SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
Por: Lucero Cortés Méndez*
[email protected]
Esta semana que termina, celebramos en Colombia el día de la no violencia contra las mujeres. Lamentablemente esta celebración se ha visto enmarcada por una cruda realidad en la cual las mujeres y sus cuerpos se han convertido en campos de batalla no solo en sus hogares y en las ciudades, sino también en medio de la acción de los grupos armados ilegales.
Las cifras al respecto son completamente dicientes, Medicina Legal recibe 120 denuncias diarias de mujeres maltratadas por su pareja pero se abstienen de denunciar por temor o vergüenza. Cada 2 horas, se registran 3 casos de violencia sexual contra mujeres, de los cuales el 60% son niñas entre 5 y 14 años.
Los indicadores mencionados evidencian la necesidad que tiene el país de una reglamentación clara, contundente de la Ley 1257 de 2008, que fue iniciativa de la bancada de las Mujeres en el Congreso de la República.
Como parte de esa Bancada, de la coalición gubernamental, pero sobre todo, como mujer y madre, le hago un llamado al alto Gobierno para que de forma inmediata reglamente lo que hace falta y adelante de forma adicional iniciativas contundentes dirigidas, especialmente, a prevenir que se sigan presentando los escandaloso casos de violencia contra las mujeres que se ven a diario en el país.
Los colombianos debemos ser conscientes de la necesidad de luchar contra este flagelo, no podemos seguir siendo indiferentes frente al maltrato, ni podemos considerarlo un aspecto cultural irremediable.
Así como le solicito medidas al Gobierno también hago la invitación a las mujeres para que denuncien los abusos, para que no callen, a los hombres para que detengan sus abusos y a todos los padres de familia para que en la educación de sus hijos tengan siempre presente la negación de la violencia especialmente contra las mujeres. Mientras el gobierno toma las medidas necesarias para detener a los abusadores de hoy, los padres debemos frenar, con prevención, a los abusadores del mañana.
Se trata entonces de un compromiso que debemos asumir todos los colombianos para acabar con la violencia desde nuestros espacios de acción.
*Representante a la Cámara por Bogotá.
Columna publicada en el díario El Periódico