y hoja de coca para fines medicinales y terapéuticos o razones culturales, sí es de su propia cosecha.

Frente a esta propuesta debemos decir que ello conllevaría a legalizar medidas que terminen alimentando un negocio ilícito como es la exportación de droga a buena parte del resto del mundo. Lo que se conseguiría al poner en práctica esta propuesta es que cese la persecución de las fuerzas del orden a muchos de quienes se dedican al negocio del narcotráfico. De otra parte, la legalización de la producción de las drogas ilícitas estimulará el consumo y cobrará nuevos adictos, especialmente entre nuestros jóvenes. Veremos seguramente desfilar también hacia nuestro país, tal como sucede en Holanda, jóvenes adictos de otras partes del mundo en búsqueda del paraíso del consumo de drogas en que se convertirá Colombia, que se derivará de la propuesta de las FARC.

Por otra parte los productores de medicamentos y tratamientos terapéuticos no necesitan para producir sus fármacos de la legalización de amplias zonas de cultivos ilícitos. La mayoría de los medicamentos que consumimos los humanos no están elaborados con cocaína, amapola o marihuana. Los precios altos deben reducirse sustancialmente a través del comité de control de precios de medicamentos cuya junta la componen: un delegado del Presidente de la República, el Ministro de Industria y comercio y el Ministro de Salud, comité que por mucho tiempo ha sido indiferente ante los altos costos de los medicamentos en Colombia.

Sería bueno que el presidente Santos nos dijera qué piensa de la propuesta de las FARC sobre la legalización de los cultivos ilícitos ya que, nos anuncia con frecuencia avances y acuerdos en los diálogos pero no nos ha dicho el contenido de las materias acordadas.

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El legado de Chávez

 

"Por cuenta de las políticas de Chávez, se expropiaron tierras dedicadas a la agricultura y la ganadería, convertidas hoy en fundos improductivos": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

De la Venezuela próspera, ejemplo de inversiones que generaban empleo, de campos propicios para producir sus propios alimentos, de un sector automotriz robusto, de ciudades industrializadas como Valencia, de autopistas e infraestructura pública envidiables, todo ello habitado por un pueblo alegre, ya no queda nada.

Por cuenta del expresidente Chávez y su socialismo del siglo XIX, se destruyeron el estímulo a la iniciativa privada y se expulsó del mercado aproximadamente el 50% de las empresas que producían y generaban puestos de trabajo. El resultado de esto es el inmenso gigantismo del gobierno venezolano que, para reemplazar los puestos de trabajo destruidos en el sector privado, llenó de burocracia innecesaria e ineficiente el sector público.

Por cuenta de las políticas de Chávez durante estos tres lustros, se expropiaron de manera selectiva tierras dedicadas a la agricultura y a la ganadería, convertidas hoy en fundos improductivos. El resultado es que Venezuela que producía maíz, arroz, fríjol, hoy debe importar estos productos y otros como café, azúcar, carne y lácteos en un 75% para alimentar a su pueblo. Como consecuencia de esto Venezuela está sometida a un gran desabastecimiento de alimentos y a la más grande inflación que país alguno en América Latina tenga (20,1% anual) que es el mayor impuesto a los pobres.

Por cuenta del gobierno de Chávez, Venezuela aparece hoy como uno de los países más corruptos del mundo porque las prácticas dictatoriales del ex gobernante y los miembros de su partido único, acabaron con la autonomía e independencia del poder judicial, de los órganos de control y del propio legislativo.

Por cuenta de Chávez la libre expresión en los medios de comunicación cesó, fueron acalladas y canceladas las licencias de funcionamiento a emisoras, periódicos y programas de televisión por disentir de las políticas gubernamentales.

Por cuenta de la ineficiencia del gobierno, Venezuela que está sobre inagotable riqueza petrolera, disminuyó su producción de aproximadamente tres millones de barriles diarios de petróleo a dos millones, a causa de la burocratización e ineficacia administrativa en que está sumida PDVSA que, en otrora, fuera ejemplo de eficiencia, productividad y orgullo de los venezolanos.

Por cuenta de las políticas populistas y demagogas de Chávez, Venezuela, uno de los países más ricos en recursos hídricos del mundo, es también el de mayores racionamientos de energía porque la ausencia de administración de sus hidroeléctricas ha llevado a que éstas funcionen apenas en un 50% de su capacidad instalada.

Al morir el señor Chávez, deja como herencia al pueblo venezolano una deuda pública de aproximadamente 250 mil millones de dólares; por cuenta entre otras de sus equivocaciones, de los abultados giros y subsidios, y compras de deuda pública a Argentina, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Bolivia, deuda que tendrá que pagar el pueblo venezolano, si le alcanza el tiempo, con hambre, sudor y lágrimas.

A todo ese panorama desolador debe sumarse que el legado de Chávez convirtió a un pueblo amable, de temperamento alegre, optimista, en un pueblo lleno de odios y rencores que, por cuenta de las políticas de Chávez ha convertido su diario vivir en lucha de clases y enfrentamientos que, además ha alimentado una violencia sin igual que deja más de 21 mil muertos anuales en el país y en Caracas, su capital, 5 mil 623, lo que la convierte en una de las ciudades más inseguras del continente.

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La minería sin control

 

"Lo que debió hacerse no se hizo: exigir a cada empresa que invierta en métodos apropiados de extracción y transporte", senador José Darío Salazar Cruz (Partido Conservador).

La minería es uno de los grandes sectores productivos del país, representa un poco más del 2% de PIB y aproximadamente 26% de las exportaciones, genera muchos ingresos y atrae gran inversión al país pero tiene profundo efectos ambientales, sociales y económicos. La revaluación que afecta a los otros sectores productivos es uno de ellos. Pero hay más que deben ser estudiados y solucionados desde ya para que a futuro no sean causa generadora de extrema pobreza o de otros problemas como la escasez de recursos naturales.

Los ambientales pueden ser los más evidentes, no es secreto que se genera contaminación del aire, de los ríos o de los mares (el caso Drummond) hay sucesos que se dan continuamente y que afectan cada vez más los recursos naturales. La minería altera la fauna y la flora, genera desplazamientos o mutaciones; es bueno recordar que Colombia es unos de los países de mayor biodiversidad en el mundo y concentra un poco más del 10% de las especies de plantas y animales del planeta.

En un estudio sobre los impactos de la minería por cada región, la Universidad de la Guajira, dice que los efectos más mencionados de la actividad minera son la deforestación, la erosión, la disminución de los cauces de los ríos o destrucción de las fuentes hídricas, la contaminación del aire y de los ríos por residuos, alteración de las características del suelo. Todo esto genera problemas sobre la calidad de vida, e incluso genera un aumento en los gastos de protección ambiental; implica invertir más en procesos de purificación de agua y aire; implica que se deba invertir más de lo normal en recuperar las características de los suelos para que puedan ser cultivables.

Según el DANE, en 2010 el gasto hecho con destinación a la protección ambiental fue de $2,9 billones de pesos. En 2009 esa cifra fue de $2,5 billones de pesos. Son cifras considerables y, si bien la minería genera ingresos superiores a esas cifras, es claro, reconociendo que son recursos agotables no renovables y que los efectos negativos no pararan hasta que la actividad termine, que en el futuro el gasto tendrá que ser mucho mayor.

El mismo informe de la Universidad de la Guajira, explica que la minería genera el desplazamiento de personas de zonas rurales a centros urbanos. Puesto que en Colombia el mayor generador de desplazados es el conflicto armado; la minería ilegal, que es muy grande, es también generador de este hecho. Aunque en menor grado la minería legal, también lo es, por ejemplo por los efectos contaminantes que deterioran la salud.

Al destinar terrenos a la exploración minera, se dejan de usar para el cultivo, afectando el trabajo y la producción del campesinado. Entonces no solo es que los suelos se contaminan y que los cultivos se imposibilitan, sino que la seguridad alimenticia se obstaculiza por mucho más tiempo del que se demora en agotarse el recurso minero.

Errores como el de extender el tiempo de implementación de técnicas apropiadas de transporte de minerales desde los puertos hasta las zonas de embarque que fueron los que dieron pie al vertimiento del carbón al mar por parte de la Drummond debe tener responsables.

Lo que debió hacerse no se hizo: exigir a cada empresa que invierta en métodos apropiados de extracción y transporte. Hoy, todos pagamos las consecuencias.

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El informe de la OCDE

 

 

"Una educación de alta calidad, una reducción de los gastos fiscales y una reforma a las transferencias  podrá reducir la brecha de ingresos en el país": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Colombia es un país de ingreso medio y su renta per cápita que para 2012 fue de USD $7841.57 está por debajo del promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), como Chile con USD $15960 per cápita y por debajo de muchos otros mercados emergentes. Según el informe la raíz de esa brecha radica en la baja productividad laboral. Y aunque la brecha es grande, mientras la tasa de crecimiento del PIB de Colombia en 2011 fue de 5.9%, la tasa promedio de crecimiento de países de lo OCDE fue de apenas un 1.9%.

Según informe de la OCDE, la economía colombiana se enfrenta a tres grandes desafíos a mediano plazo: cosechar los beneficios del auge de los productos básicos, evitando elementos como la enfermedad holandesa; impulsar el crecimiento de la productividad; y reducir la desigualdad de los ingresos.

El mismo informe indica que el auge de los recursos naturales, que perdurará varios años más, plantea desafíos en materia de política social, económica y ambiental. Aunque dicho auge ha impulsado la inversión extranjera, el crecimiento económico y los ingresos del gobierno, la mejora de los términos de intercambio y las correspondientes entradas de capital han participado en la fuerte apreciación de la tasa de cambio que ha debilitado la competitividad de otros sectores. Estas actividades suelen caracterizarse por un uso intensivo del capital, pero no crean muchos puestos de trabajo, perjudicando la distribución de los ingresos. Mientras el auge continúe es probable que la tasa de cambio real siga apreciándose, por ello es imperativo que el sector privado se adapte a estas nuevas condiciones de intercambio.

Cuando los gobiernos y los bancos centrales toman la senda proteccionista la producción se estanca pues el productor se acomoda a esa situación y no busca otras salidas al problema, si bien no se trata de dejar al productor solo, cualquier ayuda del gobierno, además de temporal, debe ir condicionada a unos compromisos que debería cumplir el beneficiado con ánimos de mejorar su competitividad.

Según la OCDE, mejoras de la infraestructura de transporte incrementaría la productividad puesto que daría a las empresas un mayor acceso a los mercados cosa que también les permitiría explotar economías de escala.

La falta de acceso a la financiación se ha señalado como una de las cuatro preocupaciones más importantes para las empresas en Colombia según el Foro Económico Mundial de 2012. En Colombia las microempresas y las pequeñas y medianas empresas representan el 99% de las empresas, el 80% del empleo en el sector privado y el 35% del PIB, pero sólo reciben el 14% de los préstamos para fines comerciales. El impuesto a las transacciones financieras encarece el crédito. Los recursos propios de las empresas son difíciles de conseguir y los obstáculos de acceso al crédito finalmente impiden que las empresas inviertan en nuevos métodos de producción más eficientes.

Sobre la desigualdad se ha dicho mucho, Colombia es uno de los países más desiguales del mundo. La brecha entre los ingresos es alta, y en la mayoría de los países esta de acorta con la redistribución a través del sistema de impuestos y transferencias, sin embargo, en Colombia el efecto de esta redistribución es muy baja. Para la OCDE al aumentar el empleo formal mediante la disminución de los impuestos al trabajo y mediante la contención del aumento y la diferenciación del salario mínimo contribuiría a la reducción de la desigualdad. Agrega que fomentando un acceso equitativo a una educación de alta calidad para todos y reduciendo los gastos fiscales que benefician principalmente a los ricos; y reformando las transferencias a los hogares, son esfuerzos que debe hacer el gobierno para reducir la brecha de ingresos en el país.

 

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El sector lechero

 

"El último foro lácteo celebrado en Montería fue propicio para conocer estadísticas interesantes": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Según FEDEGAN, Colombia es el productor número 21 de leche a nivel mundial y el 4to en América Latina. En 2011 Colombia produjo 6452 millones de litros de leche, de los cuales aproximadamente el 10% fueron procesados en finca, el 8% fueron de autoconsumo, el 45% en acopio formal y 37% en sector informal; 2861 millones de litros correspondieron a lechería especializada y 3498 millones de litros de leche fueron de doble propósito. El sector lácteo colombiano genera 589 mil empleos.

La Unión Europea produce 153.000 millones de litros de leche y Estados Unidos 84.000 millones de litros. En Colombia se producen aproximadamente 4.1 litros de leche por vaca al día; en la Unión Europea, 21,4; y en Estados Unidos, 35,5 litros. Es evidente que la productividad es mucho mayor en esos países que en Colombia. La comparación se vuelve más interesante cuando agrega números de cabeza de ganado. Mientras que Colombia con 7,4 millones de vacas dedicadas a la producción de leche produce apenas un poco más de 6400 millones de litros, Estados Unidos con 9,1 millones de millones de cabezas de ganado dedicadas a la producción de leche, unos 1,7 millones de cabezas más, produce 13 veces lo que produce Colombia.

No solo en productividad está muy mal posicionado el país, mientras que en Colombia existen 214.000 predios dedicados a la producción lechera con un promedio de 16 vacas por predio, en Estados Unidos existen 62.500 predios con un promedio de 146 vacas por predio. Son menos predios, pero muchas más cabezas de ganado.

Si bien los TLC que han entrado en vigencia en los últimos años, los que están entrando a operar o se están negociando también otorgan beneficios arancelarios para Colombia, se convierte en barrera a la exportación de productos agrícolas los requisitos fitosanitarios que algunos países, como EEUU exigen. Entonces, ¿de qué le sirve a Colombia tener una desgravación inmediata si no cumple con los requisitos fitosanitarios para ingresar al país extranjero?.

En esto ya se ven plasmada algunas de las dificultades del sector lechero que impiden la competitividad. La menor productividad implica menor eficiencia en uso de recursos y por ende mayores costos, y los requisitos fitosanitarios se transforman en barreras no arancelarias insalvables en estos momentos para el comercio de nuestros productos. Sin embargo, esto son apenas dos dificultades específicas del sector. Hay factores externos como la infraestructura que no permiten que la producción colombiana sea más competitiva tanto en el exterior como en el país, los fletes internos son mucho más costosos que el costo de transporte marítimo. Sin olvidar otro problema tal vez más evidente, la tasa de cambio.

Frente a TLC con Estados Unidos, la leche líquida, el lacto suero, y las bebidas lácteas provenientes de ese país entran a Colombia sin arancel alguno desde la entrada en vigencia del TLC, con precios inferiores a los de la producción colombiana. Y si bien es cierto que hay que responder por la seguridad alimenticia de los compatriotas también es cierto que precios bajos van, poco a poco, sacando del mercado a los productores colombianos y que, en ese proceso quedan muchas familias sin posibilidades de ingresos para satisfacer sus necesidades.

Superar las barreras fitosanitarias con alta tecnología, la productividad con mayores estímulos al campo para solo hablar de un sector y ejecutar las obras públicas sin eternas demoras como las que vemos es necesario ya. Lo demás son retórica y dilaciones frustrantes.

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La catástrofe de la desigualdad

 

"La solución es ofrecer las herramientas para que los más pobres salgan adelante y encuentren mejores oportunidades": senador José Darío Salazar (Conservador).

La pobreza y la inequidad son problemas que no solo afectan el crecimiento sino también el desarrollo. Aunque es cierto que el crecimiento económico puede contribuir al desarrollo también es cierto que si este es inequitativo, se puede convertir en generador de más pobreza y profundizara aún más las desigualdades.

Según el Informe de la Confederación de Organizaciones OXFAM, la inequidad ha aumentado de manera dramática, porque el promedio del 1% más alto de los ingresos que son aproximadamente 60 millones de personas ha aumentado en un 60% en 20 años. Según un documento de investigación de Branco Milanovic del Banco Mundial, titulado "Inequidad Global en los Ingresos", se habla de cómo el 8% de la población en el mundo concentra el 50% de los ingresos mientras que el restante 92% de la población obtiene el otro 50%.

Para Colombia esto no es algo nuevo. Somos el séptimo país más desigual del mundo y el segundo en América Latina después de Bolivia. Una posición vergonzosa con todo lo que esto conlleva.

Se presentan varios problemas cuando la desigualdad es tan alta: se empieza a presentar un sistema político regido por los poderes económicos, dicha desigualdad genera además las condiciones propicias para la corrupción que termina permeando el tejido institucional, tanto público como privado.

Sin embargo, también se presenta otro problema, el cíclico; quien nace pobre se queda pobre y sus hijos también serán pobres lo que origina un problema aún más grande y es que la misma dinámica económica se estanque. La frase "los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres" es explicativa de esto. Es muy grave para un país que su clase media se pauperice se vaya reduciendo y que miles de personas pierdan su estatus, como tal.

Como los recursos se concentran en pocas manos así que la demanda se reduce, en principio porque muchos no tendrán como comprar y en segundo lugar porque los ricos tampoco tendrán tantas necesidades, se afecta de manera grave la salud económica y social de los habitantes de un país. Es este sentido es claro afirma que la equidad puede tener profundos beneficios sobre el crecimiento económico de un país, ingresos bien distribuidos o como diría el anterior ministro de hacienda, una mermelada bien repartida en el pan, contribuiría a una demanda saludable y por ende a un sector productivo con mucho dinamismo.

También se ha comprobado, según informe OXFAM que cita un estudio del Banco Mundial, que los más ricos generan más contaminación; el 1% más rico usa 10.000 veces más carbón en un año que cualquier ciudadano americano del común, así que permitir la concentración de los ingresos afecta también el ambiente. No es un secreto que países donde la distribución de recursos es más equitativa crecen más rápidos que otros en los que hay más desigualdad.

Los efectos negativos son muchos, el problema es cómo arreglarlos. En muchos países la inequidad en los ingresos es alta; sin embargo, una vez se tiene en cuenta el efecto de los impuestos, esa brecha puede disminuirse. En Colombia no ha sido, y por eso este fue uno de los puntos tenidos en cuenta por la recién expedida reforma tributaria.

Conocer la realidad de aquellas personas y comunidades de bajos ingresos es también una necesidad para atacar no solo la pobreza sino también la brecha entre estos y los más aventajados de la sociedad. La solución no es simplemente ser paternalistas y entregarlo todo, es una cuestión de ofrecer las herramientas para que los más pobres salgan adelante y encuentren mejores oportunidades, es ofrecerles las herramientas para que aprendan a pescar.

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"La desaceleración económica"

 

La inversión en construcción y en el sector minero energético han disminuido. (Columna senador José Darío Salazar).

"2.1 % creció la economía colombiana en el tercer trimestre de 2012, inferior al 4.9 % del segundo trimestre del año y muy por debajo al 7.5 % del tercer trimestre del año pasado.

Los sectores que más se deprimieron son el de construcción con un decrecimiento del 13.5% y explotación de minas y canteras con 1.2%, frente al trimestre anterior. En Bogotá, que representa aproximadamente la cuarta parte del PIB Colombiano, la producción cayó 4.9%, con una caída del 0.8 en el empleo de la ciudad. Mientras que en Medellín y su área metropolitana, la segunda ciudad más industrializada del país, ésta creció 9.6%, lo que representó un aumento del empleo de 1%. La caída en la producción de Bogotá es explicable pues las empresas se están mudando a otras zonas del país buscando mejores condiciones como beneficios tributarios.

El buen desempeño de la producción en Medellín, se debe en especial al crecimiento de las manufacturas, siendo estas, la cuarta parte del total nacional de dichas exportaciones. La política a seguir debe tener en cuenta estas diferencias. Mientras que en Medellín, que se posiciona como polo de empleo en el país, hay que cuidar el crecimiento de la población y revisar que el desarrollo urbano no siga de forma tan desordenado, en Bogotá hay que replantear las políticas para evitar la fuga de industrias y al mismo tiempo detener el desempleo.

En lo corrido del año las exportaciones crecieron en 2.5% frente a una cifra superior al 11% en el 2011, evidencia de que la crisis económica mundial ha afectado negativamente el comercio exterior del país. La importaciones afortunadamente crecieron en menor porcentaje, 8.8%, frente al 21.5% de 2011; sin embargo, es una muestra de un menor dinamismo en la demanda interna.

Según el DANE, las importaciones de productos de refinación de petróleo crecieron en 60.74% mientras que las exportaciones decrecieron en un 5.68%. Los sectores de frutas y productos lácteos presentaron crecimiento de las importaciones de 16,12% mientras que sus exportaciones presentaron un decrecimiento de 12,57 %. La balanza comercial de productos de cuero continua siendo superavitaria, sin embargo las exportaciones presentaron un crecimiento negativo del 5.61% mientras que las importaciones presentaron un crecimiento positivo de 4.56%. Frente a los productos de refinería de azúcar, azúcar y trapiches, la balanza también es superavitaria, pero mientras sus importaciones crecieron en 56.24% sus exportaciones crecieron apenas en un 4.61%.

La inversión en los sectores de construcción y minero energético han disminuido por problema de licencias ambientales y problemas de inseguridad.

Estados Unidos sigue siendo nuestro principal socio comercial. Según el DANE, a octubre de 2012 el 32.7% de las exportaciones tenían como destino ese país y aunque allá ya fue aprobado el plan para reducir el hueco fiscal preocupan varios elementos.

El recaudo de impuestos no será lo que esperaban los estadounidenses pues los estos no aumentaron y el país americano ya llegó al techo de endeudamiento aprobado por el Congreso; aunque el Tesoro adopto unas medidas que les permitirán cumplir con sus obligaciones por los próximos 2 meses todavía no se sabe qué pasara después.

Lo claro es que si no se llega a un acuerdo para finales de febrero, los departamentos y agencias de gobierno tendrán que hacer recortes en sus presupuestos de entre 8 y 10%, si esto llega pasar podría darse una nueva recesión y podría afectar seriamente no solo la economía estadounidense sino también el resto de economías del mundo en especial de aquellos que como la nuestra depende fuertemente de las compras de ese país".

Prensa senador José Darío Salazar

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El Informe de Corrupción

 

La corrupción genera mayor desigualdad y deja desprotegidas a las mayorías. (Columna senador José Darío Salazar).

 

"Hace unos días fue publicado un informe de la Organización Transparencia Internacional sobre índices de corrupción. De una calificación de 0 a 100, siendo 0 la calificación cuando el gobierno de un país es percibido como altamente corrupto y 100 la calificación cuando éste es percibido como muy transparente, Colombia quedo en el puesto 94 con una calificación de 36. Frente América Latina, este resultado fue inferior al de Chile y Uruguay (72), Puerto Rico (63), Costa Rica (54), Cuba (48), Brasil (39), El Salvador y Perú (38); y es apenas superior a Argentina (35), Bolivia y México (34), Guatemala (33), Ecuador (32), Honduras (28), Paraguay (25) y Venezuela (19).

Para las instituciones esto es un fuerte golpe, pues significa que hay poca confianza del pueblo en quienes ha investido de poder para manejar el país. Este bajo nivel de confianza genera muchos problemas, esta percepción de corrupción genera fuerte presión sobre la economía, pues significa que los colombianos no confían en que las políticas del Estado sean en beneficio de todos. Se afecta el crecimiento económico, quienes no confían no invierten fácilmente, sin inversión no hay mayor producción ni innovación y hay menos generación de empleo.

Otro efecto de la percepción de corrupción que hay sobre las instituciones del país es la perdida de voluntad para pagar los tributos pues los colombianos no se sienten identificados con el gasto del gobierno. Un colombiano común piensa que pagar sus impuestos para que entren al bolsillo de otros particulares es indignante, y tiene razón, y prefiere no pagarlos. Y a su vez, si el gobierno merma sus ingresos entonces ¿cómo puede ejecutar todas las obras?, ¿cómo puede llevar a cabo y ampliar programas sociales para combatir la pobreza y la desigualdad?.

La corrupción genera mayor desigualdad, pues los que pueden de alguna forma influir en el gobierno para lograr su propio beneficio parten de una posición privilegiada, dejando desprotegidas a las mayorías, población que tiene carencias, algunos más que otros, pero que aun así necesitan del Estado para que los proteja.

En los últimos años ha salido en los medios casos de escándalos de corrupción como el de la salud, EPS, funcionarios y contratistas inventaban pacientes con procedimientos falsos para solicitar los recobros. Además algunas EPS destinaron los recursos de la salud en inversiones que nada tenían que ver con la atención médica al pueblo colombiano causando una crisis enorme al sistema que aún no se ha podido superar.

El caso de las contrataciones en Bogotá en las que están implicados sus más altos gobernantes es un horror que ha sumido a la capital de la República y al país en una mezcla de perplejidad e indignación.

En el sector privado también hay este tipo de problemas, el caso de InterBolsa, que apenas aflora, podría ser uno de esos. Hay problemas de conflictos de interés y ausencia de acción de los entes de control. Las pérdidas que esto generara a los ciudadanos aún están por verse.
La acción de los entes de control y de investigación debe ser rápida y eficaz pues otro factor que alienta la corrupción es la sensación de impunidad enorme y real que hay en el país".

 

 

Prensa senador José Darío Salazar

Nuestras historias

Resultados del TLC

 

 

"La realidad es que en general la mayoría de los sectores han decrecido": senador José Darío Salazar.

El 15 de noviembre pasado se cumplieron seis meses de entrada en vigencia del TLC de Colombia con Estados Unidos.

Aunque aún no hay datos consolidados del primer semestre, hay datos desde mayo hasta septiembre, o sea un periodo cinco de meses. Para algunos, la entrada en vigencia del TLC por su estabilidad jurídica ha significado seguridad frente a sus clientes. Los compradores americanos de productos colombianos al no tener la incertidumbre de sí en la próxima compra van a poder gozar de beneficios arancelarios, pueden ahora hacer pedidos a largo plazo y tener la certeza de que cuando hagan la importación hacia Estados Unidos, siempre van a tener la preferencia arancelaria por entrar al mercado un producto colombiano.

La realidad, es que en general la mayoría de los sectores han decrecido. Según datos oficiales, a septiembre de este año, incluso las exportaciones tradicionales han decrecido frente al año pasado. En lo que lleva el año se han exportado US$11.5 mil millones en café, carbón, ferroníquel y petróleo y sus derivados. El año pasado completo se exportaron US$17.1 mil millones. Aunque este año aún no termina, es difícil creer que en el último trimestre que queda se logren exportar más de US$6 mil millones para alcanzar un superávit al menos en estos sectores.

Hay otros sectores que desde ya muestran crecimiento, pero son pocos. Objetos de arte o colección, papeles corrugados, papeles suaves, yeso, plástico y caucho, hierro y acero, fibras naturales y sintéticas, flores artificiales, entre otros.

De productos agroindustriales se han exportados US$1.1 mil millones frente a US$.1.5 mil millones del año pasado. Las exportaciones de manufacturas a septiembre de este año fueron US$ 486millones, el año pasado en total fueron US$700 millones. Las exportaciones del sector de prendas de vestir han sido de US$192 millones frente a US$301 millones del año anterior. Frente a servicios y entretenimiento, las exportaciones han sido US$1.7 mil millones frente US$2 mil millones en el 2011.

Las diferencias no son grandes y es posible que al final del año se logre alcanzar el equilibrio y tal vez superávit; sin embargo, hay subsectores que presentan decrecimientos de más de 70% como los de bebidas; cereales; tabaco; abonos; jabón, agentes de superficie orgánicos, preparaciones; maderas de las usada para envases y empaques; metal común; entre otros. En estos sectores difícilmente se lograra tener un superávit comercial.

Sectores como el ganadero y el avícola se han visto fuertemente amenazados por este y otros acuerdos comerciales. La competitividad de los productos nacionales es baja y los precios de los bienes importados son mucho más bajos desplazando del mercado nacional a quienes no logren lidiar con esos precios.

Es claro que las exportaciones han decrecido y que las importaciones han aumentado y también lo es que Estados Unidos ha disminuido sus importaciones del mundo y que en esta crisis lo que necesita es empezar a vender en lugar de importar. Seguir esperando que ese mercado siga creciendo en compras de productos colombianos no será fácil, por lo menos en el corto plazo.

 

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Interbolsa

 

"La crisis de la comisionista InterBolsa y su intervención y eventual liquidación ha dado mucho de qué hablar". (Columna senador José Darío Salazar).

La polémica ha sido generada no solo por la importancia de esta empresa que manejaba el 34% del mercado de valores de Colombia y contaba con representación en Panamá, Estado Unidos y Brasil y que para el tercer trimestre del año reportó utilidades por 14 mil millones de pesos.

Desde 1990, la comisionista InterBolsa se consagró a la intermediación en el mercado de valores. Se dedicaba a la compra y venta de acciones o papeles como bonos o títulos de deuda en representación de otras personas para generar ganancias a los inversionistas, en ese sentido realizaba varios negocios permitidos por la ley como el contrato de comisión, el contrato de corretaje, la administración de carteras colectivas, entre otros. A medida que iba creciendo fue conformando un grupo de empresas para ofrecer un portafolio de servicios completo.

Las intrincadas relaciones que se han encontrado en todo este lío ponen en tela de juicio las labores de vigilancia del gobierno y sus entidades reguladoras de la actividad económica. Los lazos existentes entre los accionistas de InterBolsa y las empresas hacia las cuales la comisionista destinaba la mayoría de los recursos a su disposición revelan notas de conflictos de intereses que todavía tiene que ser demostrado pero acorde a la evidencia que tenemos no sería raro que esto se hubiera dado.

Los 300 mil millones en acciones de Fabricato que tenía InterBolsa, contribuyeron a crear una burbuja y los precios de ésta subieron sin estar realmente soportados en valor real de la compañía, la acción pasó de costar $26 a costar $90. Son señal de cómo se pudieron ver afectadas las inversiones por los intereses de los dueños de la comisionista.

Ni la Superintendencia Financiera ni la Bolsa de Valores de Colombia aplicaron la regulación necesaria. Para nadie es un secreto que desde hace unos años Fabricato no genera los resultados deseados y que su desempeño no es bueno, entonces queda una pregunta; ¿cómo permiten que una acción triplique su precio sin ningún control más aún cuando la compañía que la representaba no estaba bien?
A todos nos habían puesto un velo en los ojos que no permitió ver bien lo que estaba pasando, estábamos demasiado satisfechos con el supuesto buen desempeño de la comisionista como para ir más allá de la fachada y reaccionar. Si bien el gobierno y los entes reguladores actuaron antes de que se generar un efecto bola de nieve, la reacción fue tardía, de haber sido antes quizá se podría haber prevenido la caída de esta comisionista.

La pregunta sobre si es necesario mejorar la regulación del mercado de valores es una que no sobra en este momento, lo claro es que no se puede permitir que la confianza de los inversionistas caiga ni mucho menos que los precios suban sin control pues estas pequeñas burbujas pueden representar riesgos mayores.

El mercado de valores está lleno de incertidumbre, es un juego de riesgo, pero su buen desempeño depende de varias cosas: del buen ejercicio de las empresas que emiten sus acciones, de la confianza de los inversionistas, de las comisionistas y sus trabajadores. De estos últimos se espera mucho pues es a quien se le confían los recursos y como tales deben respetar a los inversionistas y en lo posible lograr ganancias para ellos. Una comisionista que no está atenta a la evaluación de riesgos es una que no debe hacer presencia en el mercado pues los efectos, como lo vemos, pueden ser catastróficos para la economía.

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Variaciones a la tributaria

 

"El proyecto de Reforma Tributaria ha generado comentarios, malos y buenos. Inicialmente tenía elementos polémicos que poco a poco han ido cambiando": Senador Salazar.

El Ministro de Hacienda y el director de la DIAN han estado receptivos a la posibilidad de hacer modificaciones, y el legislativo ha aprovechado la oportunidad para revisarla y criticarla a la luz de las necesidades del pueblo colombiano y de la economía en general.

Cabe recalcar que el proyecto de la Reforma, en su ánimo de revertir la regresividad del sistema tributario actual, para promover la equidad y el empleo ha eliminado el Impuesto de Renta para personas con salarios por debajo de 3,35 millones de pesos. Inicialmente, la Reforma planteaba empezar a grabar desde 2,3 millones de pesos. Según el Ministerio de Hacienda, en Colombia existen 21 millones de trabajadores que ganan menos de 3,35 millones pesos; así que esta modificación significa que el 96% de los trabajadores, ya sean empleados o por cuenta propia, no tendrán que pagar este Impuesto.

Quienes ganen más tendrán que pagar el Iman, o Impuesto Mínimo Alternativo, que tendrá una tarifa progresiva a medida que suban los ingresos; sin embargo, esta nueva metodología implica aumentos en la base gravable sobre la que aplica la retención, y por ende se traduce en que haya que pagar más impuestos.

La reducción de la tarifas de IVA a 0%, 5% y 16%, es un elemento que sin duda representa una simplificación de las finanzas públicas. Para algunos sectores, sus insumos y productos han bajado de IVA y esto se traducirá en beneficios para el consumidor, quien podrá destinar una mayor parte de su ingreso a la compra de bienes para satisfacer mejor sus necesidades. Los productos que hasta ahora se han excluido de este impuesto, representan, claramente, un fuerte apoyo al sector agrícola, la gran mayoría de los insumos y las maquinarias que se usan en ese sector han sido excluidas de IVA. Y teniendo en cuenta el lamentable rezago tecnológico de este sector, la modificación estimulará a modernizar la actividad del campo.

La no devolución de IVA era, para sectores como el avícola, uno de los grandes errores de la reforma que radicó el gobierno, pero el legislativo y gobierno han acordado eliminar esto. Todavía hay dudas en el tema puesto que actualmente la devolución se hace cada 2 meses con algunos retrasos en el pago que se demoran hasta 8 meses. Según lo acordado, la devolución de este IVA se podrá cruzar con el impuesto de renta al final del año fiscal y quienes queden con un excedente a favor podrán solicitar la devolución, en cuyo caso esta no se podrá demorar más de 1 mes después de presentar la declaración de renta al final del año fiscal. El flujo de caja de las empresas continúa algo comprometido, pero no en la misma medida en la que se afectaba con la no devolución.

Sobre el impuesto para la equidad, que preocupa a muchos ya se ha incluido en el borrador de ponencia un artículo que asegure un mínimo de ingresos para el Sena y el Icbf. Todavía está en discusión el cálculo sobre ese valor. Tanto gobierno como legislativo tienen claro que estas entidades no pueden quedar desfinanciados pues los más afectados serían los colombianos de bajos ingresos.

Los temas que más preocupan al legislativo son el Iman por el riesgo que puede generar sobre los bolsillos de los colombianos que ganan más de 3.35 millones de pesos y, por supuesto, el IVA y relacionados que no solo afectan a los consumidores colombianos, sino también a las industrias y el comercio.

Por esa razón, en el Congreso se han establecido subcomisiones de estudio por temas y se establecerán cuantas sean necesarias con el objetivo de resolver todos las dudas y los problemas que se han observado. El IVA a la medicina prepagada es otro de los temas en discusión y hay una fuerte tendencia a situarlo en el 5%.

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El alto precio de los medicamentos

 

"Poco se hace al respecto por parte de la comisión encargada de regular los precios de los medicamentos": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

La semana anterior, el día 13 de febrero de 2012, en el diario El Tiempo, el reconocido periodista y escritor Juan Gossain, escribió un artículo que tituló "En Colombia es más barato un ataúd que un remedio". Dio a conocer datos impresionantes del costo de los medicamentos en Colombia que, hacen pensar que son los más caros del mundo.

Don Juan, entre otros datos, nos informó que una caja de 30 tabletas de 10 miligramos del medicamento Norvas, para prevenir la presión arterial cuesta en Colombia $238.000, mientras que en Venezuela, hecha la conversión, tiene un valor de $26.000; una pastilla de Singulair, fármaco inglés contra alergias, asma y rinitis, vale en nuestro país $6.972, cuando en Quito su costo es de $3.960; Una caja de 14 pastillas de 75 miligramos del medicamento Plavix, que se utiliza para prevenir los infartos, según el reporte de Don Juan, cuesta en Colombia $170.300, pero en Venezuela vale $55.300.

Vale la pena anotar aquí, que los dos países vecinos, entre otros suramericanos, por mandato de la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos, son referentes obligatorios que se deben tener en cuenta para controlar los precios de los medicamentos en Colombia.
Sin embargo, poco se hace al respecto por parte de la comisión encargada de regular los precios de los medicamentos.

Según un estudio realizado por Health Action Internacional, en el año 2009, se afirma, entre otras cosas: "después de recoger datos de 93 países para comparar el precio del Ciprofloxacino, un antibiótico de uso común, se encontró que este oscila entre una media de US$31 en China hasta US$131 en Colombia, y continua el estudio en referencia: "Norepinefrina, cuyo precio al salir del laboratorio es de $41.134, pero ante el Fosyga se han presentado recobros por $195.571, por su parte, la Amicacina, cuyo precio en el mercado es de $1.029, pero al Fosyga se lo cobran a casi $20.000".

Los costos que paga el Fosyga por los recobros de medicamentos, cuyo precio es excesivo, lo pagamos todos los colombianos, no habiendo presupuesto que alcance para tal fin.

El impacto en la salud de la población, de los altísimos precios de los medicamentos es devastador, son costos inalcanzables, para el común de la gente, lo que a la postre produce el deterioro irremediable del paciente y no pocas veces la muerte prematura.

Ante esta situación calamitosa para todos los compatriotas, ¿por qué el Gobierno nacional no toma medidas radicales que contarán con el respaldo popular y, acaba con los excesos en los precios de los medicamentos?

Por ejemplo ¿Por qué no incluye en el régimen de libertad regulada una lista más amplia de medicamentos que cubran la mayoría de las enfermedades que causan estragos a la población colombiana? O ¿Por qué no se hace una investigación exhaustiva para llevar al régimen de control directo, los medicamentos que hayan ingresado al régimen de libertad regulada y su precio unitario se encuentre por encima de su precio de referencia?

Y si hay necesidad de cambiar las condiciones de ingreso de los medicamentos a estos regímenes, con el fin de tener un control mayor sobre sus precios ¿por qué no se hace? Estas medidas la Comisión Nacional de precios de medicamentos las ha tomado a través de circulares, como por ejemplo las consignadas en las circulares 04 de 2006, 01 de 2009 y 001 de 2011.

La Comisión Nacional de precios de medicamentos la integran, el ministro de Protección Social, el ministro de Industria y Comercio y un delegado del Señor Presidente de la República, son ellos responsables de la regulación y control de los precios de los medicamentos en Colombia.

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Tasa de intervención, equilibrio complejo

 

Como siempre sucede, cuando el Banco de la República toma decisiones para fijar la tasa de interés, se genera una cascada de opiniones, unas a favor y otras en contra de la medida, pues una decisión que afecta el ritmo económico no puede pasar inadvertida, sobre todo porque en los últimos años hemos logrado estabilidad económica, control de la inflación y un crecimiento sostenido. Afortunadamente quedaron atrás días amargos para la economía, como cuando en abril de 1995, la tasa de intervención fijada por el Banco de la República fue de 45%, en marzo de 1996 se fijó en 35% y en noviembre de 1998 en 30%. Estos días y estas medidas producto de la crisis política quedaron atrás.

Sin embargo hace aproximadamente dos años, en mayo de 2010, la tasa de intervención de la política monetaria estaba en 3% y hace un año en 3,25%.

Los efectos de esas tasas bajas se hicieron sentir, abundo el crédito y por supuesto la inversión, se dinamizo la economía, se disparó la actividad de la construcción y aumento el consumo en todos los órdenes, la gente se endeudo más de lo corriente, se crearon nuevos puestos de trabajo, bajó el desempleo y el dólar que iba en picada repunto de nuevo.

También hubo efectos contrarios, creció la inflación y se dispararon los precios de los activos, especialmente de los inmuebles, como las viviendas y los locales comerciales. Sin duda estos últimos aspectos incidieron de manera decisiva en la determinación del Banco de la República de elevar a 5% la tasa de interés, buscando asegurar un crecimiento sostenido y reducir la inflación.

Las reacciones no se hicieron esperar, especialmente por parte de los empresarios e industriales quienes aducen que elevar la tasa de interés produce gran revaluación del peso lo que afecta las exportaciones colombianas porque las encárese y las saca de la competencia. Argumentan también que un dólar barato como es lógico, se traduce en menos pesos para los exportadores cuyos gastos de producción aumentan porque las cargas laborales se elevan cada año. A raíz de este fenómeno, los floricultores aseguran que han tenido que despedir aproximadamente 20.000 empleados y en la misma dirección se expresan los bananeros y los caficultores.

Los industriales, se oponen al alza de la tasa de interés porque dicen que esto abarata el dólar, por la entrada de importantes capitales que ven atractiva la rentabilidad en pesos. Aducen también que un dólar barato se presta para inundar al mercado de importaciones  que, vienen a competir con productos hechos por la industria colombiana, lo que destruye puestos de trabajo.

Los propios comerciantes a quienes en principio les favorece un dólar barato han dicho a través de su presidente, Guillermo Botero, que la revaluación, al destruir puestos de trabajo afecta la capacidad de consumo, lo que disminuye sus ventas.

Como podemos ver, el tema de la tasa de intervención monetaria que maneja el Banco de la República es un asunto complejo que, incide en muchos aspectos como: el control de la inflación que es la prioridad del Banco de la República por mandato constitucional; la revaluación, el dinamismo de la economía, el empleo, entre otros.

Lo que es real, es que muchos de los efectos negativos serian menores, si Colombia modernizara su infraestructura en vías, ferrocarriles y aeropuertos porque, sería más competitiva en los costos de producción y de exportación, habría menos importaciones, tendríamos más seguridad alimentaria y más empleo, la inflación sería menor, el país tendría más polos de desarrollo, habría más equidad. Unido a estos propósitos, si el estado logra derrotar la subversión y la corrupción, se habrá despejado aún más el horizonte.

 

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Enormes Desafíos

 

"La cantidad de exportaciones de materias primas producto de la minería suben por el ascensor, mientras que las de las manufacturas van por la escalera": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Problema mayúsculo sigue siendo el desempleo en Colombia, así durante los últimos tres trimestres del año 2011 la tasa se haya reducido y mantenido en un digito (9,8%).

Estos datos incluyen la informalidad de miles de personas independientes y de otras dependientes que no reciben un salario mínimo con todas las prestaciones laborales que exige la ley, componentes esenciales que al no existir hacen más difícil la lucha contra la pobreza y la desigualdad social.

De acuerdo a un último informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo sobre el Panorama Laboral 2011 de América Latina y el Caribe, nuestro país tiene índices superiores de desempleo urbano a casi todos los demás países de América Latina.

El informe que comprende el periodo de Enero a Octubre del 2011, consagra estos porcentajes de desempleo urbano: México 6,1%, Jamaica 12,6%, República Dominicana 5,6%, Costa Rica 7,7%, Panamá 5,4%, Venezuela 8,6%, Colombia 11,8%, Ecuador 6,3%, Perú 8,0%, Brasil 6,2%, Chile 7,3%, Paraguay 7,5%, Argentina7,3% y Uruguay 6,4%.

También destaca el informe que Colombia tiene la tasa de desempleo juvenil más alta, 21,8% frente al promedio regional de 14,9%, al igual que una tasa de desocupación mayor en mujeres, 14%, frente a 8% en los hombres. En este último dato, dice el informe, incide mucho el empleo generado por las actividades de la construcción que emplea mayormente mano de obra masculina.

Ante este panorama, es más preocupante la situación económica de crisis que golpea a Estados Unidos y a los países de Europa, agobiados por sus déficits fiscales. Estos, nuestros mayores compradores tendrán un crecimiento muy leve en 2012, lo que incidiría en el ritmo de las compras a sus socios comerciales, y por supuesto, en la generación de empleo de estos.

De ahí la importancia para Colombia de abrir nuevos nichos de mercados en los países del Asia como China, India, Singapur, Indonesia, Malasia, Tailandia, Filipinas y otros, cuyas economías crecen a tasas económicas superiores que las de los socios industrializados, e inclusive, que las de los llamados países emergentes como el nuestro.

Bajar los costos de producción en Colombia es indispensable para que nuestras exportaciones, especialmente, las manufacturas sean más competitivas siendo unos de los requisitos para lograr este cometido la modernización rápida de la infraestructura vial, la construcción de dobles calzadas para reducir los tiempos de transporte terrestre y la modernización de los puertos para hacer más eficientes el cargue y descargue de las mercancías.

La modernización y la construcción de nuevas redes férreas es absolutamente necesario para ganar en volumen de carga y disminuir el costo del transporte de la misma. Disminuir el costo de producción de las manufacturas es indispensable para competir y hacer frente a la revaluación del peso, producto de la avalancha creciente de dólares que están ingresando al país, no por las exportaciones de manufacturas, como por ejemplo, los textiles, sino por concepto de las exportación de materias primas mineras como el petróleo, el níquel, el carbón y el oro.

El ingreso creciente de dólares, producto de la concentración de exportaciones de hidrocarburos y metales, revalúa al peso. Este último fenómeno reduce la cantidad de pesos que reciben los exportadores de alimentos y manufacturas, al cambiar las divisas, viendo sus ingresos en pesos disminuidos a la hora de pagar salarios y prestaciones sociales, los que crecen año a año.

Y esto es lo que viene sucediendo porque, la cantidad de exportaciones de materias primas producto de la minería, suben por el ascensor, mientras que las de las manufacturas van por la escalera.

Un dólar barato, estimula también las importaciones de todo tipo de manufacturas que compiten con las producidas en Colombia, máxime si provienen de países que tradicionalmente, como China, tienen mano de obra más barata, una infraestructura modernísima en vías y puertos, altos niveles de tecnología y producen y exportan a gran escala.

Este panorama es parte de lo que enfrentamos sin contar otros factores que golpean, especialmente, al campo, como la inseguridad y la violencia. Hemos mejorado en muchos aspectos. Sin embargo, el reto sigue siendo mayúsculo.

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Adquirir vivienda, cada vez más lejano

 

El alza en el costo de la vivienda nueva viene superando porcentajes que hace tiempo no se daban y alertando una burbuja en los precios de la vivienda que, en nada convienen a la economía del país.

Varias son las causas de este fenómeno: la demanda por vivienda ha venido superando la oferta de la misma, así se desprende del crecimiento del crédito hipotecario que asciende a 20% real anual según comentario económico de ANIF, del 24 de Noviembre del presente año, el alza en las tasas de interés del Banco de la República que se transmiten a la banca comercial, y la insuficiencia de subsidios para la adquisición de vivienda hasta 170 millones de pesos, son factores que influyen en el incremento de los costos.

Según el comentario económico de ANIF, “la actividad edificadora ha continuado expandiéndose dinámicamente: despachos de cemento (+13% anual); metraje de licencias aprobadas (+58% anual) y crédito hipotecario (+13% real anual)”. Una señal de que la demanda por vivienda ha estado superando la oferta disponible, se refleja efectivamente, en tendencias alcistas en los precios, donde, por ejemplo, el indicador de vivienda nueva (del DANE)  se ubica por encima de su media histórica.

Es bueno tener en cuenta también que los diferentes incrementos en los precios de la vivienda nueva difieren de acuerdo al área urbana ­y a los estratos socioeconómicos que se analizan pues, en algunas ciudades del país el incremento ha sido mayor que en otras, tal como se desprende de una investigación del DANE, publicada el 16 de septiembre del 2011.

Analizados los últimos cuatro trimestres, el índice de precios de vivienda nueva para cada uno de los municipios que cubre la investigación es el  siguiente: En Barranquilla, en ese lapso que comprende un año, para el estrato bajo, el incremento fue negativo -0,92%, en cambio la vivienda nueva para el estrato medio aumentó en un 20,07% y, el precio de la vivienda nueva para el estrato alto aumentó en 13,42%.

En Bogotá, el precio para la vivienda nueva del estrato socioeconómico bajo aumento en 12,47%, para el estrato socioeconómico medio aumento 10,25% y, para el alto 11,06%.

En Armenia, el precio de la vivienda nueva aumento para el estrato bajo 3,42%, para el medio 21,52% y para el alto 10,43%.

En Medellín el aumento de costos de la vivienda nueva para el estrato bajo fue de 11,90%, para el medio 3,76% y para el alto 11,33%.

En Bucaramanga, aumento el costo de la vivienda nueva para el estrato socioeconómico bajo en 2,76%, el aumento para el estrato medio fue de 9,65% y para el estrato alto fue de 5,80%.

En Cali, el comportamiento de los costos de vivienda nueva fue durante el periodo anual analizado de, un alza del 11,25% en los precios de vivienda para estrato bajo, -3,31% para estrato medio  y 5,58% para el estrato alto.

En Pereira, durante el periodo anual  analizado, el precio de la vivienda para estrato bajo aumento 5,88%, para estrato medio 2,93% y para estrato alto 0,22%.

De los datos observados, se puede deducir que el incremento anual en el costo de la vivienda nueva difiere de una ciudad a otra y de un estrato a otro, presentándose alzas en casi todos los estratos socioeconómicos de las ciudades analizadas que, se ubican en las diferentes regiones del país.

Se puede concluir entre otros efectos que, a raíz de  incrementos de la vivienda nueva, para los colombianos cada vez será  más difícil adquirir vivienda propia, lo que ratifica el análisis hecho por  ANIF que expresa: “ a septiembre de 2011, los hogares de menos ingresos (con subsidio), registraron una caída anual del -9,3% anual en su Índice de Asequibilidad de Vivienda (IAAV), algo similar ocurre en el estrato medio cuyo índice de asequibilidad anual cayó en -12,8% anual y en el alto -10,8% anual.

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Colombia se desbarranca

 

"La ausencia de estructuración de proyectos viales es otra de las causas de los desastres que hoy padece el país": senador José Darío Salazar (Partido Conservador).

Con ocasión del fenómeno de la niña que como azote ha caído sobre la tierra de Colombia, quedan desnudadas las dimensiones de muchas falencias institucionales que, se han sumado a través del tiempo, por omisión o por acción, para que los daños causados por la ola invernal sean mayores.

La ausencia de trabajos de dragados en el lecho de los ríos ha producido inundaciones por doquier y desastres humanos y materiales a cientos de miles de compatriotas a lo ancho y largo de la geografía colombiana. De las inundaciones no se han salvado las grandes ciudades en las que hemos visto barrios enteros víctimas de este fenómeno, impactados por los correspondientes estragos.

La acción de deforestación de los bosques ha sido indiscriminada acabando las barreras naturales, protectoras de climas severos, fríos o ardientes, protectoras de deslizamientos y avalanchas de tierra que, si no son contenidas, impulsadas por la acción de las lluvias intensas y prolongadas, producen verdaderas catástrofes humanas y materiales.

Los bosques absorben el agua en una acción de esponjas, la retienen y la liberan periódicamente a la atmosfera a través de las hojas, evitando que el agua corra e inunde. De la misma forma los bosques conservan las fuentes de agua que, desaparecen en tierras expuestas a los rayos solares, áridos, convertidos en desiertos por acción de la deforestación. Colombia que se encontraba en segundo lugar a nivel mundial en cuanto a reservas de agua dulce, descendió al puesto 24 por efectos de la deforestación extensiva en los últimos 30 años. Frente a este fenómeno de la deforestación sistemática ocurrida en el país, la acción de las corporaciones ambientales y del ministerio de medio ambiente deja mucho que desear pues, los desastres así lo demuestran.

La ausencia de estructuración de proyectos viales es otra de las causas de los desastres que hoy padece el país. La ausencia de estudios geológicos y la defectuosa cimentación de muchos terrenos por donde se construyeron las vías y los puentes han producido el deslizamiento de las mismas y el consecuente aislamiento de regiones, con pérdidas económicas irreparables.

Es momento de reflexionar y actuar, el país está viviendo una bonanza minera sin precedentes, que hay que aprovecharla entre otras cosas para modernizar la infraestructura vial, portuaria, aeroportuaria, la construcción de oleoductos y gasoductos. Sería imperdonable que estos recursos orientados entre otros instrumentos por una nueva legislación que surge de la reforma a la distribución de los recursos que ingresan por regalías no fueran aprovechados.

La herramienta de las concesiones entregadas a privados, con la capacidad financiera suficiente para ayudarnos a modernizar el país sigue siendo una opción viable, siempre y cuando el estado haga las cosas bien hechas, con la intención irrevocable de no dejarse robar más.

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Buen resultado fiscal

 

 

Mejores noticias se tienen por el lado fiscal. Según señaló el Ministerio de Hacienda, al cierre del primer trimestre de 2011 el Sector Público Consolidado -que es “la definición más amplia del Sector Público en las cuentas fiscales” e incluye el Sector público no Financiero y  el Sector Financiero- registró un superávit de 15,4 billones de pesos, balance superior en 2,7% del PIB al observado durante el mismo periodo de 2010. Ahora, este superávit del Sector Público Consolidado representa el 2.6% del PIB, en comparación con el déficit obtenido, en el mismo período de 2010, del 0.1% del PIB.

Este buen resultado fue el fruto del mayor superávit del Sector Público No Financiero – que incluye el Gobierno Nacional Central y el Sector Descentralizado-, el cual pasó de prácticamente 1 billón de pesos, entre enero y junio de 2010, a 15,3 billones de pesos en el mismo período de este año. Es decir que éste pasó del  0,2% al 2.5%del PIB. Esto se explica por el buen comportamiento tanto del Gobierno Nacional Central como del Sector Descentralizado. La noticia todavía es mejor cuando refiere a la incidencia del un mayor recaudo tributario. 

No obstante, vale la pena mencionar, como el mismo Ministerio lo enuncia, que los gastos se ejecutan menos durante este período y por estacionalidad tiende a ejecutarse en mayor proporción en el segundo semestre y especialmente hacia finales del año. Mientras en el primer semestre suele ejecutarse en promedio menos del 50% del gasto previsto para el año, en el segundo semestre este porcentaje sube al 70%, según el promedio de los últimos diez años.   

También la noticia procede del superávit reportado por el Sector Descentralizado a primer semestre de 2011, que fue mayor en más de 2 billones de pesos, frente al período anterior, subiendo del 1 al 1.2 como porcentaje del PIB. El mejor desempeño de las entidades descentralizadas lo generan el Fondo de Ahorro y Estabilización Petrolera – FAEP- , por el traslado de un 10% del ahorro acumulado por la Nación- y la Asociación Nacional de Hidrocarburos – ANH -, por cuenta de los menores dividendos trasladados al Gobierno Nacional Central - GNC en lo corrido de la presente vigencia. Dicho superávit perdió unos puntos por un menor superávit del sector Regionales y Locales.  

En efecto, los mayores gastos de inversión que tiene programado el Gobierno para el último trimestre del año suman 12.6 billones de pesos, entre los que se incluyen, en primer lugar Protección Social con 4.2 billones de pesos repartidos para: la Unificación y Universalización del régimen subsidiado ($1.2 billones) y políticas de mercado de trabajo ($1.2 billones), además de la Atención Integral Primera Infancia, Protección de los Derechos de la Niñez y la Familia, Alimentación Escolar y Fortalecimiento de las Capacidades para Ciencia y Tecnología, entre otros. En segundo lugar le sigue el sector Transporte con 2.4 billones de pesos para:   concesiones viales a cargo del INCO ($1.2 billones) y Corredores Viales ($1 billón). También se destinarán recursos para el fortalecimiento institucional y buen gobierno y para infraestructura aeroportuaria y gestión de espacio aéreo.

Las cuentas fiscales van bien y se espera todavía un mejor control con la implementación de la regla y la sostenibilidad fiscal. Sin embargo, es importante realizar un seguimiento a los porcentajes de ejecución del gasto para no quedarse conformes con un nivel estacional del 50% en el primer semestre y un nivel del 72% al finalizar el año. Los gastos presupuestados, en términos ideales, deberían ser ejecutados en un ciento por ciento.

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Alerta frente a la crisis externa

 

Gobierno, inversionistas y empresarios coincidieron en las últimas semanas en manifestar un estado de alerta frente a la incidencia de los factores externos sobre la rentabilidad de los portafolios y el dinamismo económico.

 

En efecto, el 60% de quienes se especializan en la inversión en títulos denominados en pesos respondieron en la Encuesta de Opinión Financiera (EOF) de la Bolsa de Valores y Fedesarrollo, realizada en la primera mitad del mes de septiembre, que la incidencia de la crisis global externa es la mayor de sus preocupaciones en este momento.

 

A su vez, el Presidente Santos en reunión con representantes de los gremios resolvió mantener una evaluación conjunta permanente para poner la lupa sobre los efectos que sobre la economía colombiana pueda causar la crisis internacional, para vigilar que no se caigan los indicadores de empleo y pobreza especialmente.

 

Dadas las buenas condiciones de crecimiento de la economía colombiana y que el nivel de reservas internacionales, en palabras del Presidente, está casi un 50% por encima del nivel del año 2008, cuando la mayor parte del resto del mundo sufrió una fuerte recesión, se insiste sobretodo en buscar alternativas que mantengan el dinamismo de la demanda interna.

 

En esta perspectiva comienza a mirarse con cuidado el aumento que presenta la cartera del sector financiero, que suma cerca 186 billones de pesos y presenta en julio un crecimiento anual del 26%, la tasa más alta desde noviembre de 2007. El microcrédito es la modalidad con mayor crecimiento con el 36%, le sigue el crédito de consumo con el 28%, el comercial con el 24% y de vivienda con el 19%. La mayor inquietud está en la necesidad del sistema financiero, ante este crecimiento de la cartera, incluyendo el leasing, de recurrir a la liquidación de portafolio o a tomar fuentes de fondeo más costosas, ya que, por cuatro meses consecutivos, la demanda de crédito ha superado sus  depósitos y exigibilidades. Situación ésta que ha hecho pensar a la Superintendencia en la posibilidad de evaluar con las entidades financieras la alternativa de exigir un mayor nivel de liquidez y fondeo, aunque esto no desvirtúa que el sistema está sólido y los ahorros se encuentren garantizados.

 

Asimismo, ante el incremento de la cartera y las presiones externas, la Junta del Banco de la República analiza la posibilidad de aumentar en algunos puntos la tasa de interés, por encima del 4.5%, aunque bajo una tasa de inflación contenida, que se mantiene en el medio del rango impuesto como meta (entre el 2% y el 4%), es posible que no sea necesario, al menos en el muy corto plazo.

 

En realidad, ambas medidas deben estar sincronizadas de manera que un exceso de liquidez no deje en riesgo el control inflacionario o que mayores tasas de interés frenen el dinamismo de la demanda. Esto en la medida que la tendencia de crecimiento de la economía colombiana, que alcanza una tasa anual del 5.2% en el segundo trimestre, está impulsada principalmente por un crecimiento del 9% en la demanda interna y el consumo de los hogares crece satisfactoriamente en el 6.5%. Colombia suele caracterizarse por la ortodoxia económica y hoy debe mantener esta posición más cuando los vientos fuertes de la economía global pueden llegar a tocarnos.  

 

 

JOSE DARIO SALAZAR

 

 

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Dinamismo exportador y ortodoxia

El crecimiento de las exportaciones del 55% en año completo -julio 2010 a julio de 2011- y del 41% a lo largo de este año, evidencia un dinamismo exportador que contrasta con la tendencia revaluacionista. Para el mismo período la Tasa Representativa del Mercado se situó alrededor de 1,778 pesos por dólar, correspondiente a una variación en año corrido del  7%. De donde se puede deducir que el país ha podido responder con mayores volúmenes de exportaciones, no obstante la apreciación del peso frente al dólar y, por ende, el menor pago por unidad de producto que reciben los exportadores.

A su vez, otra inquietud se da al poder dilucidar si se trata solamente de exportaciones de petróleo, otros hidrocarburos y productos de la minería o si se evidencia también un crecimiento en el resto de las exportaciones, de manera que el país no se vea sometido a la amenaza del denominado “mal holandés” y que estas últimas exportaciones no pierdan competitividad por las grandes entradas de divisas procedentes del sector energético y minero. De hecho en los primeros siete meses del año, las ventas de petróleo y sus derivados crecieron en 73% en valor y 25% en volumen. A su vez el total de las exportaciones tradicionales, en las que se encuentran las ventas de petróleo, crecieron en un importante 57%.

No obstante ese incremento esperado en las ventas de petróleo, se puede observar que las exportaciones no tradicionales también crecieron, aunque no en la misma magnitud, en un 15% en lo corrido del año. Este se explica tanto por el crecimiento en las exportaciones de oro (24%) como por el incremento en exportaciones, distintas a las mineras, como las de alimentos,bebidas y tabaco (17,7%); materias plásticas (21,3%) y productos de la floricultura (18,2%), lo cual indica el mérito de los exportadores colombianos que permanecen, a pesar de las vicisitudes revaluacionistas, desarrollando esfuerzos complementarios por obtener una mayor  productividad, independiente de la variación de la tasa de cambio. Según actividad productiva, del total de las exportaciones no tradicionales: el 84% corresponden a exportaciones industriales; agropecuarias al 15% y mineras el 0.4%.

La verdad es que el país debe estar atento a la dinámica del sector industrial y agropecuario. Algunas manifestaciones de alerta deben tenerse en cuenta como la preocupación del Presidente de ANIF, Sergio Clavijo, ante la caída en el primer semestre de la actividad industrial en un 3.7% y las apreciaciones de la exministra Marta Lucía Ramírez sobre el bien recibido dinamismo de las exportaciones pero con la visión de comparar permanentemente el crecimiento de las exportaciones energéticas con las exportaciones industriales. 

A su vez anima el optimismo y la confianza de los industriales. De acuerdo con la Encuesta de Opinión Empresarial de Fedesarrollo, el Índice de Confianza Industrial (ICC) se sitúo en el mes de julio en 7%, lo cual supera en casi seis puntos porcentuales al registrado en igual mes del año anterior. Y vale la pena resaltar que la encuesta señala que esa confianza se basa en importantes indicadores como son el volumen actual de pedidos, el nivel de existencias y las expectativas de producción para los próximos tres años, las cuales han venido mejorando por tres meses consecutivos.

Si bien la economía colombiana muestra signos de crecimiento sostenido, como es este dinamismo exportador, debemos mantener la ortodoxia y un ánimo vigilante como también gozar con eficiencia de los beneficios de la bonanza petrolera y minera. Sin embargo es importante no olvidar la búsqueda de alternativas para los industriales para superar muchos de los obstáculos que aún ellos vislumbran para el mejor desarrollo de sus negocios, en su orden: tipo de cambio, costo y suministro de materias primas,  competencia en el mercado, bajos márgenes de rentabilidad, dificultades de logística y costos de transporte terrestre, contrabando, baja rotación de la cartera y falta de capital de trabajo, entre otros (Encuesta de la ANDI).

 

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Hacia el desarrollo regional

Una nueva dimensión se vislumbra en el desarrollo regional del país. Sobre dos pilares se ha cimentado este propósito: uno es la modificación al Sistema de distribución de las Regalías y el otro es la nueva Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial. El primero busca la equidad de las regiones y la superación de la brecha de pobreza que existe entre unas y otras, para lo cual se crean el Fondo de Compensación Regional y el Fondo de Desarrollo Territorial y el segundo fortalece la institucionalidad territorial con instrumentos que facilitan la integración territorial, para poder aunar esfuerzos y proyectos de inversión, dando un eficiente uso a los recursos públicos hacia una mayor competitividad regional.  

La nueva Ley de Ordenamiento Territorial logra plasmar el objetivo que inspiró a la Constituyente -cumplidas dos décadas de la promulgación de la Constitución de 1991-, de que dos o más departamentos puedan constituirse en regiones administrativas y de planificación, con personería jurídica, autonomía y patrimonio propio, con el objeto de lograr un mayor desarrollo económico y social en el respectivo territorio, entre otras disposiciones. En este sentido, las autoridades del orden territorial, desde ahora en adelante, podrán hablar de las RAP o Regiones Administrativas y de Planificación, que serán “entidades conformadas por dos o más departamentos, con personería jurídica, autonomía financiera y patrimonio propio, cuya finalidad está orientada al desarrollo regional, la inversión y la competitividad” (artículo 30).

En ningún caso las RAP conforman una nueva división política del país, son simplemente   un instrumento de administración descentralizada que permite la unión de recursos y propósitos de varios departamentos o de un departamento con un distrito especial, bajo la condición de que sean colindantes, de manera que es claro que las entidades territoriales que establezcan estos convenios conservan su identidad política y territorial, como bien lo recalca la ley.

Así, previo concepto de la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado de la República, los gobernadores de dos o más departamentos podrán constituir mediante convenio la región administrativa y de planificación que consideren necesaria para promover el desarrollo económico en su territorio y también pueden buscar recursos de cofinanciación de la Nación para complementar sus proyectos de inversión. Si bien son convenios entre departamentos contiguos, no obsta que departamentos que no guarden continuidad geográfica puedan desarrollar alianzas estratégicas para optimizar la comercialización de bienes y servicios.

Una pregunta clave es cómo se van a financiar las RAP. Tanto los recursos de  funcionamiento como de inversión serán con cargo a los recursos o aportes de las respectivas entidades territoriales que la conforman y es claro que de ninguna manera las RAP generarán gasto del presupuesto general de la Nación, ni del Sistema General de Participaciones, ni del Sistema General de Regalías.

Estos propósitos de integración económica regional se complementarán a futuro con otras reformas legislativas, ya anunciadas. Según la nueva Ley de Ordenamiento Territorial, el Gobierno Nacional deberá presentar al Congreso, antes de finalizar el año, proyectos de ley sobre un Código de Régimen Departamental, un Código de Régimen Distrital, un Código de Régimen de Área Metropolitana y un Código de Régimen Municipal, entre otras. Todo esto, unido al nuevo régimen de regalías, consolidará entonces la nueva dimensión del desarrollo regional del país.

 

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Chile, un ejemplo a seguir

En visita oficial a Chile la semana anterior, el Presidente de la República Juan Manuel Santos, acompañado de sus ministros de Relaciones Exteriores, de Minas y Energía, y el titular de Comercio, Industria y Turismo, además de los presidentes de los partidos políticos que respaldan la Unidad Nacional, empresarios y otros altos funcionarios del gobierno; fuimos testigos de los avances en la relaciones bilaterales de Colombia con el país austral, y donde se suscribieron sendos memorandos de cooperación y entendimiento con el Presidente chileno Sebastián Piñera.

 

Esto es muy significativo si tenemos en cuenta que cifras oficiales muestran que Colombia se ha convertido en el segundo país destino de las inversiones chilenas con un capital de US$ 8.400 millones de dólares, donde se destaca la inversión en cadenas comerciales, infraestructura y servicios. El mercado colombiano es uno de los más atractivos para los inversionistas chilenos, y muestra de ello son las más de 70 empresas chilenas que vienen incursionado en el país. A cadenas comerciales como Fallabella, Homecenter y el Grupo Polar, se le suma ahora la entrada de Ripley, así como a las EPS Colmedica , Golden Group esperan la llegada de Auntentia y el sector gasífero la empresa Abastible venir a competir con sus compatriotas Lipigas y Gasco.

 

Colombia podría incrementar sus exportaciones a Chile en productos como azúcar, medicamentos, confitería, automóviles, aceites de petróleo, aceites de palma, grasas o aceites vegetales y animales.

 

Antes de 2007, la balanza comercial con Chile era deficitaria y una vez  que entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Chile esta relación se invirtió, como se ha ido registrando en los últimos años, hoy la balanza es positiva, es así como en Junio de 2011 se registró un superávit mayor a 251,2 millones de dólares y con un nivel de exportaciones hacia Chile por valor de 907 millones de dólares siendo el petróleo y sus derivados los productos de mayor exportación e importaciones por un valor de 608 millones de dólares, según informe del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. En el año 2010 la economía de chilena creció 5.2% con incrementos en inversión y consumo privado y se prevé que para este año, su PIB crezca 6.2% soportado en el alto precio internacional del cobre.

 

En el índice de competitividad global, Chile está ubicado en el puesto 30 mientras que Colombia se encuentra en el 68 en un escalafón de 133 países, sin embargo, en la calificación del Doing Bussiness 2011 Colombia se encuentra en el puesto 39 frente al 43 de Chile entre 183 países.

 

Se hace evidente que nuestras deficiencias se encuentran en competitividad, por esta razón es necesario considerar el planteamiento del Presidente Santos cuando habla de la necesidad de copiar el modelo chileno, que ha demostrado ser el más exitoso de toda América Latina.

 

 

Para alcanzar este objetivo de lograr mayor competitividad y generar mayor dinámica comercial no solo con Chile, sino con otros países, es necesario hacer grandes esfuerzos en materia de seguridad, mejoramiento de la infraestructura del país, seguir negociando los  acuerdos comerciales como son los de Corea del Sur, Japón y Singapur, avanzar decididamente en la conformación de la Alianza del Pacífico, junto a Perú y México, así como impulsar mejoras en cuanto a nuestra productividad, formación de capital humano y como lo propone el gobierno nacional, hacer un esfuerzo por reducir trámites y condiciones para que el empresario se sienta cada vez más protegido para realizar su actividad económica. 

 

Teniendo en cuenta la experiencia adquirida con otros mercados y en especial con el país austral, conociendo nuestro potencial, debemos reconocer que Colombia puede igualar las tasas de crecimiento de países como China, India y Chile logrando así un desarrollo sostenido.

 

 

JOSE DARIO SALAZAR

 

 

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Medio Ambiente y desarrollo

Para un país como Colombia que se está catalogando como un “país minero”, es imprescindible vincular: “el principio de libertad para el ejercicio de actividades económicas y los otros principios constitutivos y reguladores, con el principio de compatibilidad ecológica”. De manera que ya no se habla de economía social de mercado sino de “economía de mercado social y ecológicamente compatible”. En este sentido, debe existir una regulación y vigilancia para que la explotación de estos recursos y “su interacción  con el entorno natural sea sustentable, … a fin de satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras (Gallegos: Radke, Fundación Konrad Adenauer- CIEDLA, 1995).
 
Luis Gallegos Molina, en el libro: Economía Social de Mercado, Medio Ambiente y Responsabilidad Social Empresarial, describe con precisión los principios que rigen la política medioambiental en este orden de ideas: la responsabilidad del causador, la prevención y la cooperación social. El primero de ellos indica que la utilización del medio ambiente  debe tener un precio y como tal el causante del efecto contaminador debe ser el responsable de pagar los costos de impacto ambiental por ser quien los ocasiona y no la comunidad. El segundo propende por la protección medioambiental preventiva, que viene acompañado del principio de equidad intergeneracional –pensar tanto en las generaciones presentes como futuras- y cuenta con políticas que permitan actuar con anticipación ante hechos predecibles, más que tener que reparar daños ecológicos lamentablemente consumados. El tercer principio se origina en la responsabilidad de todo ciudadano, organización social o empresas de asumir buenas prácticas de protección del medio ambiente en su entorno.
 
Para dar fe a dichos principios es necesario crear instrumentos de política económica que mantengan el equilibrio entre la generación de riqueza y desarrollo y la protección del medio ambiente. Uno de estos instrumentos ha sido anunciado por el Viceministro de Minas, Tomás González, como es la fiscalización de los títulos mineros a cargo de una o varias firmas privadas. La licitación obligará a la inspección tanto de los títulos mineros que se otorgan para explotación y exploración de cualquier mineral en todo el país. La propuesta tiene por objeto evitar la superposición de títulos mineros en áreas de parques nacionales y páramos y el control al otorgamiento de títulos.
 
Para la Cámara Colombiana de Minería, se ve como una oportunidad para las empresas de poder contar con experiencia certificada sobre su actividad.
 
Un ejemplo son las minas de Santurbán (Santander) y La Colosa (Tolima) donde la explotación minera a cielo abierto genera enorme impacto en sus ecosistemas, especialmente por el recurso hídrico y la protección del páramo, pero que por estar ubicadas en zonas de alta riqueza en oro y plata, se debate la alternativa de la explotación subterránea.
Esto aunado a las disposiciones previstas en el Plan Nacional de Desarrollo “Prosperidad para todos”, 2010-2014, conforme a la ley, que prohíbe la explotación minera en el páramo.

Se trata entonces de integrar el desarrollo con la protección del medio ambiente con elementos que no distancien una de otra sino que se acerquen con un ingrediente de orden sobre el impacto ecológico. Dentro de la denominada economía del mercado social y ecológicamente compatible.

 

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Buenas cifras de crecimiento

En medio de una semana marcada por nuevos efectos de la crisis de la deuda en Europa y su consecuente tsunami bursátil, con la caída de las bolsas mundiales tras la reprogramación de la deuda griega y la degradación de la deuda francesa y estadounidense, los resultados de la economía colombiana muestran, por el contrario, signos de crecimiento sostenido. Distintos pronósticos indican que Colombia podrá crecer este año entre el 5% y el 6%.

La Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC) presentada por la Asociación Nacional de Industriales -ANDI- indica un crecimiento económico superior al 5% durante el primer trimestre del año. En especial resalta el crecimiento superior al 6% en la producción y ventas de la actividad manufacturera, con indicadores muy buenos en el uso de la capacidad instalada, tendencia de pedidos, nivel de inventarios, cumplimiento de presupuestos y clima de negocios.

No sólo se evidencia esta tendencia de crecimiento en la industria sino también en el comercio al por menor, con un crecimiento del 15% en cinco meses corridos del año; en las licencias de construcción con un incremento del 75%; un aumento del 39% en las exportaciones y un crecimiento de la producción del petróleo en un 16%. De otra parte, el Ministro Juan Camilo Restrepo, anunció hace unos meses, que después de tres años negativos o de cero crecimiento del sector agropecuario, a pesar de los efectos de la ola invernal, es posible que éste crezca entre un 2% y 4% este año.

Como lo indica el gremio industrial: “Es evidente, entonces, que estamos en un muy buen momento, tanto para la economía en general, como para el sector productivo. Al finalizar el 2011 posiblemente tengamos un PIB de US$340,000 millones; un comercio exterior superior a US$100.000 millones, una inversión extranjera directa cercana a US$15.000 millones y la inversión como porcentaje del PIB superará el 26%”.

Con razón Colombia tiene el reconocimiento de grado de inversión por parte de las calificadoras, como indicador del esfuerzo del pasado y de las proyecciones que muestran una economía con senda de crecimiento estable, que genera cada vez más un ambiente favorable de inversión. Los principales determinantes son la fortaleza del país a los efectos externos de la crisis financiera mundial, el desempeño fiscal, el control anti-cíclico y la perspectiva de crecimiento sostenido. Esto unido a una política económica dirigida hacia la estabilidad jurídica, la templanza fiscal, incluyendo la defensa de la regla fiscal como control de la deuda y el orden constitucional asignado a la sostenibilidad fiscal.

No obstante, no deben perderse de vista los obstáculos que aún perciben los empresarios para el mejor desarrollo de sus negocios, en su orden: tipo de cambio, costo y suministro de materias primas, competencia en el mercado, bajos márgenes de rentabilidad, dificultades de logística y costos de transporte terrestre, contrabando, baja rotación de la cartera y falta de capital de trabajo.

 

JOSE DARIO SALAZAR

 

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Ley de Suelo y Vivienda

 

En pleno proyecto Ciudad Verde de Soacha, de más de trescientas manzanas o hectáreas, que cobijará  viviendas de interés social de más de cuarenta y dos mil hogares, el Presidente Santos presentó la Ley 1469 de 2011: “por la cual se adoptan medidas para promover la oferta de suelo urbanizable y se adoptan otras disposiciones para promover el acceso a la vivienda”.  El Congreso aprobó en sesiones conjuntas, bajo mensaje de urgencia del gobierno,  esta importante iniciativa como única forma de garantizar  el impulso de la locomotora de vivienda, de manera que se habiliten en el país 4.000 hectáreas de suelo urbanizable, de superar parte del déficit y poder cumplir la meta de construir un millón de viviendas. Conscientes además de que la construcción impulsa el empleo y reduce la pobreza y  la inequidad.

 

 Nos hemos convertido en un país concentrado en la zona urbana y con un crecimiento progresivo de las ciudades. Como lo indicó entonces el Presidente,  el 75 por ciento de la población, 34 millones de personas, residen hoy en el casco urbano de los municipios. Bajo este crecimiento se estima que el déficit total de suelo urbanizable suma 7.000 hectáreas en el país. La ley busca habilitar al menos 4000 hectáreas de ese total.

 

Es precisa la ocasión para promover la Ley por la excelente coyuntura que atraviesa el sector de la construcción.  Las licencias para vivienda muestran una tendencia de crecimiento similar a la de hoteles y bodegas,  con un incremento de más del cien por ciento en el área aprobada para vivienda “diferente a la Vivienda de Interés Social – VIS”, que pasó de los casi seiscientos cuarenta mil metros cuadrados a más de millón trescientos en área, es decir a más del doble del mismo mes de marzo del 2010.  A abril, cerca de 180 mil licencias de vivienda llegaron al punto más alto registrado en los últimos 12 años. Las licencias para VIS mantienen su ritmo al aumentar el área aprobada en 18.8% y el número de viviendas en un 7.7% (cifras de marzo). Esto se refleja igualmente en el dinamismo del crédito hipotecario y en el empleo. Entre el trimestre móvil marzo-mayo de 2010 y el mismo periodo de 2011, según informó el mismo Presidente, la actividad constructora, incluyendo obras civiles, generó más de 126 mil nuevos empleos directos, que corresponde al 18 por ciento del total nacional.

 

Como punto central, la Ley es una herramienta que permitirá garantizar la disponibilidad del suelo para la construcción de los denominados Macroproyectos de Interés Social Nacional (MISN), con sus vías y servicios, de manera ordenada, en terrenos específicamente apropiados para Vivienda de Interés Social (VIS) o de Interés Prioritario (VIP), incluyendo nueva o usada, con lineamientos de control del impacto ambiental. Se podrán suscribir contratos de arrendamiento con opción de compra; no se exigirá el ahorro programado para acceder al subsidio y  quienes sean cabeza de hogar y hayan perdido su vivienda, por calamidad doméstica o pérdida de empleo,  como dación de pago o remate, podrán postularse por una sola vez para el reconocimiento del Subsidio Familiar de Vivienda e igualmente los beneficiarios del Subsidio Familiar de Vivienda, afectados por desastres naturales, podrán solicitar nuevamente el subsidio.

 

Es de esperar que esta Ley sea el instrumento básico de la política de construcción de vivienda para los más necesitados y motor de la locomotora de la construcción.

 

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El estatuto del consumidor

Al finalizar el periodo legislativo, la Comisión Tercera del Senado de la República, aprobó el proyecto de ley por medio de la cual se expide el Estatuto del Consumidor, cuya ponencia, de los senadores Juan Mario Laserna y Antonio Guerra de la Espriella será presentada ante la plenaria a partir del próximo 20 de julio.

 

Se trata de una importante actualización de la normatividad vigente, que es anterior a la Constitución de 1991. Como se aprecia en la Ponencia de Segundo Debate, si bien la Ley 73 de 1981 conocida como la Ley del Consumo y sus decretos reglamentarios, establecen la facultad del Estado, en medio de la libre competencia, para intervenir en la distribución de bienes y servicios para la defensa del consumidor, regulan la organización de las asociaciones de consumidores y dictan normas relativas a las garantías y la fijación pública de precios como la responsabilidad de los productores, el reconocido interés en el mundo por dar especial protección al consumidor hace imperante atender los derechos del consumidor según las nuevas tendencias y la realidad nacional.

 

Varios intentos por expedir un nuevo Estatuto del Consumidor ha realizado el Congreso, sin llegar a aprobarse, por lo cual no se ha podido profundizar en el “marco de respeto mutuo entre consumidores y proveedores”. Esta nueva propuesta, recoge cuatro años de trabajo conjunto entre la academia, los gremios, el gobierno y los consumidores. A su vez, la Comisión Tercera del Senado, en su proceso de discusión, realizó una audiencia pública con todos los sectores interesados.

 

La importancia de este Estatuto radica en el detalle con el cual se tocan los derechos del consumidor. Entre ellos vale la pena señalar: los principios generales de su protección como son la protección a la vida, la información adecuada, la educación al consumidor, la libertad de crear organizaciones de consumidores y la protección especial de los niños; los aspectos relativos a la calidad e idoneidad que deben tener todos los productos que se produzcan o comercialicen en el territorio nacional, que por ningún motivo pueden poner en peligro la salud y la seguridad de los ciudadanos y la reglamentación de que todos los bienes y servicios están cubiertos por una garantía mínima legal.  En los casos en que el productor no informe adecuadamente el término de la garantía, se presumirá que es de un año para los bienes nuevos.  Los bienes de segunda se podrán vender sin garantía, informándole de forma expresa y clara al consumidor; en caso de que no se informe, se presumirá que se venden con tres  meses de garantía.  El mismo término de presunción de garantía tendrán los servicios de reparación prestados a vehículos o electrodomésticos. Hay una responsabilidad clara de los productores y expendedores frente a los consumidores por los daños que causen los productos defectuosos. Se hace énfasis especial a la  información accesible al consumidor como son los datos de peso, medida, componentes, precio,  forma de uso o mantenimiento de los productos, para resaltar algunas de las disposiciones.

 

En este mismo sentido, el Gobierno en cabeza de la Superintendencia Financiera, en defensa del consumidor expidió una circular que busca prohibir la llamada letra menuda o difícil de entender de los contratos crediticios, evitar que no se entregue copia de los pagarés o reglamentos e impedir la liquidación automática de gastos de cobranza. De esta manera Colombia avanza hacia una conciencia del derecho de los consumidores.

 

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Tasas de interés e inflación

Cuando la Junta del Banco Central de cualquier país o el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos decide subir en algunos puntos la tasa de interés de referencia o de intervención se suscita algo de preocupación por su efecto de desestimular el crecimiento de la economía (a mayores tasas menor demanda de crédito,  menor inversión) que pueda causar una desaceleración.

 

Pero al mismo tiempo, el deseo por mantener la estabilización de precios y una menor presión inflacionaria hace pensar en su conveniencia. Por esto cualquier punto adicional en las tasas debe ser el fruto de un balance de las circunstancias y de la búsqueda de un margen de acción que de un parte tranquilidad para no llegar a frenar la tendencia de crecimiento.

 

Varios de estos argumentos dieron pie para que la Junta del Banco de la República volviera a subir en 25 puntos básicos la tasa de interés de intervención con lo cual pasa del 4% al 4,25%. En suma, la tasa de interés de referencia, después de cuatro aumentos, ha sido incrementada durante el año en 1.25%.

 

Por un lado, la expectativa de crecimiento de la economía colombiana, según anunció el ministro de hacienda, puede situarse entre un 5 y 6 por ciento, lo cual da un espacio de acciòn importante sin que llegue a frenarse su expansión. Situación que la hecho merecedora de mejoras en la calificación de la deuda externa colombiana, tanto por parte de S&P, Moody`s como de Fitch Rating, hasta alcanzar la nota de "grado de inversión pleno" por parte de la última de las calificadoras, dado el buen comportamiento de la economía para enfrentar choques externos y la introducción de políticas y principios como los de sostenibilidad fiscal, distribución con equidad de las regalías y la regla fiscal de control al porcentaje de la deuda frente al Producto Interno Bruto.

 

Por otra parte, si bien se plantea mantener la inflación en el rango entre el 2% y el 4%, la inflación de mayo del 3.02% y su persistencia en el medio de la meta, ha hecho ponderar con mayor preocupación la presión o tendencia al alza de los precios de la canasta bàsica y el querer evitar un brote inflacionario.

 

Como se dijo en la reunión de la Junta en el mes de mayo, “todo … sugiere que el ajuste hacia una política monetaria menos expansiva debe continuar”, lo cual resulta consistente con el comportamiento de las ventas de bienes durables (vehículos), los precios de la vivienda, los altos términos de intercambio y el comportamiento del crédito en particular.

 

Se trata entonces de medir el grado de conveniencia de cada “leve” y “gradual” aumento de la tasa de interés que da como referencia la Junta del Banco de la República.  El mismo dinamismo de la economía conlleva la mejora en el poder adquisitivo de los colombianos, de manera que se estimula la demanda y por ende el alza de los precios. Con talante y ortodoxia económica, se hace necesario cumplir con el mandato constitucional de control a la inflación. Como es de delicada la labor del orfebre, asì se hace necesario medir la oportunidad de esta medida. Se trata de tener el cuidado del  equilibrista, para no llegar a subir las tasas de interès a niveles que atraigan los capitales especulativos del exterior, lo cual agravarìa la situación de revaluaciòn actual.

 

 

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Logros Legislativos

Con empeño, el Congreso logró en este último período legislativo avances significativos en materia económica, en coherencia con los propósitos del gobierno y sus principales orientaciones de la política pública, en su objeto central de la Prosperidad para Todos, en medio de una emergencia invernal histórica.

 

El primero es el objetivo de la templanza en el manejo del gasto público, a través de tres aprobaciones fundamentales: la introducción del principio desostenibilidad fiscal –en el artículo 334 de la Carta Política, que otorga al Estado la responsabilidad de la dirección general de la economía- que parte del reconocimiento de la limitación de los recursos y con sujeción a ella sólo hace viable alcanzar los objetivos del Estado Social de Derecho, de manera progresiva, gradual y programática. El establecimiento de la regla fiscal que tiene por objeto reducir la relación de la deuda del Gobierno Central con respecto al PIB, del 39.5% al 28% en el largo plazo, a fin de generar capacidad de ahorro o endeudamiento según el ciclo económico, reducir los ajustes fiscales basados en la disminución del  gasto de inversión y asegurar un nivel adecuado de deuda. Así, para enfrentar la emergencia invernal -cuyos costos pueden ascender a más de 16 billones de pesos– se buscaron fuentes de financiación distintas a aumentar la deuda del Sector Público No Financiero, vía ingresos tributarios, redistribución de las prioridades en el presupuesto y la venta del 10% de las acciones de Ecopetrol.

 

Atada a la templanza fiscal, ante la expectativa del país de obtener muchos más ingresos por concepto de regalías de hidrocarburos y minería (se obtuvieron 46.6 billones de pesos constantes entre los años 2000 y 2011 y pueden ascender a 94.8 billones de pesos entre el 2012 y 2020), se aprobó la reforma constitucional de la distribución de las regalías bajo el principio de equidad, en el entendido que la propiedad de estos recursos corresponde a todos los colombianos y evitar situaciones como las vividas en el período 1995-2009, cuando un número reducido de entidades territoriales, donde habita el 17 por ciento de la población, concentró el 80% de los ingresos por regalías. Sus propósitos son la reducción de la brecha de pobreza regional, garantizar un ahorro público y pensional, dar continuidad a la inversión pública tanto en épocas buenas y malas, la competitividad regional y el énfasis en la inversión en ciencia, tecnología e innovación, infraestructura y medio ambiente.

 

Un reto más fue la aprobación de la Ley conocida como de Primer Empleo, dirigida hacia la Formalización laboral y empresarial, que  busca enfrentar la tasa de desempleo (12%), y más que ello la alta participación del empleo informal (58% del empleo total) y el desempleo que afrontan los jóvenes, superior al total, con una tasa del 22%  aunado a las dificultades de las nuevas o pequeñas empresas. Se concentra en dar incentivos a éstas mediante la posibilidad de entrar en el mercado de manera progresiva, a través de un menor porcentaje de pago del impuesto de renta, parafiscales y renovación mercantil y la simplificación de trámites tributarios, laborales y comerciales. De manera especial, otorga incentivos a los empleadores que generen realmente nuevos empleos y vinculen a menores de 25 años.       
 

En la ruta de la “Prosperidad para todos”, queda por mencionar la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo hacia una Colombia más competitiva basada en cinco locomotoras: sectores de la innovación;  agricultura y desarrollo rural; expansión energética y desarrollo minero; infraestructura de transporte y construcción de vivienda y ciudades amables, que busca mantener nuestra senda de crecimiento con una buena calificación en el mercado internacional.

 

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JOSE DARIO SALAZAR

 

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Políticas contra la revaluación

Dolor de cabeza de la economía colombiana es la revaluación del peso, preocupación constante del gobierno nacional y de la Junta Directiva del Banco de la República. El encarecimiento del peso hace menos atractivas nuestras exportaciones, pues sus precios pierden competitividad. Además se vuelve imposible generar nuevos puestos de trabajo y por el contrario se cierran empleos, especialmente en sectores intensivos en mano de obra, como sucede en el de las manufacturas.

 

Combatir la revaluación con medidas tradicionales como la compra diaria de dólares que realiza el Banco de La Republica, tiene un efecto menor como lo estamos comprobando. Con esta medida es imposible derrotar la revaluación, cuando la Reserva Federal de los Estados Unidos ha inyectado grandes cantidades de dólares a su economía, para darle mayor liquidez, devaluar el dólar y hacer más competitiva su moneda con el propósito de impulsar sus exportaciones.

 

De otra parte, la avalancha de dólares que ingresan al país por concepto de las exportaciones crecientes de petróleo, carbón y metales preciosos, es creciente. Esto golpea duro otros sectores de la economía como el manufacturero que se resiente porque recibe menos pesos al cambiar sus dólares producto de sus exportaciones, mientras aumentan año a año los costos laborales en Colombia.

 

Combatir la revaluación implica mucho más que salir a comprar 20 millones de dólares diarios por parte de nuestro Banco Central. La tarea fundamental debe estar enfocada a desarrollar unas políticas de gobierno que nos permitan modernizar el aparato productivo para reducir costos, especialmente en el sector agroindustrial que, en comparación con otros países como Chile, está totalmente rezagado.

 

A la inmensa mayoría de campesinos no ha llegado aún la tecnología y, eso les impide obtener utilidades razonables para vivir con dignidad.

 

La importación de maquinaria destinada a la agricultura debe ser libre de aranceles como también la de las materias primas para obtener insumos para mejorar la producción en el campo.

 

Y, el desarrollo de la infraestructura física, que el país pide a gritos, debe ser una obsesión, pues sin éste, no podemos competir en un mundo globalizado.

 

La reciente ola invernal que azotó el país por meses, puso al descubierto nuestra cruda realidad: vías sin los estudios y los cimientos técnicos apropiados fueron borradas del mapa; la red vial terciaria ha quedado semi destruida por las inundaciones porque hay una negligencia total en el dragado del cauce de los ríos; miles de hectáreas aptas para la agricultura y la ganadería terminaron destruidas y más de 3 millones de personas damnificadas, muchas de ellas desplazadas y arruinadas, son el resultado de una ausencia manifiesta de políticas de prevención de estos fenómenos naturales.

 

Ofrecer los primeros auxilios y hacer posible que los desplazados tengan un modo de vida digno, es una prioridad, también como restaurar con celeridad la red vial es una política que no da espera. Es hora de aprovechar esta urgente tarea para reconstruir para largo plazo y sentar las bases que el país requiere para su futuro. No aguantamos más improvisaciones.

 

Junto a ello, la lucha contra la corrupción, debe ser frontal y decidida, para evitar el robo de los recursos públicos. Como también el combate sin cuartel al terrorismo, que pretende volver a campos y ciudades. Si florece la subversión nada será posible, habremos perdido en pocos días lo que ganamos en años.

 

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Demandas contra el Estado

Con inquietud y preocupación se recibió el informe de la Contadora General de la Nación al Congreso de la República, por el anuncio de la cuantiosa cifra de 849 billones de pesos, que representan, al cierre del 2010, las demandas presentadas contra el Estado. De nada sacamos promoviendo las políticas de la regla y la sostenibilidad fiscal si casos fortuitos, no provisionados, de gran magnitud terminan por desequilibrar las finanzas del Estado. Es por ello de suma importancia tomar atenta nota a esta voz de alerta y crear los mecanismos de prevención e información periódica que sean necesarios.

 

Por cualquier lado por el cual se mira el volumen de las demandas contra el Estado, resulta ser una suma muy alta y de cuidado. Es superior en 1.5 veces al valor del Producto Interno Bruto nominal, estimado para el 2011 por el viceministerio técnico de Hacienda (569 billones de pesos). Cubre el Presupuesto General de la Nación de más cinco años y medio (147 billones de pesos anuales) y es casi treinta veces el Presupuesto de Inversión de la Nación para el 2011 (26 billones de pesos). Es también 1.5 veces más que el valor del Plan Nacional de Inversiones Públicas, de la Prosperidad para Todos, 2011-2014 (564 billones de pesos). El año pasado, las demandas falladas contra el Estado representaron desembolsos por más de 12 mil millones de pesos.

 

Si bien se trata de un “pasivo contingente, entendido como aquellos gastos que eventualmente podrían causarse (en este caso, dependiendo del resultado adverso al Estado dentro de los litigios en los que se encuentra demandado) … hay que tener en cuenta que el mandato constitucional permite a toda persona que siente que las actuaciones de las instituciones estatales generan una afectación a sus derechos ya sea mediante acción u omisión, la posibilidad de dirigirse ante los jueces de la República para pedir el pago de los perjuicios causados, en las que las sentencias condenatorias son de obligatorio cumplimiento, por ende el Estado una vez declarado como responsable debe cancelar el pago de los perjuicios generados” (Poveda, Ramírez, Costo de las demandas contra el Estado, Diario La República, 2010).

 

El problema radica en el crecimiento de estas demandas, en el grado de provisión de las mismas y en la recuperación de las sanciones o cuentas por cobrar de los condenados. Según informó la Contadora General de la Nación, Margarita Roldán: las demandas contra el Estado Colombiano han crecido en un 17%, en los últimos 3 años y sólo se tienen provisionadas por un valor de 9 billones de pesos (escasamente el 1% del total de las pretensiones).

 

Sería útil mantener una información periódica sobre la evolución de las demandas y empezar -como se le exige, por ejemplo, al sector financiero- a crear porcentajes de provisión según la modalidad y el riesgo de la demanda. Si bien este es el ideal, se entiende que la situación aún puede ser más crónica, si se tiene en cuenta que el patrimonio neto de la Nación es negativo (es mayor el valor del pasivo que del activo).

 

Es hora de empezar a establecer de manera gradual este tipo de parámetros, como mayores provisiones, entre otras porque coadyuvan al principio de sostenibilidad fiscal. Igualmente, como lo ha anunciado el Ministro del Interior, es imperante, dentro de la reforma del Estado, crear dentro del nuevo Ministerio de Justicia y del Derecho, la Agencia Nacional de Defensa Jurídica de la Nación, en su función de defensa y protección efectiva de los intereses litigiosos contra la Nación. 

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La locomotora de la construcción

 

Sorprende el incremento en las licencias de construcción a nivel nacional, recientemente publicado por el DANE. Hablar de casi un millón más de metros cuadrados licenciados en el mes de marzo frente al mismo mes del año anterior es contundente. Representa un incremento del  78.9% para dicho período, que es muy significativo, en especial en los casos de Bogotá, Antioquia y el Valle. Estos resultados en la construcción son, sin duda, un reflejo de la confianza de los inversionistas en el país y de la movilidad de la locomotora de la construcción de vivienda, entre otros destinos.

 

Al analizar, a nivel nacional, el área aprobada bajo licencias y sus destinos, se puede argumentar que su impulso está cimentado en la confianza inversionista. En efecto, el mayor aumento en área lo reportan las licencias de construcción de hoteles, al pasar de casi diecinueve mil a más de ciento cuarenta y nueve mil metros cuadros, en marzo de este año frente al mismo mes del año anterior; le siguen las licencias para bodega, que aumentaron en más del doble, al pasar de doce mil a casi treinta mil metros cuadrados y continúan, en similar porcentaje, las licencias para hospitales. Asimismo, las licencias para vivienda muestran similar tendencia y confirma el optimismo inversionista  , dado un incremento de más del cien por ciento en el área aprobada para vivienda “diferente a la Vivienda de Interés Social – VIS”, que pasó de los casi seiscientos cuarenta mil metros cuadrados a más de millón trescientos en área, es decir a más del doble del mismo mes de marzo del 2010. Más bien, las licencias para VIS mantienen su ritmo al aumentar el área aprobada en 18.8% y el número de viviendas en un 7.7%.

 

Para ser más cautelosos y evitar el análisis puntual de la aprobación de las licencias de construcción en la variación anual del mes de marzo, que es ante todo una señal de las buenas expectativas, es importante cerciorarse de este dinamismo en la evolución de las aprobaciones, comparando también año a año (abril 2009 a marzo de 2010 con abril 2010 a marzo de 2011). Y en efecto, se corrobora en el momento un mayor dinamismo y una construcción con similar enfoque. Así, por destinos, se mantienen, en la variación comparativa de doce meses, porcentajes de aumento relevantes, en: la administración pública (153%), hotel (150%) y vivienda (53%). Y se resalta, de todas maneras, un dinamismo más fuerte en el actual momento (comparativo de los meses de marzo) frente al crecimiento anual del área total aprobada (78.9% frente al 45%).   Una diferencia puede verse en el comparativo del mes de marzo por un mayor incremento de la vivienda distinta a la VIS, lo cual puede indicar mayor confianza hoy día en la estabilidad de la economía que incentiva la construcción de proyectos de vivienda de estratos más altos.

 

En medio del crecimiento de los ingresos de exportación de hidrocarburos y  minería, es imprescindible observar de manera permanente la evolución de la construcción -como industria de bienes no exportables- para controlar el riesgo de enfermedad holandesa. Así, el dinamismo actual de la construcción se resalta en especial porque está orientado hacia sectores de confianza inversionista y de producción de bienes exportables, como es el caso de las bodegas para la industria o de sectores que impulsan otros negocios como los hoteles, que incentivan el resto de la actividad económica, incluida la locomotora de vivienda pero como un elemento de superación de la pobreza y no de concentración de riqueza.

 

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Impuestos a Gasolina, para fines sociales

 

Fructífera resultó la citación a los ministros de Minas y Hacienda, y la invitación al gerente del Banco de la República, ante la Plenaria del Senado para analizar el impacto del precio de combustibles en el país y responder sobre la conveniencia de su fórmula tarifaria, del Fondo de Estabilización, así como de la proyección nacional de la producción de gas. El dilema se vuelve complicado, más aún cuando se trata de medir el impacto “social” de mantener el desmonte de subsidios implícitos a la gasolina corriente y el diesel, y su influencia sobre el costo del transporte y por ende sobre los productos de la canasta familiar que paga el consumidor final.

 

En el 2010 Ecopetrol aportó al Presupuesto de la Nación un gran total de 13.5 billones de pesos, un monto igual al presupuesto total de inversión de este año, de los cuales 5.3 billones corresponden a dividendos, 4 billones a impuestos nacionales (de estos 200 mil millones son impuestos directos que llegan a las regiones) y 4.3 billones en regalías. En este sentido, una política que disminuya los aportes de Ecopetrol a la Nación resulta en una baja de los impuestos y dividendos que paga la empresa a la nación, y que se irriga a toda la sociedad traducida en programas sociales. Por ello es procedente analizar qué beneficia a más colombianos, si este ingreso o la disminución en el precio de la gasolina.

De otra parte, una disminución de los impuestos a los combustibles impacta negativamente las finanzas de los entes territoriales, en cuanto las regiones reciben las sobretasas, como también las regalías que paga la Agencia Nacional de Hidrocarburos –ANH.  Ésta compra a los municipios y departamentos productores de petróleo lo que les corresponde por regalías, y después se lo vende a Ecopetrol a un precio atado al internacional, por lo tanto, no sería viable que Ecopetrol pagara a los entes territoriales petróleo al precio internacional para luego venderlo a un precio menor; o peor aún, instaurar una política de comprarle a las regiones el petróleo que les corresponde por regalías a un precio menor al que podrían venderlo en el exterior, ello representaría para departamentos y municipios una disminución en los presupuestos para inversión en sus programas sociales.

 

Mientras en las ciudades sólo un 2 por ciento -del 20 por ciento más pobre de la sociedad-, y el 47 por ciento -del 20 por ciento más rico- tienen vehículo, la gasolina a un precio subsidiado la pagan todos los colombianos porque los mayores o menores ingresos del petróleo que se transfieran a la nación se invierten en programas de salud, educación, defensa y saneamiento básico.  Es de anotar  que en el año corrido los precios de la gasolina y del diesel subieron a nivel internacional un 33 y 28 por ciento, mientras en Colombia lo hicieron respectivamente el 5.8 y 5.2 por ciento.  Como quien dice: hay que poner todos los pesos sobre la balanza y cuidar los mayores beneficios de desarrollo social. 

La inflación es un fenómeno que depende de muchos factores, para ejemplo Venezuela, país donde la gasolina tiene un precio bajísimo y, sin embargo, este país padece la mayor inflación en el continente, superior al 30% anual.

 

 

Ecopetrol deberá invertir en los próximos años más de 8.000 millones de dólares para modernizar y ampliar las plantas de refinación en Cartagena y Barrancabermeja para obtener combustibles limpios.

 

Con los mayores ingresos por exportación de hidrocarburos, la nación, entre otras obras sociales, debe modernizar sus sistemas de transporte público, metro, transmilenios y mallas viales, para lograr en un futuro usar menos los vehículos particulares, consumir menos combustibles, usar más el transporte público, explorar nuevos yacimientos, exportar más hidrocarburos, obtener más divisas, modernizar y hacer más competitivo al país y elevar el nivel de vida de nuestros compatriotas.

 

 

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Café aguado

Una combinación de factores acompaña la economía cafetera y los buenos vientos del exterior se frenan al interior del país. Desde hace más de tres décadas, la libra de café colombiano en el mercado externo no alcanzaba una cotización tan alta, equivalente a tres dólares en la Bolsa de Nueva York, cuando además se aprecia una buena tendencia en el aumento en del consumo mundial. De manera que si fuera por precios externos estaríamos diciendo que las buenas perspectivas de Colombia no sólo se centran en el petróleo y la economía minera.

Desafortunadamente, las ganancias por el aumento del precio no pueden aprovecharse en su integridad porque hay una escasez de café suave a nivel mundial, de una magnitud nunca vista en los últimos quince años. En Colombia el faltante de producción es aún más agudo, por la emergencia invernal, que se acentúa por enfermedades como la Roya y la Broca, que no obstante los esfuerzos todavía afectan a los cultivos. Incluso, increíblemente el país debió suplir, con café importado de Perú y Ecuador, la demanda interna.

Por demás, la revaluación del peso frente al dólar descompensa las ganancias que por el alza del precio se hubieran podido obtener.  Brasil y Perú, por ejemplo, pudieron aprovechar la escasez de oferta del suave café colombiano e incrementaron sus millones de sacos exportados en 8,8% y 25,9% respectivamente.  Así, se puede decir que no sólo los cultivos están pasando por agua sino también los buenos precios internacionales del café, en parte por una revaluación que aguó el efecto de precio.

Esto es preocupante si realmente Colombia desea promocionar y no perder las ventajas comparativas de sus productos exportables, como el café y las flores, distintos a la producción minero energética y si con verdadero empeño quiere evitar la denominada enfermedad holandesa. Como el gobierno señalaba en la exposición de motivos de la reforma constitucional al sistema de regalías, esta enfermedad se produce cuando “los flujos en moneda extranjera a un país con mercados financieros pequeños y poco profundos traen consecuencias a la actividad económica no perteneciente al sector en auge”.  Las cifras del DANE indican que el 71 por ciento del valor de las exportaciones totales en el 2010 correspondieron a petróleo y sus derivados. Situación que impulsa a poner la máxime atención en el resto de las exportaciones.     

El Gobierno no puede bajar la guardia en el control a la revaluación del peso frente al dólar, que ya asciende en año completo al 11%, en cuanto la tasa representativa del mercado pasó de 1.988,47 a 1.763,45 pesos por dólar. El anuncio de la  medida que propende por la creación de un depósito o fondo en el exterior .por valor cercano a mil doscientos millones de dólares con el fin de prepagar deuda externa a comienzos del año entrante se torna urgente. De la igual manera otras medidas como continuar con las  compras en el mercado interno no dan espera. Nuestras exportaciones tradicionales no pueden perder las ventajas que le ofrece la demanda mundial.

Como dijera Mario Calderón Rivera, en el año de 1997, en su artículo sobre los Efectos perversos de la revaluación: “No podemos olvidar que, en el caso colombiano, la dependencia del café nos hizo ansiar y temer, al mismo tiempo, las épocas de bonanza… Empero, habría que reconocer que, en la mayoría de los casos, fueron los cafeteros quienes renunciaron a una porción mayor de su excedente económico para contribuir a generar nuevos impulsos en muy diversos sectores de la economía nacional.”       

JOSE DARIO SALAZAR 

 

 

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Perspectivas e inquietudes

La Junta Directiva del Banco de la República presentó al Congreso el Informe de de resultados macroeconómicos del año 2010 y de lo corrido de 2011 y la proyección financiera del Banco.  El Banco aprecia el crecimiento de la economía colombiana del 4.3% en el 2010 a pesar de la debilidad de la economía mundial y la caída del comercio con Venezuela, como también el rango de inflación alcanzado, por que se logró, en su concepto, mantener en el punto medio del denominado rango meta (3.17%).

 

No obstante los buenos argumentos señalados por el Banco, éste no responde a la pregunta de ¿por qué Colombia no puede crecer al mismo ritmo de las economías emergentes o aún más al promedio de América Latina? Si bien el crecimiento de nuestra economía durante el 2010 fue superior al de las economías avanzadas -que alcanzaron un crecimiento del 3%-, las economías emergentes, crecieron en promedio en el 7.1%, luego Colombia se situó casi tres puntos por debajo de éstas. Mientras América Latina tiene el record histórico de los últimos diez años, con un crecimiento del 6%, el país se sitúa, en casi dos puntos por debajo. Y pero aún cuando la aburrida comparación la hacemos frente a Brasil, Perú y Argentina, con crecimientos del 7.5% y 8.6% respectivamente.

 

El Informe es claro en afirmar que el magnífico desempeño de esas tres economías latinoamericanas, “es el reflejo de la fortaleza de la demanda interna…, de la creciente demanda mundial por materias primas, de las políticas expansivas en el mundo, y del resurgimiento de la afluencia de capitales”. Cuestiones que endurecen aún más reflexión por cuanto ninguno de esos acápites niegan la capacidad de Colombia para convertirse en una economía tan atractiva como éstas. Tal vez podrían establecerse indicadores de resultados sobre estas cuatro señales, dentro de la política de expansión locomotora, para revisar nuestro desempeño.  Es cierto, por fortuna, cómo señala el Banco, que este año dichas economías pueden moderar su crecimiento por la disminución de los efectos expansivos de la política fiscal y monetaria, pero para nosotros eso es apenas un consuelo. Lo importante está en generar las condiciones para crecer a tasas superiores al histórico crecimiento promedio.

 

Para el 2011 la Junta espera que la economía crezca entre el 3.5% y 5.5%. Rango demasiado amplio y poco comprometedor. Sin embargo, su  visión nos indica en  el promedio un crecimiento algo superior al año anterior.

 

Es de resaltar la claridad de la Junta al advertir varias señales de alerta y riesgos existentes. Entre ellos, se hace hincapié en la necesidad de estar vigilantes ante abruptas entradas de flujos de capital para evitar crisis financieras originadas en incrementos significativos en la oferta de crédito y en burbujas en los precios de los activos. Aunque para la tranquilidad la información reciente no muestra, a pesar de la tendencia creciente de flujo de capital y de crédito anticipada, señales de alerta temprana (Tenjo y López, 2010).   

 

Se trata de concentrar los esfuerzos, incluso con riesgo, hacia sectores específicamente seleccionados. Taiwán por ejemplo ha demostrado que el “focus” en los sectores de ventaja comparativa es la clave de la planeación. La infraestructura y la industria basada en la innovación y el conocimiento son la obsesión, por así decirlo, de esta economía asiática.  Nosotros también debemos “obsesionarnos” hacia unos sectores de crecimiento con ventaja competitiva. El énfasis en las locomotoras puede ser un comienzo. 

 

 

JOSE DARIO SALAZAR CRUZ

 

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La Planta de Tratamiento del Norte

 

El pasado 15 de marzo fue inaugurada la Planta de Tratamiento  del norte, obra esta ejecutada por la administración del Alcalde Ramiro Navia a través de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán (AAPSA), gerenciada por el Ingeniero Mauricio Chaparro, con una inversión del orden de los 4.800 millones de pesos.

 

En el año de 1983, el Gerente de la AAPSA, el Ing. José Gabriel Silva Riviere, ante la situación del desastre ocasionada por el terremoto y la carencia de suministro de agua potable para los barrios del norte, planteó la necesidad de solucionar el problema y con  el equipo técnico de la empresa inició los estudios y diseños de redes del acueducto para el norte. Terminados estos, se inició la etapa de financiación del proyecto la cual se logró a través de créditos externos e internos. El servicio del agua se suplía por bombeo desde la planta de El Tablazo hasta los barrios del norte de la ciudad lo cual implicaba costos altos y además no permitía suplir la demanda de nuevas zonas a desarrollarse. Fue así como se planteó la necesidad de diseñar un sistema de suministro por gravedad y además de dotar a la ciudad de una nueva fuente de agua que sirviera para atender el suministro de agua a toda la ciudad en caso de nuevas emergencias.

 

En el año de 1996 siendo alcalde de la ciudad el Ing. Silva Riviere, presidió la Junta  Directiva de la Empresa AAPSA en donde se autorizó a su  Gerente  para contratar los estudios de factibilidad para la nueva fuente de agua proveniente  de la cuenca del Río Palacé. En el año de 1999 el proyecto entra en receso por falta de recursos. En el año  2000 el Ingeniero José Gabriel Silva visita al Dr. Cesar Negret Mosquera entonces Gobernador del  Cauca, a quien le plantea el proyecto y obtiene  de él apoyo financiero. Negret Mosquera ordena destinar recursos importantes provenientes de EPSA, 8.400 millones de pesos para la construcción de obras complementarias de la planta de tratamiento y 12.000 millones de pesos para la descontaminación de las aguas que surten los barrios de ese mismo sector.

 

El proyecto entra nuevamente en receso hasta el año de 2008, cuando en la administración del alcalde Ramiro Navia se retoma y es así como en cabeza del Gerente de la Empresa AAPSA el Doctor Guillermo Ospina  se reformuló el proyecto, se actualizaron los costos y se presentó  al Viceministerio de Agua Potable para su aprobación. Aprobado y financiado se inició el proceso licitatorio y en el 2009 se adjudicó el contrato de obras, el cual terminó exitosamente en el presente mes. Esta planta produce 250 litros por segundo y ya se encuentra financiada la ampliación hasta 500 litros por segundo lo que garantiza agua potable para 50 años, garantiza disponibilidad de servicio para nuevos planes de vivienda y mejora la presión en zonas altas del sur de la ciudad. Además asegura el suministro de agua al acueducto veredal el cual atenderá a 34 veredas del nor-occidente y sur-occidente, proyecto que tiene un costo de 11.500 millones de pesos y cuya licitación se iniciará en el próximo mes de mayo.

 

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TLC con la Unión Europea

 

Sin lugar a dudas siguen corriendo buenos vientos, desde otras latitudes,  para la economía colombiana. El resto del mundo nos mira con distinción como país latinoamericano. Estamos entrando en la verdadera apertura. Hace un mes, la Standard&Poors reconocía la economía en grado de inversión –calificación que no se obtenía desde hace doce años-, que con justa razón mostró al Ministro de Hacienda muy contento. Esto quiere decir que las perspectivas señalan una economía con senda de crecimiento estable y con ambiente favorable de inversión.

 

Por demás, la visita del presidente Santos al presidente Obama la semana pasada abrió las puertas a la ratificación del TLC con Estados Unidos -el cual fue negociado hace más de cuatro años- con la esperanza de que llegue a ser aprobado por el Congreso norteamericano a finales de este año.

 

Igualmente, la reciente gira a España y Alemania del Presidente Santos y su Ministro de Comercio, culmina con la satisfactoria firma del texto comercial del TLC de Colombia y Perú con la Unión Europea (UE). Se espera que éste entre en vigor dentro de un año, una vez lo apruebe el Parlamento Europeo y se pongan de acuerdo los 27 países de la UE.

 

Es muy claro, como bien lo dice el ABC del Acuerdo Comercial con la UE, publicado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, que el país busca negociar estos Acuerdos para “lograr un mayor crecimiento económico mediante una relación comercial preferencial y permanente con un actor fundamental en la economía mundial, que le permita acrecentar el comercio de bienes y servicios mediante la eliminación de las barreras, así como fomentar las inversiones reciprocas”. La noticia es muy importante y oportuna además porque el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP PLUS) negociado actualmente con la UE, tiene una vigencia temporal hasta el 2015, y no queremos quedar “en las mismas” en las que estamos actualmente con Estados Unidos, que dejó  vencer  los términos de la Ley de Promoción Comercial Andina y de Erradicación de la Droga, por lo cual, hasta por un tiempo incierto, los exportadores colombianos no pueden acceder a las preferencias arancelarias del ATPDEA, con consecuencias lamentables para muchos, como los textileros y floricultores. Así, la ratificación a tiempo del TLC con la UE permitirá respetar las condiciones comerciales por un término indefinido e incluir un mayor número de bienes y servicios, generando una estabilidad al desarrollo de los negocios.

 

Emprender el TLC con la UE significa penetrar en el mercado con el volumen más alto de importaciones de bienes y servicios del mundo,  equivalente a más de 2.9 billones de dólares, siendo nuestro segundo socio comercial con casi 5.000 millones de dolares en exportaciones y 5.600 millones en importaciones cifras del 2010 según el DANE, lo cual puede compensar nuestras pérdidas de mercado con Venezuela o Estados Unidos.  Sin embargo, es de vital importancia prepararse con la debida anticipación a la firma de cualquiera de los TLC y precisamente ahora incluir en el Plan Nacional de Desarrollo una política pública que incentive la inversión en desarrollo tecnológico y científico pero debidamente orientado hacia productos industriales que aporten mayor valor agregado a nuestra economía por sus ventajas competitivas, de lo contrario el esfuerzo de penetración perdería eficacia.

 

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Nuevo seguro agropecuario

 

La ola invernal puso en evidencia la necesidad de sostener una política de control y mitigación de los riesgos a los que está expuesta la actividad productiva agropecuaria. Hace 18 años, en el año de 1993, Colombia creó el seguro agrícola con subsidio estatal mediante la Ley 69 y la Ley 101 de 1993, para amparar a los productores en sus costos de inversión contra eventos climáticos, como exceso o déficit de lluvia, vientos fuertes, inundaciones, heladas, deslizamientos y granizo. A raíz de la emergencia, hoy se reconoce la importancia que éste tiene. Por este motivo en un estudio conjunto donde convergen las apreciaciones de los gremios de Fasecolda, la Sociedad de Agricultores de Colombia, y varias aseguradoras, se hace necesario insistir, como legisladores, en incluir en el actual debate del Plan Nacional de Desarrollo: la ampliación de la cobertura del seguro agropecuario hacia otras actividades aún no incluidas como la pecuaria, forestal, acuícola y avícola y amparar no solamente los perjuicios causados por riesgos naturales sino también por riesgos biológicos o fitosanitarios.

 

De hecho las afectaciones en el sector agropecuario por la ola invernal fueron grandes. Según el censo, a comienzos del año, 760 mil hectáreas se inundaron, cerca de 300 mil se concentran en 20 municipios, 152 mil en la zona sur y 608 mil en el resto del país. Además, entre los animales muertos se reportaron: en la avicultura cerca de 300 mil, en bovinos alrededor de 70 mil (un millón y medio de desplazados) y en piscicultura más de 740 toneladas de carne y de 6 millones de alevinos perdidos, lo cual confirma que es necesario ampliar el acceso al seguro de otros sectores.

 

Sin embargo no basta con ofrecer la cobertura e incluso el subsidio de la prima si esta oportunidad del mercado no se conoce ni se accede a ella. Es posible que muchas de las calamidades de la emergencia hubieran sido cubiertas y no se hubieran padecido si existiera una cultura de toma de seguros de protección al proceso productivo. De hecho, durante 2010, se lograron asegurar cerca de 45 mil hectáreas y se suscribieron algo más de 10 mil pólizas. Pero esto sumó sólo el 1% de la proyección de hectáreas sembradas y 47% de los 20 mil millones asignados al Fondo Nacional para Riesgos Agropecuarios en subsidios a las primas, con cargo al Presupuesto de la Nación, del programa previsto por la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario. Por ello si no se involucra una campaña agresiva de información y educación al campesino y a las asociaciones de productores, que cambie la cultura, se pierde el instrumento. La locomotora agropecuaria no debe contar, dentro del Plan de Desarrollo, con una mayor cobertura de seguro sino también con mecanismos de formación al productor en este sentido.

 

Igualmente, debe impulsarse el mantenimiento de una política de mediano y largo plazo en materia de riesgos, la revisión de los criterios y recomendaciones técnicas, que pueda aportar el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural al sector privado, a través de la creación de una Dirección de Riesgos Agropecuarios.

 

La caída de la declaratoria de la denominada segunda emergencia, nos ha obligado a legislar al respecto. De hecho el Plan de Desarrollo incluirá los mecanismos creados en dicho momento. Una política de control de riesgos de la actividad productiva, como la promovida por varios senadores conservadores, evitarán la cesación de la actividad y las pérdidas en la generación de ingresos, impulsando realmente la locomotora agropecuaria.

 

 

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SOS legislativo

 

No cabe duda que el fallo de la Corte Constitucional que declara inexequible el Decreto 20 de 2011 no se debe propiamente a una negación de la gravedad de las calamidades generadas por la ola invernal y la necesidad de atender con prontitud sus consecuencias sino a razones de orden jurídico que lamentablemente cortan el objetivo de rápida reacción y ejecución que se pretende con una declaración de emergencia económica. 

 

Si bien hasta el momento sólo se conoce el pronunciamiento de la Corte,  es posible que sus consideraciones tengan el mismo sentido del concepto del Procurador, según el cual: “Si el fenómeno climático se prolonga, si la temporada de lluvias y sus perniciosas consecuencias se prolongan en el tiempo, podría tener sentido que el estado de emergencia también se prolongue por medio de una prórroga. Lo que no tiene sentido es que la vigencia del estado de emergencia se agote a la media noche del 5 de enero de 2011, y que el Gobierno declare un nuevo estado de emergencia el 7 de enero de 2011”.  En términos generales aquellos argumentos que el Gobierno sustentó como motivos para declarar con dos días de diferencia una nueva emergencia por la prolongación del Fenómeno de La Niña, podía haberse argumentado como una prórroga de una misma emergencia, donde los términos no podían dejarse vencer pero lo importante ahora es superar esas razones jurídicas, dado que el concepto respetable de la Corte sobre el decreto madre, deja las normas previstas en los decretos con fuerza de ley expedidos por el Gobierno, que de él se desprenden, sin posibilidad de ejecutarse. 

 

Las materias de los decretos ley amparados en la declaratoria de la segunda emergencia son de suma importancia ante la incapacidad de los damnificados para cumplir con el pago de ciertas obligaciones y parafacilitar la reconstrucción. El primero de ellos es la adición al Presupuesto General de la Nación para la vigencia fiscal de 2011, en la suma de cinco billones seiscientos noventa y cuatro mil millones de pesos; medidas de control fiscal oportunas; Programa Especial de Reforestación; seguro, coberturas y  crédito agropecuario; mecanismos de inversión de recursos para construcción y rehabilitación del servicio educativo (aún respecto de bienes que no sean de propiedad del Estado); disposiciones especiales en materia de pagos tributarios y cambiarios y de servicios públicos domiciliarios; acceso al empleo de emergencia  (contratación de mano de obra); los cambios de estructura administrativa de las Corporaciones Autónomas Regionales (cierre y fusión de las CAR); adición de disposiciones para el Fondo de Calamidades (en términos de contratos de concesión y transferencia de recursos), expropiación por vía administrativa de bienes por proyectos de protección de fuentes hídricas y el cauce de los ríos y la actuación de las autoridades departamentales y municipales para licencias de construcción.

  

Ahora recae en la labor propia del Congreso, legislar de manera eficaz y rápida en estas materias y buscar los mecanismos más expeditos, tales como: tramitar proyectos de ley con mensaje de urgencia del gobierno -que exige el trabajo de comisiones conjuntas y un término corto definido para su aprobación-; incluir  algunas materias en el Proyecto del Ley del Plan Nacional de Desarrollo o en otros por aprobar, siempre y cuando, en aras de cumplir con la consecutividad, estos asuntos hayan sido tratados en el Primer Debate del Plan para presentarlos en el Segundo Debate o en última instancia presentar nuevos Proyectos de Ley y empeñarse en darles un ágil trámite.

 

 

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Bondades del Plan

 

Las expectativas de Colombia se han concentrado en la posibilidad de combinar los signos de recuperación con la necesidad de atender las consecuencias de la ola invernal, sin bajar la guardia en los propósitos inicialmente trazados en el Plan Nacional de Desarrollo de los próximos cuatros años. Es esta la primera de las bondades del Plan.  En la ruta se incluye la reconstrucción y atención humanitaria de la emergencia, con la proyección de una Colombia más competitiva, vía el impulso a las cinco locomotoras: los nuevos sectores basados en la innovación;  la agricultura y el desarrollo rural; la expansión energética y el desarrollo minero; la infraestructura de transporte y la construcción de vivienda y ciudades amables.

 

Se ha dicho que el resultado final es una colcha de retazos porque el Plan reúne toda clase de temas cuando debía concentrarse en los objetivos, metas, estrategias y mecanismos de financiación propuestos. En realidad es importante recalcar que por primera vez se encuentran como parte integrante de la Ley: las Bases del Plan; la Regionalización y los principales proyectos de inversión en cada región, financiables en el Plan Plurianual de Inversiones y el mejoramiento de las Vías Terciarias, que podrán financiarse extraordinariamente con recursos de la liquidación del Fondo Nacional de Regalías y con mecanismos de cofinanciación, incluso privada, además de las apropiaciones presupuestales que correspondan.

 

Un eje central es la Convergencia Regional que se fundamenta en un mecanismo nuevo denominado “Convenio Plan” a través del cual se busca que se articulen los planes de desarrollo locales con el Plan Nacional, al unir voluntades y compromisos entre la Nación y las entidades territoriales. 

 

Se imprime un énfasis a la educación, en especial al programa PAIPI (Programa de Atención Integral a la Primera Infancia) que promueve el desarrollo integral de los niños, desde la gestación hasta los 6 años, en los aspectos biológico, cognoscitivo, psicomotriz y socio-afectivo. Para la Rama Judicial se estima un billón de pesos de inversión para infraestructura de cárceles y personal adicional en procesos de descongestión.

 

Ante el interés por promover el desarrollo científico y tecnológico se estable una deducción de la renta del 125% valor invertido en proyectos de este tipo. No se quedan atrás los programas agresivos por construir el millón de viviendas de interés social y el apoyo del Gobierno Nacional a los Sistemas de Transporte Integrado Público y Masivo, incluyendo Planes de Movilidad para Municipios con población menor a los 250.000 habitantes.

 

Las micro, pequeñas y medianas empresas, por ejemplo, se clasifican con más claridad ya que contarán con recursos presupuestales dirigidos a un Fondo de Modernización o cuenta específica en Bancoldex, derechos propiedad intelectual y condiciones preferenciales en la contratación pública.  En el sector agropecuario, se mantiene, ya para los cuatro años, el subsidio vigente de energía para distritos de riego menores a 50 hectáreas.  En el sector minero se reafirma el control a la explotación ilícita tal como el uso indebido de dragas en actividades sin título minero y se ratifica la prohibición de realizar actividades mineras y agrícolas en los ecosistemas de páramo.

 

Se dice que el Plan de Desarrollo se usa para reformar toda clase de leyes. Y sí resulta cierto que el articulado del Plan corrige vacíos de las leyes vigentes porque se trata de destrabar o facilitar el cumplimiento de los objetivos propuestos.

 

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Triunfo en grado de inversión

 

El reconocimiento de grado de inversión que la calificadora Standard&Poors le acaba de asignar a Colombia es motivo de orgullo y motivación para continuar en la senda de crecimiento propuesta. Muy sonriente se vieron el Presidente y el Ministro de Hacienda y con razón. Es esta una calificación que no recibíamos desde hace doce años.  Cuando una calificadora mide el riesgo de una economía tiene una alta rigurosidad y la exposición de motivos que fundamenta el gobierno es fundamental. Esto quiere decir que tanto el esfuerzo del pasado como las perspectivas señalan una economía con senda de crecimiento estable y ambiente favorable de inversión. Dentro del contexto latinoamericano, la calificación (BBB-) sitúa la deuda a largo plazo en moneda extranjera de Colombia similar a la del Brasil, Perú y Panamá.

 

Los principales determinantes son la fortaleza del país a los efectos externos de la crisis financiera mundial, el desempeño fiscal, las fortalezas anti-cíclicas y la perspectiva de crecimiento sostenido. El primero se consiguió porque el país debió sufragar, en tiempos de Juan Camilo Restrepo, una crisis financiera originada, entre otros, por problemas crediticios de consumo y vivienda, a partir de la cual se aprendieron importantes lecciones como exigir mayores niveles de provisiones sobre la cartera vencida y fijar parámetros altos en el análisis para el otorgamiento del crédito. Hoy en día, por ejemplo, los constructores de edificios suelen vender los proyectos sobre planos para garantizar la parte financiera y operacional. Esto se unió a una política económica dirigida hacia la estabilidad jurídica y la confianza inversionista.

 

Adicionalmente, entra en juego el desempeño de las finanzas del sector público. Por esto sostenemos que la templanza fiscal es uno de los actuales inamovibles. Esto se demuestra con la forma de enfrentar la ola invernal que se acerca a una inversión mayor a 12 billones de pesos. El punto está en programar el cubrimiento de la emergencia con fuentes de financiación distintas a aumentar la deuda del Sector Público No Financiero, vía  ingresos tributarios, redistribución del presupuesto y la venta del 10% de las acciones de Ecopetrol.

 

Ha sido precisamente un interés programático del Partido Conservador defender los lineamientos de la política fiscal de la Unidad Nacional. Esto incluye la defensa de la  regla fiscal, como instrumento de control anti-cíclico, que tiene por objeto reducir en forma gradual la relación de la deuda del Gobierno Central con respecto al PIB, del 39.5% al 28% en el largo plazo, a fin de generar capacidad de endeudamiento para los malos tiempos, reducir los ajustes fiscales basados en la reducción del  gasto de inversión y asegurar niveles adecuados de deuda, entre otros. Esto unido, a la controvertida defensa de incluir en el orden constitucional la sostenibilidad fiscal, que imprime un espíritu de moderación del gasto a los representantes de las Ramas del Poder Público para que se busquen los objetivos del Estado Social de Derecho de manera progresiva y programática con la conciencia de la limitación de los recursos. Debemos un sentido de gratitud al Ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverri por su empeño en elaborar un programa de crecimiento económico de austeridad fiscal, que eleva el rango de Colombia ante el mundo.

 

Esta calificación señala a los inversionistas que la economía colombiana es estable y que por tanto puede esperar un buen rendimiento sobre sus depósitos y colocaciones y acudir a una Bolsa de Valores integrada por Colombia, Chile y Perú y a TES elevados a índices internacionales. Es la hora de mantenerse firme en los propósitos y de convertir en hechos, como éste, el impulso de las locomotoras.

  

JOSE DARIO SALAZAR CRUZ 


 

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TICs y prosperidad

 

Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, conocidas como TICs, constituyen un eje transversal para el desarrollo de Colombia en los próximos años. El ministro, aprovechando las herramientas digitales hace un despliegue de alta gama del Plan “Vive Digital”, que debe socializarse para comprender su envergadura hacia la disminución de brechas y el progreso.

 

En el Plan de Desarrollo “Prosperidad para todos”, 2010-2014, se identifican las TICs como un elemento esencial para el impulso de las cinco locomotoras: agropecuaria, minero-energética,  infraestructura de transporte, vivienda y de la innovación, dentro del objetivo trascendental de alcanzar una mayor competitividad y productividad. Como ha insistido el Departamento de Planeación, las TICs, en este sentido, juegan un papel crucial en la innovación y la generación de conocimiento y nuevos negocios. Adicionalmente, son el instrumento que garantizan la transparencia del objetivo de Buen Gobierno, en cuanto fortalece la conexión entre las instituciones del Estado y especialmente, de éstas con los ciudadanos, a través del Gobierno en Línea.

 

Bien dice el ministro de las TICs que ojalá el interés por las autopistas  “digitales” llegare a asimilarse al interés que se ha puesto de manifiesto en las vías terciarias y los megaproyectos de infraestructura terrestre durante los debates y el estudio del Proyecto de Plan de Desarrollo en diferentes ciudades del país. En efecto, en el artículo 42 del Plan, se propone crear un ente de alta jerarquía que coordine los sectores involucrados en el desarrollo de proyectos de infraestructura y el Ministerio de las TICs, con el fin de  determinar en cuáles de estas iniciativas es necesario incluir el tendido de fibra óptica a fin de aprovechar obras de  infraestructuras públicas de transporte terrestre para TICs y así ampliar la red nacional de fibra óptica para brindar la conectividad a los municipios, de manera que haya una sinergia entre el uso de las infraestructuras de otros sectores para el despliegue de fibra óptica. Igualmente se determina que la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) expida normas necesarias para permitir el acceso y uso por parte de los proveedores de redes y servicios de telecomunicaciones al interior de las zonas comunes de las copropiedades o de la propiedad horizontal.

 

El objetivo último es la masificación de internet, es la inclusión, la igualdad de oportunidades. Internet para todos, como hay teléfono celular para todos. Sólo así podremos decir que estamos en la era del conocimiento, la información y las tecnologías limpias, como lo indica el director de apropiación de TICs. Según el Banco Mundial (2010), un incremento de diez puntos porcentuales en la penetración de banda ancha acelera el crecimiento económico en 1.4%.Esto implica superar barreras como reconocer la utilidad de internet, especialmente en los estratos bajos, independizar su acceso del poder adquisitivo y desplegar la infraestructura, para lo cual se requieren recursos. Es casi increíble pensar que no ha penetrado el internet en el 89% de los hogares de estratos 1, 2 y 3 ni en una gran mayoría de las microempresas y de los municipios en el país.  Tenemos, no obstante, dos ventajas comparativas importantes en TICs: costos más bajos que la industria global de tecnologías de internet y ser el primer país en Latinoamérica con gobierno en línea (puesto 31 en el mundo).  Queda por materializar la inversión en TICs como un programa permanente que evite el rezago y garantice nuestra competitividad.

 

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Vías Terciarias

 

Colombia requiere un programa más agresivo para la recuperación de las vías terciarias. Estas son las arterias que permiten conectar el sector productivo y rural con las principales ciudades y éstas con el mundo. Sin el desarrollo de la red de carreteras veredales e intermunicipales no se puede hablar realmente de globalización y descentralización. Un sistema adecuado de vías terciarias es la garantía de la Convergencia Regional, eje principal del actual Plan Nacional de Desarrollo. No hay locomotora agropecuaria o minera que arranque sin la conexión terciaria.

 

Ahora, lo estamos viendo. Los efectos de la ola invernal han producido un colapso de cuarenta y ocho vías, según el Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, han perjudicado a 150 mil hectáreas de cultivos y han generado un aumento en el costo de transporte por las dificultades en la movilización de cerca a dos y medio millones de toneladas de alimentos. Asimismo, el presidente de la SAC -Sociedad de Agricultores de Colombia–, Rafael Mejía, ha afirmado que esta situación puede generar un incremento del 3,8 por ciento en el precio de los alimentos, sumada a las consecuencias del  paro camionero. Para tomar sólo el caso de los avicultores de Santander, el presidente de Fenavi, Jorge Enrique Bedoya,  estima que por el mal estado de las vías, las pérdidas ascienden a 30 mil millones de pesos, hecho que puede presionar al alza el precio del huevo y el pollo durante el primer semestre del año.

 

Pero el problema no sólo está en la ola invernal sino también en la prioridad de largo plazo y el programa de financiamiento para los proyectos y el mantenimiento de la Red de Vías Terciarias. El dilema está en buscar un flujo eficaz y eficiente de recursos y obviamente vigilado y auditado.  Se está pensando más en la agrupación regional, por así decirlo, que en girar un porcentaje proporcional a cada municipio o ente territorial.  En palabras del Ministro de Transporte, la propuesta es buscar la asociación de vecinos con el fin de que puedan obtener más recursos y priorizar sus obras, de manera que los gobernadores se encarguen de  unir a los alcaldes y que aporten recursos a una bolsa a la que también se  pueden sumar los gremios para hacer las obras terciarias.

 

El Ministro ha recordado que en departamentos como Santander y Cesar, los alcaldes, gobernadores y representantes de gremios, como los cafeteros y ganaderos, tienen la voluntad de aportar recursos a esa bolsa que sería administrada por una entidad que se encargaría de priorizar los proyectos, dentro de un listado regional, para coordinarlo con la limitación de recursos. Es un buen ejemplo a seguir por parte de otros entes territoriales.

 

Actualmente, se han apropiado recursos del Fondo de Calamidades por 300 mil millones de pesos para la recuperación de las vías afectadas por el invierno y parte de los 900 mil millones del Fondo de regalías. Sin embargo es importante que las propuestas de los municipios y departamentos se presenten con prontitud y adecuada técnica para evitar el rezago y la demora en la reconstrucción. Vale la pena insistir en la urgente determinación de una política pública y un programa diferente para el mantenimiento y los proyectos de nuevas vías terciarias. Es de recordar que estas son los vasos comunicantes del desarrollo regional en Colombia. Convenios entre municipios y mecanismos de cofinanciación entre distintos entes territoriales con el apoyo sustantivo de la nación debe ser una de las primeras opciones.

 

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Justas preferencias

Estados Unidos dejó  vencer  los términos de la Ley de Promoción Comercial Andina y de Erradicación de la Droga, por lo cual, hasta por un tiempo incierto, los exportadores colombianos no pueden acceder a las preferencias arancelarias del ATPDEA.  Esto en el límite con la fiesta de San  Valentín justo apenas cuando se darían las ganancias estacionales del momento a los floricultores. Esto se suma lamentablemente a menores recursos aprobados para el Plan Colombia y al poco impulso que está teniendo el TLC, lo cual no parece ser justo si se tiene en cuenta que Colombia se ha mantenido firme en la lucha contra el narcotráfico, que es el principio de corresponsabilidad “compartida” que han inspirado estos programas.     

 El programa nació como ATPA o Ley de Preferencias Andinas en el año de 1991, fue renovado en el 2002 y en el 2006 y se mantiene como un tire y afloje como un sistema inestable de renegociación permanente. Un estudio de Planeación Nacional del 2003 indica que sólo el 20 por ciento de las exportaciones realizadas entre 1998 y 2002 correspondían a productos bajo el ATPDEA, que se concentran en catorce productos. Según la SAC sólo 39 de seis mil subpartidas arancelarias gozan de los beneficios del programa. Pero, vale la pena recalcar que su injerencia no radica en el número de productos beneficiados sino en la importancia que éstos tienen en la vocación exportadora de la economía colombiana, que por demás superan un costoso  escenario de revaluación y una amenaza de enfermedad holandesa.

 Es claro que Colombia desea y necesita promocionar y no perder ventaja comparativa de productos exportables distintos a la producción minero energética, si se tienen en cuenta las cifras del DANE que indican que el 71 por ciento del valor de las exportaciones totales en el 2010 correspondieron a petróleo y sus derivados. Y menos aún, en las circunstancias de desempleo que vive el país, se puede desestimar el valor agregado de los sectores altamente intensivos en mano de obra, como es el caso de la floricultura, cuyas exportaciones se concentran en un 70 por ciento en Estados Unidos.

 El punto álgido está en el tiempo que se tome restablecer ATPDEA, por cuanto por cada mes de ausencia de preferencias se puede generar, en el caso de los floricultores, unas pérdidas cercanas a los 10 millones de dólares, equivalente a un 1% de las exportaciones anuales, como lo estima Germán Torres Lozano, pionero de las flores en Colombia. Actualmente se encuentra en receso el Congreso estadounidense, por lo cual no es posible que antes de tres semanas éste sea restablecido. No es justo ni conveniente que un sector que diversifica las exportaciones y emplea formalmente a miles de personas, tenga que resistir la falta de preferencia o urgencia por Colombia por parte de Estados Unidos.

 Tal vez la locomotora de la agricultura deba tener el mayor impulso y apoyo,  como sector altamente intensivo en mano de obra,  que diversifica la economía exportadora en sectores distintos al minero energético y que erradica verdaderamente la cultura del narcocultivo, cuestiones que sumadas a un esfuerzo por mantener el Plan Colombia y abrir el TLC pondrían de manifiesto la correspondencia de Estados Unidos con nuestro país. 

 Como definió recientemente la Comisión de Relaciones Internacionales no hay razones para que el Congreso de los Estados Unidos  no ratifique el TLC con Colombia, el cual fue negociado hace más de cuatro años con el gobierno de G. Bush. Si se trata del cumplimiento de metas en derechos humanos y de orden laboral, basta con mirar los esfuerzos de Colombia en esta materia. Todo es cuestión de voluntad.

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Presidente del Directorio Conservador reitera compromiso de su Partido con la Unidad Nacional

El siguiente es el discurso del Senador José Darío Salazar, Presidente del Directorio del Partido Conservador, al término del Foro Ideológico de esa colectividad, cumplido durante el miércoles y jueves en la Ciudad de Villa de Leyva, Boyacá.

"Para el Partido Conservador constituye un honor que Usted, Señor Presidente Santos nos acompañe en este encuentro ideológico, que busca finalmente repasar y actualizar el pensamiento de los conservadores para poder enfrentar los problemas y dificultades actuales y futuros y contribuir con otras fuerzas políticas a encausar las energías nacionales con el objetivo de asegurar el orden, alcanzar la paz, la justica, el fortalecimiento institucional, la equidad y la prosperidad. Le damos la más cálida bienvenida. 

La política contemporánea suele olvidar las bases ideológicas y a veces doctrinarias en las que se fundó la actividad pública a partir del Siglo XVIII, para enfrascarse en la competencia por el poder, como si detentar éste fuera suficiente para resolver las dificultades que hoy presenta nuestra sociedad. La política, una de las actividades más nobles y complejas, se está convirtiendo en todo el mundo, en una profesión técnica, cortoplacista y desprovista de principios. Usted entendió el problema y hace años planteó al país la posibilidad de encontrar lo que en Europa se ha denominado “la tercera vía”, una versión moderna y centrista de la social democracia. Además, constituyó la fundación Buen Gobierno en el entendido de que no bastan ideas brillantes y buena voluntad, sino que estas se deben acompañar de excelente y honesta gestión de lo público. 

Para el logro de esos objetivos Usted planteó entre otros medios, la implementación de un código moral para el buen gobierno; la seguridad en campos y calles, acompañada de una justicia accesible y eficaz que cuide vidas y propiedades, y castigue a los delincuentes; cerrar la brecha educativa entre los colombianos y posibilitarles una vivienda digna que a la vez será generador de empleo; hacer posible la creación de 2.4 millones de nuevos empleos formales y formalizar 600 mil más, a través de las locomotoras de desarrollo en infraestructura, agro, vivienda y minería; la consolidación de una clase media pujante para que el ascenso social y los mayores ingresos creen demanda de más y mejores servicios; la equidad de oportunidades para la mujer; la derrota de la miseria, la pobreza y el hambre en un país con campo abundante, donde avancemos todos juntos en alianzas productivas para prosperar; hacer de Colombia un destino turístico, cultural y ecológico, reforestar sus campos, aumentar las expectativas de vida de los colombianos para lo cual necesitamos, entre otras medidas, la disminución en el costo de los medicamentos que debe terminar con los abusos; la construcción de una moderna infraestructura para la verdadera integración nacional; la búsqueda de nuestros recursos naturales y una energía limpia y el fortalecimiento de la institucionalidad ambiental. 

Estamos dispuestos a ayudarle a construir su sueño, que es también el nuestro: “llegar al final de su gobierno al frente de un país seguro, con una población educada y trabajando, con una infraestructura que nos permita competir mundialmente para llevar el ingenio y la laboriosidad de los colombianos a todos los rincones del mundo”. 

Los conservadores tenemos forma propia de pensar y concebir la sociedad y el cosmos. La seguridad es uno de ellos, y así lo defenderemos en la Mesa de Unidad Nacional. Compartimos una serie de principios e ideas con el liberalismo clásico desde el Siglo XIX, especialmente en el campo económico. En otros puntos, en ciertos valores, fruto de un modo de pensar, sentir y actuar tenemos concepción propia. Entendemos que a partir del fracaso del comunismo internacional se viene produciendo un reacomodamiento de las ideologías y muchos partidos y movimientos se disputan ahora el centro del espectro ideológico.

El Partido Conservador es artífice de las más importantes páginas de la historia nacional e institucional, y así continuaremos al servicio de la patria. Como la sociedad y la política cambian a un ritmo a veces frenético, el pensamiento conservador evoluciona con los nuevos requerimientos, respetuoso de nuestros más caros principios y valores, del orden, la tradición y las instituciones.

Además, afortunadamente la inmensa mayoría de los compatriotas han llegado a entenderse en lo que Álvaro Gómez llamó el “acuerdo sobre lo fundamental”, en temas como los derechos humanos, las garantías constitucionales, la búsqueda de la equidad, el crecimiento económico, la independencia y balance de los poderes, la ética pública y la incorporación de los valores democráticos. Este acuerdo tácito va limitando el núcleo de las diferencias partidistas, inclusive con sectores tradicionales de izquierda, confundiendo a los electores, desmotivando a los jóvenes y relegando el mundo de los ideales.

Nuestro partido es consciente de su importancia y papel protagónico en la “Unidad Nacional”. Y actúa dentro de ésta con lealtad y responsabilidad, así como actuó en el anterior Gobierno de la “Seguridad Democrática”. Cuando tengamos observaciones, diferencias conceptuales, prácticas o de orden ideológico, lo expresaremos de manera franca y constructiva porque entendemos que el buen amigo del mandatario es el que le dice la verdad. Los conservadores estamos firmemente comprometidos con sus planteamientos expresados en torno a la Unidad Nacional. Consideramos que el país tiene un panorama promisorio por delante, pero a la vez aceptamos que subsisten grandes problemas por resolver. Cuente usted con nuestro apoyo patriótico.

Agradecemos su presencia que nos honra sobremanera, la consideramos no sólo amistosa sino estimulante".

 

 

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Estragos y gestión ambiental

La emergencia invernal nos ha llevado a repensar las políticas de conservación del medio ambiente y a ser conscientes de la vulnerabilidad de un país, como el nuestro, rico ante el mundo en biodiversidad y abundancia hídrica, de los estragos que puede causar tanto el cambio climático como la ausencia de prevención y cuidado. En los diagnósticos nos vemos obligados a ser más concretos y a sincerar nuestras buenas intenciones hacia lo verde. Hoy  lamentablemente ya se habla de degradación ambiental.

El Plan de Desarrollo no puede estar ausente de esta circunstancia y bien determina como eje transversal la Sostenibilidad Ambiental. Crecer sin afectar poblaciones es la disyuntiva. Las  Bases del Plan lo establecen con claridad: “procesos acelerados de crecimiento económico en escenarios cambiantes de riesgo, de degradación del ambiente y cambio climático global requieren una gestión ambiental y del riesgo de desastres integrada como estrategia fundamental para garantizar la sostenibilidad y la seguridad de las comunidades en el desarrollo del país”.

Esto además se profundiza por la razón de tener más de un 45 por ciento de la población con índices de pobreza y por estar consolidándonos como país minero-energético, no obstante los esfuerzos por vigorizar otras locomotoras como el sector agropecuario y de ciencia y tecnología. Metas del Plan contemplan la generación de recursos por regalías de 100 billones de pesos en diez años, alcanzar una producción en petróleo de 1.4 millones de barriles diarios (hoy en 800 mil), subir de 73 millones a 124 millones la producción de toneladas de carbón y aumentar de 5.5 a 6 millones el número de hogares con gas domiciliario.

El Director de Planeación, de hecho ha anticipado la necesidad de reforzar en el Plan, los capítulos de política y gestión ambiental y los elementos de adaptación al cambio climático, frente a las bases iniciales. El total de recursos de inversión del Plan de Desarrollo se estima, para los cuatro años, en 565 billones de pesos, a precios constantes de 2010 (preliminar). De éstos, 33.7 billones de pesos, es decir un 6% corresponden al eje de sostenibilidad ambiental. 

Es difícil dar un diagnóstico en la materia en pocas palabras. Pero se pueden extractar algunas características del diagnóstico presentado por el Departamento de Planeación: la deforestación promedio anual estimada del  2.000 al 2.007 es de 337 mil hectáreas por año; los páramos, bosques y humedales son altamente afectados por macroproyectos productivos; se han declarado amenazadas 406 especies de fauna y 662 de flora;  el 85% de los sistemas productivos están en áreas tendientes a desertificación y el 48% del país es susceptible de erosión; el costo estimado de la contaminación hídrica, para la salud, el tratamiento de agua para consumo doméstico e industrial, la productividad y el turismo asciende a un billón de pesos del año 2005, lo que equivale a 0,3% del PIB nacional. Factores como éstos sustentan, en palabras del gobierno, que si bien los recursos naturales han sido nuestra base de crecimiento económico, éste ha estado acompañado de una marcada degradación ambiental.

Debemos mirar con detalle la estrategia. Volver compatibles crecimiento económico, sostenibilidad ambiental y recursos fiscales es complejo. Se está haciendo el esfuerzo, pero de vernos cortos, podría pensarse en algunos recursos de deuda, que el gobierno no ha tocado, sin afectar tampoco la sostenibilidad fiscal, lo cual no es fácil pero tampoco imposible.

 

 

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Hacia la prosperidad

Seis meses después de posesionado el Presidente, de acuerdo a la ley, se presenta a consideración del Congreso, el Plan Nacional de Desarrollo. Este se convertirá en el distintivo, como lo fuera la “Política de Seguridad Democrática” del gobierno Uribe, del actual gobierno. Es el proyecto que traduce las propuestas de campaña, hacia una visión del país, en claras políticas públicas.

El Consejo Nacional de Planeación, creado en la Constitución de 1991,  que reúne a gobernadores, representantes de los gremios y de organizaciones sociales, ya emitió su concepto sobre las Bases del Plan.  Una vez la sociedad civil pueda conocer su contenido en audiencias públicas y surta el debate y la aprobación del Plan por parte del Legislativo,  la “Prosperidad para todos: más empleo, menos pobreza y más seguridad” será el derrotero que defina la visión, metas, estrategias y objetivos del gobierno del Presidente Santos.    

El Plan se concibe bajo unos principios, que se mencionan en su contenido. Una es la visión sobre el Estado: el éxito de las estrategias depende de la efectividad de la ejecución de las entidades del Estado, pero también del papel crucial que juega el sector privado y la sociedad civil. Y en este sentido se rescata el principio fundamental de la Tercera Vía, según la cual se admite “el mercado hasta donde sea posible y el Estado hasta donde sea necesario”.  De manera que “el Estado es quien despeja el camino -fija las reglas de juego y dirime los conflictos-, pero el sector privado es quien lo construye y lo recorre”.

Otro es el concepto de política de cohesión social, impulsado por el anterior gobierno, pero robustecido en el Plan como objetivo fundamental, con énfasis en la generación de empleo y la educación, que incluye además la concepción de una política hacia la igualdad de oportunidades y la promoción a la participación ciudadana y la responsabilidad social, dentro de la misma noción.

Si bien el Plan se plasma en ocho ejes primordiales, hay uno que se puede interpretar como base fundamental, como es la denominada Convergencia Regional, indispensable para que la prosperidad llegue a todos porque fija la prioridad de reducir las brechas de oportunidades entre las regiones, para lo cual divide el país en seis zonas, según su desarrollo endógeno, hacia donde se guiarán las estrategias. Estas son: la Central, el Sur del Macizo colombiano, la Costa Pacífica y Caribe, la Amazorinoquia y la Nororiental (Orinoquia alta y colindantes).  

De los otros siete ejes, cuatro son de carácter transversal: la Innovación en las actividades productivas; el Buen Gobierno, principio rector de un Estado efectivo y no corrupto; el mayor y mejor Posicionamiento Internacional y la Sostenibilidad Ambiental. Tres son pilares: la Igualdad de Oportunidades como política de protección social; la  Paz como consolidación de la seguridad y el Crecimiento Sostenido hacia la Competitividad. Colombia, camino a la Prosperidad para todos, pretende ser más competitiva, con el impulso a cinco locomotoras que son: los nuevos sectores basados en la innovación;  la agricultura y el desarrollo rural; la expansión energética y el desarrollo minero; la infraestructura de transporte y la construcción de vivienda y ciudades amables.

Como efecto de la emergencia se replantearán algunas inversiones pero los principios rectores de la Prosperidad para Todos son los mismos y las locomotoras se sumarán a la reconstrucción nacional.

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Seguro de cosecha

Los estragos del invierno ponen en evidencia que el colombiano no posee una  cultura para suscribir pólizas de seguros que restituyan su inversión, el rendimiento medio esperado o ajusten el daño causado, a cambio del pago de una prima que lo cubra de un siniestro definido de manera preventiva. De hecho, en el 2008 las primas de seguros generales, pagadas en el país, representaron el 2,3% del Producto Interno Bruto nacional, dos puntos por debajo del promedio de Latinoamérica.

Mediante las Leyes 69 y 101 de 1993, Colombia creó el seguro agropecuario con subsidio estatal, para amparar a los productores en sus costos de inversión contra eventos climáticos, como exceso o déficit de lluvia, vientos fuertes, inundaciones, heladas, deslizamientos y granizo. Existe el producto y el incentivo pero no se compra. Las primas pagadas por seguro agrícola en el 2007 apenas alcanzaron en el país una relación de 2 dólares por cada cien mil del PIB nacional.  Respectivamente, el mundo en promedio invirtió 15 dólares, es decir cerca de ocho veces más (Swiss Re Research & Consulting, Fasecolda).

Para el 2010, la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario asignó 20 mil millones de pesos al Fondo Nacional para Riesgos Agropecuarios -que cubre los subsidios a las primas, con cargo al Presupuesto de la Nación-, bajo el Plan Anual de Seguros establecido por riesgo climático, tipo de cultivo, valor máximo a asegurar por hectárea y total de área cubierta, que fija el Ministerio según información de las compañías aseguradoras, garantes del proceso productivo responsable. En la actualidad el Gobierno Nacional establece un subsidio sobre la prima neta de la póliza suscrita por el productor para la adquisición de un seguro agrícola.

El subsidio base de la prima es del 30% y aumenta hasta 60% si la contratación del seguro se efectúa de manera colectiva. Cubre cultivos de ciclo corto, mediano y tardío rendimiento, forestales, otros con costos superiores a 40 millones de pesos o catastróficos. Es de resaltar que el programa se ha dinamizado desde el 2007, año en el cual se aseguraron 28.598 hectáreas con un subsidio de 5.348 millones de pesos. Durante 2010, se lograron asegurar cerca de 45 mil hectáreas y se suscribieron algo más de 10 mil pólizas.  Si bien el resultado es satisfactorio, no es suficiente, toda vez que sólo el 1% de la proyección de hectáreas sembradas se aseguró y el 47% de los recursos disponibles en el programa fueron utilizados.

Argentina vivió la Ley de Emergencia Agropecuaria por el fenómeno de “El Niño” e impulsó la mayor incorporación de insumos, tecnología y capital,  lo cual incentivó el pago de primas de seguros agro hasta de 50 dólares por cada cien mil del PIB (2007). México, Chile, Perú, India y países de Centro América también han podido desarrollar la penetración del seguro en el sector.

Colombia proyecta impulsar el desarrollo vía la locomotora agropecuaria, bajo una dura experiencia por la ola invernal, que puede motivar un cambio de cultura. El gobierno, en su plan expansivo, aumentó para el 2011 a 34 mil millones de pesos el aporte presupuestal para subsidios a las primas, pero es necesaria una agresiva campaña regional para generar realmente el hábito hacia el seguro de cosecha. Una propuesta es ampliar por ley las pólizas de seguros hacia el área ganadera y pesquera y crear el microseguro como política social hacia el pequeño productor. Como dice el proverbio chino: “abundantes beneficios esperan a quienes descubren el secreto de encontrar la oportunidad en la crisis".

 

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El desastre invernal

El tema ecológico que en Europa concita enormes corrientes de opinión,  hasta tal punto que en muchos países del viejo continente se han organizado los denominados Partidos Verdes, con el propósito fundamental de preservar los ecosistemas, tomó fuerza en Colombia, a raíz  de la Constitución de 1991,  en la que, el ex presidente Misael Pastrana Borrero, abanderado de este tema, hizo posible la consagración de normas para preservar el medio ambiente.

Sin embargo han tenido que ocurrir desastres de magnitudes, para despertar la conciencia colectiva sobre la trascendencia de este tema, vital para el mundo actual y las nuevas generaciones;  desastres como las inundaciones causadas en New Orleans a raíz del Katrina, los tsunamis que barrieron pueblos de Asia, terremotos devastadores como el de Haití.

El calentamiento global causado entre otras por los gases industriales y la tala indiscriminada de bosques, han traído como consecuencias el deshielo de los glaciares, el aumento del nivel de las aguas de los océanos, las inundaciones  y en otras partes,  la desaparición de fuentes de agua, el calentamiento de los pisos térmicos, la aridez de las tierras, la desaparición de especies y el cambio de los ecosistemas.

Colombia no es ajena a estos males, causados en su gran mayoría por la intervención del hombre que aquí, ha deforestados miles de hectáreas de bosques húmedos y secos para dedicarlas al cultivo de la coca y de la amapola.  La desaparición de los cauces de los ríos y la deforestación causan desastres naturales como las inundaciones y  movimientos de tierra.

La laxitud en la aplicación de las normas ambientales por parte de instituciones competentes es factor que impide la preservación del medio ambiente.

Los daños causados por el invierno en nuestro país constituyen una catástrofe, decenas de muertos, más de quinientas mil viviendas destruidas y más de dos millones quinientos mil personas sin techo, aproximadamente quinientas mil hectáreas dedicadas a la agricultura afectadas y un millón dedicadas a la ganadería, cien mil reses muertas y un millón quinientos mil desplazadas de las tierras donde pastaban.

A raíz de lo sucedido, el gobierno nacional decretó la emergencia económica para poder dictar decretos con fuerza de ley, crear impuestos y transferir recursos.

Como sucede en estos casos la prioridad es socorrer las víctimas del desastre, proporcionándoles comida, albergue y techo; aun muchos damnificados habitan en cambuches improvisados a los orillas de las vías como sucede en el Valle del Cauca.

La reconstrucción de las vías terciarias es fundamental, muchas de ellas han desaparecido, produciendo el aislamiento de los campesinos y la pérdida de sus productos.

Por cuenta del desastre invernal, el año 2010 terminó con una inflación superior al 3 %, mayor a la registrada en el 2009, previsible para muchos, menos para expertos del gobierno y del Banco de la República quienes hasta última hora dijeron que esto no sucedería.  El alza de los alimentos fue lo que más influyó en el aumento de precios.

El gobierno tendrá que poner el acelerador a la reconstrucción de las vías terciarias, vitales para que los campesinos y agricultores abastezcan los mercados en las regiones del país.

A propósito de las medidas tomadas por el gobierno nacional, debemos celebrar, la decisión del ministro de Agricultura de condonar a los agricultores y ganaderos del sur del Atlántico, cuyas tierras están inundadas, sus deudas con el Banco Agrario.  Sin embargo, esta medida debe extenderse a aquellos agricultores y ganaderos de otras zonas del país que, han perdido de manera temporal la función productiva de sus tierras por cuenta del desastre invernal.  De la misma forma celebramos el anuncio de la reestructuración de los créditos y las obligaciones contraídos por los agricultores y ganaderos con la banca pública, pero el gobierno debe instar a la privada a hacer lo propio, por ejemplo en las deudas contraídas para reconstrucción o compre de vivienda rural.

La solidaridad debe ser de todos, especialmente de los más pudientes.

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Salud sin privilegios

La protección de los derechos como la vida, la salud, la reparación a víctimas de la violencia o de desastres naturales, toma cada día en Colombia la mayor atención y conciencia. Sin embargo, el ideal de llegar a todos, en igualdad de oportunidades, depende de la riqueza y de la orientación óptima de unos recursos limitados. Entra en juego, entonces, la habilidad para combinar  factores y políticas tanto de mayor eficiencia -mejores beneficios con menores costos- con mayor eficacia para obtener de manera más rápida los objetivos propuestos.

Esta optimización de recursos es la línea básica de las reformas propuestas como son: la sostenibilidad fiscal y la reforma a la salud. Es poder armonizar los recursos disponibles hacia unos mayores logros. 

En este sentido, la reforma a la salud es clara en sus objetivos específicos: unificación del Plan de Beneficios, universalidad del aseguramiento y garantía de la portabilidad o prestación de los beneficios en cualquier lugar del país, en un marco de sostenibilidad financiera. La universalidad se refiere a todos los residentes en el país, en todas las etapas de la vida.

El Plan pretende unificar los beneficios de los regímenes contributivo y subsidiado hacia el 2015. Si bien, no se menciona expresamente, se comienza a hablar de “desestratificación” como un nuevo concepto, alineado con el principio de la igualdad sin privilegios mencionado. 

Así, la  equidad se define como la garantía del acceso de todos a la salud, independientemente de la capacidad de pago, sin prestaciones individuales, con criterios técnicos y científicos, que no pongan en riesgo los recursos del sistema. Entra el control a los recobros por eventos NO POS, que este año corresponden a gastos cercanos a los 2 billones trescientos mil pesos. Para evitar estas contingencias, se actualizará el Plan de Beneficios cada dos años atendiendo a cambios en el perfil de las enfermedades de la población y se crea la Junta Técnica Científica de Pares, especializada en dar conceptos sobre la pertinencia médica.  

A su vez, el recaudo y giro de los recursos del régimen subsidiado se realizará a través de cuentas individuales por municipio que girarán directamente a las EPS, sin represar pagos entre varios eslabones de la cadena.

La salud pública ahora estará enmarcada por el Plan Decenal, que entrará en vigencia en el año 2012, que debe mantener indicadores de seguimiento del estado de salud de la población, incluyendo la salud mental. Para este monitoreo, tanto nacional como territorial, se deberá contar con la participación social y se crean: el Consejo Especial de coordinación intersectorial y el Observatorio Nacional de la Salud.

Además de una permanente evaluación, es de recalcar que la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud, especialmente en niños y adolescentes,  son pilar de la estrategia de atención primaria, bajo un concepto de “atención integral, integrada y continua”. Para llevar a cabo este objetivo se conforman los nuevos Equipos Básicos de Salud, que se concentrarán en reunir la información de diagnóstico y afiliación centrada en la familia. Se espera que ahora en cualquier lugar del país se comience a atender al usuario y su familia sin importar de dónde es su origen ni su carnet de salud.

La reforma ajusta la búsqueda del ideal de la salud para todos, con la obligación de preservar el sistema, corregir sus factores desestabilizadores y alinear su operación hacia los óptimos de equidad, calidad y cobertura.

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Sostenibilidad Fiscal

 

Nuevos conceptos se imprimen hoy en el mundo al manejo de la política fiscal. La ola de la recesión mundial, de origen financiero y especialmente hipotecario de los tres últimos años, se ha hecho sentir en muchos países ahora con dificultades en el orden fiscal.

Los países del G-7 enfrentan déficits fiscales con tasas superiores al 3% del PIB y han recibido apoyos a través de la ampliación de los cupos de endeudamiento y préstamos hasta por 600 mil millones de euros, en el interés de la Unión Europea por salvaguardar su integridad. Estos esfuerzos, de todas maneras, terminarán por aumentar los costos para los ciudadanos de estos países, como por ejemplo sus impuestos.

Colombia no se encuentra en esta situación, pero sí desea evitar llegar a estos puntos críticos y es éste precisamente el sentido de vincular el manejo económico a un marco obligatorio de sostenibilidad fiscal, con el fin de tener una política que actúe como amortiguador del ciclo económico.

El proyecto que avanza en el Congreso pretende así elevar a jerarquía constitucional, dentro del artículo 334 de nuestra Carta Política – que otorga al Estado la responsabilidad de la dirección general de la economía–  un principio de sostenibilidad fiscal.

El debate ha generado una serie de controversias por temor a poner al Estado una camisa de fuerza, para otros una teoría, que llegue a reducir el gasto en momentos de crisis y afecte los derechos de mejoramiento de la calidad de vida de todos, especialmente de las personas de menores ingresos.

Originalmente, el ministro de hacienda del anterior gobierno, quien presentó la iniciativa, propuso incluir este concepto de sostenibilidad como un derecho. En el primer debate en el Senado, después de pasar por la Cámara, se incluyen de manera más concreta tres definiciones básicas de sostenibilidad fiscal: una, como “marco” de la dirección económica –mencionado inicialmente- que deberá reflejarse en los planes de inversiones públicas, en los presupuestos plurianuales y en el presupuesto de rentas y ley de apropiaciones; dos, como “principio” de acción, que cubre, dentro de sus competencias, a todos los Órganos y Ramas del Poder Público, incluidos los jueces, en colaboración armónica; y  tres, como “instrumento” para alcanzar de manera “progresiva y programática” los objetivos del Estado Social de Derecho.

Esto bajo la conciencia de que sus beneficios o derechos no se obtienenipso facto, dada la limitación de los recursos, sino que se adquieren de manera “progresiva y programática”, en la medida que alcanzamos un más alto nivel de desarrollo, que permita el acceso de todos al conjunto de bienes y servicios básicos, subrayando que la intervención del Estado también buscará de manera gradual promover la productividad, competitividad y desarrollo de las regiones.


De esta manera se define ya con mayor claridad el deseo por imprimir un rango constitucional al propósito de tener una política fiscal que pueda sostenerse en el tiempo, tal como queda en el nuevo título del proyecto, en primera vuelta, “por el cual se establece el principio de sostenibilidad fiscal”. Dejarla como principio, instrumento y marco de la política económica, es una tendencia en el mundo, ya implementada en países como Chile, con excelentes resultados.

Debe comprenderse que es deber del Estado alcanzar esos derechos, pero también que este actúa dentro de las limitaciones fiscales o la escasez para financiar el gasto público social. Lo contrario es actuar irresponsablemente para agravar los problemas o actuar con populismo que es aún peor.

 

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La reforma de la salud

 

Una reforma a la salud, en cualquier país, suscita toda clase de temores e implica la necesidad de tener claridad sobre la misma.  Sin lugar a dudas el diagnóstico financiero y el estado de la cartera de la red hospitalaria pública obligan a actuar con prontitud para salvaguardar la sostenibilidad del sistema pero además para corregir con firmeza los factores desestabilizadores y alinear su operación, como la Corte Constitucional ha insistido, hacia los óptimos de equidad y plena cobertura, con el ánimo de crear las condiciones de mejor calidad posible.  

Es de esperar que la reforma rompa la enorme tendencia a recibir el servicio de salud por cuenta de una tutela -si se tiene en cuenta que en el año cerca de ochenta mil tutelas se presentan por este concepto- sino que el engranaje del sistema: sus trámites, coberturas y procedimientos, fluyan sin obstáculo y bajo condiciones claras. Incluso la reforma prevé un mecanismo adicional para acceder a reclamo, distinta de los jueces, como es la instancia ante juntas médicas.  

Varias estrategias se tejen en la reforma: la actualización del plan de beneficios del Plan Obligatorio de Salud –POS- y  la inclusión del plan hacia la prevención y promoción como eje central. Dentro de la optimización del POS enunciada se estima, por ejemplo: el perfil epidemiológico y demográfico propio de la población colombiana; la actualización, cada dos años, del plan de beneficios con la inclusión de medicamentos no explícitos y la experiencia de un Instituto de Evaluación Tecnológica.

Dentro del diagnóstico financiero, presentado por el ministro, en este año el gasto por recobros NO POS recoge solicitudes en promedio de 3.4 millones de pesos por persona en el año, mientras las unidades de pago por capitación de los sistemas contributivo y subsidiado incluyen 500 mil pesos y 270 mil pesos anuales en promedio por persona respectivamente. Como se observa, los recobros NO POS superan en siete veces al régimen contributivo y en trece veces al subsidiado. En efecto, el monto total de recobros por eventos NO POS creció en un 80% entre el 2002 y el 2010 y equivale hoy en día a 2.3 billones de pesos. Esta cifra es el doble de los recursos destinados a agua potable y saneamiento básico y 1.5 veces más que los recursos destinados a la reforma judicial.

Es importante observar que la reforma combina esfuerzos para evitar problemas de orden financiero en la red hospitalaria pública, que representan 3.5 billones de pesos adicionales permanentes para el sistema. Estos proceden entre otros de: un incremento del 3% del Sistema General de Pensiones, un cuarto de punto de recursos de las cajas de compensación, mayores rentas cedidas y un billón adicional de aporte de la Nación a partir del 2012. También, se fija una reingeniería al flujo de recursos del régimen subsidiado para dar un giro más directo a los prestadores finales y evitar el represamiento entre varios eslabones de la cadena de pagos actual.  Por demás se perfecciona el Fondo de Garantías de la red pública y se busca que el usuario pueda acceder a servicios integrados en un mismo lugar.   

En realidad el quid de la reforma está en cómo optimizar los recursos y al mismo tiempo en dar acceso y calidad del servicio, que no es otra cosa distinta a imprimir eficiencia y eficacia al sistema para suplir unas necesidades con recursos limitados. Eficiencia, en el sentido de obtener los mayores beneficios con los mínimos costos y eficacia en el logro de los objetivos con medidas de calidad.

 

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La ola invernal

 

Los reportes sobre el clima en el país indican que desde hace 30 años no se presentaba un invierno tan intenso en Colombia y según los mismos, este, se prolongara por unos meses más. Todas las regiones de la patria soportan intensas lluvias y varias de ellas graves estragos  que se traducen en pérdidas de vidas humanas, inundaciones y derrumbes que impiden la movilidad en muchas vías de la patria y causan cuantiosos daños materiales a la infraestructura física en zonas urbanas y rurales. Como siempre sucede, los barrios subnormales y las zonas rurales, incluyendo las vías terciarias son, las más afectadas por los estragos que causa el invierno y, sus habitantes, los que más sufren.

De acuerdo a los reportes periódicos que ofrecen los medios de comunicación, la cifra de muertos por la ola invernal asciende a 136, y los heridos a 205, mientras que hay más de 20 personas desaparecidas, 205 mil viviendas averiadas y 1700 totalmente destruidas, el numero de damnificados en el país supera 1´500.000 personas, siendo las regiones más afectadas por los daños sufridos, las costas Caribe y Pacífica. Sin embargo el cierre continuo de vías principales, secundarias y terciarias se ha presentado en casi todas las regiones  de la geografía nacional. La actividad económica se ha visto afectada por la pérdida de cosechas y el servicio de transporte de carga y de pasajeros ha tenido que ser interrumpido o suspendido  en muchas ocasiones ante el deterioro de las vías.

Para aliviar los estragos  de la emergencia vial, el gobierno nacional ha tenido que destinar, a través de la cartera del interior más de 100 mil millones de pesos para los habitantes y zonas damnificadas, y el Invias ha destinado otros 100 mil millones de pesos para el arreglo de las vías averiadas. La ayuda de nuestros compatriotas también se ha hecho sentir pues se han donado por parte de los particulares más de 500 millones de pesos y 270 toneladas de ayuda humanitaria, para solidarizarse con las familias afectadas por los efectos causados por los desastres naturales.

La situación en el sistema vial en el país es crítica pues los recursos para atender las necesidades del sector son insuficientes. Para el año próximo se estima que se requiere, además de lo presupuestado, un billón de pesos adicionales, de los cuales 600 mil millones de pesos se necesitaran para el mantenimiento de las vías y 400 mil millones para terminar carreteras que ya se están construyendo. De las llamados corredores de la competitividad  que suman aproximadamente 1500 kilómetros, 700 de los cuales están desfinanciados.

Esto nos obliga a pensar que es absolutamente necesaria la participación  del sector privado en la construcción  de nuevas vías que requiere el país, para poder así empatar los 1000 Kms. construidos actualmente de dobles calzadas, conectarlos y extenderlos a otras regiones del país. Desde hace varios años los administradores y propietarios de grandes capitales privados, como son los fondos de pensiones y el sector financiero vienen expresando su interés en participar con millonarios recursos en la construcción de las dobles calzadas. Esto liberaría recursos del presupuesto nacional para atender otras vías principales y terciarias. ¿Qué falta entonces para aceptar la propuesta de los Fondos de pensiones y del sector financiero? Una muy buena estructuración en diseño y costos de estas obras, que garantice a estas entidades que trabajan con dineros del público que, habrá retorno de capitales y utilidad. Solo así será posible, atraer la inversión privada para que participe en la construcción de la infraestructura vial que Colombia requiere para ser más competitivos, integrar el desarrollo del país y generar empleos productivos.

 

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