Entre una memoria frágil y una floja implementación inicial

Bogotá D.C., febrero 2 de 2017. Quizá desde las grandes ciudades no hemos sido aún suficientemente concientes del enorme paso que para la sociedad colombiana significa el tener a miles de insurgentes llegando a las zonas veredales transitorias con el ánimo de dejar sus armas y de emprender el camino de la reincorporación a una sociedad que mucha veces los privó de medios y de alternativas para llevar una vida digna en el campo.

Es pertinente reconocer la voluntad política y ánimo de cumplimiento de la organización guerrillera, que de conformidad con los acuerdos suscritos, está movilizando a la guerrillerada a los sitios donde en las siguientes semanas, deberá avanzar con ellos el proceso de inclusión como ciudadanos en la vida social, económica y política del país. Estas marchas de hombres y mujeres cuya cotidianidad durante medio siglo era la guerra, nos alegra, y reafirma la esperanza de que seamos capaces de construir una historia donde las armas no sean herramientas políticas.

Mucho se ha dicho que este proceso de negociación para la terminación del conflicto armado interno es singular en muchos aspectos, y no podría ser de otra manera si queremos que sea sostenible y duradero. Queremos creer que estamos recogiendo las lecciones aprendidas de otros procesos y sobretodo de sus errores. Particularmente en la fase inicial de desmovilización, dejación de armas e incorporación a la sociedad tenemos experiencias fallidas que nos deben ser útiles.

Nos preocupa entonces que en los últimos días se señalen de manera recurrente los atrasos en el montaje y adecuación de las zonas de transición a la normalización, que pueden estar generando dudas entre la guerrillerada. Nos preocupa que no hayamos avanzado mucho en la difícil coordinación interinstitucional, que en esta fase exige cambios en las lógicas y procedimientos institucionales, tan poco acostumbrados a coordinar acciones y a poner el máximo de sus esfuerzos en tareas comunes y urgentes.

Sabemos que estos procesos están cruzados por dificultades de distinta índole pero tambien estamos convencidos que si existe una real voluntad política para superarlas, se podrá avanzar al ritmo y en las condiciones de complementariedad que se requiere.

De otro lado volvemos a insistir en la necesidad de comprometer a las entidades territoriales (gobernaciones y municipios) que no pueden reducirse solo a hacer el monitoreo. Su primer compromiso debe estar dirigido a impedir que se recicle la violencia en las regiones y a garantizar la presencia y acción institucional, en concurso con la nación.

Así mismo las organizaciones sociales y gremiales en los territorios, son actores claves para dar sostenibilidad al proceso de reincorporación de los centenares de hombres y mujeres que quieren tener una vida digna y en paz.

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Urge detener la escala de violencia en territorios indígenas

 

Las regiones y territorios que han sido más afectadas por el conflicto armado y social en las últimas décadas continúan siendo objeto de hechos violentos que constituyen violaciones a los derechos fundamentales y colectivos, tales como asesinatos, amenazas, atentados, entre otros.



Es así como solo en los últimos días desde el territorio indígena de Puracé se reporta el asesinato de dos mujeres jóvenes por actores armados desconocidos; igualmente la comunidad indígena de López adentro en el norte del Cauca alerta sobre la presencia de hombres fuertemente armados que se movilizan en motocicletas y agreden verbal y físicamente a los comuneros.



Los cabildos y las guardias indígenas de Toribio, Tacueyó, San Francisco, Corinto, Huellas, Tóez y López Adentro siguen ejerciendo control en sus territorios buscando impedir que estos grupos recorran o se asienten en los mismos.



Conocimos también del atentado contra la vida del gobernador indígena del resguardo de Cumbal en Nariño quien antes ha sido amenazado por el grupo denominado Aguilas negras y en días pasados explotaron un artefacto en su residencia causando daños materiales.



Llamamos al gobierno central a poner en marcha los mecanismos de protección de activistas sociales y políticos, consignados en el Acuerdo final de paz, así como a activar decididamente los organismos de investigación para que se conozca la verdad sobre estos hechos y se castigue a los responsables. Requerimos tener prontos resultados antes que largas investigaciones exhaustivas que no contribuyen a prevenir y castigar a sus autores, ni a proteger debidamente a las autoridades y territorios indígenas.

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Urge superar la zozobra ante la demora en la implementación de los acuerdos de La Habana

 

El hecho ocurrido esta semana en Santa Rosa, sur del departamento de Bolívar, por un supuesto enfrentamiento armado entre el ejército y guerrilleros de las FARC causa enorme preocupación en medio de una situación de inseguridad frente al proceso que deberá seguirse para dar vida a los Acuerdos de La Habana.



Nos causa mucha preocupación la ocurrencia de este evento que nos muestra la fragilidad en que se encuentra el cese bilateral de hostilidades, hasta tanto ambas partes tengan seguridad en relación con los pasos a seguir para hacer realidad los acuerdos logrados.



Esperamos que la Comisión Tripartita, conformada por gobierno, farc y onu, que se encuentra haciendo seguimiento y verificación del cese al fuego pactado, rinda pronto informe que permita despejar estos hechos.



Igualmente celebramos la decisión de las partes de mantener su compromiso con el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo, esperando que prontamente el gobierno nacional inicie la implementación de los acuerdos para superar el conflicto armado interno.

 

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"Cese de hostilidades se pone a prueba por muerte de guerrilleros": senador Avirama

 

Tropas de la Fuerza de Tarea Marte desarrollaron operaciones  en el sur de Bolívar en la que resultaron muertos dos guerrilleros del Frente 37 de las FARC.

Luego de las declaraciones hechas por el Comandante del Ejército, General Alberto Mejía, en la que reiteró el enfrentamiento de soldados con individuos armados y uniformados en Santa Rosa, sur de Bolívar, la preocupación por mantener el cese bilateral de hostilidades con las FARC se hizo inminente.



Para la senadora del Centro Democrático, Thania Vega, es alarmante la situación. “Los hechos deben ser sometidos a investigación, sin embargo el compromiso constitucional de las Fuerzas Militares de Colombia no puede ser paralizado frente a un cese bilateral. Estos hombres estaban delinquiendo, lo dijo claramente el Comandante del Ejército y es deber  de nuestros soldados asegurar la defensa y soberanía del país”, expresó la senadora Vega.



Según comunicado oficial del Comando General de las Fuerzas Militares, la información sobre las actividades ilícitas adelantadas por los sujetos en la región, fue suministrada por la comunidad y la Red de Aliados para la Prosperidad, quienes señalaron, además, que se trataría de sujetos pertenecientes al ELN.



No obstante, uno de los desmovilizados manifestó por escrito, que él y los otros dos sujetos, pertenecían al Frente 37 de las FARC.



Por su parte el senador Marco Avirama expresó que “ causa mucha preocupación la ocurrencia de este evento, que nos muestra la fragilidad en que se encuentra el cese bilateral de hostilidades; esperamos que la Comisión Tripartita, conformada por Gobierno, FARC y ONU, que se encuentra haciendo seguimiento y verificación del cese al fuego pactado, rinda pronto informe que permita despejar estos hechos”.

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Llamamos a respetar y honrar los acuerdos con los pueblos indígenas

 

Hace justamente 20 años, cuando concertamos como movimiento indígena con el gobierno nacional el decreto 1397 que creó la Mesa Permanente de Concertación, expresamos al entonces ministro del Interior, Horacio Serpa, y a los sucesivos gobiernos, que el derecho a la consulta previa, ya contaba con lo establecido por la ley 21 de 1991 que recogió el convenio 169 de la OIT, y que en cualquier caso debería adelantarse un proceso de diálogo, consulta y concertación que permitiera reglamentar el ejercicio de dicho derecho.



Con posterioridad fue la corte constitucional la que desarrolló este derecho especial vía sentencias de tutela fundamentalmente, conformando un paquete de jurisprudencia que fue y sigue siendo referente en la región americana. En el concierto internacional se dieron también desarrollos importantes que culminaron entre otros con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, adoptada en 2007 por la Asamblea General.



Dicha Declaración establece claramente que corresponde a los Estados, antes de adoptar y aplicar medidas legislativas o administrativas que los afecten, celebrar consultas de buena fe con los pueblos indígenas por medio de sus instituciones representativas a fin de obtener su consentimiento libre, previo e informado; señala el mismo deber antes de aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la utilización o la explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo.



Varios han sido los intentos de distintas administraciones por reglamentar este derecho y todas han sido elaboradas a puerta cerrada con la asesoría muchas veces de representantes y asesores de los grandes capitales interesados en desarrollar megaproyectos sin tanto estorbo, o lograr la expedición de normas que restringieran el fuero especial y según muchos, excesivo, de que gozan los indios y sus territorios, por cuanto se constituyen en "palos en la rueda del desarrollo", al oponerse a las locomotoras del desarrollo que ponen en riesgo su pervivencia física y cultural.



Hemos manifestado disposición a dialogar y acordar caminos vía reglamentos o protocolos que regulen procedimientos en relación con este derecho. Sin embargo hoy nos tropezamos una vez más con una propuesta de ley estatutaria para regular la consulta previa, que confeccionó el gobierno, la cual persiste en el desconocimiento de los avances en esta materia tanto en lo nacional como en lo internacional, no obedece a los acuerdos hechos en el espacio de concertación con los pueblos indígenas, vulnerando la buena fe, como principio ético regulador de las relaciones entre el Estado y las poblaciones étnicas, que excluye los actos arbitrarios, discriminatorios o aquellos que impliquen engaño, perjuicio o imposición.



La misma Declaración de Naciones Unidas establece que los pueblos indígenas tienen derecho a que los tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos concertados con los Estados o sus sucesores sean reconocidos, observados y aplicados y a que los Estados acaten y respeten esos tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos.



No basta con hacer declaraciones de respeto a los compromisos internacionales adquiridos si en la realidad los hechos marchan en contravía. No es concebible que mientras en la mesa de concertación se construyen acuerdos, estos son desconocidos, inaplicados o desacatados por quienes tienen un deber de garantía para su cumplimiento.



No habrá paz estable y duradera si no invertimos tiempo, esfuerzos y voluntad política, en superar la brecha de exclusión y desigualdad que viven las poblaciones étnicas en el país, visibilizando su situación y propuestas en la agenda pos-acuerdos; de no hacerlo seguiremos con un rezago histórico que se traduce en conflictos cuando los pueblos y comunidades se manifiestan en las carreteras del país porque los espacios de diálogo intercultural y concertación han sido cerrados o sus acuerdos incumplidos.

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Estabilidad laboral para miembros de la Fuerza Pública, con disminución psicofísica, busca proyecto

 

 

La iniciativa del Centro Democrático respaldará a policías y militares que hayan sido afectados en cumplimiento de su deber. La discusión tuvo lugar durante la sesión de la Comisión Segunda.

A plenaria del Senado pasa proyecto de ley  que garantizará estabilidad laboral para miembros de la Fuerza Pública, que hayan sufrido disminución de su capacidad psicofísica, a causa de lesiones adquiridas durante el servicio.


 

En este sentido, hombres y mujeres que durante el desempeño de su actividad militar o policial, presenten afecciones en zonas como cráneo, boca, nariz, laringe, audición, pulmones, corazón, extremidades, articulaciones, sistema nervioso, entre otros, serán cobijados por la medida.


 

Según el senador Marco Anibal Avirama, ponente del proyecto, con la iniciativa se dará un tratamiento digno a estos servidores. “Este es un acto de solidaridad con quienes entregan su vida por el país”, aseguró el legislador de Alianza Social Independiente.


 

Por su parte la Senadora Thania Vega aseguró que el proyecto no supondrá un detrimento patrimonial al Estado, ni afectación al presupuesto, sin embargo, solicitará el respectivo concepto del Ministerio de Hacienda.


 

De otro lado también se discutió la iniciativa que busca institucionalizar el Día Nacional de la Tolerancia, la Solidaridad y la Convivencia, con ponencia del senador Carlos Fernando Galán.


 

“Este proyecto promueve la tolerancia como elemento fundamental para consolidar la paz y la convivencia en el país”, dijo el senador Galán.


 

La celebración sería cada 16 de noviembre, según fecha establecida por la Unesco.


 

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El mandato que dimos al Presidente Santos es lograr el fin del conflicto armado interno

 

"No entendemos cómo puede pretenderse que todos los acuerdos estén hechos a la medida de lo que todos quieren": senador Marco Aníbal Avirama.

 

Las mayorías que elegimos a Juan Manuel Santos como presidente de la república hace dos años, lo hicimos en el entendido que le dábamos un claro y expreso mandato para hacer todo lo posible y persistir en los esfuerzos para lograr terminar con la guerra que agobia principalmente a nuestras comunidades indígenas, negras y campesinas, a sus mujeres, jóvenes y niños.
 

Y lo hicimos teniendo claro que la realidad cotidiana en nuestros territorios era la confrontación armada, el desplazamiento forzado, el asesinato de nuestros mejores líderes hombres y mujeres, la siembra de explosivos, el reclutamiento forzado de nuestros hijos, entre otros horrores que seguían sucediendo ante la mirada indiferente del país y a pesar de existir órdenes judiciales que buscaban superar el estado de cosas inconstitucional que se nos imponía.
 

Por eso mucho asombro nos causaba las declaraciones de gobernantes que afirmaban la inexistencia del conflicto armado interno y se negaban a buscar caminos que pusieran fin a la muerte de colombianos, estuvieran en cualquiera de las filas de los actores armados.
 

Hemos visto los avances en la solución negociada del conflicto armado con el más grande grupo insurgente. Lo hemos celebrado públicamente por varias razones:
 

No creemos que sea un acuerdo óptimo pero es el mejor acuerdo que nos permite cerrar este largo y nefasto capítulo de nuestra historia reciente; no es un acuerdo que avance tanto como quisiéramos en las profundas transformaciones que requiere el agro, la estructura de propiedad de la tierra, la definición de una opción de desarrollo diferente, pero creemos camina en la dirección de permitir el retorno de los millones de habitantes y productores del campo que fueron desalojados por vía de las armas y de las triquiñuelas jurídicas; es en consecuencia un acuerdo profundamente reformista; no garantiza la plena y completa satisfacción de los derechos de las victimas pero somos las mismas victimas las que hemos dicho al país que podemos perdonar siempre y cuando no olvidemos y conozcamos la verdad para que no permitamos que los horrores de la guerra se repitan; no tendremos miles de colombianos en las cárceles pagando largas penas pero claramente preferimos que quienes han empuñado las armas deban decir la verdad y puedan llegar a los cuerpos colegiados propios de la democracia representativa, antes que seguir causando dolor y sufrimiento; porque es en un contexto de guerra como el que teníamos, que caben medidas de transición o extraordinarias que la humanidad ha propuesto y acogido para poner fin a las confrontaciones armadas.
 

No entendemos cómo puede pretenderse que todos los acuerdos estén hechos a la medida de lo que todos quieren; precisamente se trata de una negociación que debe conducir a establecer mínimas condiciones para construir reconciliación entre los colombianos y todos tendremos que ceder algo; lo importante no radica en que se satisfagan los egos desmedidos ni las intolerancias insuperables, ni los intereses porque no se conozca la verdad verdadera, sino en que las víctimas, y en especial las víctimas colectivas, sean reconocidas, escuchadas, reparadas de manera integral y accedan a la verdad de lo ocurrido en estos dolorosos años. No terminamos de entender que en un debate democrático donde no se jugaban escaños y curules, se haya hecho uso de distintas formas de engaño y manipulación masiva para ponerle trabas a un proceso que como hemos dicho, no es óptimo o inmejorable, pero nos permite detener el baño de sangre entre los colombianos.
 

Queremos entonces decirle al Presidente Santos que escuche, que ponga oídos atentos a los actores del SI, del NO y de los que se abstuvieron irresponsablemente de cumplir con su deber de participar en el plebiscito, en especial que escuche a los sectores sociales organizados y representativos de los más afectados por la guerra que queremos finalice de una vez, pero que sepa y recuerde que su mandato es cumplir con su obligación de lograr finalizar el conflicto armado interno lo más pronto y en los mejores términos posibles.

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Solidaridad con las víctimas para desenredar el acuerdo de La Habana

 

 

Unidad y solidaridad son valores que rescatamos estos días ante la incertidumbre en que nos dejó el llamado empate técnico entre el SI y el NO en el plebiscito. Y quienes lo ponen en primera línea son justamente los sectores sociales (estudiantes, indígenas, mujeres, jóvenes, entre otros) que llaman a unir esfuerzos y voluntades como ciudadanos del común, en solidaridad con los sectores más afectados por la violencia a la cual se le quiere poner fin, por lo menos en su expresión armada. 


Como lo señalamos meses atrás, al Pacto por la Paz le faltaban esos socios importantes y decisivos a la hora de decidir, por cuanto la sostenibilidad de la paz en el post-acuerdo está vinculada a la participación activa de los distintos movimientos sociales que representan los intereses y las reivindicaciones de los más pobres, excluidos y vulnerados en sus derechos. No es el cálculo de los réditos políticos partidistas el que moviliza a la ciudadanía de a pie, sino la íntima convicción de que solo haciendo conciencia del prolongado sufrimiento y las angustias de los otros, podemos superar este estado de cosas inhumanas y degradantes.   


Que se logre un rápido acuerdo político y social que tome el acuerdo ya firmado como la base de cualquier salida, pues no podemos pensar en escenarios donde se deba renegociar todo. Que se presenten propuestas razonables y muy específicas que nos permitan salir de este punto muerto. Que el faro sea pensar en ese otro país con 8 millones de víctimas, que desde los centros urbanos no hemos escuchado ni visto suficientemente. Que las víctimas colectivas ocupen un lugar destacado que muestre que finalmente entendemos los enormes y desproporcionados impactos que han tenido por la violencia armada que llegó a sus territorios, los expulsó de los mismos, asesinó a sus más coherentes líderes, se llevó a sus niños y jóvenes a la fuerza, violentó a sus mujeres, y quiso borrar la memoria de su resistencia a los embates del poder económico, político, social y cultural.


Celebramos que el ELN se suba al tren en momentos que enfilamos nuestras acciones en la solución pronta del conflicto armado. Recibimos con entusiasmo las declaraciones de sus voceros señalando que los avances del acuerdo con las FARC pueden tomarse como punto de partida para esta nueva negociación que conduzca a la terminación de la guerra.

 

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Los colombianos queremos construir esa paz que nos hace mejores seres humanos

 

En un mundo tan convulsionado por las guerras internas, se entendió que el ansia de paz de los colombianos, representada en los esfuerzos que se hacen por lograr la reconciliación nacional, a pesar de los dolorosos resultados del domingo, es digna de reconocerse en cabeza del presidente Santos, al otorgarle el PREMIO NOBEL DE LA PAZ esta mañana, resaltando la perseverancia en la búsqueda de una paz estable y duradera.
 

Lo que nos hace en efecto mejores seres humanos es persistir en que todos tengamos una vida más digna con justicia y paz. Entendemos que este esfuerzo sostenido por varios años es lo que se aplaude en el concierto mundial porque rescata los mejores valores humanos a nivel familiar, político, social y cultural. Esto es lo que nos han enseñado a lo largo de la historia en el seno de las comunidades indígenas. Y son los valores cuya defensa han costado la vida a miles de colombianos y provocado desastres humanitarios en el país; son los que ahora nos deben mover en la dirección de resolver pronto los escollos que tenemos delante para ponerle freno a los intereses que solo quieren mover el odio y la ira entre los colombianos.
 

Todos los ciudadanos tenemos el compromiso de responder a estas altas expectativas que pone el mundo sobre esta parte del planeta tan duramente golpeada por la guerra durante casi seis décadas.

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Persistir en el fin de la guerra y la construcción de la paz

 

En una votación donde solo una tercera parte de la población se manifestó, nos debe llamar a la reflexión lo que esto significa, antes que hablar de triunfos o de derrotas. Con un resultado que identifica claramente los territorios que más víctimas han puesto como aquellos que claman por el fin del conflicto armado, es cuestionable que las organizaciones políticas partidarias reclamen lugares en la mesa de negociación sin antes tener en cuenta las victimas reales y las organizaciones sociales que más han padecido la guerra.   
 

 

Estamos absolutamente convencidos de la necesidad de persistir en el propósito de ponerle fin a la guerra que nos ha marcado por décadas y de definir los mínimos imprescindibles para transitar por caminos de paz con justicia social.
 

 

Aprendamos de las lecciones que nos deja el reciente proceso para decir No a la polarización con base en egos desmedidos, No a las verdades o mentiras a medias, No a la generación de miedos y temores que en nada contribuyen a construir una ciudadanía consciente y bien informada. 
 

 

Terminar la guerra y ponerle cimientos a una paz con justicia social es un camino que no podemos abandonar. Vivimos un momento histórico que nos exige ser responsables con los colombianos que votaron contra la guerra, que nos muestra la necesidad de motivar y movilizar a la gran mayoría que se abstuvo de participar, y que nos reclama no olvidar que las víctimas y los territorios más olvidados son el centro de este proceso.
 

 

Los pueblos indígenas seguirán afirmándose como actores de paz, y sus territorios, que también han sido víctimas de la guerra, como territorios de paz. Una paz que no solo consiste en el silencio de las armas, sino en desactivar los factores que producen inequidad, exclusión e indiferencia. Seguiremos acompañando los procesos que contribuyan a construir una paz que transforme estas condiciones para que NUNCA MAS alguien tenga motivos para reclamar justicia usando la violencia, o para defender sus intereses por la vía de las armas.

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Juradó al borde de un desastre humanitario

 

"Que se atienda de manera inmediata esta grave crisis es nuestra solicitud":senador Marco Aníbal Avirama.

 

Juradó se encuentra localizado al noroccidente del departamento del Chocó donde limita con Panamá; cuenta con una población aproximada de 5.000 habitantes entre comunidades negras e indígenas principalmente; la única forma de comunicarse con el resto del país y de satisfacer las necesidades de consumo es por medio marítimo; a pesar que es un municipio perteneciente al departamento del Chocó, todo el abastecimiento comercial y alimentario proviene de la ciudad de Buenaventura y del vecino Panamá.
 

Siendo Juradó un municipio de frontera carece de todos los servicios básicos como acueducto, alcantarillado, energía permanente, hospital de primer nivel, infraestructura educativa adecuada, aeropuerto, carreteras, puerto marítimo y embarcaciones propias que brinden sostenibilidad alimentaria y comercial.
 

Actualmente la situación se agrava por cuanto las embarcaciones que aprovisionaban al municipio con alimentos, víveres, medicamentos, maquinarias, enseres, provenientes de Buenaventura, no están llegando provocando una de las crisis humanitarias más graves de los últimos años. El último barco que ingresó con estos elementos fue hace 7 meses y desde entonces los habitantes están expuestos y vulnerables frente al problema de desnutrición que afecta principalmente a nuestros niños, niñas y pobladores de la región.
 

Las autoridades locales y las organizaciones sociales solicitan al gobierno central y departamental implementar las medidas necesarias para solucionar esta grave crisis que enfrenta el municipio, brindando una ayuda humanitaria de emergencia con la cual se pueda proveer de alimentos a 1.221 familias aproximadamente, al igual que la entrega de una motonave de poco calaje (barco) para el municipio de Juradó que permita la reactivación progresiva del comercio local.


Que se atienda de manera inmediata esta grave crisis es nuestra solicitud a las distintas entidades que deben responder a la situación de riesgo nutricional y social en que se encuentra la comunidad de Juradó.

 

 

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Del fin del conflicto armado a la solución del conflicto social y cultural

 

Para quienes vivimos de cerca por más de 50 años la guerra interna en Colombia, el día de ayer nos mostró un hecho histórico que revive la esperanza de que seamos capaces de dejar a nuestros hijos un país donde los enfrentamientos y las diferencias se resuelvan por vías diferentes al uso de las armas y de la violencia.

 

Aunque falta leer con mente abierta el texto final, estamos seguros que será objeto de controversias y debates. No hay un acuerdo perfecto ni una negociación que satisfaga a todos. Seguiremos afirmando que preferimos la finalización del conflicto armado a la perpetuación del mismo en espera de una victoria que no ha sido posible en décadas.

 

Como sectores que hemos padecido el conflicto llamamos a desarmar los espíritus, a controlar la palabra y a no confundirnos con chismes y rumores infundados como los que abundan en este tiempo.

 

Sabemos que la paz que queremos no se logra solo con la firma en un papel por parte de quienes llevan las armas, sino la que se asegura sobre el reconocimiento real de los derechos, sobre el ejercicio real de la participación en las decisiones que afectan la vida de la gente en sus localidades, sobre la urgencia de transformar las condiciones de vida de los más pobres. Queremos vivir en la paz que es consecuencia del respeto a la Vida y a los derechos de todos, de la paz que solo es posible con justicia, de la paz que se construye con reconocimiento del otro.

 

Celebramos que se termine la guerra con la profunda convicción de que empezar a vivir en paz solo es posible en la medida que resolvamos los conflictos sociales, culturales, ambientales, que abonaron el conflicto armado interno al que ahora se pone fin.

 

Reconocemos el trabajo perseverante de las partes que se sentaron a negociar con el compromiso de no encontrar motivos para levantarse de la mesa.  Nos corresponde ahora como ciudadanos manifestarnos en el plebiscito refrendatorio. Por eso diremos SI a la finalización de la guerra.

 

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Basta ya de niños muertos por hambre y sed en La Guajira

Comenzamos el año con la noticia de los niños y niñas más pobres del pueblo wayúu muriendo por hambre y enfermedades relacionadas. La muerte de centenares de  niños en ocho años, mereció que en diciembre pasado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cobijara con medidas cautelares a esta población porque su vida estaba amenazada. A los pocos días el gobierno nacional estaba solicitando el levantamiento de dichas medidas afirmando que estaba actuando sobre las causas estructurales del hambre en estas comunidades y adelantaba acciones de protección. Sin embargo para comienzos de julio la cifra de menores fallecidos por hambre ya superó la cifra de muertos en 2015 y el gobierno admite que sigue “descubriendo fallas” en la protección debida a ellos.

Luego de la Comisión Interamericana, el Tribunal Superior de Riohacha, le ordenó en junio al presidente Santos solucionar la emergencia humanitaria. Hace dos semanas la Corte Suprema de Justicia se pronunció declarando una evidente violación de los derechos de los niños y ordenando la pronta atención del Estado en coordinación con la Presidencia.

Esta situación no tiene nada de novedosa. Solo que se hizo difícil tapar esta olla podrida que compromete al gobierno central, los partidos políticos, las empresas que explotan los recursos del suelo y subsuelo, los grupos paramilitares, los caciques locales amangualados con todos ellos, la inoperancia de los organismos de investigación y control. Se conoce de sobra la corrupción alrededor de los recursos de transferencia con destino a las comunidades indígenas que se quedan en las alcaldías, los negociados con los recursos de salud y con las regalías, la falta de consulta y concertación con las comunidades, y la corrupción por parte de instituciones privadas y públicas que se llevaron el dinero destinado a la alimentación de los niños, en la ejecución del Programa de Alimentación Escolar, y en los Paquetes Nutricionales financiados con recursos del Sistema General de Regalías, como lo señala la Contraloría General de la Nación.

Es por estas razones que el día de mañana, los guajiros protestarán una vez más en el marco de un paro cívico para exigir del gobierno central y regional pronta solución a una problemática ya identificada y que aún no recibe una atención adecuada.

Esperamos que se respete la protesta social por parte del gobierno y por parte de los intereses políticos partidistas tanto locales como nacionales, que se ejecuten prontamente las órdenes judiciales, y que se detenga la muerte por hambre y sed de los menores wayúu, que se convirtió en el gran negocio de los corruptos que se han apropiado de los recursos destinados a atender esta población.

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Cuenten con nosotros para la paz

En medio del conflicto armado que ha golpeado de manera permanente y grave al sector rural, son los campesinos, los pueblos indígenas y las comunidades negras a través de sus organizaciones y autoridades propias, las que con mayor énfasis han insistido en la búsqueda y construcción de alternativas para la reconciliación y la paz mediante el diálogo y la concertación. En la misma dirección han insistido en la urgencia de construir una nueva institucionalidad a favor de la vida, la paz, la conservación de la naturaleza y el bienestar.

 

Los últimos hechos nos muestran que se impuso la necesidad de la paz, y que como lo hemos reiterado antes, apenas damos los primeros pasos en el camino que nos debe conducir a una paz transformadora y duradera.

 

Es por ello que hemos acompañado y celebrado el proceso que se ha desarrollado para dar por finalizado el conflicto armado interno, que ya ha significado una notable reducción de desplazamientos, secuestros, muertos en combate, accidentes por minas y reclutamientos forzados.

 

Hemos participado en consecuencia en las distintas iniciativas que apoyan este proceso de negociación. Así lo hicimos el pasado 23 de febrero en el lanzamiento del Pacto por la Paz, entre el presidente Santos y los partidos políticos que compartimos el afán por terminar con la guerra interna. Afirmamos luego nuestra convicción en que a ese pacto le faltaba un ingrediente indispensable, por cuanto la sostenibilidad de la paz en el post-acuerdo está vinculada a la participación activa de los distintos movimientos sociales que representan los intereses y las reivindicaciones de los más pobres y excluidos.

 

Por ello participamos del Encuentro SI A LA PAZ a finales de junio, al lado de otros movimientos políticos y sociales, de donde surgió el Manifiesto por la Paz en Colombia que afirma:

 

“La Paz es posible, es una construcción colectiva, es un propósito común que genera esperanza. La arquitectura para la Paz es necesaria llenarla de nuevos contenidos y demanda movilización social, cambios institucionales, más pluralismo, instituciones incluyentes, pedagogía, acción comunicativa, inversión social, voluntad política de transformación, pero más que todo, pide la participación de todas y todos”.

 

Como organización política y gestores de paz asumimos el compromiso de apoyar el proceso de paz negociada, la refrendación y el cumplimiento de los acuerdos suscritos por el Gobierno Nacional y las FARC. Días después la Corte Constitucional avaló la realización de un plebiscito para que los colombianos decidamos si estamos o no de acuerdo con lo que pacten el Gobierno y las FARC en el Acuerdo Final para la Paz.

Con el propósito de adelantar una campaña por el SI al plebiscito, presentamos a finales de julio, al lado de otros sectores representativos de la diversidad étnica, cultural, religiosa, política y social del país, la plataforma “Sí Paz Con Todos”. En desarrollo de la misma, se adelantó la pasada semana una reunión amplia de esta confluencia ciudadana para ratificar su compromiso con la paz y con el Sí en el plebiscito.

 

La campaña aprobada busca hacer pedagogía sobre las ventajas de los acuerdos logrados con las FARC, enfatizando en las regiones que son los espacios donde se ha desarrollado la guerra y desde donde esperamos construir paz duradera, con el apoyo de los alcaldes y gobernadores que se unan a esta iniciativa, y que esperamos seamos mayorías por el Sí a la Paz.

 

Llamamos al trabajo amplio, activo y comprometido en el marco de esta campaña, para asegurarnos que el proceso de negociación que ya lleva más de cuatro años nos conduzca a la reconciliación, y el Acuerdo Final sea implementado en beneficio de las mayorías que hemos padecido la guerra en las regiones y que queremos contar para la vida en paz.      

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“Un paso más para que la paz siga creciendo: No más combates, no más armas”

Bogotá D.C., junio 24 de 2016. El acuerdo para el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo es, sin duda alguna un  paso adelante en el proceso de paz que se materializará cuando se firme el acuerdo definitivo. 

Entendemos que es solo un paso que depende de llegar a la meta, pero que nos debe alejar cada vez más de los ranking que ostenta Colombia, ojalá con mucha vergüenza. Entre ellos ser la primera población del mundo más afectada por el desplazamiento forzado, primer país con el mayor  número de víctimas generadas por minas antipersonal, tercer lugar entre los países del mundo en el que más niños y adolescentes son vinculados a la guerra, primer lugar en niveles de desigualdad en la región y séptimo a nivel global.

No es que pensemos que todo esto desaparecerá por obra instantánea de los acuerdos finales de paz. Por el contrario, significa que debemos centrarnos en los múltiples problemas cuyas soluciones deparen una vida mejor y más digna para la gente, todos incluidos. Significa que debemos concentrar nuestros esfuerzos y creatividad en construir una sociedad sin exclusiones, bajándole al mínimo a la pobreza y a la inequidad, garantizando el ejercicio de los derechos ciudadanos, si queremos ser viables como nación. 

Significa también un claro mandato ciudadano para desactivar con toda la capacidad de la fuerza pública, los grupos herederos del paramilitarismo y desarrollar una lucha eficaz contra el narcotráfico y las economías ilegales, que son la matriz de la que se nutren los grupos armados ilegales y los corruptos con vestiduras respetables y legales. Y al lado de una institucionalidad democrática y respetuosa de los derechos humanos, éstas son  tareas descomunales que, después de décadas de violencia, requieren el concurso de todos los colombianos según sus capacidades, y el aporte de cada uno de acuerdo con sus posibilidades. 

Para los que nacimos y crecimos en medio del conflicto armado, afirmar este paso es motivo de alegría. Hoy celebramos que se ha dicho, “No más combates, No más armas”; para que las madres dejen de temer por sus hijos, para que los niños y adolescentes aprendan a escribir y leer y no a manejar fusiles, para que los habitantes del campo no sientan miedo y tengan una vida buena, para que podamos asegurar alimentos para todos, para que las inversiones sociales se incrementen porque se reducirán los gastos de la guerra, para que todos podamos morir dignamente de viejos.   

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“Es necesario que el gobierno nacional retire objeciones a la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas”

Bogotá D.C., junio 20 de 2016. El pasado miércoles 15 de junio la organización de estados americanos, OEA, en la 46a asamblea general del organismo, y con la participación de los 34 países miembros, aprobaron la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas después de 17 años de debates.

Colombia es el único país latinoamericano que objetó la declaración mediante la presentación de tres notas explicativas  al contenido de seis artículos y la no aceptación del enfoque de la Declaración frente al consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas respecto a medidas que les afecten.

De esta manera la administración Santos coincide con las reservas presentadas por el gobierno nacional en el año 2007, cuando se aprobó la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, ocasión en la cual Colombia fue el único país que no votó dicha declaración. Podemos afirmar que antes bien, esta administración extiende sus objeciones sobre asuntos que plantean una nueva relación entre el Estado y los pueblos indígenas, en especial en lo relacionado con la no imposición de modelos y proyectos de desarrollo que afecten su integridad física, cultural o territorial.

De esta manera seguimos visibilizando la crítica distancia entre lo que se dice y lo que se hace. Recordamos el mensaje del Presidente Santos con ocasión del día internacional de los pueblos indígenas en el 2013 cuando exclamaba: “Para atrás, apreciados indígenas, ni para coger impulso!".

Es por esta razón que pueblos y organizaciones indígenas insisten en que Colombia retire su pie de página y notas explicativas a la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, lo cual consideran regresivo y un claro desconocimiento de los logros históricos que han alcanzado después de varios siglos de lucha por sus derechos colectivos. 

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Avances en el derecho ciudadano a decidir sobre un ambiente sano

Bogotá D.C., junio 8 de 2016. No pasa semana sin que tengamos noticias desoladoras del funcionamiento del sector ambiental en el país. Muchos podrían pensar que es una señal de la importancia que cobran para la nación temas que antes eran desdeñados o pasaban inadvertidos, mientras otros podrían opinar que en la medida que muchos de los conflictos sociales en las regiones están estrechamente vinculados con el manejo ambiental de los territorios, se ponen en primera línea estos asuntos.

Dos temas en las últimas semanas han vuelto a poner el dedo en la llaga ambiental que permanece sin curas adecuadas:

Uno, el informe de la Contraloría General que otra vez hace un pobre balance de las CAR y vuelve a insistir sobre las falencias que arrastra la institucionalidad ambiental. Se les mira como entidades burocratizadas, inoperantes e ineficientes en relación con la ejecución de los recursos de inversión que son los que deben permitirles cumplir con los objetivos para los cuales fueron creadas, mientras que son muy buenas ejecutoras de los recursos de funcionamiento. 

En relación con la auditoría realizada a las 33 corporaciones autónomas regionales, el ente de control  señala como preocupantes serias fallas en el cobro de licencias ambientales, una débil gestión de cobro de las multas y escasas sanciones a los infractores, dado que no se tramitan las denuncias por hechos sancionables o no se adelantan con eficiencia. Al lado subsiste la falta de seguimiento a los permisos y licencias ambientales.

Este diagnóstico ha llevado a que en distintas ocasiones se insista en la necesidad de reformarlas, la última de las cuales se dio a comienzos del 2013 cuando el gobierno anunció una reforma a estas instituciones dados los problemas estructurales que se evidenciaron con el fenómeno de la Niña que entonces vivió el país. Esta iniciativa debía ser sometida a consulta previa con las poblaciones étnicas, por lo que se sometió a los espacios de concertación, se llegó a acordar una ruta para adelantar este proceso con los pueblos indígenas, sin que finalmente se llevara a cabo por decisión del gobierno.

Por ahora se espera que en las próximas semanas el ente de control entregue otro informe que profundice en la efectividad de las CAR en la protección de los bienes y recursos ambientales en sus jurisdicciones.      

El otro tema  que seguramente seguirá siendo objeto de debate por un tiempo, tiene que ver con la reciente decisión del tribunal constitucional,  que reconociendo la autonomía de los municipios para decidir los usos del suelo, otorga a los concejos un derecho de veto a la minería en esas entidades territoriales.

En este tema la alta corte ha avanzado en sus pronunciamientos,  ya que hace dos años determinó que en las decisiones sobre exploración y explotación minera, se debía garantizar la participación activa y eficaz de los municipios y la definición de las medidas necesarias para la protección del ambiente sano, en especial de sus cuencas hídricas, el desarrollo económico, social, cultural de sus comunidades y la salubridad de la población.

Unos meses después, una decisión del Consejo de Estado suspendió temporalmente un decreto que prohibía a los municipios restringir la minería en su territorio,  basándose en que viola la autonomía de los municipios para regular el suelo y tomar las medidas necesarias para el control, preservación y defensa del medio ambiente.

Esperamos que este fallo que pone en el mismo riel las decisiones de las máximas autoridades judiciales, repercuta en la reducción de los conflictos ambientales locales vinculados al uso y ordenamiento de los territorios, que habían conducido a la realización de consultas populares que se pronunciaron contra la minería en varios municipios del país. 

Estamos convencidos que la paz territorial pasa por el debate sobre el modelo y prioridades del desarrollo que queremos, que no es otro que aquel que respete la vida y garantice la participación en las decisiones sobre proyectos o actividades que puedan afectar el goce de un ambiente sano y por la protección del patrimonio ecológico en los territorios.   

Nuestras historias

Incumplimiento de compromisos firmados detonan la protesta social

Comunicado del senador Marco Avirama.

Bogotá D.C., junio 3 de 2016. Hemos reconocido en distintas oportunidades como hechos positivos, que esta administración ha respetado la protesta social y ha mantenido una actitud de diálogo con las organizaciones sociales. Sin embargo al mismo tiempo vemos que los compromisos asumidos por los representantes del gobierno nacional en los distintos espacios de concertación se incumplen o los niveles de cumplimiento son muy bajos en términos de los plazos pactados, de los recursos que se deben apropiar o de los debates sobre distintos temas y políticas públicas que se deben propiciar. 

En efecto son diversos los acuerdos que se han hecho en lo nacional y regional con distintas organizaciones campesinas, indígenas y negras que cargan con un alto déficit de cumplimiento. En lo relativo a los pueblos indígenas el sistema de información de la Mesa Permanente de Concertación indica que cerca del 90% se han hecho con el actual gobierno correspondiendo a 1.069 acuerdos, lo cual habla bien de los consensos logrados, pero al mismo tiempo señala un muy precario cumplimiento de los mismos.

A pesar que desde el 2010 el Plan Nacional de Desarrollo es por primera vez consultado con los pueblos y organizaciones indígenas, el gobierno ha admitido un cumplimiento cercano al 32%, mientras informes de la Contraloría General señalan que es de apenas un 7%. Respecto al PND 2014-2018 no se superan las barreras y malas prácticas señaladas en el anterior, pues las distintas entidades aun no muestran capacidad ni voluntad de reflejar en sus políticas, programas, proyectos y presupuestos, los acuerdos que se hicieron.

Más preocupante es la situación de las víctimas indígenas y del decreto ley que ordena atenderlas, y que el mismo sistema de información reporta con un cumplimiento que apenas supera el 1%, a pesar de existir el decreto ley que fue concertado, y múltiples órdenes judiciales del orden nacional e internacional que llaman a atender esta extrema situación de vulnerabilidad en que se encuentran las víctimas indígenas.     

De otro lado organizaciones campesinas e indígenas han reiterado la necesidad y su disposición a participar en debates sobre temas vitales, tales como las garantías de sus derechos territoriales, la política minera, la política agraria, derechos humanos y paz, sin que se garantice  efectivamente la participación e incidencia de estos sectores sociales.     

De esta manera se muestra una gran brecha entre lo que se concierta y lo que se cumple. El Presidente Santos inició su gobierno señalando su disposición al diálogo por cuanto no quería tener que llegar a las carreteras a atender los reclamos de las organizaciones sociales.  Desafortunadamente esta situación se repite y tenemos ahora que lamentar la muerte del guardia Embera Willington Quibarecama en el Chocó, y de los comuneros Gersain Cerón y Marco Aurelio Diaz en el Cauca, así como 4 heridos graves por impacto de bala (Evelio Hurtado del Resguardo de Pioyá, Ovidio Escue Dagua del Resguardo Huellas Caloto; Oscar Guetio del Resguardo de Munchique Tigres y Rafael Pazú del Resguardo de Jambaló) y 135 heridos.

Ojalá no hubiera sido necesario llegar a atender las demandas sociales a las carreteras. No basta con pedir disculpas por la falta de atención a los acuerdos firmados. Urge el diálogo eficaz que se concrete en la ejecución y materialización de las concertaciones logradas desde una perspectiva de derechos. Solo así será posible que sigamos avanzando en los caminos que nos conduzcan a la paz y la reconciliación nacional.  

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Para que nunca más los niños sean sometidos a los horrores de la guerra

Comunicado del senador Marco Avirama.

“El acuerdo entre las partes en La Habana establece que son considerados víctimas del conflicto social y político y no deberán ser tratados como delincuentes”

Bogotá D.C., mayo 20 de 2016.- Falta mucha verdad en relación con la presencia de los niños en la guerra. Durante muchos años se negó su existencia en las filas de los distintos actores armados, incluidas las fuerzas militares. 

Ninguna entidad ha podido contar con un dato veraz que nos permita conocer los niños que han transitado por la guerra.  El informe de la Coalición contra la vinculación de niños, niñas y jóvenes en el conflicto armado en Colombia presentado en 2007, calculaba  entre 11.000 y 14.000 los niños y niñas utilizados de distintas formas por los actores del conflicto armado. El Tribunal Internacional sobre la Infancia afectada por la Guerra y la Pobreza, estimaba en su reporte del 2012, entre 8.000 y 14.000 el número de menores soldados en grupos guerrilleros, paramilitares y bandas de paramilitares desmovilizados. 

Antioquia, Meta, Caquetá y Cauca son los departamentos donde más niños y adolescentes han sido reclutados por grupos armados. La Unidad para la Atención de Víctimas manifiesta tener registrados 7.722 menores reclutados entre 1985 y 2014.  El ICBF  informa haber atendido en 15 años a 5.708 niños desvinculados del conflicto, la mayoría de ellos entre 16 y 17 años, aunque afirma que hay desde los 9 años de edad.

Entre el 2006 y 2010, el Comité de los derechos del niño de Naciones Unidas insistió ante el  estado colombiano sobre la necesidad de dar instrucciones claras para prohibir la utilización de niños en actividades de inteligencia militar como informantes o delatores, y para no someter a interrogatorios a los niños soldados capturados y desmovilizados.

El Centro de memoria histórica (Desafíos para la reintegración: enfoques de género, edad y etnia) ha destacado que en el proceso de desmovilización entre 2003 y 2006, los paramilitares ocultaron los niños víctimas de reclutamiento enviándolos a sus casas, lo que les impidió entrar en programas de reintegración a cerca del 90% de estos menores.  Otro estudio afirma que esta situación los hizo presa fácil de las bandas criminales que captaron aproximadamente el 50% de menores entre quienes formaban parte de las estructuras paramilitares y aquellos que se retiraron del proceso de reintegración.

Se cometieron graves errores en este proceso que no debemos olvidar para evitar repetirlos en el actual proceso con las FARC. El Estado colombiano y la sociedad en su conjunto adquirió una deuda difícil de pagar con los centenares de niños y niñas victimas del reclutamiento forzado que fueron sometidos al olvido o aparecen ahora revictimizados en la medida que son captados por las llamadas bandas criminales.

Hace poco más de un año, las FARC anunciaron la liberación de los menores de 17 años en sus filas y hasta la fecha no se conoce información pública sobre el cumplimiento de este anuncio ni sobre los menores de edad que integran sus frentes. La pasada semana se dio a conocer  el acuerdo entre el Gobierno y las FARC para la salida de menores de 15 años de las filas de esa guerrilla. Es necesario conocer los niños y adolescentes que se encuentran en sus filas para que puedan acceder a la protección que debe brindarles el estado y la sociedad, para que puedan reintegrarse a una vida digna y sustraerse a las tentaciones de ser nuevamente captados por otras organizaciones armadas.

La Corte Constitucional en la sentencia C-203 de 2005,  aclaró que no hay “ingresos voluntarios” a los grupo armados puesto que los menores no deciden libremente sino que son presionados por la pobreza, las circunstancias familiares y condiciones de vida. El acuerdo entre las partes en La Habana establece que son considerados víctimas del conflicto social y político y no deberán ser tratados como delincuentes.

Una participación más comprometida de organismos de naciones unidas como la UNICEF y otros organismos de cooperación, en la definición de enfoques y rutas de atención, deberá redundar en la superación del sello asistencialista que han tenido los programas, en un seguimiento eficaz y cercano a los menores y en la definición de políticas que conduzcan a superar las condiciones de extrema vulnerabilidad en que se encuentran los menores en las zonas rurales.   

Igualmente es necesario y urgente sobrepasar la descoordinación institucional y la desarticulación entre el centro y las regiones del país para ser eficaces en la atención, protección y reintegración de los menores de edad a sus familias y comunidades de pertenencia. 

En relación con los pueblos indígenas y comunidades negras se impone con urgencia programas y medidas diferenciales, consultadas con las comunidades y sus autoridades, que permitan también superar los desaciertos que se han tenido, por cuanto se responde a los menores de estas comunidades sin considerar su identidad y pertenencia a pueblos diversos que han sido afectados brutalmente por el reclutamiento forzado de sus hijos.      

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La corrupción alimenta la inequidad y los conflictos sociales

"Proponemos que la pedagogía para la paz que se hace o debe hacer en todos los espacios y territorios de la nación, incluya como punto central la lucha contra la corrupción"

Bogotá D.C., mayo 5 de 2016.- Cada día este país despierta con un nuevo episodio de corrupción del cual nos olvidamos al día siguiente y sobre los cuales la justicia no opera con eficacia, o cuando opera, lo hace a paso de caracol.

No termina de sorprendernos la capacidad inagotable de funcionarios públicos y agentes privados para seguir sirviéndose del plato de la corrupción a todos los niveles: desde lo municipal, pasando por las gobernaciones y las entidades centrales, se ha convertido en el pan de cada día, terminando por recibir el sello de la aprobación social, con justificaciones diversas y perversas.

Las prácticas corruptas comprenden no solo la expoliación de los bienes y dineros públicos, sino también la omisión de los servidores públicos en el cumplimiento de sus funciones y deberes. Estas prácticas marcan el funcionamiento de nuestra institucionalidad y favorecen poderosos intereses privados, ante la indiferencia y pasividad de la sociedad en general y la mayoría de las veces, con la negligencia de los entes de investigación y control.

No nos sorprende entonces que los colombianos desconfíen de sus instituciones como lo revelan los resultados del Barómetro de las Américas (2015), al mostrar que en Colombia la percepción de la corrupción alcanzó 80 puntos en una escala de 0 a 100, lo que nos sitúa en el vergonzoso segundo país con mayor índice de percepción de corrupción del continente, al tiempo que muestra el porcentaje más alto de la región, en cuanto el 60% de los colombianos cree que la corrupción es general en los funcionarios públicos.

La corrupción es violencia contra los ciudadanos y sus derechos. La moralidad pública es un derecho colectivo que debe garantizar el uso y disfrute de otros derechos ciudadanos, tales como la integridad del patrimonio público, el derecho fundamental a la salud, el acceso a la tierra, el derecho a la alimentación de los niños, a una justicia pronta e independiente, y otros muchos que se vulneran a lo largo y ancho del país.

Esta realidad nos muestra la estrecha relación existente entre corrupción, inequidad en la distribución de los recursos públicos y pobreza. Y mal podemos hablar de hacer el tránsito hacia un país reconciliado y en paz si no atacamos la podredumbre de la corrupción de manera decidida, y antes de que empecemos a hablar de los recursos del posconflicto, a los cuales habrá que proveerlos de todos los controles y salvaguardas posibles para que no se conviertan en coto de cacería de los agentes públicos y privados que ya les han puesto el ojo. Aprendamos de las malas experiencias de los países centroamericanos en el manejo de los recursos del posconflicto. A fin de cuentas el poder político, económico y social, permeado por el clientelismo y las costumbres corruptas en las regiones y en el nivel central, siguen intactos en este país.

Un informe publicado por la Sociedad Colombiana de Economistas sostiene que la corrupción le ha costado al país, desde 1991 hasta el 2010, alrededor de 190 billones de pesos, lo que equivale al 4% del PIB del país durante esos 19 años. Eso sin contar el osado incremento de los carteles de funcionarios corruptos en los años que siguen a este estudio. Otros estudiosos afirman que el conflicto armado, en 10 años, le ha costado $207 billones al país. Las cifras están cerca. Finalizar el conflicto armado y atacar con eficacia la corrupción nos colocaría en mejores condiciones para responder a los requerimientos en recursos del pos-acuerdo.

Por ello proponemos que la pedagogía para la paz que se hace o debe hacer en todos los espacios y territorios de la nación, incluya como punto central la lucha contra la corrupción, que debilita y corroe las instituciones y sustituye valores éticos y de convivencia pacífica, para que los ciudadanos podamos identificar las conductas delictivas, ejercer control sobre los funcionarios y acceder a la información que nos permita hacer monitoreo continuo a la ejecución de los recursos públicos.

No desconozcamos que el sentido común de los colombianos ya ha identificado como talanqueras para avanzar en bienestar social y prosperidad económica, y con el mismo peso, el conflicto armado interno y la corrupción. Superado el primero, nos queda ocuparnos, desde todos los poderes públicos y desde la ciudadanía, de darle mate a la corrupción en todas sus manifestaciones. Políticas claras de lucha contra la corrupción deberían formar parte de las garantías de no repetición a que tenemos derecho los colombianos que hemos sido víctimas del conflicto armado interno.

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Pueblo U´Wa y campesinos en defensa del Parque Natural Del Cocuy

“El parque se encuentra traslapado con seis resguardos que hacen parte del territorio ancestral U´wa".

Bogotá D.C., abril 28 de 2016. Han pasado 19 años desde que los U’wa se opusieron al proyecto petrolero Pozo Gibraltar, y en el transcurso de este tiempo han tenido que enfrentar en varias ocasiones las licencias ambientales otorgadas por el Ministerio del medio ambiente que ponen en riesgo su integridad territorial, social, cultural, ambiental y económica.

La licencia otorgada en 1999 por el entonces ministro de medio ambiente, Juan Mayr, a favor de la OXY, estuvo plagada de engaños e ilegalidades, tales como fijar los límites del resguardo unilateralmente,  y de manera amañada dejar por fuera por unos pocos metros el pozo mencionado, con la finalidad de alegar que no había afectaciones directas.

Las manifestaciones pacíficas de la nación U´wa fueron respondidas muchas veces con violencia desproporcionada. Solo en febrero de 2000, cuatro helicópteros y 5000 efectivos de la policía antidisturbios desalojaron violentamente a la comunidad concentrada en los sitios de La China y Las Canoas. En esa acción tres niños de 4 meses y 9 y 10 años se ahogan en el Río Cubucón mientras sus madres intentaban cruzarlo huyendo de las acciones de la policía. Estos hechos motivaron la reacción de distintos sectores sociales en la región en apoyo al pueblo U'wa, un paro agrario, y la marcha de 4000 campesinos y 1500 indígenas hasta el sitio de exploración.

En 2004, se abrió el bloque de exploración Catleya en un contrato entre ECOPETROL y la REPSOL YPF, que incluye una parte del resguardo indígena. Posteriormente enfrentaron el proyecto petrolero Magallanes por cuanto el río sagrado Cubogón o Keramá, que abastece al río Arauca, corría a menos de 500 mts. del lugar donde se hacían los trabajos de prospección, y lo ponía en grave riesgo de desaparecer. Además que el área de exploración era contigua al Resguardo Unido U’wa y en medio de la Reserva Forestal del Cocuy, área que consideran sagrada por cuanto allí habitan sus guardianes espirituales.

Ahora campesinos e indígenas se manifiestan en defensa del parque nacional natural del Cocuy, la mayor área glaciar de Colombia, con más de 25 picos cubiertos de nieves perpetuas, y una de las pocas montañas glaciares tropicales que aún sobreviven por el calentamiento global. En idioma U´wa es conocido como Zizuma y cubre los departamentos de Casanare, Arauca y Boyacá. El parque del Cocuy se encuentra traslapado con seis resguardos que hacen parte del territorio ancestral U´wa.

Esta área tiene un especial significado espiritual para el pueblo U´wa, es considerada como un sitio donde habitan sus espíritus protectores. Antes de que fuera declarado parque nacional natural, tenían un manejo cultural propio de este territorio y debía protegerse de amenazas, tales como los proyectos extractivos, el daño a las especies animales y vegetales, la contaminación de sus suelos y aguas, y en el caso presente, del turismo irreverente e irrespetuoso. Denuncian por ejemplo que un video en redes muestra a un grupo de visitantes jugando fútbol en pleno nevado.

Cumpliendo con sus principios y mandatos culturales, el pasado 18 de marzo los U'wa comunicaron que a partir de esa fecha no permitirían el turismo en ese sitio sagrado, por cuanto consideran que las autoridades han sido incapaces de administrar y ejercer control en el Parque Nacional Natural El Cocuy, y en su rol de operador turístico, incumplen sus funciones de garantía, protección y conservación de estas áreas protegidas.

Para el pueblo U´wa impedir la entrada de turistas significa detener el proceso de daños físicos y culturales que han conducido al desequilibrio natural y espiritual, y los ha llevado a la decisión de movilizarse en defensa de su territorio ancestral.

Fue así como se programó para el 15 de abril, una reunión con campesinos, indígenas y delegados del gobierno nacional y departamentales, y organismos de control, a la que no comparecieron funcionarios gubernamentales con capacidad de decisión, por lo que persisten en su acción de protesta y mantienen su actitud de diálogo y concertación.

Esperamos que los anuncios de usar la fuerza frente a la protesta de campesinos e indígenas no sea cierta y que las autoridades ambientales comparezcan a la cita en la región lo más pronto posible, con el objeto de llegar a acuerdos sobre los justos reclamos de protección, conservación y cuidado de Zizuma, (Parque del Cocuy), sitio sagrado del pueblo U´wa.

Nuestras historias

En el día de la madre tierra pensemos lo que queremos para La Amazonia

“En esta región encontramos también extensas áreas que el Estado ha dado en concesión para la explotación minera”: senador Marco Aníbal Avirama.

Bogotá D.C., abril 22 de 2016. Hace más de cinco décadas se celebra el Día de la Tierra el 22 de abril, fecha que fue recogida por Naciones Unidas, adoptando la expresión Madre Tierra a la que se refieren numerosos pueblos originarios en distintas partes del mundo,  aludiendo a la relación de interdependencia entre todos los seres del planeta, incluida la especie humana y demás especies vivas.

Es asi que declaran el día internacional de la Madre Tierra, que este año coincide con el primer día en que el Acuerdo de Paris sobre el cambio climático se abre para la firma de los 196 países que adquieren en diciembre pasado, el compromiso de limitar el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados.

“Los árboles para la tierra” es la consigna de este año que pretende desarrollar una conciencia mayor sobre la importancia de los árboles para combatir el cambio climático, limpiar el aire que respiramos, contribuir a la supervivencia de especies de fauna y flora vinculadas con ellos y proporcionar a la gente medios de vida.

La región amazónica, considerada el pulmón del planeta juega un papel fundamental en el cambio climático, por cuanto es el mayor sistema hídrico del mundo del cual dependen las lluvias en el país y en el continente, además de tener la mayor biodiversidad del territorio. La región ocupa 42,4% del área terrestre nacional y el 6.2% de la bioregión amazónica, en la cual se han constituido  185 resguardos indígenas que  ocupan 55% del territorio amazónico.

Es en la Amazonia colombiana donde se pierde el 57% de los bosques que cada año deforesta el país, y es una pérdida que también involucra suelos y ecosistemas degradados y corredores biológicos e hídricos amenazados. Un estudio realizado el año anterior en la Universidad de Harvard advierte que la amazonia se está convirtiendo lentamente en una sabana y que la deforestación y otras intervenciones humanas pueden acelerar la transición, que ya está experimentando esta región.

En esta región encontramos también extensas áreas que el Estado ha dado en concesión para la explotación minera, además de la existencia de la minería ilegal que indefectiblemente contaminan ríos y cuerpos de agua, y para la exploración y explotación petrolera en tierras amazónicas.

Distintos eventos, entre ellos el más reciente del licenciamiento otorgado a la trasnacional Hupecol en la sierra de La Macarena, que en buena hora fue revocado, nos alecciona sobre la necesidad de que la ciudadanía conozca realmente cuáles son las políticas públicas ambientales, las estrategias y los planes gubernamentales existentes para reducir la deforestación y la degradación ambiental en esta región. Máxime cuando lo que seguimos constatando es la existencia de entidades como el ANLA o las Corporaciones regionales, como instituciones débiles, sin suficiente comprensión de los temas que se juegan, presas de los intereses privados, y que de seguir así, solo serán generadoras de conflictos en las regiones y territorios que piensan modelos de desarrollo alternativos y sostenibles, amigables con los recursos del ambiente y la biodiversidad, y al mismo tiempo con capacidad de respuesta a las necesidades y demandas de las poblaciones. 

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En La Macarena se juega la coherencia con el discurso de la paz territorial

Columna de opinión del senador Marco Avirama.

“La opción de los habitantes de ese territorio es por el ecoturismo y el desarrollo sostenible”: senador Marco Aníbal Avirama.

Bogotá D.C., abril 15 de 2016.- Lo hemos dicho con énfasis y lo seguiremos repitiendo: no habrá paz en los territorios mientras subsistan los conflictos ambientales. Y lo paradójico es que mientras el gobierno nacional sigue trabajando en el proceso de paz, sus funcionarios  abren otros boquetes que pueden dar inicio a nuevas violencias.

Estamos hablando de un territorio fuertemente marcado por el conflicto armado interno en las últimas décadas,  que comenzaba a retornar a una vida cotidiana tranquila que les permite recibir anualmente, ahora sin mayores sobresaltos,  a 14.000 turistas nacionales y extranjeros que se complacen en recorrer las maravillas que tiene la sierra de la macarena. Pero parece que estas nuevas condiciones de sosiego fueron una invitación para que las empresas y agencias gubernamentales entraran a hacer ruido y a provocar la airada reacción que con justificadas razones, tuvieron y tienen las autoridades civiles y las organizaciones sociales en el Municipio de la Macarena. 

Y no es para menos: la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) autoriza la explotación petrolera en cerca de 150 puntos diferentes, en su casa, léase su territorio. Y el sentido común nos indica que no hay nada que riña más con la conservación de sus recursos de agua, suelo y aire, fundamentales para proyectos vinculados con el turismo, que este tipo de proyectos.

Las autoridades ambientales y funcionarios de esta administración parecen tener oídos sordos al reclamo persistente de las comunidades locales que están haciendo valer su derecho a oponerse a la explotación petrolera en su región, desde hace cuatro años: varias audiencias públicas, un cabildo abierto, desplazamientos a los centros de poder no han alcanzado para detener la aplanadora de la explotación petrolera y el desconocimiento de las decisiones de las poblaciones.

La opción de los habitantes de ese territorio es por el ecoturismo y el desarrollo sostenible. En estas actividades ven su proyecto de vida y de desarrollo en un tiempo de paz. Es tan difícil entenderlo?

Quien responde hasta el día de hoy por la desaparición del rio Sambingo en el Cauca por razón de la explotación minera?  Quien por los daños irreversibles causados al Rio Dagua en el Valle? Y así podíamos seguir con muchos ejemplos más. Quién podría responder por las afectaciones y daños que se causen a los ríos Guayabero, Duda y Lozada y por el rio Caño Cristales, cuando las explotaciones se realizarán a pocos metros de los nacimientos de estos ríos? Dónde queda el principio de precaución que obliga al Estado y sus entidades?

Estamos cansados de profesionales que migran sin sonrojarse de las empresas mineras y petroleras  a las entidades gubernamentales, y viceversa,  y en éstas hacen créditos para pasar al sector empresarial. No creemos que a ellos les importe mucho la paz en los territorios ni el daño irreversible que se ocasione a los ríos y suelos en estas regiones.      

Queremos funcionarios en estas entidades que entiendan claramente que la vida de los seres humanos y no humanos están por encima de unos cuantos pesos de regalías que ni siquiera benefician a las poblaciones locales;  que los impactos  no se reducen al terreno donde se explora o explota, sino que se afecta a todo un territorio; que no se trata de hacer el daño y poder pagarlo, sino de no hacerlo, de prevenirlo, porque eso es lo más inteligente si queremos garantizarnos un futuro posible.

Pongámonos todos en sintonía y acompañemos la concentración ciudadana que se realizará el miércoles 20 de abril a las 6:30 p.m. en el parque central de Villavicencio, en contra de la licencia ambiental para la exploración petrolera en La Macarena, otorgada por la ANLA a la empresa Hupecol.

Señor Presidente Santos, sería una buena decisión que usted estuviera allí e informara no solo a los ciudadanos de la Macarena y el Meta, sino a todo el país que allí está la magia salvaje que debemos preservar, y que allí también se juega la opción por la paz entre los hombres y con la naturaleza.

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Desperdicio de alimentos: grave atropello social y ambiental

Abril 11 de 2016

Marco Anibal Avirama

El director del Departamento Nacional de Planeación (DNP) advirtió hace pocos días que en Colombia la pérdida y desperdicio de alimentos por año equivale aproximadamente al total de los alimentos que importamos en el mismo tiempo, y corresponde a 9,7 millones de toneladas, entre ellas, 6,1 millones de toneladas de frutas y verduras, 772.000 toneladas de cereales,  y 29 mil toneladas de lácteos desechados.  La información indica que en promedio cada colombiano desperdicia 32 kilos de alimentos al año y que la comida que se bota alimentaría 8 millones de personas.

A nivel mundial se habla de 1.300 millones de toneladas de alimentos que van a la basura, de lo cual son responsables tanto los países desarrollados como aquellos denominados en vías de desarrollo. Los primeros botan el 56% mientras los segundos desperdician el restante 44%, de acuerdo con informes del Banco Mundial (informe Alerta sobre precios de los alimentos)

Estas escandalosas cifras ofenden aún más si tomamos en consideración que cerca de 1.000 millones de personas en el mundo carecen de alimentos suficientes y el 98% de ellos viven en los denominados países en desarrollo, donde son los niños las principales víctimas del hambre y quienes sufren de enfermedades asociadas que los lleva a la muerte. Así lo señala la FAO en el informe sobre ‘Desperdicio de alimentos en época de crisis’ cuando afirma que en América Latina y el Caribe 52 millones de personas padecen hambre, y cerca de 9 millones de niños padecen desnutrición crónica, léase hambre aguda.

Estos análisis postulan la existencia de factores diferenciados que intervienen en el desperdicio de comida, ya se trate de países ricos o países pobres. Para los segundos se habla de falta de infraestructura de transporte,  almacenamiento y empaque inadecuados, mientras que en los países ricos la explicación se basa más en los hábitos de una sociedad consumista y de la venta minorista.  Para el caso colombiano el estudio del DNP determinó las etapas en las que se desperdician esas 9,6 millones de toneladas en el país:  producción agropecuaria (40,5%);  poscosecha y almacenamiento (19,8%);  procesamiento industrial (3,5%);  distribución y retail (20,6%)  y consumo en hogares (15,6%).

Pero además de cifras vergonzosas debemos considerar informes de distintos organismos multilaterales (FAO 2013) que alertan sobre el impacto que el desperdicio de alimentos tiene en los recursos naturales e insumos utilizados en la producción de los mismos, tales como tierra, agua y energía, abonando así a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la pérdida de biodiversidad.

Este es pues un tema sembrado de contrasentidos: la evidente contradicción entre el despifarro de un tercio de los alimentos que producimos en el planeta mientras casi 1.000 millones padecen hambre; el absurdo costo económico y ambiental del desperdicio de alimentos que podrían ser reutilizados o reciclados; el discurso sobre seguridad alimentaria frente al desperdicio de alimentos producidos; el enorme daño que se ocasiona a los recursos tierra, agua, aire, biodiversidad, sin los cuales no sería posible la producción de alimentos.    

Recomendaciones emanadas de organismos multilaterales, ubican el rol activo que deben jugar los parlamentos para abordar este tema: "los legisladores tendrán que adoptar una serie de medidas que pueden variar desde marcos de política general a declaraciones de intenciones, de medidas legales no vinculantes como recomendaciones y directrices a otras más firmes, como directivas, reglamentos y leyes aprobadas por el parlamento".

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“Al Pacto por la Paz le faltan socios muy importantes”

Afirmó el congresista que a pesar que la protesta social se ha respetado en esta administración, han sido escasas las ejecutorias de los compromisos.

Bogotá D.C., abril 1 de 2016 (Prensa S. Marco Aníbal Avirama).- El pasado 23 de febrero se lanzó en la casa de Nariño el Pacto por la Paz, entre el presidente Santos y los partidos políticos que compartimos el afán por terminar con la guerra interna. Celebramos este acuerdo que esperamos pase de ser solo un acto protocolario y se traduzca en acciones concretas por parte de las organizaciones políticas partidistas en la tarea de orientar a sus militantes y los elegidos en esa misma dirección.

Sin embargo estamos convencidos de que a este pacto le falta un ingrediente indispensable, por cuanto la sostenibilidad de la paz en el post-acuerdo está vinculada a la participación activa de los distintos movimientos sociales que representan los intereses y las reivindicaciones de los más pobres y excluidos.

Podemos afirmar que a pesar que la protesta social se ha respetado en esta administración, han sido escasas las ejecutorias de los compromisos y la implementación de los acuerdos que han suscrito el gobierno y las organizaciones campesinas y de poblaciones étnicas. Este saldo en rojo ha contribuido a minar la confianza de estos sectores sociales y es hacia ellos que pensamos debe mirar el presidente de la república si quiere ponerle sustancia y darle mayor peso al consenso nacional por la paz y la reconciliación, que refrende los acuerdos que pongan fin al conflicto armado y que genere condiciones para hacer las transformaciones requeridas para una paz duradera y sostenible.   

Así lo afirma el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos en Colombia,  que en el más reciente informe anual sobre la situación de derechos humanos en el país. “considera que el aprovechamiento de la oportunidad que constituirán los acuerdos de paz, dependerá de la capacidad para generar los cambios culturales, institucionales, políticos y económicos que aumenten el goce de derechos de los sectores más excluidos”.

Seguimos convencidos que esto solo será posible si se cierran las brechas existentes entre lo consignado en las normas por una parte, y por la otra, las prácticas y acciones institucionales que muchas veces van en contravía;  si se reducen las distancias entre lo que se promete y lo que se cumple realmente. 

Estamos convencidos que solo sectores sociales organizados podrán garantizar que la construcción de la paz desde los territorios sea posible y sostenible. Ya el prolongado conflicto armado y los actores vinculados al mismo, han hecho mucho daño a las organizaciones sociales, unas veces liquidando a sus líderes, otras cooptando y dividiendo, lo que ha deteriorado el 5ejido social y profundizado la desconfianza en las instituciones.

Se impone ahora que el Estado y las instituciones de gobierno en todos los niveles se convenzan de las bondades que tendría para una acción institucional eficaz y para la superación de otras formas de violencia, el contar con organizaciones sociales fortalecidas, empoderadas en sus derechos y protagonistas en las decisiones que impactan sus vidas, lo que además deberá incidir en la lucha contra la corrupción y la consecuente impunidad que la acompaña.

Es entonces urgente que el gobierno central y los gobiernos regionales y locales cumplan con su deber de coordinarse y adecuarse culturalmente, de garantizar presupuestos desde un enfoque de derechos, de articular acciones que permitan dar respuestas oportunas y eficaces a las demandas de campesinos, pueblos indígenas y comunidades negras, superando las causas del incumplimiento de los compromisos estatales adquiridos en las mesas de diálogo y concertación.

Transformar las precarias condiciones de vida de los más pobres, respetar y proteger los procesos organizativos desde lo local hasta lo nacional, es construir paz. Cumplir con los compromisos adquiridos en los espacios de diálogo y concertación social es generar confianza en la institucionalidad y cerrar el paso a las salidas violentas. 

Para ello, como lo señala el mismo informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas, se requiere que los espacios de diálogo tengan “agendas de discusión claras, reglas de negociación e indicadores para el seguimiento de los posibles acuerdos y consecuencias por incumplimiento”. Porque no puede suceder que la paz reclamada y compartida por los sectores sociales excluidos, sea una excusa para no cambiar nada o para hacer oídos sordos a las demandas  de sectores y organizaciones sociales por una vida digna y buena.

Nuestras historias

Sin la participación de los grupos étnicos, la paz no será sostenible

Opinión del senador Marco Avirama sobre pueblos indigenas en proceso de paz.

"Siempre hemos sido actores de paz reclamando respeto por nuestra autonomía"

Bogotá D.C., marzo 9d e 2016.- Ciertamente la violencia no es un tema nuevo para el centenar de pueblos indígenas que representan hoy el 4% de la población colombiana y cuyos territorios ocupan el 30% del territorio nacional. Sin embargo han persistido a través del tiempo en sus propios sistemas de pensamiento que postulan la necesidad de restablecer el equilibrio allí donde se ha roto y recobrar la convivencia armónica en la búsqueda del bien estar para todos. Las decisiones de cada pueblo y sus autoridades, con fuerza de norma para sus comunidades y en sus territorios, como autoridad pública que son, han insistido a lo largo de las últimas décadas en exigir de todos los actores armados el respeto por su autonomía territorial y por sus autoridades en el ejercicio del control social. Asi ocurrió en distintos territorios indígenas cuando la presencia de actores armados combatiendo en sus territorios o usándolos como corredores para el movimiento de tropas o el tráfico de armas y de drogas, produjeron nefastas consecuencias en la vida de las comunidades, en la gobernabilidad de las mismas y en el control sobre sus territorios.

Siempre hemos sido actores de paz reclamando respeto por nuestra autonomía. Hemos desarrollado múltiples iniciativas en las últimas décadas llamando a la solución negociada del conflicto, a la generación de condiciones que permitan realizar el derecho a la paz sobre las transformaciones estructurales que son necesarias para que no se vuelva a repetir esta misma situación de guerra.

Por ello celebramos el proceso de negociación que el gobierno y las FARC iniciaron y esperamos llegue a buen término, también con el ELN. Hemos sido víctimas que sufrimos de manera desproporcionada el impacto de la guerra como lo ha señalado la Corte Constitucional y distintos organismos de derechos humanos, hasta el punto que han declarado en alto riesgo de extinción más de un tercio del centenar de pueblos existentes.

El representante de la ONU para los derechos humanos en Colombia ha señalado en varias ocasiones que los pueblos indígenas y también los afrocolombianos son de los más afectados por el conflicto armado y que es importante que las partes en la mesa de negociación de La Habana inviten a los pueblos indígenas y comunidades negras para hablar sobre las dificultades y desafíos del proceso de paz, porque sin su participación este proceso de paz no puede ser sostenible.

Los grupos étnicos somos propietarios a titulo colectivo de una gran parte del territorio nacional. En muchos de esos territorios seguimos siendo cuidadores de la biodiversidad ante los embates de los proyectos mineros y de extracción de petróleo, o grandes obras de infraestructura que nos afectan y sobre los cuales no cuentan con nuestro consentimiento previo, libre e informado.

La construcción de la paz se juega en la protección de nuestros territorios y sus recursos como agua, bosque, aire, sobre los cuales se desarrollan ahora o en el inmediato futuro, conflictos ambientales que deberán ser resueltos si de paz sostenible se habla.

Solo los pueblos y las comunidades pueden decidir sobre figuras tales como el establecimiento de zonas de ubicación en nuestros territorios. Nos mantenemos en la exigencia por el respeto a la jurisdicción indígena, los territorios y la autonomía de las comunidades. Cualquier decisión o intervención debe pasar por la consulta previa a las comunidades. Hemos dicho hace décadas que no queremos la presencia de actores armados en los territorios indígenas y exigimos que nos dejen vivir en paz para fortalecer nuestros proyectos de vida y la gobernabilidad en nuestras tierras.

Por eso afirmamos que no puede seguir desconociéndose la voz y el derecho a decidir de los pueblos indígenas y comunidades negras, por cuanto los acuerdos que salgan de la mesa de negociación están definiendo formas de intervención en nuestros territorios, sobre la vida de nuestros comuneros, sobre la administración de justicia, entre otros.

Nuestras historias

Acciones del gobierno contradicen anuncio de eliminación del servicio militar obligatorio

Análisis del senador Marco Avirama.

Bogotá D.C., febrero 3 de 2016. Cuando se anuncia que faltan pocos días para la firma del acuerdo final entre las FARC y el Gobierno Nacional, el ministro consejero para el posconflicto, derechos humanos y seguridad, Rafael Pardo, ha manifestado a los medios de comunicación que el servicio militar obligatorio va a ser eliminado y sustituido por el servicio voluntario para la paz. Sin embargo, acciones recientes por parte del Gobierno Nacional sugieren que eso no es cierto.

El servicio militar obligatorio, tal como lo anunció el ministro de defensa Luis Carlos Villegas en la Comisión Segunda del Senado en la legislatura pasada, no se va a acabar. Por el contrario, lo que se pretende es unificar toda la normativa vigente ya que el actual régimen se encuentra lleno de vacíos y contradicciones producto de la gran cantidad de leyes, decretos y circulares que existen sobre la materia. Como son la Ley 48 de 1993, la Ley 548 de 1999, la Ley 642 de 2001, la Ley 787 de 2002, la Ley 1184 de 2008, la Ley 1738 de 2014, el decreto 2048 de 1993, entre otros.

A lo anterior también se debe agregar que la Corte Constitucional, en ejercicio de su competencia constitucional, ha sustituido, modificado y declarado inexequibles algunas expresiones contenidas en las leyes sobre servicio militar obligatorio. Tal como ocurrió recientemente con la sentencia C-600 de 2015, donde la alta corte señaló que los jóvenes independientes menores de 25 años que no han definido su situación militar y que deban pagar cuota de compensación militar serán liquidados conforme a su patrimonio e ingresos propios y no sobre los de su núcleo familiar.

Este exceso normativo sobre el servicio de reclutamiento y movilización llevó al ministerio de defensa a radicar en el Congreso de la República el Proyecto de Ley 154 de 2015 Cámara. Esta iniciativa, además de regular y dar unidad normativa a la materia, incrementa el tiempo de prestación del servicio de bachilleres a dieciocho meses, mantiene el requisito de la libreta militar para acceder a cargos públicos y contratar con el Estado e impone la presentación de la tarjeta para la expedición o renovación de licencias de conducción y pasaportes. Circunstancia que contradice los anuncios del ministro Pardo sobre la supresión del servicio militar obligatorio, y que por el contrario, agrava la situación de miles de jóvenes colombianos que aún no han podido definir su situación militar.

Por otro lado, cursan en el legislativo algunas iniciativas que se acercan un poco más a lo anunciado por el ministro para el postconflicto pero que en estricto sentido no eliminan el servicio militar obligatorio. Por ejemplo, el Proyecto de Ley 150 de 2015 Cámara presentado por el ministerio de trabajo en la Cámara de Representantes. Esta iniciativa elimina el requisito de la libreta militar para posesionarse en cargos públicos con la condición que el ciudadano que no ha definido su situación militar lo haga en un plazo no superior a 18 meses so pena de ser desvinculado de su cargo. Es decir, se reducen las barreras para el acceso al trabajo de los jóvenes colombianos pero se mantiene la exigencia de la libreta militar.

Desde el Senado de la República seguiremos insistiendo en la eliminación del servicio militar obligatorio, y su sustitución por un servicio voluntario basado en estímulos. Tal como lo hicimos cuando fuimos ponentes del proyecto de Ley 21 de 2013, el cual buscaba eliminar la exigencia de la libreta militar para ejercer el derecho al trabajo y a la educación y comprometía al Gobierno a la creación de diferentes incentivos para aquellos jóvenes que desearan prestar el servicio militar, como descuentos para el acceso a educación superior, el acceso a créditos blandos, entre otros.

Nuestras historias

La corrupción y el abuso del poder atentan contra la paz

El conflicto armado interno y la violencia, han sido señalados en las últimas décadas como las causas primeras que han frenado el desarrollo del país en muchos aspectos. Si bien corresponde a la realidad cotidiana que nos impacta de maneras diferentes, marchan parejas como causas graves, la corrupción y la fragilidad institucional que la favorece, al lado de la indiferencia ciudadana ya harta de que los recursos públicos sean usados como botín particular y que la impunidad sea la reina.

En buena hora se desarrolla un proceso para la finalización del conflicto que esperamos llegue a buen puerto pronto. Lo que a nuestra manera de ver urge es que al mismo tiempo vayamos construyendo condiciones para que la transparencia en el manejo de los recursos públicos sea la norma, el control ciudadano opere de manera permanente, los organismos de investigación y justicia actúen oportunamente y sean eficientes los mecanismos que lleven a que sea a los mejores y más honestos hombres y mujeres, a quienes se encargue la ejecución de los recursos nacionales e internacionales que permitan implementar los acuerdos de finalización del conflicto armado y las políticas públicas para hacer realidad una paz transformadora.    

No imaginamos otro escenario si somos fieles al mandato que tenemos todos los poderes públicos y los ciudadanos en los asuntos particulares, para elevar la calidad de una democracia que, según las más recientes encuestas, nos muestran que vivimos el menor nivel de credibilidad institucional, y que entidades como la Fiscalía, la Procuraduría y la Corte Constitucional han llegado a tener una imagen negativa más alta que la positiva, mientras que los partidos políticos, el sistema judicial, el Congreso, la Corte Suprema de Justicia se pelean los últimos lugares de las instituciones que gozan de la confianza ciudadana. 

El pasado evento electoral no significó grandes cambios en el mapa político local y regional, salvo muy contadas excepciones. No existen perspectivas optimistas para que el manejo de los asuntos a nivel local y regional cambie sustancialmente, por lo que insistimos en que no hay que esperar a que se concluya la primera fase de un proceso de paz con la firma y validación de los acuerdos, para empezar a generar un gran consenso nacional alrededor de la lucha contra la corrupción que se enseñorea en la institucionalidad pública y es utilizada como herramienta por muchas entidades privadas para poner en primera fila sus intereses legales o ilegales.  

Porque no puede seguir pasando, si el proyecto de sociedad que buscamos, es una democracia con equidad y en paz, que permanezcamos indolentes ante denuncias de hechos delictivos, que las investigaciones no se inicien y llevan a cabo de manera pronta y eficaz, que los de ruana no puedan acceder a una cumplida justicia, que los recursos públicos se repartan primero a comisionistas y coimeros,  que quienes detentan cualquier grado de poder se crean autorizados para atentar contra la vida y dignidad de otros. 

Los hemos acostumbrado a ser complacientes con las prácticas corruptas por acción o por omisión, a mirar para otro lado ante la presencia de los abusos del poder, a hacerle la venia a aquellos que han subido en la escala social, política o económica mediante muy dudosas o conocidas malas costumbres. Y hasta muchas veces nos sorprendemos pensando o escuchando que si los señores y señoras del poder lo hacen, porqué los que no comparten esas alturas no pueden hacerlo igual.

La corrupción es violencia contra los ciudadanos y sus derechos. Es necesario que la institucionalidad pública y privada recupere la legitimidad que nace de la confianza  ciudadana en el manejo ético y transparente de los asuntos que nos deben interesar a todos o seguiremos pensando que los conflictos sociales, económicos, culturales o políticos, se resuelven mediante la violencia. 

Nuestras historias

Muerte de niños indígenas por desnutrición es un etnocidio

Opinión del senador Marco Avirama (tomado de www.senado.gov.co)

Hace muchos años que escuchamos cómo los gobiernos de turno se rasgan por unos días las vestiduras, ante la ocurrencia de decenas y miles de muertes de menores indígenas por hambre y por las enfermedades que la acompañan.

Hace varios años se dice que más de 7 de cada 10 niños indígenas sufre de desnutrición crónica y que comparado con la población nacional, un niño indígena tiene 24 veces mayor riesgo de morir por desnutrición. Y esto sin considerar el enorme subregistro identificado por muchos de tiempo atrás.   

Sin embargo nos sigue sorprendiendo declaraciones como las del viceministro de salud, cuando dice que ninguno de los niños wayúu murió por desnutrición, sino por una serie de enfermedades, que según le recordaron médicos pediatras, obviamente están asociadas al estado de hambre y pobreza extrema en que se hallan. Y tendríamos que añadir a esas enfermedades la corrupción que en este caso se traduce en millonarios robos de recursos que debían dirigirse a la alimentación de niños desnutridos.

Hace apenas unas horas se seguía reportando la muerte de niños wayúu por desnutrición. Esta situación y la muerte de casi 5000 niños más de este pueblo en ocho años, mereció que en diciembre pasado la CIDH cobijara con medidas cautelares a esta población porque su vida estaba amenazada. Antes de comenzar el nuevo año ya el gobierno estaba solicitando el levantamiento de dichas medidas afirmando que estaba actuando sobre las causas estructurales del hambre en estas comunidades y adelantaba acciones claras de protección. Sin embargo los niños siguen muriendo y casi dos meses después el gobierno nacional admite que sigue descubriendo “fallas” en la protección debida a ellos.

Esta grave situación la viven muchos pueblos indígenas a lo largo y ancho del país. Ayer se reportaron treinta casos más de desnutrición de niños kogui en la sierra de santa marta, tres de los cuales fueron llevados a centros de atención por el severo grado de desnutrición que presentaban.

En Chocó, es de todos conocida la situación de hambruna que viven las comunidades indígenas, a lo cual se agrega, según informes de organismos de control, que en los últimos días 37 niños indígenas murieron como consecuencia del consumo de mercurio en el agua, producto de la explotación legal e ilegal del oro.

Y todo esto sin mencionar las comunidades y pueblos indígenas en la Orinoquia y amazonia, de las cuales se tiene muy escasa información, pero que reportan la muerte de niños indígenas por hambre  en Guainía, Amazonas, Vichada, Guaviare, Arauca, Casanare.

Estamos asistiendo como meros espectadores a un etnocidio silencioso que no solamente mata por hambre a los hijos e hijas de los pueblos indios, sino que priva a los que sobreviven del desarrollo suficiente de sus capacidades para permanecer en sus propios modos de vida y de pensamiento, o los condena a salir de sus territorios en busca de modos de sobrevivencia porque sus territorios son ahora apetecidos por poderosos intereses. 

Estos niños son el presente de pueblos indígenas que ya están amenazados de extinción y el Estado debe garantizarles protección especial y diferencial para que tengan una vida buena y digna en sus territorios.

Nuestras historias

Crónica de una venta anunciada

Columna de opinión del senador Marco Avirama.

 

La iniciativa de vender las acciones del Gobierno en Isagen surgió durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez cuando planteó y llevó a cabo la venta de acciones.

Bogotá D.C., enero 13 de 2016.- Más de una decena de demandas y oposición de distintos sectores del país a lo largo de los últimos años, no han logrado detener la venta de una de las principales generadoras de energía en el país y una de las pocas empresas públicas rentables que sobreviven.

La iniciativa de vender las acciones del Gobierno en Isagen surgió durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez cuando planteó y llevó a cabo la venta de acciones. La administración Santos revive el tema justificado en la ya cacareada necesidad no resuelta, desde la apertura económica, de obtener recursos para apalancar la construcción de infraestructura de transporte que nos coloque en mejores condiciones para competir en los mercados internacionales.

Expertos han planteado otras alternativas que no comprometan a tan importante activo sin que hayan sido escuchados por el presidente y su ministro de hacienda. La Contraloría por ejemplo afirma que Isagén es una empresa estratégica para el mercado energético nacional, que ayuda al Estado en la provisión de este servicio público, garantizando la cobertura nacional. La Procuraduría ha manifestado igualmente su preocupación respecto al impacto que sobre el patrimonio y las finanzas públicas podrían ocasionar las actuales condiciones de venta de estas acciones, y por cuanto en el programa de enajenación "no se establecen medidas para garantizar la protección del medio ambiente frente a la continuidad de los planes que Isagén ha venido realizando para hacer uso adecuado de los recursos naturales".

Muchos coinciden en señalar su honda preocupación, la cual compartimos, por la destinación de los ingresos producto de la venta de la participación en Isagén, y la ausencia de controles continuos, transparentes y rigurosos sobre su uso.

Queda un amargo sabor cuando constatamos que estas decisiones no escuchan adecuadamente las voces ciudadanas y de conocedores del sector, y que el tren de la venta de las acciones prosigue su camino quedando solo abierta la posibilidad de adelantar acciones luego de producido el hecho, que tan dañino puede ser para el patrimonio público y que puede significar la entrega del recurso agua al sector privado.

Nuestras historias

Por una vida digna para los animales

Artículo del senador Marco Avirama.

Iniciamos este nuevo año con una nueva norma, la ley 1774 de enero 6, relacionada con el respeto por el derecho a la vida y trato digno de los animales como seres sintientes.

Nosotros lo celebramos especialmente ya que al inicio del nuevo congreso habíamos radicado el proyecto de acto legislativo 16 de 2014, que buscaba elevar a rango constitucional el reconocimiento de la fauna como seres sintientes y parte fundamental y vital del contexto ambiental en el que como seres humanos nos desarrollamos.

Nuestra iniciativa proponía adicionar el art. 79 de la constitución estableciendo el reconocimiento y la importancia de los animales como parte fundamental de nuestra sociedad, instituyendo en cabeza del Estado el deber de velar por la defensa del bienestar animal. Dado que en la comisión primera del senado no se debatió la ponencia correspondiente y hubo tránsito de legislatura, esta iniciativa fue archivada.

La nueva norma sancionada reconoce a los animales como seres sintientes, para que sean protegidos contra el sufrimiento injustificado especialmente provocado por los humanos, establece como punibles las conductas en contra de los animales y señala sanciones en casos de maltrato y abandono a los mismos.

Enhorabuena nos seguimos sintonizando con el pensamiento y las tendencias universales que buscan un nuevo entendimiento del respeto por la vida, los seres que la compartimos y en especial aquellos que están en especiales situaciones de indefensión y vulnerabilidad.

Nuestras historias

Un paso más para que podamos morir de viejos y no en medio de la guerra

Comunicado del senador Marco Avirama

Y es uno de los pasos más complejos de la negociación para poner fin al conflicto armado interno. El acuerdo sobre la creación de la jurisdicción especial de paz para todos los actores involucrados en el conflicto, ciertamente es un avance que desactiva la incertidumbre que se abrió cuando el presidente anunció que en noviembre se cumpliría el plazo de cuatro meses para revisar los avances del proceso y tomar las medidas correspondientes.

En efecto los diálogos de paz que se desarrollan en La Habana completarán tres años en noviembre próximo y ya se fija de común acuerdo un plazo de seis meses para llevarlos a buen término. Nos sentimos plenamente justificados y asertivos en la apuesta por la negociación que pusiera fin a la guerra y abriera caminos de paz y reconciliación. Seguimos convencidos que la única opción es culminar con este proceso que nos conduzca a las reformas necesarias para trasformar las condiciones de inequidad e injustica social existentes.

Seguiremos insistiendo en que las victimas sigan estando en el centro de los acuerdos y que los derechos a la verdad, a la justicia, a la reparación integral y a la no repetición de los hechos que condujeron a su victimización, se coloquen en las prioridades de las acciones institucionales y de la destinación de recursos que los hagan posibles.

Quedan pendientes temas que no son menos complejos pero esperamos que se mantenga el compromiso por concertarlos, de manera que muy pronto podamos los ciudadanos conocer y refrendar los acuerdos que nos conduzcan a una paz estable y duradera.

Septiembre 23 de 2015

Nuestras historias

Agenda bilateral con Venezuela debe dinamizarse en beneficio de nuestros pueblos

Comunicado del senador Marco Avirama

Después de los hechos violatorios de los derechos humanos de los colombianos y las incursiones aéreas no reconocidas ocurridas en los últimos días, era difícil esperar una respuesta más clara y comprometida por parte del presidente de Venezuela en el encuentro en Quito. Máxime cuando ya se quemaron las velas en el escenario de la OEA sin lograr un apoyo solidario mayoritario en ese espacio, y cuando estamos hablando en efecto de países que no comparten con Colombia modelos de estado y de desarrollo económico y social.

Por supuesto hubiésemos deseado que se avanzara más teniendo en cuenta la situación crítica que viven nuestros connacionales y sus familias en la frontera, situación que debe ser atendida no solo en la emergencia sino desde una visión de política pública sostenida que responda a las múltiples necesidades que existen y a la lucha contra las estructuras delincuenciales que ejercen control en la región.

Ojalá se hubiese acordado la reapertura de la frontera. Esperamos que la progresiva normalización en la frontera de la cual se habló tenga un ritmo fuerte que permita pronto lograrla. La reunión de ministros este miércoles debería ocuparse de manera prioritaria y pronta de este tema agilizando los mecanismos que permitan llegar a ese objetivo.

De otro lado el gobierno colombiano no puede menos que impulsar todas las acciones bilaterales y ante los organismos regionales de derechos humanos, tendientes a esclarecer los hechos violatorios de los derechos humanos de los colombianos y del derecho internacional. Es necesario que se conozca la verdad sobre los hechos ocurridos, sobre los responsables y sobre los motivos o causas que dieron origen a los mismos.

Nos parece que estas son condiciones que nos deben permitir la convivencia fraterna entre vecinos, el mutuo respeto y facilitar el desarrollo humano integral de los dos pueblos hermanos.

Nuestras historias

El fenómeno del Niño, el cambio climático y el agua

Opinión del senador Marco Anibal Avirama

Lo primero decir que mediante la Resolución 002 de julio de 2014 se creó en el Senado una Comisión accidental de seguimiento al fenómeno del niño con la participación de representantes de las distintas fuerzas políticas en el senado. El objeto de dicha comisión, hacer seguimiento a las consecuencias e impactos del fenómeno del niño en el territorio nacional, especialmente en la población campesina, así como en el transporte, flora y fauna, e incidir en la prevención de las afectaciones.

Esta Comisión, de la cual formamos parte, ha sido inoperante. No ha actuado de manera continuada ni eficaz en cumplimiento de su mandato y así lo señalamos en nuestro reciente informe de rendición de cuentas. Pareciera que la relativa diligencia con que actuaron en su etapa inicial los distintos actores involucrados en la prevención, atención y mitigación de los daños provocados por el fenómeno del niño en muchas regiones afectadas, y en los distintos niveles, nos condujo a bajar la guardia en este tema.

Dado que los impactos de este fenómeno en los primeros meses del 2015, se unieron con la temporada seca habitual de los primeros meses del año, se flexibilizó el seguimiento a dicho fenómeno hasta que nos encontramos con la situación actual, una de cuyas manifestaciones, según reporte de autoridades ambientales, arroja 3.232 incendios que han consumido 76 mil hectáreas de bosques nativos en más de 400 municipios. Disminución de lluvias y desabastecimiento de agua lo acompañan y se proyecta en su fase más dura entre octubre y enero.

Lo segundo, señalar la clara y manifiesta mirada y tratamiento desintegrado y desarticulado desde la institucionalidad a nivel local, regional y nacional, donde los unos tiran la pelota a los otros, y viceversa, y en consecuencia se es menos eficiente y eficaz en las decisiones y acciones que deben enfrentar estos fenómenos.

Y finalmente, recordar e insistir, como nos lo recuerdan científicos estudiosos del tema, que los cambios en este fenómeno afecta el clima de toda la Tierra, por lo que existe una relación entre éste y el cambio climático global que es necesario conocer, pudiendo concluirse que la intervención humana reguladora de la emisión de gases de efecto invernadero tendría un impacto en la reducción de las afectaciones devastadoras del fenómeno de El Niño.

La alteración del clima en la Tierra es generada por factores naturales propios del planeta en su permanente cambio, pero es acelerada por los Gases de efecto invernadero derivado de las actividades humanas -hasta en un 95% según los más recientes estudios- tales como la generación de energía, el transporte, el uso del suelo en ganadería, la deforestación, la industria, el manejo de residuos, dentro de un modelo económico sustentado en la sobre-explotación de los recursos naturales y el consumo desmedido.

Es por estas razones que clamamos por una mirada y un manejo integrado y articulado de los temas climáticos tales como el fenómeno del niño y el calentamiento global, donde el tema del agua deberá tener un lugar principal. Debemos apropiarnos adecuadamente de los recientes estudios sobre el estado de las aguas en el país y sobre el cumplimiento de los compromisos que se llevarán a la cumbre de naciones unidas sobre cambio climático el próximo noviembre en Paris, entre otros.

Llamamos a nuestros colegas a dinamizar la comisión accidental y a comprometernos con un monitoreo riguroso y serio de estos temas que se repiten sin que exista la debida planeación y seguimiento a las políticas públicas y a las responsabilidades de los distintos actores involucrados.

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¿Cuál es el Cauca que queremos?

Comunicado del senador Marco Avirama

"Debemos comenzar a transitar el camino de la reconciliación", aseguró el senador Marco Anibal Avirama.

Bogotá D.C., septiembre 11 de 2015 (Prensa S. Marco A. Avirama).- Para un departamento como el Cauca que arrastra con uno de los índices de pobreza multidimensional más escandalosos del país (72%), es apenas esperable que los futuros mandatarios de la región tengan propuestas para hacer frente a una situación, que afecta de manera especial a la población rural, como quiera que la incidencia de la pobreza rural es casi el doble de la urbana en nuestra región.

Porque es en la zona rural donde se viven las mayores inequidades que afectan tanto a la población campesina, como a las comunidades negras y a los pueblos indígenas; según datos oficiales (IGAC) más de la mitad de los suelos no tienen vocación productiva; 55% son de fertilidad baja y muy baja y menos del 3% de fertilidad alta. Y peor aún, los suelos de alta y moderada fertilidad, se dedican a los monocultivos de caña de azúcar y pino, lo que además afecta su fertilidad.

Adicionalmente son los suelos de baja y muy baja fertilidad los que aportan alimentos para la subsistencia y el mercado regional, con el agravante de que son las zonas que tienen más baja conectividad vial, donde es más cara la producción agrícola y cuentan con escaso apoyo para la producción. Y es en estas tierras en las cuales se concentran los propietarios campesinos minifundistas, las tierras comunales y los territorios de resguardos indígenas, en los cuales, según datos oficiales, menos de la tercera parte es útil para el desarrollo de actividades agrícolas.

Mal puede resolverse esta inequitativa realidad, echando mano del racismo y la ignorancia, proponiendo que el departamento se divida entre un Cauca indígena y "otro con vocación de desarrollo", como algunos plantean. Al contrario, tenemos la obligación de pensar e implementar un ordenamiento territorial y ambiental en donde quepamos todos, y que asegure prioritariamente la producción de alimentos que mejoren las condiciones de vida de nuestros niños y de los más pobres. Seguramente en el debate debemos plantearnos el modelo desarrollo que queremos y que responda a las necesidades humanas y de la naturaleza para seguir perviviendo en la diferencia.

Afirmamos entonces que es desde ahora que debemos comenzar a transitar el camino de la reconciliación y que la paz no surgirá espontáneamente una vez sean firmados y refrendados los acuerdos en La Habana. Quienes aspiran a cumplir con el mandato ciudadano en el Cauca deben tener propuestas y compromisos claros que nos permitan romper con el círculo perverso de violencia y superar los conflictos que tienen raíces en la desigualdad y la discriminación de las mayorías sumidas en la pobreza extrema.

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Sobre la crisis en la frontera colombo-venezolana

"Rechazamos toda acción que estigmatice y divida a dos pueblos que históricamente han sido naciones hermanas": senador Marco A. Avirama.

Bogotá D.C., agosto 25 de 2015 (Prensa S. Marco A. Avirama).-La difícil situación que se ha venido presentando en la frontera entre Colombia y Venezuela deja en evidencia una de las problemáticas menos visibilizadas en nuestro país: La ausencia del Estado en territorios de zona fronteriza.

Del total del territorio colombiano, aproximadamente 6.342Km corresponden a zona fronteriza. De los 5 países que la conforman, Venezuela destaca como el país con mayor frontera terrestre con 2.219km, condición que ha privilegiado a través de la historia el intercambio comercial y demográfico entre ambas naciones.

No obstante, hechos recientes como la deportación de más de 800 colombianos por parte del Gobierno venezolano, ha acrecentado la crisis que en materia de DDHH se viene presentando no sólo con Venezuela, sino con todo el territorio fronterizo. Cada día son más los colombianos que han sido separados de sus familias y despojados de sus bienes con el pretexto de combatir el contrabando y la criminalidad en las fronteras.

En esa dirección, rechazamos toda acción que estigmatice y divida a dos pueblos que históricamente han sido naciones hermanas y solicitamos del Gobierno Nacional, especialmente de la Cancillería, medidas urgentes que permitan salvaguardar los derechos de nuestras comunidades tanto en territorio colombiano como venezolano. Antes de cualquier interés político siempre deben primar los intereses de la comunidad, en especial, cuando son los derechos de los niños y de las familias los que se encuentran de por medio.

Finalmente, hacemos un llamado al Gobierno Nacional para que preste especial atención a las difíciles condiciones que deben afrontar día a día los colombianos que habitan en las distintas zonas de frontera. Ellos al igual que nosotros también son colombianos y reclaman la presencia del Estado.

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Debate de control político sobre víctimas indígenas

COMUNICADO DE PRENSA

Debate de control político sobre víctimas indígenas

Bogotá D.C., junio 1 de 2015 - El 2 de junio en sesión plenaria del Senado se adelantará el debate de control político sobre la implementación del decreto ley 4633 de 2011 "Por medio del cual se dictan medidas de asistencia, atención, reparación integral y de restitución de derechos territoriales a las víctimas pertenecientes a los Pueblos y Comunidades indígenas".

Hace más de 10 años la Corte Constitucional en los Autos de Seguimiento a la Sentencia T -025 de 2004 ha señalado que las condiciones históricas de violaciones graves y manifiestas de los derechos de los pueblos indígenas han facilitado que el conflicto armado produzca un impacto o afectación diferencial en estos grupos poblacionales de especial protección constitucional, de manera que es obligación del Estado atender de manera prioritaria "el mayor riesgo que se cierne sobre los pueblos indígenas, en especial, el del exterminio de algunos pueblos, sea desde el punto de vista cultural en razón al desplazamiento y dispersión de sus integrantes como desde el punto de vista físico debido a la muerte natural o violenta de sus integrantes".

El decreto ley se fija como objeto generar el marco legal e institucional de la política pública de atención integral, protección, reparación integral y restitución de derechos territoriales para los pueblos y comunidades indígenas como sujetos colectivos y a sus integrantes individualmente considerados.

"Esperamos en esta ocasión contar con la presencia de los altos funcionarios de las entidades encargadas de la política pública y de la implementación de este decreto ley, y con la buena disposición a asumir compromisos y responsabilidades cuando han transcurrido ya cuatro años de la vigencia de esta norma sin que se puedan mostrar muchos avances reales en su implementación", aseguró el senador Avirama.

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Senador Avirama integra "Grupo de Amistad entre Colombia y el Parlamento Indígena de América"

COMUNICADO DE PRENSA

Senador Avirama integra "Grupo de Amistad entre Colombia y el Parlamento Indígena de América"

Bogotá D.C., mayo 4 de 2015.- El día de ayer esta corporación recibió una delegación oficial del Parlamento indígena de América, encabezada por su presidente, Ausencio Palacio Pineda.

El Parlamento Indígena de América, PIA, es un organismo continental de carácter permanente donde los Parlamentarios Indígenas de América hacen conocer la problemática que afecta a los indígenas, la analizan y debaten proponiendo medidas adecuadas para su superación.

El PIA tiene su origen en Panamá en 1987 y fue ratificado en la segunda reunión de legisladores indígenas, realizada en Nicaragua al año siguiente. Forma parte del conjunto de instituciones multilaterales del sistema interamericano y representa a los pueblos indígenas del norte, del centro y sur del Continente; está conformado por los legisladores indígenas, que formen parte de los órganos legislativos de los países de América.

El Parlamento Indígena de América se propone entre sus fines:

• Promover la conservación del planeta tierra y del medio ambiente con desarrollo integral de los pueblos y nacionalidades indígenas originarias del continente en ejercicio pleno de los derechos históricos y culturales, equidad, democracia y justicia social.

• Representar y defender los derechos de los pueblos indígenas

• Adoptar las medidas conducentes al respeto y promoción de los derechos individuales y colectivos de los Pueblos Indígenas

• Velar por el estricto respeto a los derechos humanos de los pueblos indígenas de América y luchar por la supresión de toda forma de discriminación en América;

• Apoyar las exigencias de los pueblos indígenas de América en el ámbito internacional, respecto al justo reconocimiento de sus derechos.

Con ocasión de esta visita y mediante la Resolución 034, la presidencia del senado creó la Comisión Accidental "Grupo de amistad e integración entre Colombia y el Parlamento indígena de América", cuya finalidad es promover y cumplir con los fines del PIA, buscando que los derechos de los diferentes pueblos indígenas estén debidamente representados y defendidos. Son miembros principales de este grupo los senadores indígenas y se designa al secretario general del Senado como secretario del mismo.

Esperamos que esta iniciativa contribuya a un mejor entendimiento de la problemática específica de los 102 pueblos indígenas de Colombia en la perspectiva de la garantía de sus derechos colectivos y de la pervivencia física y cultural de los mismos.

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Mantenerse en el propósito de desescalar el conflicto y lograr la paz

Bogotá D.C., abril 20 de 2015.- Menos de una semana después de que cientos de miles de ciudadanos nos movilizáramos en apoyo a la paz, por la terminación del conflicto armado interno y no más víctimas, la muerte de 11 soldados en una emboscada de las FARC al anochecer del 14 de abril, vuelve a poner en cuestión la agenda de negociación de La Habana.

Cuatro días antes las comunidades indígenas caucanas reclamaban por el asesinato del integrante de la Guardia Indígena Guillermo Paví Ramos, por disparo de arma de fuego a manos del ESMAD y una semana más tarde reportan el secuestro y posterior asesinato de seis comuneros, por parte de hombres fuertemente armados.

Estos lamentables hechos siguen ocurriendo en tierras del Cauca donde la permanente presencia de distintos actores armados ocasionan violaciones sistemáticas de los derechos humanos de campesinos e indígenas por razón del conflicto armado y por factores asociados al mismo, tales como la minería ilegal, como lo señalara la Corte Constitucional.

Es en el marco de la ocurrencia de estos eventos que llamamos a mantenemos firmes en el reclamo de cesar la guerra, de proseguir con el desescalamiento del conflicto armado, de continuar sentados en La Habana hasta finalizar la agenda de negociación. En un complejo contexto de conversaciones en medio del conflicto, exigimos que cesen los enfrentamientos armados en áreas y bienes habitadas o usados por la población civil, y se adelanten las investigaciones que conduzcan al establecimiento de la verdad sobre todos estos hechos violentos.

En un departamento tan golpeado por la guerra y donde se ha recrudecido el conflicto armado en las últimas semanas, planteamos la necesidad de considerar el territorio rural caucano como uno de los pilotos donde se inicie la limpieza y descontaminación de minas antipersona, artefactos explosivos improvisados, municiones sin explotar y restos explosivos de guerra. Esta podría convertirse en una ocasión para desescalar el conflicto y garantizar un poco de paz a sus comunidades rurales.

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Privilegiar las vías del diálogo y la concertación en el norte del Cauca

Bogotá D.C., marzo 9 de 2015.- Cerca de un centenar de heridos y dos indígenas muertos es el lamentable saldo a diez días de que comenzaran las acciones de desalojo por parte de la fuerza pública de centenares de indígenas que reclaman la atención a la situación de déficit de tierras que les garantice una vida con bienestar, y el cumplimiento de acuerdos suscritos por distintas administraciones en las últimas dos décadas para atender esta problemática.

Estas demandas están estrechamente ligadas a sus planes de vida que consideran vital la sostenibilidad ambiental de los territorios que poseen, en beneficio no solo de sus comunidades sino de las poblaciones que se verían impactadas por la presión sobre los recursos naturales como el agua.

Esta ya grave situación tiende a agravarse por cuanto circulan amenazas de grupos paramilitares contra la vida e integridad de sus autoridades y líderes que en su decir, serian objeto de una limpieza social ejecutada por estos grupos.

Urgimos al gobierno nacional para que reconozca como interlocutores a las autoridades indígenas, que son autoridades públicas de carácter especial, que han mostrado históricamente su disposición al diálogo y a la solución concertada de los conflictos y que han sostenido pública y reiteradamente no necesitar de actores armados o civiles que representen sus intereses o hablen en su nombre.

Hacemos un llamado a que se privilegien las vías del diálogo y la concertación para buscar salidas a una problemática que no se resuelve con el uso de las armas y la fuerza, y antes por el contrario incrementa la espiral de violencia que aleja las posibilidades de una solución en equidad.

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Control político sobre el derecho de los indígenas a la consulta previa

El martes 30 de septiembre se llevará a cabo en la plenaria del Senado de la República el debate de control político propuesto por la Bancada indígena, sobre el derecho fundamental a la consulta previa, libre e informada de los pueblos indígenas.

Se ha convocado para este debate a los Ministros del Interior, Ambiente y desarrollo sostenible, Minas y Energía y Transporte, así como al Contralor General de la República y al Procurador General de la Nación.

Este debate cobra especial relevancia cuando desde distintos medios se habla de un proyecto de ley que estaría siendo construido entre los empresarios del sector minero energético y de hidrocarburos y funcionarios del gobierno, desconociendo el derecho fundamental de los pueblos indígenas y sus organizaciones representativas a ser consultados con la finalidad de obtener su consentimiento, de manera previa, libre e informada sobre medidas legislativas y administrativas que los afecten en su vida y territorios.

A la fecha han sido múltiples los intentos de reglamentación de este derecho fundamental por parte del gobierno colombiano, todos ellos marcados por la ausencia de concertación y consulta previa a los Pueblos Indígenas, a sus autoridades y organizaciones representativas, los cuales han estado dispuestos a concertar protocolos de consulta que tomen en consideración la diversidad de los 102 pueblos existentes, así como sus distintos proyectos de vida y concepciones del desarrollo y el buen vivir que quieren.

Descargue la exposición de motivos y el proyecto de ley.

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Cancillería debe informar sobre atropellos a indígenas en la frontera con Venezuela

 

"Estos crímenes forman parte de los atropellos que de manera sistemática y continuada, vienen cometiendo miembros de la fuerza pública venezolana en los últimos meses": senador Marco Anibal Avirama.

Desde el pasado mes de mayo hemos llamado la atención del Gobierno Nacional sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas por miembros de la guardia venezolana, contra distintos pueblos indígenas que habitan en la frontera con Venezuela, en el departamento de Guainía que colinda con el Estado del Amazonas, desconociendo el derecho a la doble nacionalidad de que gozan estos pueblos.

De acuerdo con las últimas denuncias hechas por las comunidades indígenas, sus organizaciones representativas, y la Defensoría del Pueblo, la pasada semana un indígena del Pueblo Puinave, Luis Rodríguez, fue asesinado con arma de fuego, presuntamente por integrantes de la Guardia venezolana, cuando se dedicaba junto con otros comuneros a la minería artesanal. En los mismos hechos resultó herida una mujer indígena, tres mujeres denunciaron que fueron abusadas sexualmente, les decomisaron el producto de varios meses de trabajo y se provocó el desplazamiento de más de 300 indígenas.

Estos crímenes forman parte de los atropellos que de manera sistemática y continuada, vienen cometiendo miembros de la fuerza pública venezolana en los últimos meses, consistentes en detenciones arbitrarias, decomiso ilegal de sus bienes, vulneración del derecho al libre tránsito de personas y suministros, entre otros.

Exigimos a la Cancillería colombiana que entregue un informe sobre los hechos denunciados y las gestiones adelantadas para garantizar los derechos individuales y colectivos de los indígenas que viven en la frontera, se judicialice a los responsables de los delitos mencionados, se obtenga la repatriación del cuerpo del indígena asesinado y la reparación por todos los daños causados.

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Gobierno e indígenas acuerdan incorporar el sistema propio de salud indígena

 

"Hacemos un llamamos para que tramiten la proposición aditiva al Proyecto de Ley Estatutaria de Salud, acordada entre Minsalud  y los delegados indígenas": senador Aníbal Avirama (Mov Indígena).

A lo largo de los últimos tres años, en condiciones muy difíciles, los pueblos y las organizaciones indígenas han venido trabajando en la construcción de una Política Pública de Salud para los Pueblos Indígenas, concebida como un sistema de salud intercultural, a partir de sus leyes de origen y derecho propio, buscando la articulación con las entidades de salud del Estado, y ser propositivos en vista de la reforma de la salud, que se proyectaba.

Mediante la Ley 1450 de 2011, el Gobierno Nacional protocolizó la consulta previa del "Plan Nacional de Desarrollo 2010‐2014, Prosperidad para todos", con los pueblos indígenas. En lo referente al capítulo sobre Salud, los acuerdos con los pueblos indígenas ordenan:

1. La política pública de salud, con enfoque diferencial debe estar construida conjuntamente entre el Gobierno nacional y los pueblos indígenas para un buen vivir.

2. El Estado en sus tres niveles de organización, y en cabeza del Ministerio de la Protección Social, concertará con las autoridades y organizaciones indígenas la estructuración, desarrollo e implementación del SISPI (Sistema Indígena de Salud Propia e Intercultural) en todos los componentes concertados, para lo cual dispondrá de los recursos necesarios.

3. Crear formalmente y apoyar la gestión de la Subcomisión de Salud de la Mesa Permanente de Concertación con Pueblos y Organizaciones indígenas, como un escenario de construcción colectiva de las Políticas Públicas en Salud de los Pueblos Indígenas, dentro de los seis meses siguientes a partir de la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo.

Año y medio después del plazo acordado, en la sesión de la Mesa Permanente de Concertación realizada el pasado 13 de junio, las autoridades y organizaciones indígenas representativas que integran este espacio, incluidos los senadores Indígenas, acordaron con el Ministro de Salud, adicionar el Proyecto de Ley Estatutaria de Salud que se tramita en el Congreso, de manera que se empiecen a dar pasos de avance en el cumplimiento de los acuerdos mencionados que buscan construir e implementar, con el apoyo del Estado, un Sistema Intercultural de Salud Propia Indígena – SISPI- para garantizar las condiciones de armonía y buen vivir de los pueblos Indígenas como un derecho fundamental y que además permita recuperar y fortalecer la medicina tradicional.

Hacemos un llamado al Gobierno Nacional y al Congreso de la República para que incorporen y tramiten la proposición aditiva al Proyecto de Ley Estatutaria de Salud, acordada entre el Ministro de Salud, como representante del Gobierno Nacional, y los delegados indígenas en la Mesa Permanente de Concertación.

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La Alianza Social Independiente podrá tener candidatos por la circunscripción especial indígena

 

El anuncio lo hizo el Senador Avirama para los próximos comicios al Congreso de la República y reiteró que mantendrá su personería jurídica.

El pasado 23 de mayo actuando en calidad deSenador Indígena y representante político del Partido Alianza Social Independiente, Marco Aníbal Avirama, radicó ante la Secretaría del Tribunal Administrativo de Cundinamarca acción de tutela con el fin de garantizar los Derechos Políticos Fundamentales de las minorías étnicas que se obtuvieron con la Constitución de 1991, que se materializan con las dos curules especiales indígenas de Senado y la Cámara Especial Indígena.

En consonancia al concepto emitido por el Consejo de Estado sobre el alcance del inciso 2° del artículo 28 de la Ley 1475 del 2011, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca en fallo del 7 de junio del 2013 decretó:
"Tutélense los derechos fundamentales a elegir y a ser elegido, a la participación política y representación de las minorías étnicas, al señor Marco Aníbal Avirama Avirama y al partido Alianza Social Independiente. En consecuencia, ordénese a la Registraduría Nacional del Estado Civil, que dentro del término consagrado en la resolución 1444 de 2013, permita la inscripción de listas de minorías étnicas por parte del citado partido."


Con base en el fallo de primera instancia, le es dable al Partido Alianza Social Independiente seguir representando así como lo ha hecho por más de 20 años a las comunidades indígenas de Colombia.

Se resalta la labor de la Procuraduría General de la Nación quien por medio de la Comisión Nacional de Control y Asuntos Electorales Grupo de Apoyo, prestó toda la colaboración para garantizar los derechos de las minorías étnicas a participar en el próximo debate electoral, por cuanto los derechos políticos fundamentales de participación política se estaban viendo amenazados.

De igual manera se reafirma el compromiso de promover la consulta previa para que sean las comunidades, cabildos y autoridades indígenas las que determinen lo concerniente a la forma de participación política para aspirar a las credenciales indígenas, resolviendo así y de una vez por todas el vacío jurídico que hoy existe en lo concerniente a la circunscripción especial indígena.

Prensa Senador Avirama

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Tutela resolvería imposibilidad de inscripción de candidatos al Senado por circunscripción indígena

 

El senador Marco Aníbal Avirama (ASI), interpuso una acción de tutela ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, en contra del Mininterior por lesionar los derechos políticos de organizaciones y autoridades indígenas.

En días pasados el senador indígena por la ASI, Marco Aníbal Avirama, interpuso una acción de tutela ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, en contra del Ministerio del Interior, ante la gravísima e inminente lesión a los derechos políticos de organizaciones y autoridades indígenas ganados en la constitución del 91 y que se materializa en las dos curules especiales indígenas de Senado y la Cámara especial indígena.

El marco legal vigente no permite que en las próximas elecciones las curules indígenas sean ocupadas, toda vez que no hay reglamentación alguna que permita siquiera la inscripción de ciudadanos indígenas para aspirar a estas credenciales.

Como consta en lo expresado el Consejo Nacional Electoral en respuesta a un derecho de petición que presentara el senador, "(...) a la fecha, para las próximas elecciones al Congreso de la República, no se encuentra regulado ningún mecanismo o trámite que permita o posibilite la inscripción de candidaturas para la circunscripción especial de minorías étnicas".

A su vez el Procurador General de la Nación expresó mediante comunicación enviada al ministro del Interior, Fernando Carrillo que, "Las agrupaciones políticas y movimientos sociales de naturaleza étnica tendrían que afrontar el proceso eleccionario del 2014 en las mismas condiciones y exigencias que rigen para los partidos y/o movimientos políticos y grupos de ciudadanos creados para la participación en circunscripciones ordinarias, ante lo cual se podría afectar su derecho de postulación y, por ende, la protección del Estado sobre las minorías étnicas".

Todo surge porque mediante la Sentencia C-490 de 2011, la Honorable Corte Constitucional en ejercicio del control previo revisó el proyecto de Ley Estatutaria número 190 de 2010 Senado, 092 de 2010 Cámara "por la cual se adoptan reglas de organización y funcionamiento de los partidos y movimientos políticos, de los procesos electorales y se dictan otras disposiciones" y en relación con el artículo 28 realizó las siguientes declaraciones.

Declaró exequible el inciso 2° que establece: "Los Partidos y Movimientos Políticos con Personería Jurídica podrán inscribir candidatos y listas para toda clase de cargos y corporaciones de elección popular, excepto para la elección de congresistas por las circunscripciones especiales de minorías étnicas".

Declaró inexequible el inciso 3°, por la omisión del Gobierno Nacional del deber de promover la Consulta Previa a las minorías étnicas frente a las medidas legislativas que los afectan; éste consagraba:

(Inciso 3. Inexequible) En las circunscripciones especiales de minorías étnicas la inscripción de las listas sólo podrá ser realizada por partidos y movimientos que hubiesen obtenido su personería jurídica con fundamento en el régimen excepcional previsto en la ley para tales minorías o por organizaciones sociales integradas por miembros de dichas comunidades reconocidas por el Ministerio del Interior y de Justicia.

Adicionalmente, el pasado 18 de abril, el Consejo de Estado, a través de la Sala de Consulta y Servicio Civil, respondiendo a cuestionario formulado por el Ministerio del Interior, emitió concepto en torno a este tema, en los siguientes términos:

"1. ¿si el inciso segundo del artículo 28 de la Ley 1475 de 2011 que prohíbe a los partidos con personería jurídica presentar candidatos a la circunscripción de minorías étnicas incluye también aquellos partidos y movimientos políticos que adquirieron su personería jurídica al haber obtenido curul en las circunscripciones especiales de minorías étnicas?.

No. La prohibición establecida en el inciso 2° del artículo 28 de la ley 1475 de 2011, no se aplica a los partidos y movimientos políticos que adquirieron su personería jurídica al haber obtenido curul en las circunscripciones especiales de minorías étnicas.

2. ¿Estos partidos o movimientos minoritarios étnicos con personería jurídica pueden presentar de manera simultánea candidatos a las circunscripciones ordinarias y las minorías?

Sí. Por cuanto no existe una norma que así lo prohíba y porque además resultaría discriminatorio para los intereses de los partidos que representan estas comunidades, sin que exista un fin constitucional que así lo justifique"

La acción de tutela presentada apunta a dos pretensiones concretas: la primera, que se ordene al Ministerio del interior realizar la consulta previa con las organizaciones y autoridades indígenas para que sean éstas las que determinen lo concerniente a la regulación de la forma de postulación y aval para aspirar a las credenciales indígenas, y la segunda, que teniendo en cuenta los tiempos del calendario electoral no sería posible la realización de la consulta previa antes del cierre de la inscripción de candidatos al Congreso para las elecciones de marzo del próximo año, se permita que la Alianza Social Independiente (ASI) por esta vez, y como lo ha hecho en las dos últimas décadas, avale e inscriba candidatos por la Circunscripción Especial Indígena. Estamos en espera de la decisión judicial.

Prensa senador Avirama

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"Nosotros no estamos en contra de los diálogos, los felicitamos y saludamos"

 

El Congresista añade que "creemos que ese es el camino. Lo que no podemos aceptar es que mientras se dialoga, se sigan cometiendo faltas gravísimas en nuestro territorio".

De esta manera los indígenas del Cauca responsabilizan a las FARC del asesinato de su médico tradicional Benancio Taquinás, de la muerte de un menor de edad y de otros 10 indígenas Nasa este año.

Para Los indígenas del Cauca, las FARC siguen reclutando indígenas, enterrando minas antipersonal cerca a escuelas rurales, obligando al desplazamiento en Toribío, Jambaló, Caloto, Miranda, Corinto y Santander de Quilichao.

Desde hace más de 20 años los indígenas del Cauca vienen reclamando y exigiendo a los actores armados que respeten la autonomía de las comunidades, la vida de las personas y el ejercicio de la justicia propia y el control territorial.

Han insistido en la desmilitarización de los territorios, la exigencia para que tanto el Ejército como las FARC desmonten sus bases militares y campamentos en territorio indígena, y para que dejen de utilizar los bienes civiles para usos de guerra. Persisten en la exigencia del cese inmediato de reclutamiento de menores o su vinculación como informantes, la violencia sexual como arma de guerra contra las mujeres y el uso de minas y armas de efecto indiscriminado.

La Asamblea de indígenas ha juzgado a los indígenas que han sido detenidos como presuntos milicianos de las FARC y han aplicado los remedios de acuerdo con su sistema propio de justicia, siempre pensando y actuando en la necesidad de armonizar la vida en sus territorios y buscar la pervivencia de las comunidades indígenas que tanto daño siguen sufriendo en medio de este conflicto armado.

Defender la vida y la autonomía de las comunidades es el mandato que reciben las autoridades indígenas y sus organizaciones. Recordamos a los actores armados que los territorios indígenas son bienes culturales especialmente protegidos por el derecho internacional humanitario, y por tanto deben ser excluidos de las acciones militares.

Condenamos con toda nuestra convicción a los actores de esta guerra responsables de la muerte de los comuneros Nasa, de segar la vida de los jóvenes, del asesinato de los mayores Marden Betancourt, Cristóbal Sécue, Aldemar Pinzón, Mauricio Girón, Venancio Taquinás, entre muchos, bajo los señalamientos de ser colaboradores de las fuerzas militares.

Cuando los protagonistas de la guerra se encuentran en La Habana en un proceso de negociación que celebramos, los indígenas del Cauca han dirigido comunicaciones en las que señalan que "solo en el norte del Cauca y Caldono 70 comuneros y comuneras han sido asesinados; otros han muerto por las minas antipersona, la mayoría niños y niñas. De todos esos asesinatos, la tercera parte han sido causados por combatientes o milicianos de las FARC o por minas sembradas por ellos, otra tercera parte por el ejército y los paramilitares, y el resto no hemos podido establecer el responsable".

Exigen que se materialice el compromiso de no afectar ni poner en riesgo la seguridad de la población civil, el respeto a las autoridades y los sistemas propios de justicia y control territorial, la prohibición absoluta y sin excepciones de proferir amenazas, ejecuciones sumarias contra autoridades, líderes o comuneros, sobre todo las mujeres Nasa, y la entrega inmediata de los jóvenes reclutados.

Prensa senador Marco Avirama

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La Alianza Pacífico y su impacto en la producción nacional

 

"No podemos seguir corriendo como galgos tras su presa cada vez que se plantea una nueva iniciativa de libre comercio": senador Marco Aníbal Avirama.

Los debates sobre los tratados de libre comercio en el Congreso tienden a convertirse en debates express que no están permitiendo escuchar a los sectores más afectados, y entre estos a los más vulnerables y débiles en las largas cadenas de los negocios internacionales.

Pero estas alianzas de libre comercio no son solo un asunto económico ni de cifras, sino fundamentalmente de política que implica la decisión de los diferentes entes estatales motivados por razones de interés nacional y de beneficio público.

No podemos seguir corriendo como galgos tras su presa cada vez que se plantea una nueva iniciativa de libre comercio. Es necesario profundizar en los mecanismos de seguimiento y evaluación periódica que nos permita ir viendo los alcances de la puesta en marcha de las alianzas ya firmadas para los sectores claves de nuestra economía y fundamentalmente para los pequeños y medianos productores agrícolas y ganaderos que subsisten de su actividad y nos proveen y aseguran la provisión de alimentos. No podemos seguir creyendo que en todos los procesos de integración en los que participemos salimos automáticamente gananciosos por el solo hecho de estar allí sentados.

Luchar por la eliminación del hambre y la pobreza, asegurar la provisión de alimentos para los nacionales y entre ellos, para los más pobres y desprotegidos, desarrollar una política sostenida para generar capacidad científica y tecnológica, implementar una infraestructura física que garantice el acceso y comercialización de los productos del campo colombiano, son condiciones que estamos aún lejos de cumplir.

Podemos percibir muchas veces que el Estado y gobierno colombianos van definiendo las políticas nacionales y sectoriales acomodándolas a las exigencias y los compromisos de los acuerdos que se suscriben, cuando pensamos que el proyecto de desarrollo nacional que asegure el bienestar de los colombianos, con equidad y justicia, es el que debe condicionar nuestra posición en las mesas de negociaciones comerciales con otros países.

Las protestas sociales de los últimos meses y las que seguramente se promoverán en el futuro inmediato, muestran precisamente que no existen políticas públicas que ataquen los problemas estructurales que nos aquejan y que mal pueden ser enfrentados con planes de choque sucesivos.

Se ha dicho por distintos sectores que el Acuerdo Comercial Alianza Pacífico requiere esfuerzos para reconvertir la ganadería, subsisten problemas para la admisibilidad sanitaria, el sector lácteo sigue afectado por sus escasas condiciones de competitividad y los productores agrícolas estarían afectados por la desgravación arancelaria de los llamados productos sensibles. No creemos que la rápida evaluación, encargada por el Presidente de la República al Departamento Nacional de Planeación, sobre los impactos de la Alianza Pacifico en el sector agropecuario nacional sustituya la necesidad de hacer un ejercicio serio y participativo sobre este tema.

Debemos considerar las propuestas de los sectores respectivos, de retirar el tema lechero de las negociaciones, de que se excluya la lista de bienes sensibles del sector agropecuario, entre otras que pudieren surgir con énfasis en temas de carácter social.

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Continúan las violaciones a la vida e integridad de los Pueblos Indígenas

 

 

"La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), reporta 104 asesinatos en 2012, de los cuales 21 corresponden a líderes indígenas":  senador Marco Aníbal Avirama (Mov Indígena).

Bogotá D.C 06 de mayo 2013.- El conflicto armado interno sigue siendo la principal causa de muerte para los indígenas de las regiones de Cauca, Nariño, Risaralda y Chocó, como lo informa la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), que reporta 104 asesinatos en 2012, de los cuales 21 corresponden a líderes indígenas.

Los muertos han sido víctimas de asesinatos selectivos, de minas antipersonales, de combates entre grupos armados ilegales y legales, así como de desnutrición o falta de atención médica en el caso de menores de edad.

Entre los más golpeados se cuentan los pueblos Nasa, Embera y Awá, aunque se extiende a otros pueblos donde además del conflicto armado se convive con el accionar del narcotráfico y la lucha por territorios que alojan cantidades importantes de minerales. La ONIC afirmó que en 2012, se registraron 44 eventos de desplazamiento masivo de indígenas, que obligaron a 2.722 familias, integradas por 12.304 personas, a abandonar sus viviendas, principalmente en Cauca y Nariño.

El año que corre la situación sigue siendo igual o peor ante la mirada indolente de autoridades y organismos de investigación y control. El Gobernador indígena del Pueblo Embera, Ceferino Domicó fue asesinado por desconocidos el 17 de abril en Tierra Alta, Córdoba. En la madrugada del 22 de abril fueron torturados y asesinados por hombres armados que ingresaron al Resguardo Inda Guacaray, municipio de Tumaco, dos indígenas Awá, Juan Carlos García Paí de 37 años y Pastor Enrique García de 33 años. El mismo día, en el Corregimiento La Guayacana fue asesinado la autoridad mayor José Enrique Guanga Guanga, con un impacto de bala. El líder espiritual y Guardia Indígena Nasa Benancio Taquinás fue asesinado en Jambaló, Cauca, el 18 de abril. El líder y docente Indígena del Pueblo Embera Chami, Luis Irlan Siagama Caisales, fue asesinado el día 27 de abril de 2013 en el Rio San Juan.

El pueblo Sikuani se ha visto obligado a movilizarse en Puerto Gaitán, Meta, frente a los constantes atropellos e incumplimientos de la multinacional Pacific Rubiales.

Las comunidades de los resguardos Alto Unuma y El Tigre, adelantan una jornada de movilización en reclamo por los constantes incumplimientos de los acuerdos concertados desde el 2010 con la multinacional petrolera Pacific Rubiales Energy.

Seguimos rechazando las concesiones que el Gobierno ha otorgado a esta multinacional, que permiten el saqueo indiscriminado de las riquezas existentes en territorios indígenas dejando a la población en condiciones de extrema pobreza y profundizando los riesgos de extinción de sus culturas.

Nos seguimos preguntando dónde están la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, la Fiscalía General, cumpliendo con el mandato constitucional de garantizar la vida y pervivencia cultural de los pueblos indígenas del país.

 

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Urge recordar y garantizar los derechos de las víctimas del conflicto

 

"El tema de protección no encuentra atención adecuada ni oportuna mientras las amenazas se multiplican y se concretan en los asesinatos de hombres y mujeres": senador Marco Avirama (Mov Indígena).

A dos meses de cumplirse dos años de sancionada la Ley de Víctimas y Restitución de tierras, y a quince meses de expedidos los decretos con fuerza de ley, consultados con los pueblos indígenas y las comunidades negras, tanto las victimas como los entes de control coinciden en señalar escasos resultados en la implementación de estas normas.

Sin desconocer los pasos dados en el montaje de la institucionalidad para atender los mandatos de estas normas, persisten las limitaciones estructurales señaladas por estos organismos, tales como la descoordinación institucional Nación-entidades territoriales y la poca claridad sobre sus responsabilidades y competencias, la escasa apropiación de la política pública y los enfoques diferenciales en la atención y reparación integral a las víctimas, la falta de claridad sobre los recursos financieros necesarios para cumplir con el mandato de la ley, la poca capacidad de las instituciones encargadas de implementarla, cuando no la falta de voluntad y compromiso de algunas.

Existe un rezago en la creación del registro único de victimas que, de acuerdo con la ley, debió haberse cumplido en junio del pasado año, lo cual imposibilita que se preste la ayuda humanitaria de emergencia, entre otros; existen nudos no resueltos en el tema de estabilización socioeconómica de las víctimas, no se garantiza el goce efectivo de sus derechos a la salud, la vivienda y el empleo digno.

El tema de protección no encuentra atención adecuada ni oportuna mientras las amenazas se multiplican y se concretan en los asesinatos de hombres y mujeres, al punto que 50 personas vinculadas a procesos de defensa, restitución y reparación de las víctimas, han sido asesinadas desde la promulgación de la ley.

Las víctimas siguen reclamando una real, efectiva y adecuada participación en los distintos niveles y espacios donde se busca materializar sus derechos, incluida la Mesa de La Habana. Su reconocimiento como actores de paz se hace necesario para ir ambientando mejores condiciones para el postconflicto.

Verdad y justicia siguen siendo esquivas para las victimas ya que los crímenes en su contra continúan en la impunidad, y con ellas persiste la deuda de identificar los patrones de violencia sistemática ejecutados por los actores armados, así como los intereses políticos y económicos asociados a ellos, para que tengamos en la memoria los horrores vividos y se garanticen condiciones para que no se repitan estos crímenes. Esta debe ser una demanda de toda la nación colombiana.

Gestos de buena voluntad y pasos de avance en la idea de que no se sigan multiplicando las víctimas del conflicto, serían el desminado de las zonas rurales y la entrega de los menores reclutados para la guerra, así como el decidido desmantelamiento de las estructuras criminales que siguen forzando al desplazamiento y atentando contra la vida e integridad de las víctimas, sus organizaciones y comunidades de pertenencia.

Más allá de los actos simbólicos, necesarios para visibilizar a las víctimas del largo conflicto armado interno que hemos vivido, urge ponerle una decidida voluntad a los resultados en términos de atención, reparación integral y restitución, así como al establecimiento de la verdad y el acceso a la justicia por parte de las víctimas.

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Bombardeos indiscriminados sin previa consulta al territorio indígena de Caño Mochuelo

 

"Hago un llamado urgente al Mindefensa para que respeten la integridad física de indígenas y campesinos del sector donde se registran combates": senador Marco Aníbal Avirama (Mov Indígena).

Concejales del Municipio y autoridades de las comunidades indígenas de Caño Mochuelo, Municipio Hato Corozal, en el departamento del Casanare, nos informan que hace unas horas, helicópteros y aviones de la Fuerza Aérea, están bombardeando dos pistas aéreas en Morichito y Getsemaní, poniendo en grave riesgo la vida de indígenas, sobretodo de mujeres y niños que se movilizan por esta zona y realizan actividades cotidianas en la zona boscosa cercana a las mismas.

Hago un llamado urgente al Ministerio de Defensa Nacional para que cesen estas acciones, así como a los organismos del Ministerio Público para que intervengan de manera inmediata para resguardar la vida e integridad física y territorial de los comuneros indígenas y se garantice el derecho a la previa consulta y concertación con las autoridades indígenas, que son autoridades públicas, antes de adelantar este tipo de acciones, tal como ha sido ordenado por los altos tribunales de justicia nacionales e internacionales.

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El país debe escuchar a las mujeres como actoras de paz

 

"Estoy convencido que andar los caminos de la reconciliación y la paz sin contar con ellas, no es posible": senador Marco Anibal Avirama (Mov. Indígena).

En este 8 de marzo en que el mundo renueva sus propósitos de reconocimiento de los derechos de las mujeres, quiero poner de manera especial la mirada sobre las mujeres víctimas del conflicto armado en Colombia, no solo por tratarse de uno de los sectores de población más agredidos y violentados, sino porque estoy convencido que andar los caminos de la reconciliación y la paz sin contar con ellas, no es posible.

Es una sociedad enferma aquella que permite y permanece en silencio frente a la violencia contra mujeres y niñas, ya sea en su espacio familiar, laboral, hasta la epidemia que se vive en situaciones de guerra como la que vive Colombia, y en especial el Cauca, de la cual son responsables los actores violentos, pasando por los grupos paramilitares y guerrilleros, por agentes de la fuerza pública, y el mismo Estado que no garantiza a las víctimas el acceso a una pronta y cumplida justicia.

Distintos organismos internacionales y nacionales consideran que los graves efectos que provoca el conflicto armado interno, adquieren una especial dimensión en las mujeres y niñas indígenas. A la discriminación, la exclusión, las violencias cotidianas, se suman los crímenes cometidos en contra de ellas, por parte de los actores armados, que las hace víctimas de violencia sexual y enamoramiento como táctica de guerra, reclutamiento y prostitución forzada, embarazos no deseados, desplazamiento forzado y asesinatos, que no solo las afecta a ellas y sus familias, sino que causan enormes daños en sus comunidades y pueblos.

Adicionalmente estos hechos permanecen en la total impunidad ya que la justicia ordinaria no se encuentra habilitada para atender adecuadamente a las víctimas de estos delitos, los funcionarios desconocen los derechos de pueblos y mujeres indígenas, no se cuenta con traductores en los procesos judiciales, y no se admiten peritos especializados que permitan identificar las afectaciones de estos crímenes en las mujeres indígenas y en sus comunidades.

La inversión de capitales nacionales y extranjeros en zonas cercanas a territorios indígenas o directamente en ellos, mediante proyectos minero- energéticos o de infraestructura, atrayendo a los actores armados y al ejército como factor de seguridad para esas inversiones, sin respeto al derecho a la consulta previa, libre e informada, es una de las principales preocupaciones de los pueblos y mujeres indígenas, por cuanto la experiencia ha mostrado que estos proyectos vienen acompañados de violaciones sistemáticas a su integridad cultural, sus territorios y los recursos existentes en los mismos.

Hacemos un llamado para que en este día tomemos conciencia del papel que juegan las mujeres en general, pero especialmente las mujeres de pueblos indígenas y comunidades negras, en defensa de la vida y los recursos que la sostienen, y las escuchemos y acompañemos como actoras de paz y reconciliación nacional.

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Privilegiar el diálogo y la búsqueda de soluciones sobre el uso de la fuerza

 

"Lo justo, conveniente y necesario es que se atiendan los reclamos de la mayoría de caficultores": senador Marco Aníbal Avirama (Mov Indígena).

Cuando se cumple la tercera jornada del paro cafetero en el país, todos coincidimos en que los cafeteros están atravesando una crisis severa principalmente por la disminución en la producción y en el precio, así como por los altos costos de abonos e insecticidas, a lo que se suma que muchas familias caficultoras se ven abocadas a la quiebra y ya están en curso procesos de embargo judicial de sus propiedades ante la imposibilidad de pagar las deudas con los bancos.

Esta situación que ha venido agravándose en los últimos meses, afecta a más de medio millón de familias campesinas, comunidades indígenas y negras, que derivan sus ingresos del cultivo del café. Las medidas tomadas por el Gobierno Nacional han sido insuficientes y no han atendido los temas estructurales que han demandado los caficultores en distintas regiones del país, agrupados en el Movimiento Nacional por la Defensa y la Dignidad Cafetera.

Es de lamentar que el saldo de esta protesta social incluya más de 60 personas heridas por el uso de la fuerza antimotines, tal como sucedió en la vereda el Descanso, Territorio Ancestral Sath Tama Kiwe (Caldono-Cauca) donde el ESMAD hirió gravemente a varios comuneros que debieron ser hospitalizados, y han procedido a detener a los manifestantes, causando daños materiales en algunas viviendas del lugar. Esta situación se repite en otros departamentos y se agrava en la medida que servidores públicos hacen señalamientos irresponsables que ponen en riesgo la vida e integridad de los caficultores que participan en la movilización pacífica y que viven en zonas afectadas por el conflicto armado interno.

Lo justo, conveniente y necesario es que se atiendan los reclamos de la mayoría de caficultores planteando alternativas y soluciones concretas a corto y mediano plazo, que se prioricen las vías del diálogo y la concertación sobre el uso de la fuerza, y se generen canales de comunicación sin más condiciones, es el llamado que hacemos al Gobierno Nacional.

Nuestras historias

Senador Avirama llama al Gobierno a cumplir acuerdos con Organizaciones indígenas y sociales

 

Por cuanto no se instalaron las mesas de discusión temática y los megaproyectos continúan sin cumplir con las obligaciones de las licencias ambientales ni la consulta previa.

En mayo del pasado año organizaciones cívicas, indígenas y campesinas del centro oriente del país acordaron y realizaron una Jornada de movilización pacífica de exigencia a las empresas petroleras y al Estado Colombiano, por los daños ambientales y sociales, así como por la violación de derechos humanos asociados a la actividad de las empresas en la región.

Casi un año después, las organizaciones sociales afirman que los compromisos asumidos por el Estado y dichas empresas se han incumplido, ya que no instalaron todas las mesas de discusión temática, las obras y megaproyectos continúan avanzando sin cumplir con las obligaciones impuestas por las licencias ambientales ni reconocer el derecho a la consulta previa de las comunidades indígenas, no se ha firmado el decreto reglamentario del espacio
regional de interlocución con el Estado y las empresas, entre otros.

Por estas razones dichas organizaciones volvieron el pasado 21 de enero a retomar la jornada de movilización pacífica, y ante la indiferencia del gobierno nacional y las empresas OXY, ECOPETROL, PACIFIC RUBIALES, declararon un Paro Cívico a partir del día de hoy, el cual ya ha provocado heridos, detenidos y el aborto de una mujer indígena embarazada, en la vía que conduce de Tame a
Arauca.

Llamamos al Gobierno Nacional para que a través del Ministerio del Interior actúen para prevenir mayores consecuencias y atiendan las justas reclamaciones de campesinos e indígenas de la región afectados por las obras de infraestructura y por las actividades de exploración de hidrocarburos.

A los organismos de investigación y control, en especial a la Procuraduría General de la Nación, para que investigue la conducta de los funcionarios de gobierno en cumplimiento de sus funciones y la fuerza pública que no puede excederse en el uso de la fuerza en estos casos.

Prensa senador Marco Aníbal Avirama

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Derechos Humanos y Acuerdo comercial con la Unión Europea

 

"Nos preocupa que el Tratado ponga en alto riesgo la soberanía y seguridad alimentaria del país". (Columna senador Marco Avirama).

"Partimos de afirmar que un Acuerdo Comercial debe reflejar condiciones reales de igualdad y equidad para las partes firmantes, basarse en relaciones de complementariedad, garantizando a la población el respeto y el goce efectivo de los derechos Humanos, de derechos ambientales y derechos laborales.

El acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, suscrito por Colombia y Perú, ha provocado pronunciamientos repetidos de organizaciones de Derechos Humanos, de mujeres, de campesinos, de indígenas, de ambientalistas, de víctimas de la violencia de ambos países.

Como en otros acuerdos comerciales con países del primer mundo, llamamos la atención sobre los efectos negativos en los derechos de las poblaciones más vulnerables y en el medio ambiente, para que no contribuya a profundizar la pobreza y la desigualdad de las poblaciones más vulnerables y que no tenga impactos ambientales irreversibles.

Entendemos que la Unión Europea estaba interesada en negociar por lo menos en las mismas condiciones en que se hizo con otras economías fuertes, pero queremos insistir en que este acuerdo, además de ocuparse de los temas comerciales, considera aspectos estructurales, de derechos humanos y ambientales, que deben contar con claros mecanismos de control y seguimiento para evitar agravar la crítica situación de derechos humanos que afectan a sectores como los indígenas, afrodescendientes, niños, mujeres, y víctimas del conflicto armado interno.

Los sectores sociales mencionados han manifestado sus graves temores porque la usurpación violenta de las tierras amparadas en violaciones a los derechos humanos podría ser legalizada a través de las inversiones internacionales. Nos sigue preocupando que este acuerdo priorice el modelo minero extractivista, con los ya conocidos, graves e irreversibles impactos ambientales, sociales, económicos, culturales, y que nos sigan mirando y reduciendo a exportadores de materias primas.

Nos preocupa que el acuerdo comercial negociado ponga en alto riesgo la soberanía y seguridad alimentaria del país, como se ha hablado, con los impactos en el sector lechero, en especial para los pequeños productores, el impulso a proyectos de materias primas para agrocombustibles, que ya han ocasionado en muchas regiones del país, una modificación del uso de los suelos, un debilitamiento del sector campesino y el desplazamiento de comunidades indígenas y afrocolombianas.

Es necesario que el acuerdo desarrolle de manera seria y extensa lo referente a la responsabilidad social corporativa o empresarial para que se asuman las obligaciones de las empresas en respeto de las reglas de comportamiento ético y comercial, donde prime los intereses de las comunidades locales sobre la acumulación de ganancias y beneficios a la inversión de capitales.

Dado que se trata de un acuerdo mixto por la existencia de cláusulas que hablan de desarrollo sostenible y derechos humanos, enfatizamos la necesidad de que no se queden en el papel, sino que realmente se establezcan y operativicen controles medibles a través de un examen riguroso y periódico sobre la situación de derechos humanos en Colombia que sigue agravándose en medio de la casi absoluta impunidad".

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La reforma tributaria debe combatir la vergonzosa desigualdad en Colombia

 

"Las grandes empresas deben contribuir a reducir las desigualdades e inequidades del país". (Columna senador Marco Avirama).

Empieza el Congreso a debatir la Reforma Tributaria presentada por el Ejecutivo y ya son muchas las voces que se levantan cuestionando temas sobre los cuales resulta notorio que no estamos hablando de una reforma que contribuya a mayor equidad y redistribución de la riqueza entre los colombianos.

Según un informe reciente de la FAO, Colombia ocupa los primeros lugares con los índices más altos de hambruna en América Latina, mientras que los informes del PNUD nos ubican como uno de los siete países más desiguales del mundo y el Banco Mundial nos sitúa en el poco honroso segundo lugar a la cabeza de los más desiguales en América Latina. Este último organismo recomendó recientemente al Gobierno y al Congreso crear un sistema de impuesto y transferencias públicos que de manera progresiva, tiendan a reducir esta vergonzosa desigualdad.

Voces autorizadas sostienen que con el proyecto de reforma tributaria en debate, no se estaría gravando a los grandes dueños del capital, sino al trabajo de los asalariados que no son precisamente los más opulentos del país. No se entiende cómo se logrará mayor equidad si al sector bancario, uno de los que reportan la más jugosa rentabilidad cada año, se les va a reducir los impuestos. O que el sector empresarial se vea beneficiado con la baja en la renta que se reducirá en varios puntos, al igual que las ganancias ocasionales y las cuantiosas herencias que solo reciben unos pocos favorecidos por la suerte en el país.

Mucha discusión provoca también temas que sin lugar a dudas afectan a los sectores pobres y no bancarizados, que por ejemplo, hacen uso de los giros y remesas y que pretenden gravarse. Igualmente se rechaza el aumento del IVA a la salud prepagada, que según los expertos podría obligar a desertar a muchos colombianos que con este servicio le ahorran significativamente al POS.

La propuesta de reducir las cargas parafiscales a los empleadores ha provocado movilizaciones de sectores que miran con escepticismo que el Estado les siga garantizando los recursos para su funcionamiento, sobretodo cuando se echa mano de la regla de sostenibilidad fiscal.

De la misma manera se plantea no imponer más cargas al consumo en los pequeños restaurantes que suministran el "corrientazo" a los trabajadores formales e informales con más bajos ingresos del país.

Por último todos nos preguntamos cómo el sector minero con sus poderosas empresas trasnacionales aliadas con grandes empresas nacionales, debe contribuir a reducir desigualdades e inequidades en el país, y porqué se mantienen las exenciones y descuentos tributarios que se les ha otorgado en los últimos años para atraer la inversión a un sector que sigue siendo fuertemente cuestionado por cuanto no es gran generador de empleo, y por los impactos negativos que ocasionan a bienes de interés público como el ambiente, la salud pública y los recursos naturales no renovables del país.

Como congresistas estamos obligados a revisar de manera pausada y con el lente de defensa de los más pobres esta reforma, de manera que realmente contribuya a la finalidad de reducir las enormes brechas y desigualdades existentes en un país tan rico como el nuestro.


Prensa senador Marco Avirama

Nuestras historias

Cerro Matoso: un caso que no podemos pasar por alto los colombianos

 

"Es deber de quienes están al frente de estas negociaciones ser responsables con la riqueza natural del país": senador Marco Aníbal Avirama.

Después de tres décadas de explotación de la cuarta mina de níquel más grande del mundo, ubicada en el departamento de Córdoba, por parte de la multinacional Australiana BHP Billiton, las cifras en materia de utilidad para la nación, además del grave daño ambiental y de salubridad pública, resultan desalentadoras y graves.

Para nadie es ajeno el término de locomotora minera, el cual si bien es cierto ha logrado repuntes importantes en este sector de la economía, deja múltiples afectaciones y sinsabores a la comunidad, organizaciones no gubernamentales y entes de control, que ven pasar recursos – naturales y patrimoniales - sin beneficio alguno tanto para el patrimonio estatal como para las zonas de explotación, que por el contrario, se ven desplazadas por el poderío económico.

Es por esto que hoy, cuando se pretende renovar el contrato de concesión para que continúe la explotación esta misma multinacional, todos los colombianos debemos estar atentos y no permitir bajo ninguna circunstancia que un hecho tan desastroso se vuelva a presentar en nuestro país.

El último informe de la Contraloría revela que la empresa debe aún al país $62.000 millones correspondientes a regalías, de igual manera se suma ahora el tema de lo que debe pagar Cerro Matoso por los daños ambientales ocasionados en esa zona del Departamento de Córdoba durante más de dos décadas. Al respecto sostiene la misma Contralora que "Colombia está al borde de un desastre ambiental" .

La alta funcionaria Morelli controvierte lo dicho por el Ministro del Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Gabriel Uribe; y reafirma que Cerro Matoso no tiene licencia ambiental, advirtiendo que la eventual prórroga del contrato de explotación de ferro níquel "se caerá" si no tramita la licencia ambiental.

"Colombia firma todos los tratados de medio ambiente, de transporte de residuos tóxicos, de protección de los trabajadores en las zonas mineras, de controles al agua, de edad de los trabajadores; hace parte del observatorio informativo sobre la explotación del níquel; suscribe convenciones de medio ambiente de Kyoto, de Río de Janeiro, y los funcionarios parecen olvidar su carácter vinculante".

Sin contar además, que los mismos informes de la Contraloría, señalan que los parámetros de explotación de estos recursos, cumplen con tan solo el 10% de los estándares internacionales, requiriendo que las prórrogas del contrato entre el Estado y la multinacional, se ajuste al contexto normativo, ambiental y poblacional, a fin que la concesión cumpla con sus fines de reciprocidad para el estado Colombiano.

El pasado 26 de septiembre el Consejo de Estado emitió un concepto sobre el contrato de Cerro Matoso, de acuerdo a los cuestionamientos que el Ministro de Minas y Energías formuló: el alto Tribunal estimó que el acuerdo no presenta ninguna irregularidad y que la compañía puede seguir al frente de la explotación; el Gobierno Nacional tomará tres meses para estudiar las modificaciones y nuevas condiciones contractuales en aras de garantizar mejores beneficios económicos para el país.

Es deber de quienes están al frente de estas negociaciones ser responsables con la riqueza natural del país, con la dignidad del pueblo colombiano, con los habitantes de Montelíbano que han sido afectados, y en especial con aquellas personas que han dedicado su vida a la exploración y explotación minera que se han visto perjudicados en su salud e integridad física. Es deber de nosotros, como ciudadanos colombianos estar vigilantes y ejercer control sobre las negociaciones que se avecinan.

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Asegurar la más amplia participación ciudadana en el proceso de paz, es deber del Congreso de la Republica

 

"Es procedente que en estas Mesas Regionales se abran espacios para que la especificidad de los pueblos indígenas y comunidades negras se manifiesten y sean reconocidas": senador Marco Aníbal Avirama (Mov Indígena).

Arrancan esta semana en Oslo las conversaciones entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC buscando poner fin al conflicto armado interno. Paralelamente desde el Congreso de la República las Comisiones de Paz pisan el acelerador buscando la participación ciudadana, a través de la realización de las Mesas Regionales de Paz, que discutirán sobre los temas incluidos en la Agenda del Acuerdo General.

Se han reactivado las Comisiones de Paz del Senado y la Cámara creadas en 2010 y que se encontraban congeladas, lo que nos hacía pensar que el tema de la solución del conflicto armado interno y la paz no se encontraban entre las prioridades del ejecutivo ni del congreso, mientras era reclamada por la mayoría de los colombianos, principalmente los pobladores del campo que han sido las víctimas históricas de asesinatos, amenazas, desplazamiento o confinamiento forzado, usurpación de sus tierras y bienes, reclutamiento de niños y jóvenes, violación de mujeres, riesgos por minas antipersonal y municiones sin explotar, entre otras violaciones de los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario.

Hemos reclamado que los procesos de búsqueda de soluciones al conflicto deben contar con una amplia participación ciudadana. Somos conscientes que en las últimas décadas y como un impacto importante de ese conflicto se han desarticulado organizaciones sociales, se han liquidado los liderazgos populares y han decrecido los procesos organizativos por el temor y el miedo que infunden los hechos de muerte y las amenazas en contra de ellos.

Es por ello que resulta de la mayor importancia escuchar e incorporar las propuestas de sectores sociales organizados y de las organizaciones representativas de los intereses de los más pobres y excluidos de nuestro país. Su debilitamiento nos ha llevado a la situación en la que nos encontramos ahora que incluye la existencia de partidos políticos débiles, sin mayor convocatoria, altamente deslegitimados y representados en un Congreso que es una de las instituciones con menor credibilidad, como lo muestran las últimas encuestas de confianza en las instituciones nacionales.

En este orden de ideas es importante señalar que así como desde nuestra carta política nos definimos como una nación multiétnica y pluricultural, así como tratados internacionales y leyes reconocen y garantizan una especial forma de participación de los pueblos indígenas en los asuntos que los afectan y les atañen, es procedente que en estas Mesas Regionales se abran espacios para que la especificidad de los pueblos indígenas y comunidades negras se manifiesten y sean reconocidas.

Deben recibirse todos los aportes e iniciativas que nos ayuden a lograr que este proceso de negociación llegue a buen término, es decir a terminar el conflicto armado y construir condiciones para la paz. Pero las Mesas Regionales deben garantizar la presencia y la voz de los actores sociales más pobres, más victimizados y olvidados. Las organizaciones no gubernamentales, las empresas, la academia, son actores con buenos aportes, representándose a sí mismas y sus funcionarios o empleados, pero no sustituyen a las mayorías cuyo fortalecimiento organizativo debería privilegiarse.

Ni el Gobierno ni el Congreso deberían perder de vista que este ejercicio de participación no puede agotarse en los meses que pueda deliberar la Mesa Gobierno- FARC, sino que debería constituirse en un proyecto permanente que impulse y fortalezca las organizaciones populares para que se constituyan en verdaderos interlocutores de políticas públicas, en protagonistas del control ciudadano contra la corrupción y por la superación de la pobreza y la miseria para acercarnos al país que queremos.

Nuestras historias

En el proceso de paz debe escucharse a las víctimas y a las regiones

 

"Hay que impulsar la participación de las regiones y de los sectores sociales para que expresen las distintas iniciativas de superación del conflicto". (Columna senador Marco Avirama).

En momentos en que en el Cauca sesionan las mesas de trabajo instaladas a partir de la visita del Presidente Santos a Popayán, llamamos al Gobierno a adelantar un verdadero diálogo intercultural que permita restablecer relaciones de confianza y a que se atiendan las justas demandas de los pueblos indígenas, uno de los sectores sociales más afectados por el conflicto armado interno.

La situación en el Cauca sigue agravándose, afectando diariamente a la población civil por razón de los enfrentamientos, asesinatos y amenazas, vulnerando los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Tan solo en los últimos dos meses se reportan más de treinta muertos, la mayoría de ellos indígenas de las comunidades que se han declarado en resistencia contra todos los actores armados que transitan o permanecen en sus territorios.

El pasado 4 de septiembre fue atacada con disparos una comisión de 25 personas integrantes del Cabildo y de la Guardia Indígena de Paletará, por sujetos vestidos de civil, cuando se dirigían desde la sede del Cabildo a la cárcel de San Isidro de Popayán, transportando un comunero que había sido arrestado en ejercicio de la Jurisdicción Especial Indígena.

El 14 de septiembre en Caloto, fue asesinado el médico tradicional y autoridad indígena del Resguardo de Huellas, Jaime Mestizo Pito, por dos sujetos que le dispararon cuando se dirigía a una reunión. Los hechos ocurrieron a menos de 3 kilómetros de distancia de los puestos de control que el Ejército tiene en esa zona.

El ejercicio del derecho a la autonomía y la autodeterminación reconocidas por la Constitución y la ley a las comunidades indígenas los sigue colocando en situación de alto riesgo en medio del conflicto armado, mientras prosiguen los operativos militares en sus territorios y se siguen otorgando concesiones para explotar los recursos existentes en ellos, desconociendo el derecho a la consulta previa, libre e informada.

El 17 de septiembre el Cabildo indígena del Resguardo de Canoas realizó una Minga con cerca de trescientas personas en la que participaron comuneros de resguardos vecinos, profesores y estudiantes, promotores de salud, acompañados por la Guardia Indígena, quienes cerraron varios huecos abiertos por mineros en la montaña, anunciando que no se permitirá más explotación en el territorio, debido al daño que causan contaminando las aguas y ocasionando desprendimientos de tierra que ponen en grave riesgo a las familias que viven montaña abajo.

En el municipio de Morales, cerca de 20 personas, entre Autoridades indígenas de los Resguardos de Honduras, Agua Negra y Chimborazo, activistas de derechos humanos, profesores y líderes de la región, recibieron amenazas que los señalan como objetivo militar por las llamadas BACRIM, señalando que debían evitarse las asambleas comunitarias para evitar el riesgo de ser afectados por actos terroristas.

No basta con pedir perdón por los delitos atroces que se han cometido y se siguen cometiendo contra las comunidades del Cauca y de muchas otras regiones del país, sin escuchar y tramitar los reclamos y demandas de la población que más ha sufrido los impactos de la guerra. Debemos saber y entender que pedir perdón compromete al Estado y los actores de la guerra a develar la verdad, impartir justicia, reparar integralmente a las víctimas y buscar que no se repitan estos crímenes.

Al actual proceso que busca terminar con el conflicto armado interno le hace falta la voz de las víctimas en sus diferentes expresiones y de las regiones del país con sus particularidades.

Como integrante de la Comisión de Paz del Senado hemos insistido en la necesidad de que se convoque la Comisión Nacional de Paz, creada por la Ley 434 de 1998 y que se reunió por última vez en 2004 cuando una orden judicial obligó al expresidente Uribe a convocarlo.

Como órgano asesor en asuntos de la paz, participan en dicha Comisión distintos sectores sociales, políticos, económicos y religiosos del país, y debe garantizarse la participación de las organizaciones de las víctimas. Igualmente insistimos en la necesidad de impulsar la participación de las regiones y de los sectores sociales más afectados, para que se expresen las distintas iniciativas ciudadanas de superación del conflicto que nos permitan lograr la construcción de una paz integral y sostenible.

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"Cuenten con nosotros como actores de paz": senador Avirama

 

"Sobran las razones para mirar con optimismo los esfuerzos por andar caminos de paz para Colombia": senador Marco Avirama (ASI).

La paz que debe considerar, tanto el silencio de las armas, como las condiciones para una vida digna y con justicia social para todos los colombianos.

La extrema pobreza y la exclusión siguen siendo el abono para la violencia y la guerra en Colombia. Un gobierno empeñado en resolver el hambre de las mayorías, democratizar la propiedad agraria, implementar soluciones alternativas a los ingresos ilegales de los pobres, garantizar la participación ciudadana, estará en mejores condiciones para avanzar por el sendero de la reconciliación nacional.

Una administración cuya preocupación fundamental sea asegurar que la tierra provea de alimentos a las mayorías, antes que entregarlas para la explotación minera y petrolera que además agota y contamina recursos como el agua, el aire, el bosque, la fauna, estaría construyendo soluciones sostenibles y a largo plazo para la vida en paz de sus ciudadanos.

Una nación que defina el presupuesto nacional dando prioridad al gasto social y a la inversión pública, reduciendo el gasto militar y encausando recursos para buscar soluciones a la inequidad social y a la reparación de las víctimas de la guerra prolongada de las últimas décadas, allanaría el camino para una democracia en paz, porque como se ha demostrado, materializar las normas sobre víctimas y restitución de tierras en medio del conflicto armado interno es altamente complejo y costoso para todos.

Solo un Estado que defina derroteros claros para desactivar estos factores de violencia

puede dar garantías de no repetición de hechos de violencia y muerte sentando las bases de una paz duradera.

No son alentadoras las experiencias que hemos vivido en el pasado y tenemos que aprender de ellas. Debemos tener presente la memoria de las historias de los procesos de paz frustrados o parciales, con verdades no dichas, con justicia esquiva, para aprender las lecciones que en lo positivo y lo negativo tienen, y para que las víctimas no se sientan relegadas ni revictimizadas con el olvido.

Por supuesto que lo deseable es desde el comienzo bajar los fusiles, detener el secuestro, no sembrar minas, cesar los atropellos contra mujeres y niños, respetar la población civil y sus propias formas de organización y decisión.

Siempre habrá quienes quieran sacar provecho de la bandera de la paz. Debemos pensar que el mayor provecho lo tendremos todos, armados y desarmados, pobres y ricos, mestizos, negros o indígenas, ancianos y jóvenes. Que las voluntades reales de construir caminos de paz, de persistir en el diálogo hasta alcanzar consensos, sirvan para que queden relegados aquellos para quienes la guerra es su bandera política, un negocio lucrativo, o un peldaño para lograr prestigio de cualquier tipo.

Son los ciudadanos y los sectores sociales organizados quienes deben manifestarse de manera libre y eficaz en pro de la paz. Después de décadas de violencia nos contamos más como víctimas, y hemos sido testigos de cómo son golpeadas, descabezadas o señaladas las formas de organización y representación de las mayorías, de los trabajadores, de los campesinos, indígenas, afros, mujeres, jóvenes.

Nos acostumbramos a la desesperanza, al escepticismo, a la desarticulación social y al miedo que nos infunde las prácticas de la guerra y los violentos.

Es por esto, que la solución negociada del conflicto armado ha sido un reclamo permanente de los pueblos indígenas. Desde tiempo atrás, al lado de otros sectores sociales, campesinos, mujeres, jóvenes, académicos, hemos demandado que se nos reconozca como actores de paz y no solo como víctimas de la guerra. Es esta una oportunidad privilegiada para ejercer el derecho a la paz y cumplir con el deber ciudadano de contribuir a su consolidación, en beneficio de las generaciones presentes y futuras.

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"Es urgente pasar de la buena voluntad a las acciones reconocedoras de la diversidad cultural del país"

 

Manifestó el senador Marco Aníbal Avirama, los pueblos y organizaciones indígenas.

Hace dos años el Presidente Santos asumía su mandato diciendo a los indígenas: "Si hablamos con más frecuencia, si elevamos el diálogo a los más altos niveles institucionales, con el realce y la importancia que debe tener, no serán necesarias las vías de hecho para que se escuchen y atiendan los reclamos e inquietudes de las comunidades indígenas".

Ese es el reclamo que los pueblos y organizaciones indígenas hacen al Presidente de la República en los espacios de diálogo y concertación, tanto a nivel nacional como regional.

Porque dos años después de estas manifestaciones de buena voluntad no es mucho el camino avanzado en el cumplimiento de los compromisos y acuerdos hechos sobre el Plan Nacional de Desarrollo y el Decreto Ley sobre Víctimas Indígenas. Las mismas instituciones, como el Departamento Nacional de Planeación, reportaban un escaso 7% de cumplimiento cuando se hizo el balance del Plan Nacional de Desarrollo semanas atrás. En relación con la materialización de la norma sobre víctimas indígenas, las organizaciones indígenas han manifestado su muy escasa implementación, mientras aumentan las víctimas de violaciones de los derechos fundamentales y colectivos de los comuneros y pueblos indígenas en distintas regiones del país.

Las comunidades y organizaciones reportan que en estos dos años han sido asesinados 180 indígenas, continúa el desplazamiento forzado de indígenas por razón del conflicto armado, que no reciben una atención adecuada; aumentan las víctimas de minas antipersonal, afectando a niños y jóvenes; se incrementan las amenazas a las autoridades indígenas por todos los actores armados; siguen las desapariciones forzadas sin que se inicien las investigaciones y se capture a los responsables; los niños continúan muriendo por desnutrición y falta de atención médica; las violaciones sexuales a mujeres indígenas y otros crímenes de guerra configuran un verdadero genocidio.

El derecho fundamental a la consulta previa, libre e informada, es violado de manera sistemática, encontrando oídos sordos en los funcionarios del Ministerio del Interior a cargo del tema, más preocupados por responder a los requerimientos de las empresas mineras, petroleras y de construcción de obras de infraestructura, que en salvaguardar la integridad étnica de los pueblos que constituyen la diversidad cultural de nuestro país. Sobran entonces los motivos y razones que justifican y exigen un ánimo real de diálogo y concertación con los pueblos indígenas, cansados ya de soportar los daños y afectaciones en su vida y territorios, por parte de actores armados, privados y públicos interesados en imponer sus propios intereses.

Esperamos que un diálogo fructífero y eficaz liderado por el Presidente Santos contribuya a recobrar la credibilidad en el Gobierno y sus instituciones, como garantes de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas, lo que seguramente repercutirá en una mejor gobernabilidad y un mayor desarrollo de una democracia de participación.

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"Los indígenas son víctimas del conflicto armado y se reclaman como actores de paz": senador Avirama

 

Añadió que la Guardia Indígena desde siempre ha sido la legítima defensora de la vida de los comuneros.

La decisión de los indígenas del norte del Cauca de expulsar a todos los grupos armados de sus territorios, está motivada en las graves consecuencias que este conflicto ha dejado en los últimos años: asesinato de líderes, señalamientos, desplazamiento de las comunidades, pérdida de cultivos y bienes, reclutamiento de jóvenes, masacres, amenazas, torturas, desapariciones forzadas, mutilaciones de comuneros y niños, bombardeos a viviendas y bienes comunitarios.

Todos estos hechos constituyen violaciones de los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario que permanecen en la impunidad, sumados a la falta de inversión social y a la ausencia del estado.

La Guardia Indígena desde siempre ha sido la legítima defensora de la vida de los comuneros y ha ejercido control sobre el territorio porque así lo han mandado las comunidades. En desarrollo de sus funciones han desmantelado laboratorios del narcotráfico, recuperado a comuneros reclutados por los actores armados, detenido a miembros de la fuerza pública responsables de desmanes contra la población.

Lo que reclaman los pueblos indígenas es respeto a la autonomía territorial, a los gobiernos propios, aplicar la justicia buscando la armonía entre la gente y con la naturaleza, y un modo de vida digno y sustentable que enfrente el consumismo y la depredación de los recursos que garantizan su pervivencia.

Los indígenas del Cauca y del país han expresado por muchos años que no son parte del conflicto armado interno que vive nuestra nación, denunciando la utilización interesada de los territorios indígenas como escenario de guerra, y señalando las consecuencias funestas que tiene para la sobrevivencia física y cultural de las comunidades, ya que les impide ejecutar sus Planes de Vida y asegurar el bienestar de la gente.

Los pueblos indígenas nos reclamamos como actores de paz y el país debe conocer que hemos sido víctimas del conflicto sin que hasta ahora tengamos acceso a la verdad, la justicia y la reparación integral por los delitos cometidos en contra nuestra por los distintos actores armados, a pesar de haberse concertado con el gobierno el decreto ley sobre víctimas indígenas.

Pedimos respeto por la decisión tomada por los Cabildos y las Asambleas de indígenas cansados ya de tantos años de violencia, y al gobierno nacional que haga compatible esta decisión con su deber de garantía de la vida y seguridad de los pueblos indígenas que forman parte de la nación colombiana.

Pedimos al Gobierno nacional que tome decisiones que responda a los anhelos de paz y vida digna de las comunidades, que se cumplan las promesas de inversión social y que sean los mismos cabildos y autoridades tradicionales, sin trabas ni talanqueras, las que promuevan los proyectos que beneficiarán a las comunidades.

Hacemos un llamado urgente para que de forma inmediata se conforme un escenario de diálogo entre las autoridades indígenas y el gobierno para que se dé una solución concertada a la grave situación que vive la gente del Cauca.


Prensa senador Marco Aníbal Avirama

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"La crisis ambiental no será superable sin reconocer a la Madre Tierra como sujeto de derechos"

 

"Nos causa mucha inquietud la existencia de 8.500 títulos mineros, la solicitud de otros 19.000 y la existencia de 3.600 operaciones denominadas ilegales": senador Marco Aníbal Avirama ( Mov. Indígena).

En la conferencia de Rio de 1992 se reconoció mundialmente la relación entre medio ambiente y desarrollo, definiendo el desarrollo sostenible como un objetivo alcanzable solo si se logra superar la pobreza absoluta en que vive más de la mitad de los habitantes de la tierra, modificar los modelos de desarrollo y los estilos de vida imperantes.

En las próximas semanas se celebrará la Cumbre de la Tierra Río+20. Un informe del Secretario General de Naciones Unidas, elaborado por 22 expertos de distintas partes del mundo, llama a rediseñar la economía mundial para lograr un equilibrio sostenible de la Tierra y sugiere que antes del 2030, el mundo debería doblar la productividad pero reduciendo el consumo de recursos naturales. Para ello, los Gobiernos deberían implementar políticas fiscales de estímulo de las energías renovables y suprimir los subsidios a las energías fósiles, entre otras medidas.

La crisis ambiental en Colombia se manifiesta en una alta tasa de deforestación, ocupación de áreas protegidas, alteraciones de los ecosistemas naturales como páramos y humedales, deterioro de los suelos, contaminación de las aguas y contaminación atmosférica. Se afirma que se ha destruido más del 30% de la cobertura forestal nativa y se señalan entre las principales fuentes de contaminación de las aguas, los residuos de las actividades industriales, agropecuarias y de las explotaciones mineras.

Los pueblos indígenas hemos manifestado nuestra honda preocupación por el hecho de que el sector minero se ha definido como uno de los grandes motores de la economía colombiana, el cual se caracteriza por su relación directa con daños causados al ambiente.

Hemos llamado la atención del gobierno y la nación para que la madre tierra no se convierta en víctima de un modelo extractivista y depredador, máxime cuando está comprobada la inexistencia de controles y mecanismos claros y estrictos que protejan el medio ambiente en los procesos de explotación minera, a fin de que no termine con los recursos naturales no renovables del país.

Nos causa mucha inquietud la existencia de 8.500 títulos mineros, la solicitud de otros 19.000 y la existencia de 3.600 operaciones denominadas ilegales. Nos desvela que los intereses de las grandes empresas nacionales y trasnacionales se coloquen por encima del deber de solidaridad y corresponsabilidad para preservar las condiciones de existencia de la vida humana en armonía con la naturaleza, y que permita al mismo tiempo el crecimiento económico del país en beneficio de los más pobres. Requerimos de una nueva forma de entender y mirar el desarrollo.

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"Secuestro de periodista francés es también un atentado a la libertad de prensa": senador Avirama

 

Hizo un llamado a los medios de comunicación para que mantengan su independencia crítica y sean fieles a su compromiso ético de informar de manera veraz. 

El 3 de mayo fue proclamado como el Día Mundial de la Libertad de Prensa en 1993, por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este es un día para resaltar la importancia que tiene la labor de los periodistas y los medios de comunicación para profundizar la democracia. Es un día para recordar a los gobiernos, que la existencia de medios de comunicación libres, pluralistas e independientes, son claves para lograr sociedades más democráticas y participativas. Es un día para recordar la responsabilidad que todos tenemos en la defensa del derecho a la libertad de expresión por distintos medios.

La libertad de expresión y la libertad de prensa están íntimamente ligadas al derecho de acceso a la información por lo que los gobiernos deben garantizar la existencia de los recursos de información que fomenten y permitan la expresión pública de los ciudadanos y una mayor participación en la toma de decisiones desde lo local hasta lo nacional.

Llamamos a los medios de comunicación a que mantengan su independencia crítica y sean fieles a su compromiso ético de informar de manera veraz, y a todos los ciudadanos a defender la libertad de prensa y expresión contra la censura y el ataque a los profesionales de los medios, recordando a aquellos que han sido asesinados, amenazados o silenciados de otras formas.

En este día queremos resaltar la labor del periodista francés Romeo Langlois, cuyo paradero se desconoce, quien ha venido documentando de manera seria y rigurosa, en los últimos meses, cómo la explotación del oro en distintas regiones del país, está asociada a grupos armados ilegales, tanto paramilitares como guerrilleros, así como a poderosos intereses nacionales y empresas multinacionales, como la canadiense Gran Colombia Gold. Exigimos a sus captores que lo dejen en libertad y esperamos su pronto regreso al ejercicio libre de su derecho a investigar e informar.

 

Prensa senador Marco Anibal Avirama

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"Necesitamos recuperar la dignidad de los indígenas": senador Avirama

 

En entrevista con el programa radial Voces del Senado, el congresista se refirió, entre otros temas, a los logros de los resguardos Indígenas, su cultura y la razón de ser senador de la República.

El representante de los Indígenas, senador Marco Aníbal Avirama insiste en que, junto a su bancada, han adelantado un trabajo "netamente social", con el objetivo de defender los derechos humanos de los miembros de los territorios indígenas.


Voces del Senado: senador Marco Aníbal Avirama, ¿qué significa para usted ser senador de la República y representar a la población indígena?

- Senador Marco Avirama: Soy Caucano del municipio de Puracé, del resguardo Indígena de Coconuco, en ese sentido represento a los Coconucos.
Ha sido un proceso: he sido gobernador del cabildo Indígena en dos periodos; presidente de la junta comunal regional del Cauca por tres periodos; Coordinador de Tiendas Comunitarias en todo el país, todo eso me ha permitido tener un amplio conocimiento de la problemática social y política de la población indígena, para ponerlo al servicio de los colombianos.
Todo el trabajo que hemos adelantado ha sido netamente social, razón por la cual aspiramos al Senado de la República, con el objetivo de defender los derechos humanos de los miembros de los territorios indígenas.


VDS: En materia de derechos humanos, ¿considera que los indígenas gozan de reconocimiento y respeto por parte del Estado y la ciudadanía?

- M.A.: Este derecho ha sido ganado con lucha y con sangre, muchos de los nuestros han sido asesinados. En el año 77 perdimos unos 400 dirigentes, en ese entonces el Gobierno reconoció que se estaban cometiendo crímenes de lesa humanidad contra nuestra población.
El Gobierno reconoce, pero no en su totalidad, por ejemplo en la ley de víctimas se clasifica las víctimas, hay que entender que todos somos víctimas de la violencia, rechazamos la posición de esa Ley.
Para mí es un orgullo ser indígena, en el Congreso nos hemos organizado en la Bancada Indígena, para defender nuestros derechos, nuestros territorios, todo ello con tal de determinar cuál es el sistema de normas que debe regir en los territorios indígenas en el país.
Nosotros sólo somos un puente entre la organización y el Gobierno, para defender los derechos de los indígenas y preservar nuestra cultura.


V.D.S: ¿Qué peticiones han hecho al Gobierno para garantizar el goce de sus derechos?

-M.A.: Hemos planteado al Gobierno que tengamos un encuentro para analizar la situación jurídica de nuestros indígenas, quienes en medio de la crisis y del abuso que se vive en este país, han cometido una serie de delitos y vicios, provocados por los grupos al margen de la Ley.
Queremos que el Gobierno no juzgue a nuestros indígenas, nosotros debemos tener nuestras propias cárceles, para rehabilitarlos y para juzgarlos según nuestras leyes y cultura. Ese no es el sitio de rehabilitación, es más bien escuelas de crímenes. Necesitamos recuperar la dignidad de los indígenas. Esa es la Colombia que soñamos.


V.D.S: ¿Qué ha dicho el Gobierno al respecto?

-M.A.: Dicen que no hay recursos, que esto ocasionaría un rompimiento entre las organizaciones indígenas y el Gobierno. Debemos seguir trabajando en ello.


VDS: En 1971 la delegación Indígena participó en los Juegos Panamericano de Cali, ¿usted los organizó?

-M.A.: Sí, nuestro propósito era pasar la frontera, salir del anonimato, del aislamiento, rompimos desde entonces la Frontera, para dar a conocer la cultura indígena.
Los medios nos ayudaron mucho para que todos nos respetaran y reconocieran; al pasar el tiempo han dado a conocer nuestros objetivos, esto ha permitido lograr un reconocimiento Internacional, al igual que la defensa de nuestros derechos, las marchas que realizamos desde entonces son permitidas.


VDS: Háblenos de su cultura, de sus costumbres.

- M.A.: En nuestra cultura, realizamos trabajos con la comunidad, hacemos todos los procesos de desarrollo de la sociedad en Minga, trabajamos los viernes y sábados en los programas en los temas de educación, problemas internos, justicia, vías, en fin estamos pendiente de todo, como asesores de la autoridad que es nuestro cabildo.


VDS: ¿Cómo celebran las fiestas decembrinas?

- M.A.: Nosotros vamos visitando a las familias con el grupo de Chirimías, las personas nos esperan con guarapo, en la tarde tenemos la comida comunitaria, donde compartimos todas las comidas nativas de la comunidad. Bailamos hasta las diez de la noche con la flauta y otros instrumentos. Tomamos un poco de guarapo, el cual se fermenta, no para embriagarnos. Lo más importante es compartir con todos.


VDS: ¿Qué toma usted en las celebraciones?

- M.A.: Prefiero la Chicha, porque la gaseosa no se con qué la preparan.


VDS: Es común verlo caminando por la ciudad, ¿prefiere caminar o movilizarse en carro?

- M.A.: Siempre y cuando sea prudente la distancia, prefiero caminar. Soy un hombre que camina mucho. No utilizo los carros del Senado.


V.D.S: ¿Por qué no utiliza corbata?

- M.A.: Las corbatas no me gustan, si me la exigen para entrar al Congreso, prefiero no entrar.


V.D.S: Qué piensa de esta frase: "Un indio sin tierra, es como un pájaro sin nido".

- M.A: Totalmente de acuerdo, estamos luchando para devolver a nuestros indígenas a sus tierras, pero queremos tierras adecuadas. No queremos seguir viendo indígenas en las calles por culpa del desplazamiento. El propósito de estar en el Senado es defender a los territorios indígenas y a la Naturaleza.

 

 

Oficina de Prensa del Senado


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LOS INDEPENDIENTES: la alternativa para Bogotá y Colombia.

 


 

Bogotá, D.C., 20 de Octubre de 2011. (Columna Senador Marco Aníbal Avirama).- El multipartidismo, la participación electoral de ciudadanos por fuera de los partidos, y el voto independiente, son tres fenómenos que han contribuido de manera decisiva a transformar y renovar las costumbres políticas de los colombianos, durante los últimos 20 años.

Con el propósito de incentivar la participación política de los colombianos, la Constitución de 1991 previó la inscripción de candidatos por “grupos significativos de ciudadanos” a quienes la opinión pública ha designado como “los independientes”, por ser estos ajenos a los intereses y prácticas de los partidos políticos tradicionales, y de alguna manera independientes de la política y sus vicios, algunos incluso se atrevieron a rotularlos como los “antipolíticos”.

Con el surgimiento del multipartidismo (que permitió la aparición de 79 partidos y movimientos políticos con personería jurídica en 1.992); y la inscripción de candidatos por fuera de los partidos; fue posible la aparición de una expresión libre y reflexiva de los ciudadanos que se empezó a reflejar como la “franja de opinión”, que hoy se conoce con el nombre del “Voto Independiente”.  Esta expresión surge claramente como una reacción en contra de las prácticas y estructuras de los partidos tradicionales que contaban con el favor de un voto partidario (banderizo), clientelar, poco reflexivo y en algunos casos hasta pasional e intolerante.

Desde hace dos décadas en Bogotá, se produjo un significativo cambio en materia de cultura política y comportamiento electoral, constituyéndose en el baluarte nacional del voto reflexivo, libre, y calificado que ha hecho posible el desarrollo y progreso sostenido de la ciudad, al margen de los partidos y prácticas políticas clientelares, politiqueras y corruptas. Hoy los bogotanos premian electoralmente a los mejores candidatos, revisando la trayectoria y coherencia de sus propuestas políticas, incluso revisan cuidadosamente quiénes los acompañan; sin ser determinante el origen ideológico o partidista de sus alcaldes.

En la ciudad capital, se estima hoy que cerca del 50% de los votantes lo hacen sin atender las propuestas de los candidatos de los partidos tradicionales o las estructuras clientelares del poder nacional, esto ha permitido que en dos oportunidades, ANTANAS MOCKUS haya llegado a la alcaldía; igual le sucedió a ENRIQUE PEÑALOZA, cuando se diferenció del partido liberal (y de los aliados y las prácticas de quienes hoy lo acompañan). Adicionalmente, este fenómeno del voto independiente permitió que tanto, un sindicalista bonachón, LUIS EDUARDO GARZÓN; como, el nefasto nieto de un dictador, SAMUEL MORENO; llegaran a la alcaldía mayor, a nombre del Polo Democrático Alternativo, organización política de izquierda que históricamente no ha tenido mayorías en la ciudad.

A dos semanas de las elecciones, está claro que la estrategia de “renovación generacional” impulsada por el Partido Liberal y Cambio Radical, no ha sido creíble para los cualificados votantes de la ciudad, y que esos partidos se verán castigados, por el conocido fenómeno del voto útil. Hoy se ve a los sectores tradicionales de la política, expresados en los concejales y ediles de los partidos mayoritarios (Liberales, Conservadores, Partido de la U, Cambio Radical y PIN), acercándose a la carrera a la candidatura Verde-Uribista, como resultado de los fenómenos de la doble militancia consentida, la danza del dinero y el voto útil.

Luego de 20 años sin lograr acceder a la administración de la ciudad, hoy por primera vez, los partidos de la política tradicional y del clientelismo, tendrían la opción de volver a gobernar con el concurso de un ejército de concejales, ediles y contratistas, que representan el 30% del voto de la ciudad, conocido como el voto amarrado. Esta victoria de la política tradicional podría ser posible, no por la derrota o el debilitamiento del voto independiente, porque su crecimiento ha sido sostenido, sino por su fragmentación.

Los sectores independientes hoy expresados en las candidaturas de GINA PARODY y GUSTAVO PETRO, se están disputando la confianza de los votantes independientes. No obstante, Gustavo y Yina tienen muchas cosas en común: Ambos denunciaron la corrupción en la administración de Samuel Moreno y su coalición de gobierno en el Concejo de Bogotá; los dos se inscribieron por firmas a través de la figura de un grupo significativo de ciudadanos. Ambos levantaron su voz y su protesta contra el fenómeno de la “Parapolítica” en el Congreso de la República; y juntos representan una opción de transparencia, de lucha contra la corrupción y las mafias en Bogotá. Los dos tiene proyectos políticos coherentes, donde tienen claro que “No todo vale” en la política. Y a diferencia de Enrique Peñalosa, ninguno se está jugando desesperadamente sus restos; pues ambos tienen un gran futuro como dirigentes en el sector de los independientes. Gina y Gustavo son una excelente opción para administrar la ciudad y ambos la han trabajado y merecen hacerlo.

Aquí y ahora, es necesario reconocer la cuota de sacrificio que aportó el Profesor Antanas Mockus y la Alianza Social Independiente, por la construcción de la unidad de los sectores independientes en Bogotá apoyando a Gina Parody. Espero que ahora Gina y Gustavo también comprendan la importancia y la necesidad de una segunda alianza de los independientes. Con ella, los bogotanos tendrían en lugar de un alcalde o alcaldesa, el mejor trio trabajando unido por la ciudad: Antanas, Gustavo y Gina.

Registro también con gran satisfacción, el crecimiento a lo largo y ancho del país, del voto independiente y de los sectores independientes, en Cartagena el voto libre, reflexivo y cualificado acompaña la candidatura del comunicador social CAMPO ELIAS TERAN DIX; y las candidaturas a gobernaciones también hoy están siendo acompañadas por el voto independiente: en Antioquia, con SERGIO FAJARDO VALDERRAMA; en el Magdalena, con LICET PEÑARANDA PEÑA; en Caldas, con el profesor GUIDO ECHEVERRY PIEDRAITA; en Arauca, con el padre HELMER MUÑOZ PAREJA; en el Cauca, con TEMISTOCLES ORTEGA NARVÁEZ; en Nariño, con RAUL DELGADO GUERRERO; en el Putumayo, con JORGE ARLEY BRAVO; en el Casanare, con RODRIGO CHAPARRO GÓMEZ; en el Caquetá, con MARÍA HELENA APARICIO GARCÍA; en el Guainía, con DAVID TORCUATO; y en el Guaviare, con JOSÉ OCTAVIANO RIVERA MONCADA, todos apoyados por la Alianza Social Independiente, ASI.

Invito a los colombianos a continuar y profundizar la renovación de la política, apoyando este 30 de Octubre a las candidatas y candidatos a: juntas administradoras locales, concejos municipales, asambleas departamentales, alcaldías y gobernaciones de la Alianza Social Independiente, ASI. Hoy estamos haciendo la política de forma diferente, somos una alternativa independiente para Colombia.


Informes:

Oficina de Prensa Senador Marco Avirama Cel. 317 400 8716.

 

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